sábado, 22 de febrero de 2020

LA EXHORTACIÓN A LA HUMILDAD, EJEMPLO DE TIMOTEO Y EPAFRODITA: FILIPENSES 2:


LA EXHORTACIÓN A LA HUMILDAD, EJEMPLO DE TIMOTEO Y EPAFRODITA:
FILIPENSES 2:

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Las circunstancias pueden hacernos perder nuestro gozo, pero las personas también pueden traernos problemas que nos roban el gozo. Cuántas veces perdemos nuestra paz debido a lo que la gente dice o hace.
El mejor remedio para estas dificultades es el sentir sumiso, humilde, que procura honrar sólo a Cristo. El orgullo es la causa de mucha intranquilidad y contención (lea Stg. 4), pero la humildad trae paz y gozo. Pablo nos da cuatro ejemplos para que los sigamos de manera que logremos un sentir sumiso.

I.       El Ejemplo De Cristo (Filp.2:1–11):
En este pasaje hay una sugerencia de desunión en la iglesia filipense (véase también 4:1–3). Pablo hace un llamamiento basándose en la experiencia cristiana de ellos, a que tengan un solo sentir y unanimidad de corazón, y que pongan a los demás antes que a ellos mismos.
¿Qué motivos hay para la unidad en la iglesia? Cristo es el gran incentivo; si estamos en Cristo, ¡debemos poder vivir los unos con los otros! Otros incentivos incluyen el amor, la comunión del Espíritu, los deseos profundamente arraigados que tenemos en Cristo y el gozo que podemos dar a otros.
Pablo vio rencilla y ambición egoísta entre los creyentes romanos (1:14–17) y advierte que esto no debe estar presente en Filipos.
 
«Sentir humilde» es el que no piensa en sí mismo, sino en Cristo y en los demás. «La humildad no es pensar mal de uno mismo, es no pensar en uno mismo». Pablo señala la actitud de Cristo antes de su encarnación. ¿Estaba tratando de aferrarse egoístamente a sus privilegios como Dios? ¡No!
Voluntariamente dejó a un lado su gloria y «se vistió» en forma de siervo. No dejó de ser Dios, sino que dejó a un lado su gloria y el uso independiente de sus atributos como Dios. Su vida como el Dios-Hombre en la tierra estaba sujeta por completo al Padre.

sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres. (Filp. 2:7)

NOTA: V.7: se despojó[1] a sí mismo. La kenosis [vaciamiento] de Cristo durante Su Encarnación no quiere decir que renunciase a ningún atributo de Su Deidad, sino que tomó sobre Sí las limitaciones de la humanidad. Esto implicaba un velo sobre la Gloria que tenía antes de la Encarnación (Jn.17:5) y el desentenderse Voluntariamente de algunas de Sus prerrogativas Divinas durante el tiempo que estuvo en la tierra (Mateo 24:36).

«Yo hago siempre lo que le agrada» (Jn. 8:29). Jesús se humilló a sí mismo para venir a ser carne y luego para ser hecho pecado al ir voluntariamente a la cruz. Pero la experiencia de Cristo prueba que la exaltación siempre sigue a la humillación. «Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte cuando fuere tiempo», promete 1 Pedro 5:6. La persona que se auto-exalta será humillada (Lc. 14:11).
¿Recuerda lo que le pasó a Faraón, al rey Saúl, Nabucodonosor, Amán y Herodes?
·      Nosotros no adoramos a un «bebé en un pesebre» ni a un «sacrificio en una cruz»;
·      Adoramos a un Señor exaltado sentado en el trono del universo.
La vida, muerte y resurrección de Cristo probaron eternamente que la manera de ser exaltado es humillarse ante Dios. No hay gozo o paz en el orgullo y la vanagloria. Cuando tenemos el sentir sumiso que Cristo tenía, tendremos el gozo y la paz que sólo Él puede dar.

OjO: El punto que Pablo quiere recalcar es que la disposición y el temple de los miembros de la Iglesia deberían ser siempre los mismos que Tuvo Cristo. Humilde.

II.     El Ejemplo De Pablo (Filp.2:12–18):
Siempre que hay un sentir sumiso habrá sacrificio y servicio:
v Esto fue cierto en Cristo (vv. 7–8),
v Pablo (v. 17),
v Timoteo (vv. 21–22), y
v Epafrodito (v. 30).
Un solo sentir lleva a un sentir sumiso: conforme procuramos vivir por Cristo vivimos por otros. ¡Cuán cierto fue esto en la vida de Pablo! ¿El secreto? Los cristianos le permiten a Dios obrar en ellos:
·      La carne no puede «producir» humildad o consagración;
·      Esto debe venir desde adentro por el poder del Espíritu.
Dios obra en nosotros antes de obrar por medio nuestro, y usa la Palabra (1 Ts. 2:13), el Espíritu (Ef. 3:16, 20–21) y la oración.
Pablo nos da varios cuadros de cristianos que tienen un sentir sumiso:
v Los describe como hijos obedientes de Dios, procurando honrar al Padre;
v Como estrellas brillando en un mundo oscuro;
v Como atletas que le extienden el testigo al siguiente corredor.
En los versículos 17–18 Pablo se auto-describe como la ofrenda de libación que se derrama sobre el altar. Donde hay un sentir sumiso y humilde debe haber sacrificio y servicio.

