LA VERDADERA NAVIDAD:
(San Nicolás De Mira)
“Jesús le dijo: Si quieres
ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro
en el cielo; y ven y sígueme”. (Mateo 19:21)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Así comienza uno de los poemas navideños
más conocidos*. Por supuesto,
aunque menciona una casa silenciosa y quieta, para muchos, como yo, es la noche
más agitada del año, y lo digo porque –en la que pasó- experimenté las seis horas más
frustrantes de mi vida tratando de armar una pequeña casa de muñecas de tres
pisos. Una abuela amorosa e ingenua, la compró para regalársela a mi hija, y me
hizo esa nochebuena, después de acostarse a los niños, para sorprenderla al
amanecer la Navidad.
Sin conocer la serie de agobiante labor, mi hija jugó con la casa durante un total de tres minutos antes de descubrir que el lazo que la mantenía en pie era mucho más divertido, por lo que lo haló. Ya se imaginarán lo que ocurrió. Desde entonces le dije a la abuela que todos los regalos en el futuro deben venir armados.
*Era nochebuena, y toda la casa ni un ojo se abría, pues todo dormía. Al calor de la estufa, las medias colgaban esperando en solaz, la llegada de San Nicolás.
1. UN NIÑO LLAMADO NICOLÁS:
Respecto al poema inicial, se escribió en
menos de una hora en una nochebuena, hace 175 años, en una linda ciudad costera
del Mediterráneo llamada Mira1) (hoy Turquía),
en el Asia Menor del Imperio Romano. ¡Allí, en el siglo IV, a una familia adinerada le nació un
niño que llamó Nicolás!
Nicolás de Mira, bajo la fiel crianza de
sus padres, llegó a ser un cristiano muy consagrado. Su vida impactó de tal
manera que inspiró la leyenda de Santa Claus, debido a que
obsequiaba regalos desinteresadamente. Pero más importante aún es el hecho de
que San Nicolás era un siervo de Jesucristo, un pastor consagrado.
El primer en llevar el evangelio a Mira
fue el mismo apóstol Pablo en uno de sus viajes misioneros. Los bisabuelos de
Nicolás se encontraban entre los convertidos por el mensaje de Pablo. Ellos
construyeron la Iglesia de San Pablo como un momento viviente para que
generaciones futuras pudieran adorar al Señor y predicaran la redención a
través de Cristo.
La fe de los bisabuelos
de Nicolás pasó de generación a generación, por lo que nació en un hogar con
una fe cristiana sólida. Cuando Nicolás era adolescente, el padre de él murió
mientras oraba en la iglesia durante un culto de adoración. Su madre sobrevivió
solo dos días más. Eso que Nicolás pasara de niño a hombres vertiginosamente.
Como sus padres fueron terratenientes ricos, heredó las propiedades de su familia. Así que con solo diecisiete años se encargó de administrar esos bienes.
2. SU BONDAD NO TENIA LÍMITES:
Sin embargo, buscaba la dirección divina, orando en la iglesia
siempre que podía. Las palabras de
Cristo al joven rico penetraron su corazón: “Si
quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dado a los pobres, y tendrás
tesoro en el cielo; y ven y sígueme”2).
Mientras luchaba pidiendo la dirección de
Dios, supo de un noble que perdió todo y no podía pagar la dote de su hija. (En esos días
los padres tenían que proveer una dote suficiente, de lo contrario sus hijos no
podrían casarse).
Una de las hijas del hombre decidió
venderse como esclava para poder conseguir la dote de su hermana. Cuando
Nicolás se enteró de su situación, secretamente ubicó el hogar, y a media noche,
lanzó por la ventana una bolsa llena de oro. Poco después lanzó otra para que
la segunda hija pudiera casarse.
Cuando llegó la fecha del casamiento de la
tercera hija, el noble estaba tan decidido a descubrir quién era su benefactor
secreto, que ató una campana a una cuerda que puso alrededor de su casa.
Por supuesto, cuando Nicolás se acercó al
hogar con su tercera bolsa llena de oro, la alarma sonó y fue descubierto.
Sorprendido, Nicolás le hizo prometer al noble que no lo diría a nadie. Pero el
secreto duró muy poco. Rápidamente se
difundió la noticia de que Nicolás era el responsable de aquello, al igual que
de muchos otros actos benéficos que había realizado en secreto durante muchos
años.
