lunes, 15 de noviembre de 2021

SOLI DEO CLORIA: (Gál. 4:4-5).

 

SOLI DEO CLORIA:

 

Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos”.

 

(Gál. 4:4-5).

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez: 

Ayuda Pastoral:

Esta es época de Navidad. Celebramos el evento más importante de la historia del hombre. El apóstol Pablo lo describe así:


Ø Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos

(Gál. 4:4-5).

 

Ayuda Hermenéutica:

 

V. 4:

R820 El agente se expresa por medio de ἐκ: de una mujer.

 

M66 Tanto en el v. 4 como en el v. 5, ὑπὸ νόμον significa: bajo la ley.

 

νόμος = nómos G3551 de un primario νέμω = némo, (repartir, específicamente comida o forraje a los animales); ley (mediante la idea de uso prescriptivo), generalmente (regulación), específicamente (de Moisés [incierto el volumen]; también el evangelio), o figurativamente (un principio): - pleito, ley. (Strong).

 

NOTA: nacida de mujer. El Hijo Divino también era humano. nacido bajo la ley. Cristo fue criado en conformidad con la ley de mosaica.

¡Qué increíble que Dios nos amara tanto! Es oportuno, pues, hablar de la gloria inigualable que debemos tributar a Dios.


“Triste es cuando el hombre se coloca en el centro del universo queriendo desplazar a Dios”.

Hoy día, ¡cuánta obra que resulta en gloria para el individuo, en lugar de gloria para Dios! Creo que necesitamos renovar el clamor de los reformadores del siglo XVI: Soli Deo Gloria (latín para “solo a Dios gloria”).

Desde que empezamos a ir a la iglesia hemos oído que todo debe hacerse para la gloria de Dios. Sin embargo, hoy día pareciera que, en un gran número de casos, se ha convertido la plataforma de la iglesia en el lugar donde se glorifica a los siervos de Dios.

Vi una caricatura que viene al caso. Se ve un barco lleno de pasajeros. A un lado está un personaje barbudo solitario representando al apóstol Pablo, al otro lado del cuadro un gran grupo alrededor de unos cantantes. Un creyente dice:

 

·      “Sé que en este viaje Pablo vino para enseñarnos Biblia, pero lo que me interesa es conocer a los simpáticos cantantes de rock evangélico”.

Ya el estudio de la Biblia no nos llama la atención, no importa el maestro. Lo que buscamos es la sensación de conocer a las personalidades populares.

Pocos son los seguidores del humilde Carpintero de Nazaret. Pero, cuando ensalzamos al hombre, lo básico del cristianismo se está obviando: debe alabarse al Señor.

Abra su Biblia en Apocalipsis 5 y lea los versículos 1-14. ¿No nos debe avergonzar esa sustitución, de intentar robarle a Jesús lo que solo a ÉL le pertenece?                                            

Vivimos en un ambiente en que se da culto al hombre, donde la gente que se cree importante imita a los artistas de Hollywood y televisión, no a Cristo.

Otro ejemplo. Los aplausos están de moda. He estado en reuniones donde se ha interrumpido al predicador vez tras vez apara aplaudirle. Me he sentido como si estuviera en un mitin político, no en una iglesia. Allí, en la casa de Dios, donde por misma naturaleza la duración pertenece solo a Dios, se celebra al hombre más que a Dios. Cuidemos que nuestras alabanzas no sean al hombre por su habilidad y brillantez en lugar de a Dios.

Recordemos que el mensaje que un predicador trae a la congregación no es de él. Es (o debiera ser) algo que, a solas con Dios, como resultado de adoración y arduo estudio de la Palabra, ha recibido por ayuda e iluminación del Espíritu Santo. Entonces, rendirle gloria al predicador por lo que ha venido de Dios es un robo blasfemo.

Cuando el predicador o el cantante o el que da un testimonio usa el púlpito para obtener gloria para sí mismo, ya ha recibido su recompensa (Mt. 6:2; 5:16). Al buscar gloria personal por lo que hace, ya deja de ser una buena obra que Dios bendice y se convierte en una perversidad. Como señaló Jesús: “ya recibieron su recompensa”. En otras palabras: ¡no pueden esperar la bendición de Dios!

¡Qué hermoso es ver a un predicador que en verdad es instrumento en manos de Dios, buscando solo la gloria de Dios! Pero qué deshonroso es ver a una persona usar indirectamente lo que es de Dios para directamente glorificarse a sí mismo. El exhibicionismo espiritual debe ser condenado por el pueblo de Dios. Lo triste es que hoy la gente busca codearse con grandeza humana, y tantos predicadores, a mi parecer, animan y aceptan tal adulación.