III.    El Ejemplo De Timoteo (Filp.2:19–24):
Pablo llama a Timoteo su «hijo en la fe» debido a que había ganado a este joven para Cristo (véanse Hch. 16:1–5; 2 Tim. 1:1–6; 1 Cor.4:15–17). Como Pablo, Timoteo vivía para otros, no para sí mismo. Demasiados cristianos viven de la manera en que se habla en Filipenses 2:21 ¡en lugar de vivir como dice Filipenses 1:21! Timoteo era un ayudante y representante de Pablo, y había demostrado ser fiel al Señor.
Aunque era un joven, sabía cómo servir a Cristo y estaba dispuesto a sacrificarse por Él. Pablo no llamó a Timoteo al servicio de inmediato; le dejó que se quedara en casa y creciera durante cinco o seis años.
Timoteo tenía un buen testimonio de servicio en su propio lugar cuando Pablo lo añadió a su personal misionero (Hch. 16:2; 1 Tim. 3:6, 7). Es peligroso darles a los nuevos cristianos tareas importantes de inmediato.

IV.    El Ejemplo De Epafrodito (1 Filp.2:25–30):
A.     Era Un Cristiano Equilibrado (v. 25).
Era un hermano, lo que quiere decir que conocía la comunión del evangelio; un compañero de labores, lo que lo unía al progreso del evangelio; y un compañero de milicia, lo que quiere decir que sabía cómo batallar por la fe del evangelio.
¡Qué fácil les resulta a los cristianos perder el equilibrio! Algunos piensan sólo en el compañerismo, la hermandad, y no tienen tiempo para ganar almas ni luchar contra el enemigo.
Otros están tan involucrados en el servicio que se olvidan de la comunión. Esta fue la equivocación de Marta (Lc. 10:38–42). También hay quienes están siempre luchando, tanto, que descuidan el compañerismo y el servicio. Necesitamos ser cristianos equilibrados.

B.      Era Un Cristiano Preocupado (vv. 26–27).
Tenía un sentir sumiso y pensaba en los demás, no en sí mismo. Aunque se enfermó y casi muere, su preocupación era Pablo y la iglesia que había dejado en Filipos. Necesitamos más cristianos que se preocupen no solamente por las misiones foráneas, sino también por sus iglesias locales.

C.      Era Un Cristiano Bendecido (vv. 28–30).
¡Qué bendición fue Epafrodito para Pablo! Cómo debe haber animado a Pablo en esos días difíciles al orar y laborar juntos. También fue una bendición para su iglesia. Fue quien hizo posible que los filipenses participaran en el importante ministerio de Pablo. Es más, ¡Epafrodito es bendición para nosotros hoy en día! Aquí estamos, siglos más tarde, estudiando su carácter y beneficiándonos de su vida y ministerio.
Los siervos fieles de Cristo deben honrarse de la manera correcta:
Ø «Recibidle, pues, en el Señor» es la admonición de Pablo.
Ø Véase 1 Tesalonicenses 5:12, 13. «Tened en estima a los que son como él» (v. 29) de ninguna manera contradice 2:7: «se despojó a sí mismo».
Ø La frase en 2:7 literalmente significa que Cristo se vació a sí mismo. Pablo le dijo a la iglesia que mostrara el debido honor a su líder porque se había arriesgado «exponiendo su vida» (v. 30) por servir a Pablo.
¡Qué diferente es que ejerzamos el sentir sumiso, el mismo que hay en Cristo! Al andar por vista, como lo hacemos, pensamos que humillarnos es perder; sin embargo, la Palabra enseña que la única manera de subir es bajar. Cristo fue sumiso y Dios le exaltó a lo sumo.
Pablo, Timoteo y Epafrodito también lo fueron y recibieron honra por su sacrificio y servicio. La mejor manera de lograr la victoria sobre las personas y el orgullo es el sentir sumiso, el de Cristo. Y lo recibimos sólo en la medida en que le permitimos al Espíritu y a la Palabra obrar en nuestras vidas (vv. 12–13).
____________
Notas:
[1] kenoo = (κενόω, G2758), vaciar, hacer vano. Se utiliza:
(a) de la fe (Rom.4:14: «vana resulta la fe»; rv: «vana es»);
(b) de la cruz de Cristo (1 Cor.1:17: «para que no se haga vana»);
(c) de Cristo, al vaciarse a sí mismo (Filp.2:7: «se despojó a sí mismo» [rv: «(se) anonadó»]);
(d) del gloriarse del apóstol Pablo en el ministerio del evangelio (1 Cor.9:15: «antes que nadie desvanezca»; rv: «haga vana»);
(e) de su gloriarse en la iglesia de Corinto (2 Cor.9:3: «no sea vano»; rv: «sea vana»). Véanse DESPOJAR, DESVANECER, VANO. (VINE).


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