Al cumplir con esos gestos de generosidad,
Nicolás se convirtió en agente secreto de Cristo. A veces se disfrazaba para
poder caminar por las calles y evaluar personalmente las necesidades de la
gente. Luego regresaba a escondidas, de noche, y lanzaba comida, ropa, o dinero
–según la necesidad-, por las ventanas. Algunos decían
que lanzaba sus regalos por las chimeneas para despistar a los que quisieran
saber quién era el responsable de aquello. De allí la leyenda de que San Nicolás
reparte sus regalos bajando por las chimeneas.
Mientras caminaba por las calles de Mira, imaginen la mezcla de tristeza y alegría que sentía al ver a alguien sufriendo. Tristeza debido a la gran necesidad de la gente, y alegría puesto que sabía que Dios lo usaría para ayudar de manera significativa.
¿Quién Creen Que Recibió La Mayor Bendición?
Los que recibían los regalos no tenían idea de su procedencia. A su parecer, el Señor era quien contestaba las
oraciones de ellos para satisfacer sus necesidades. Y en verdad así lo hizo –por medio de este generoso siervo.
La alegría que Nicolás experimentaba al actuar con bondad y misericordia marcó claramente la senda de su vida. Se dedicó, con todo lo que poseía, a servir a Cristo ayudando a los necesitados.
3. SU LLAMADO AL SERVICIO DE DIOS:
A fin de prepararse para el ministerio,
emprendió un peregrinaje a Tierra Santa. Viajó por espacio de tres años a
través de Palestina aprendiendo, predicando y ministrando a los necesitados.
Poco después de regresar Nicolás a Mira,
el muy querido y respetado pastor de la ciudad murió. Conseguir un sucesor
sería una tarea difícil.
Según informes, al presidente del consejo
de la iglesia se le encomendó en sueños que nombrara a Nicolás como nuevo pastor de Mira.
A pesar de que este método para escoger pastores no lo recomiendan muchos
comités de elección, en este caso resultó efectivo.
Nicolás contaba con unos veinte años de
edad cuando lo nombraron pastor. De Mira. La fecha fue aproximadamente el año 300
d. C. Enseguida se le conoció como un fuerte defensor de la fe.
Cuando Dioclesio, el malvado emperador
romano, proclamó el edicto de encarcelar o matar a todos los cristianos,
Nicolás reunió a su congregación en la iglesia. “Hermanos”, comenzó, “ha llegado el
día de nuestra mayor gloria o nuestra vergüenza más negra. Por la gracia de Dios,
hemos de descubrir ahora lo que en nosotros estamos y lo que en buen trigo”.
Sabiendo que la persecución estaba por
comenzar, exhortó a los cristianos a estar firmes por Cristo, y dispuestos
hasta a morir por ÉL. Según la tradición, a Nicolás lo arrastraron fuera de su
iglesia, lo golpearon públicamente, lo torturaron y lo encarcelaron. Los
cristianos escaparon y muchas iglesias a través de la provincia fueron
quemadas.
No fue sino hasta que Constantino el Grande conquistó el
imperio Occidental y declaró el final de la persecución de los cristianos que a
Nicolás se le dejó en libertad.
Tendría más o menos cuarenta y cinco años
cuando regresó a Mira, pero la severidad de la persecución le dio la apariencia
de un hombre de sesenta y cinco.
Nicolás volvió a ministrar a su rebaño,
cuyo número había sido bastante reducido. Los creyentes tenían muchas
necesidades y Nicolás estuvo al cuidado de ellos. Él sabía la importancia de
una fe
que se muestra por sus obras. Sentía que era su responsabilidad
satisfacer las necesidades de su prójimo.
Comenzó también a enseñar acerca del gozo
que produce ayudar a otros en secreto.3) Muy pronto, otros siguieron sus pasos
sin esperar recompensa o reconocimiento.
Después de su muerte, muchos de los ciudadanos de Mira continuaron calladamente con la tradición establecida por el pastor Nicolás. Cuando la gente preguntaba de dónde venían los inesperados regalos, se les decía: “¡Debe haber sido San Nicolás!”. Mientras más aumentaba la práctica de dar en secreto, más crecía la leyenda de Nicolás.
Gente de todo el mundo llegaba al puerto de Mira. Muy pronto, marineros italianos llevaron la historia
y la costumbre a su tierra natal y al dar en secreto comenzó a popularizarse
por todo el mundo Occidental y San Nicolás seguía llevándose el mérito.
· Cuando
la costumbre llegó a Alemania, el nombre de este santo fuera traducido como San Niklaus. Se Alemania, se llevó a
Holanda.
· En
holandés, su nombre llegó a ser Sinter Klaus.