I.     UNA NEGACIÓN DIFÍCIL:

¿Qué quiso decir Cristo con las palabras niéguese a sí mismo?

Cuando Cristo dijo:

·      Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame (Mt. 16:24), hablaba principalmente de nuestro ego.


Ayuda Hermenéutica:

ἀπαρνέομαι = aparnéomai G533 de G575 y G720; negar completamente que se conoce a una persona, i.e. desconocer, rechazar, abstenerse: - negar.

 

ἑαυτοῦ = jeautú G1438 (incluido todos los demás casos); de un pronombre reflexivo de otra manera obsoleto y del genitivo (dativo o acusativo) de G846; a él (ella, ello, ellos, también [en conjunción con el pronombre pers. de otras personas] yo mismo, tú mismo, él, ella o ello mismo, nosotros mismos, ustedes mismos, ellos mismos, etc.: - (propia) cuenta, (propia) opinión, suyo. (Strong).

 

V. 24:   

R742 Τις aquí se usa como un sustantivo: si alguno.

 

H421 Los imperativos tienen un sentido condicional que implica una apódosis: entonces él será mi discípulo.

 

NOTA: cruz: Mt. 16:24: Véase Mt. 10:18: cruz. Esta referencia a una cruz no necesitaba explicación, pues los judíos habían visto a miles de sus compatriotas crucificados por los romanos. A los seguidores de Cristo se les exige lealtad aun hasta la muerte.

No nos gusta el camino de la cruz. Preferimos un camino propio, que nos dé alguna satisfacción personal.

Ahora, si fuese indispensable, aceptaríamos ciertas clases de cruces –de oro, de plata, cruces bonitas y bien adornadas. Pero, por favor, ¡ninguna que tenga clavos! Pues, ¿quién quiere morir?

Pero es precisamente a morir que nos invita Cristo. Morir es negarse a sí mismo para rendirle a Dios toda la gloria que le pertenece. Morir no sólo se refiere a algo material, ni ajeno, ni al mundo. Tiene que ver esencialmente con lo que soy y quiero para mí. Tiene que ver con lo que Dios es y espera de mí. Tiene que ver con mi ego, con mi yo[1], con mis pretensiones, mis deseos, mis anhelos, mis objetivos, mis motivos, mis posiciones, mi familia, y mis pensamientos más íntimos y escondidos.

 

Tomar nuestra cruz encierra ponernos a un lado para que CRISTO sea exaltado:

La intención real del corazón del que desea honrar a Dios debe ser morir al yo para que solo Dios sea exaltado. Esto es lo que quiso al Padre, pues ama al Hijo (Jn. 3:35; 5:20) y le dio gran gloria a Él, y le confirió las grandes obras (Jn. 5:20-30; 10:17-18; 17:23-26).

Como Balaam (Núm. 22), nuestro servicio puede desear la gloria de Dios, pero a la vez estar contaminado por un fuerte deseo de algún reconocimiento, de algún beneficio personal. La razón pura de servir a Dios no es la única ni exclusiva intención. Detrás del servicio está el perverso de lucirnos o ser enaltecidos o recibir alguna ganancia.

Ese deseo de que se nos celebre el talento, de que se nos alabe, de que se diga que somos mejor que otros, de que se nos dé algún crédito, alguna ganancia material, alguna alabanza, saltan de su sitio escondido y procura apoderarse de nuestra buena obra. Niéguese a sí mismo”, dice Jesús.

Si permitimos el pensamiento, si alentamos ese ego, lo bueno se convierte en malo, en algo desagradable a Dios. Aquí cabe lo que dijo Jesús:

 

Ø “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿No profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí, apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mt. 7:22-23).

 

NOTA: VV. 22-23: La respuesta, o confesión abierta, de Jesús a las personas que se describen en el v. 22 es triple:

(1) Nunca os he conocido. Significa que nunca jamás habían entrado en una relación personal y salvadora con Cristo. No se trata de una supuesta apostasía.

(2) ¡Apartaos de mí! es la sentencia reservada para los incrédulos, los enemigos del reino (comp. 25:41). Dios no permite en su presencia tales personas.

(3) Obradores de maldad presenta la clave en el pasaje.

Aunque nos sorprende la severidad con que Jesús trató a este grupo que había actuado tan bien, según las normas de los hombres, cuando analizamos el término maldad (anomía G458) comenzamos a entender la gravedad de su vida y obras. El término significa literalmente sin ley”, o transgresión de la ley. De este término viene la palabra antinomiano que usamos para describir a uno que vive al margen o fuera de la ley.

Describe a las personas que se rebelan contra la ley establecida, viven fuera de la ley, son anarquistas, no reconocen la autoridad del Rey de los cielos y la tierra. Se niegan a orar venga tu reino, sea hecha tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra (6:10).

Por cierto, el que no busca glorificar a Dios permite que ese ego encuentre la satisfacción que busca. Use el evangelio para su avance personal, para enriquecerse, para ganar fama, disimulando y engañando al pueblo de Dios, pretendiendo ser santo y sacrificado.

Sus fines son perversos, pero finge con palabras dulces y argumentos piadosos servir fielmente a Dios. Si expusiera su verdadera intención, no podría logar que cristianos le siguieran y apoyaran. Así es que los engaña con una pretendida piedad.

II.    LA MIRADA INTROSPECTIVA:

El siervo de Dios sincero y honesto, al contrario, reconocer las tendencias de su corazón perverso y no se deja engañar. Permite que la Palabra escudriñe las intenciones de su corazón. Cuando ve asomar ese ego, esa intención falsa, ese deseo de compartir la gloria con Dios, se reprocha a sí mismo. Admite su debilidad y de inmediato acude al Padre Celestial implorando purificación, perdón, y misericordia. Pone al ego de nuevo en su lugar, reconociendo sabiamente que la lucha es interminable, que cuando menos se dé cuenta aparecerá nuevamente el maldito yo[2].

Dijo el sabio Alberto Einstein:

·     El verdadero valor del individuo se determina principalmente por la medida y en el sentido que ha podido liberase de su ego”.

Esta fue la expresión de uno que no pretendía ser creyente. ¡Cuánto más debe ser verdad dentro del grupo que se llama cristiano!

UNA INTERESANTE ORACIÓN:

 

Se cuenta de una humilde mujer que oraba: “Señor, no soy lo que quiero ser; ni soy lo que un día seré. Pero te doy gracias que ya no soy lo que era”. Cuando nos disciplinamos y nos negamos a nosotros mismos, y tomamos nuestra cruz y seguimos a Cristo, no somos lo que éramos: hemos empezado a tomar la cruz para seguir correctamente a nuestro Salvador.

No hay duda de que cuando Cristo dijo toma tu cruztenía en mente su propio destino. Él pidió de nosotros, sus seguidores, el mismo espíritu ante Dios que habría en ÉL. A través de su vida tuvo un solo objetivo: glorificar a su Padre. Nada hizo para ensalzarse a sí mismo. Se humilló, como nos dice el apóstol Pablo en Filipenses 2:5-8, poniendo a un lado su propia gloria y haciéndose siervo.

¿POR CUÁL CAMINO VAS?

El renombrado comentarista bíblico Juan A. Broadus decía: “Cristo vivía como uno que marchaba a su crucifixión. Reconocía que su destino que su destino era el sufrimiento y la muerte, Cualquiera que decida seguirle debe prepararse para andar por el mismo camino y hacia la misma experiencia”.

II.   EJEMPLOS DE CÓMO VIVIR:

Cabe hacer una observación final: Cristo pide que le sigamos a ÉL. Eso significa que no hemos de seguir un impulso personal, ni los consejos de los amigos, ni la opinión del grupo. Solo que le sigamos. Dice Raymond Brown, un gran predicador inglés:

·  Ciertamente uno de los principios de la fe es que rehusamos tomar un paso a menos que la Palabra de Dios nos muestre el camino y nos alumbra como un farol.

Ese fue el ejemplo que nos dejó Cristo. Dijo que amaba al Padre (Juan 14:31). No daba ningún paso sin que el Padre se lo indicara (5:19-29, 30). Sometió su voluntad a la voluntad del Padre (Mt. 26:39, 42). Por eso, en fidelidad, tomó la copa de sufrimiento que el Padre le dio (Jn. 18:11). Hoy nuestro deber es segur al Hijo como ÉL siguió al Padre:

v Seguir es difícil.

v Nos gusta dirigir.

v Seguir demanda obediencia, eso también es difícil.

v Seguir significa andar por lugares que no escogeríamos naturalmente, hacer lo que muchas veces no nos gusta. Pero aún más, seguir significa esperara hasta recibir órdenes.

v Seguir no es adelantarnos para hacer lo que a juicio nuestro es propio y bueno.