Los holandeses trajeron la tradición al Nuevo Mundo en los años 1600.
·
En
América, Sinter Klaus fue cambiando a Santa
Claus.
· La fama e inspiración de San Nicolás continuaba en aumento.
4. EL TESTIMONIO
COMPARTIDO EN EL MUNDO VIEJO, Y NUEVO, A DAR, HOY A LOS NECESITADOS:
Una fría nochebuena, en 1822, Clemente C. Moore, distinguido profesor
del Seminario Teológico General de Nuevo York, terminaba sus compras navideñas.
Su esposa había preparado unas cestas de comida para algunas familias pobres, y
le faltó un pavo.
Al salir de prisa a buscar, el doctor Moore se encontró con su conserje, Jan Duychinck. Jan era bajo de estatura,
gordo, tenía una nariz grande y roja, unos labios bien delineados, dos hoyuelos
perfectamente colocados en sus mejías y una gran barba blanca.
El doctor Moore y su conserje holandés conversaron bajo la nieve acerca de la
Navidad y en cuanto a proveer comida a los pobres.
Fue en esa víspera de Navidad que Jan le relató la fascinante historia de
San Nicolás a su patrón. “Cada Navidad”, comentó
el consejero, “los
holandeses sacaban a alguien, vestido de San Nicolás, a pasear en un trineo”.
Explicó cómo los niños llenan las calles
esperando ansiosos la llegada de esa persona especial vestido de rojo y blanco: era como un
santo entregando regalos.
Al doctor Moore le inspiró tanto la historia que corrió a su casa a escribir
un poema. Al describir a San Nicolás en sus versos, hizo un bosquejo de su
conserje holandés.
Sus ojos brillantes,
Su rostro ¡qué alegre!
Su tez como rosa,
Su nariz cereza.
Su boca sonriente, cual
Regalo tiene,
Su barba tan blanco,
¡Tan blanco cual nieve!
Sonrisa en su rostro,
Él siempre mantiene.
La alegré circunda,
Su faz cual
guirnalda.
Su cara muy ancha,
Su panza redonda
Ondea y se mueve,
Cuando ríe y goza.
En 1860, Thomas Nas pintó un cuadro de Santa Claus para
un periódico de Nueva York, basado en el poema del doctor Moore. En 1931, la compañía Coca-Cola actualizó
la imagen y comenzó a usar a Santa Claus en
una campaña publicitaria.
El mundo comercial de hoy le ha dado a Santa Claus una persona propia. En efecto, se ha convertido
en uno de los personajes más reconocidos en todo el mundo. Sin embargo, es interesante
ver que el espíritu que inspira a dar a otros desinteresadamente, que enseñó el
verdadero San Nicolás, aún vive.
¿Ha observado que, en general, el mundo es más amable, más paciente, y más generoso, Durante la Navidad? En esta temporada, las personas sonríen más, se abrazan más, se ríen más. Las estadísticas comprueban que aun la incidencia del crimen disminuye significativamente durante la temporada navideña.
Conclusión:
Los cristianos discrepan mucho respecto al
asunto de Santa
Claus, ya que la NAVIDAD, en verdad, SE TRATA DE JESÚS y no de San Nicolás, y están en lo cierto.
Dios mismo estableció el símbolo del dar
en la Navidad.
Él mismo nos dio, aun sin merecerlo, el mejor regalo de todos los tiempos.
Y el regalo de Jesús fue la razón por la cual San Nicolás dedicó su vida y sus posesiones en beneficio de
los necesitados. Él daba en secreto y desinteresadamente, porque lo hacía en el
Nombre de Jesús,
y no en el de Nicolás.
[Cómo si lo
hacen los religiosos, que buscan su propia gloria, en nombre de los demás, se
enriquecen].
Aunque el mundo trate de sacar a Jesús
del camino durante la Navidad, el espíritu de generosidad vive callado
y gozosamente en aquellos que ponen de lado el orgullo
y el egoísmo para dar como Dios dio.
Y repentinamente
estaba
con él
ángel una
multitud
de las huestes
celestiales
que alababan
a Dios
diciendo:
¡Gloria a Dios en las
Alturas,
Y en la tierra paz,
Buena voluntad para
Con los hombres!
LA
NAVIDAD: SIN
JESÚS, NO TIENE SENTIDO:
___________
Nota y Bibliografía:
1) Mira
(ciudad).