El predicador G. Campbell Morgan dijo:

 

No tenemos el derecho ni de hacer un sacrificio para Cristo Jesús si ÉL no nos lo ha pedido. Cuando una persona se sacrifica sencillamente porque piensa que sacrificarse es en sí lago debido, y no ha hecho el sacrificio en obediencia a las órdenes de Cristo, esa persona ha cometido un escándalo tan grave como aquel otro individuo que rehúsa tomar su cruz y obedecer el mandato del Maestro.


·      Seguir a Jesús Significa Dejar:

Ø Que ÉL diga,

Ø Que ÉL mande,

Ø Que ÉL señale el camino.

El que anda por su propio camino, siguiendo sus propios antojos, está tan equivocado como el que abiertamente desobedece y rehúsa seguirle.

Nos dice el apóstol Juan:

Ø “…El que guarda su palabra en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado… (1 Jn.2:5).

ÉL nos dejó sus órdenes escritas.

 

Ayuda Hermenéutica:

τηρέω = teréo G5083 de τερός = terós, (vigilia; tal vez afín a G2334); guardar (de pérdida o daño, propiamente por mantener el ojo sobre; y así difiriendo de G5442, que es propiamente prevenir que escapen; y de G2892, que implica una fortaleza o lineas completas militares de aparato), i.e. notar (una profecía; figurativamente cumplir un mandato); por implicación detener (en custodia; figurativamente de mantener); por extensión retener (para fines personales; figurativamente mantener sin casar): - guarda, conservar, custodiar, reservar. (Strong).

 

VV. 3-6: ¿Cómo puede estar seguro de que pertenece a Cristo? Este pasaje menciona dos modos de saberlo:

Ø Si usted hace[obedece] lo que Cristo dice y

Ø Vive como Cristo quiere.

¿Y qué quiere Cristo que hagamos?

Juan responde en el 3:23 "que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros". La fe cristiana verdadera se traduce en una conducta afectuosa; esa es la razón por la que Juan dice que nuestra conducta nos otorga la seguridad de que pertenecemos a Cristo.

 

El cristiano que sigue cualquier cosa aparte de la Biblia (a otro creyente, a alguna voz extraña que piensa haber oído, a algún sueño) ya no sigue a Cristo, sigue a un sustituto. Hay solo una revelación verídica y confiable: la Santa Biblia.

El creyente que no la lee, que la desconoce, que le da poca importancia, verá que su tendencia será seguir lo que es ajeno a Dios, aunque sea religioso. No estará siguiendo a Jesús. Aun esta tendencia está contenida y prohibida en las palabras de Jesús: “niéguese a sí mismo”. Jesús pide que le sigamos a Él; a nadie más.

El gran evangelista de Inglaterra George Whitefield, que durante la era colonial conmovió a Nueva Inglaterra con un gran avivamiento, nos dejó un interesante ejemplo. Decía:

·    Quiero que el nombre de Whitefield no cuenta, solo quiero que el nombre de Cristo sea glorificado”.

Firmaba sus cartas con la frase:

Ø George Whitefield, menos que el menos de todos”.


Ese es el espíritu que debemos tener en esta Navidad: Niéguese a Sí Mismo”.

___________

Notas y Bibliografía:

[1]  yo. (Del lat. eo, de ego). pron. person. Forma de nominativo de 1.ª persona singular en masculino y femenino. || 2. Fil. Designa la realidad personal de quien habla o escribe. || 3. m. Fil. El sujeto humano en cuanto persona. El yo. Mi yo. || 4. Psicol. Parte consciente del individuo, mediante la cual cada persona se hace cargo de su propia identidad y de sus relaciones con el medio. || ~ que tú, que usted, etc. exprs. coloqs. Si yo estuviera en tu, su, etc., lugar. □ V. ~ pecador. Microsoft® Encarta® 2009.

[2]  ego. (Del lat. ego, yo). m. Psicol. En el psicoanálisis de Freud, instancia psíquica que se reconoce como yo, parcialmente consciente, que controla la motilidad y media entre los instintos del ello, los ideales del superyó y la realidad del mundo exterior. || 2. coloq. Exceso de autoestima. Microsoft® Encarta® 2009.

-     Les Thompson. DE PASTOR A PASTOR:  Un tarjetero pastoral 1995 LOGOI, Inc.

-  Biblia de Estudio RYRIE.

-  e-Sword-the. LEDD. Mundo Hispano.

-  Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 02//12//2015. MISIÓN BAUTISTA: Emanuel”. Ciudadela de Noé.  Los Cardos Mz.E - Lt.18. III Etapa. Cerca del Hospital Regional II.  Cel. 942-562691-Tumbes.


charlyibsh@hotmail.com

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