(Redirigido desde «Myra»). Famosas tumbas rupestres de Mira. Mira (en griego antiguo τά Μύρα, en plural) es
una antigua ciudad Licia, situada a 1,5 km al norte de la actual ciudad de
Demre,1 en la provincia
de Antalia
(Turquía). La ciudad estaba ubicaba junto al río Limiro2
(actualmente llamado Demre cay),1
en una fértil llanura fluvial a unos 3,5 km del mar Egeo.2
1. Historia.
A pesar de que los
restos de una antigua muralla permiten remontar su origen al menos hasta el
siglo V a. C., no se conservan registros escritos sobre la ciudad hasta el
siglo I a. C., donde es mencionada como ciudad integrante de la Alianza Licia;
un tratado que implicaba también a las ciudades de Janto, Tlos, Pinara, Patara
y Olympos,1 y que estuvo
vigente desde el 168 a. C. hasta el 43 d. C. De acuerdo con el geógrafo griego
Estrabón, en aquella época Mira ya era una de las ciudades más grandes de la
alianza, llegando incluso a ser la capital.3
La ciudad de Mira,
como todo el pueblo licio, estuvo bajo influencia griega desde el siglo IV a.
C. Fue convertida en satrapía en la época de Alejandro Magno y fue disputada
por distintos imperios de la época, con la excepción del período de
independencia de la Alianza, que finalizó tras la incorporación de Licia como
provincia del Imperio romano en el año 43. Durante la época romana el puerto de
Mira adquirió una notable importancia como punto de reabastecimiento de las
naves romanas, especialmente de las que viajaban con destino a Alejandría. Por
el puerto de Mira pasaron Germánico y Agripina en el año 18, San Pablo en el
año 60, y Adriano en el 131.1
Tras la absorción
romana, el cristianismo penetró en tierras licias, y en el siglo IV, Mira tuvo
como obispo a Nicolás de Mira, también conocido en occidente como Nicolás de
Bari, o simplemente como San Nicolás, quien, en su afán por erradicar el
paganismo, ordenó demoler varios de los edificios más representativos del culto
antiguo, incluyendo el templo de Artemisa.1
Bajo el reinado de
Teodosio II, a inicios del siglo V, Mira se convirtió en capital de la
provincia de Licia, estatus que mantuvo hasta la conquista de la ciudad en el
808, por las tropas del Harún al-Rashid, califa abasí de Bagdad.1 Tras la invasión, la
ciudad entró en decadencia y fue abandonada en el siglo XI.1
2. Monumentos.
Tumba original de San Nicolás, en
Mira.
Anfiteatro romano.
La ciudad albergó
en la antigüedad varias de las construcciones más importantes del pueblo licio,
destacando el desaparecido templo destinado a la diosa Artemisa, protectora de
la ciudad, y considerado en su tiempo el más grande y bello de Licia.1 Mira también posee el
mayor teatro romano de la región, cuyos restos aún se conservan.
La ciudad posee
dos monumentales complejos de tumbas rupestres, excavadas en dos emplazamientos
distintos: uno sobre el anfiteatro
romano, y otro en una colina cercana, cuyos restos reciben el nombre de
necrópolis del río. La mayoría de las tumbas están fechadas en el siglo IV a.
C., y estuvieron decoradas con relieves y policromía.1
Otro de los
edificios más representativos es la iglesia de San Nicolás, de estilo
bizantino, y que aún contiene el sarcófago donde fueron enterrados los restos
del santo, si bien éstos fueron trasladados posteriormente a Italia. El templo
original es del siglo VI, aunque fue reconstruido en el siglo IX y nuevamente
en el XI.1 El culto a San
Nicolás; un santo famoso por su caridad, se extendió entre los siglos VI y XI,
especialmente en oriente y Rusia, convirtiendo esta iglesia en un centro de
peregrinación. También se le atribuyen a este santo numerosos milagros y varias
leyendas que desembocaron en la aparición del mito de Santa Claus.1, 4
Referencias:
1. «Myra» (en
inglés). Consultado el 26 de enero de 2010.
2. «Diccionario numismático general». Consultado el 26
de enero de 2010.
3. «Antalya». Archivado desde el original el 24 de
noviembre de 2015. Consultado el 26 de enero de 2010.
4. «Myra (Demre)» (en inglés). Consultado el 26 de enero
de 2010.
2) Mateo 19:21.
3) Lucas 2:13-14.
- e-Sword-the. LEDD.
-
Biblia de Estudio RYRIE.
-
ED Thompson. DE PASTOR A PASTOR: Un tarjetero pastoral 1995 LOGOI, Inc.
-
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 15//11//2021.
MISIÓN
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