Parte I.
La
Promesa Del Espíritu Santo:
(Juan 14:15–31)
“Mas el
Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os
enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho… La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo
la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo… Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si
me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el
Padre mayor es que yo… Y ahora os lo he dicho
antes que suceda, para que cuando suceda, creáis… No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de
este mundo, y él nada tiene en mí… Mas para que
el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago.
Levantaos, vamos de aquí”.
(Jn. 14:26-31)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Jesús pronto iba a dejar a sus
discípulos, pero seguiría con ellos. ¿Cómo podía ser esto? El Consolador, el Espíritu mismo de Dios,
vendría después que Jesús se marchase para:
Ø Cuidar y
Ø Guiar a
· El poder regenerador del Espíritu vino
sobre los discípulos antes de la ascensión de Jesús (20:22) y
· Se derramó sobre los creyentes en Pentecostés (Hechos 2),
· Poco después que Jesús ascendiese al cielo.
El Espíritu Santo es
la presencia
misma de Dios en nosotros y en todos los
creyentes, que nos ayuda a vivir como Dios quiere y a edificar la
Iglesia de Cristo sobre la tierra.
Por fe podemos apropiarnos del poder del Espíritu cada día.
I. Jesús
Promete Enviar Al Espíritu, 14:15–24:
En la sección anterior Jesús describió el
lugar que los discípulos tendrían después de Pentecostés como sus
representantes en la extensión de su reino. A partir del v. 15 describe en términos prácticos y concretos cómo se
manifestaría el amor del discípulo hacia él y el amor de él hacia ellos, y que
por medio de esa relación íntima él realizaría su ministerio en el mundo. En
este pasaje se presenta la primera de una serie de referencias al ministerio
del Espíritu
Santo (14:26; 15:26; 16:7–15).
Su morada en los discípulos explica
el significado de “no os dejaré huérfanos” y aseguraría el
cumplimiento de la promesa de que ellos harían “mayores obras”. La mitad del
capítulo se encuentra en esta sección y, por razón de los distintos temas
mencionados, muchos comentaristas la dividen en dos
o tres partes.
Sin embargo, hemos optado por la división que emplea la RVA porque, aunque el Espíritu Santo se menciona explícitamente en sólo tres versículos (16, 17, 26), su ministerio en relación con la partida de Jesús corre a través del pasaje.
“Y yo rogaré al
Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre” (Jn. 14:16).
Ayuda Hermenéutica:
V. 16:
R613 En el sustantivo
compuesto παράκλητον, la preposición
tiene la idea de junto a.
BD306(5) El pronombre que
se usa en ἄλλον παράκλητον aparece donde está presente la idea de dos, y significa: otro, es decir, un Consolador.
H422 Καί tiene en este
versículo un sentido consecutivo (comp. 5:10): y como
resultado.
“El Espíritu de
verdad, al cual el mundo no puede recibir,
porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con
vosotros, y estará en vosotros”. (Jn. 14:17)
“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”. (Jn. 14:26)
La forma del verbo amáis
(v. 15), traducido en la RVA como en el modo indicativo, en el griego
admite tres
clasificaciones:
Ø El indicativo,
Ø El subjuntivo, o
Ø El imperativo activo en el tiempo presente.
La partícula griega condicional, traducida Si, con que se inicia la cláusula normalmente requiere un verbo en el modo subjuntivo y describe una condición futura más probable; por eso clasificamos el verbo como subjuntivo. Jesús confiaba que, habiendo salido ya Judas Iscariote, los demás lo amarían.
josa = (ὅσα, G1437), plural neutro de josos, tanto como, empleado principalmente en plural, se traduce en ocasiones como «todas las cosas» (Mt. 7:12); «todo lo que» (Hech. 4:23); en realidad significa «cualesquiera cosas». Véase Mr. 3:28, «cualesquiera». (VINE).
El verbo amáis está en el tiempo presente con énfasis en acción continua y describe un estilo de vida. Además, el verbo guardaréis, según el mejor texto griego, se clasifica como del modo indicativo y tiempo futuro. Sin embargo, hay una variante que lo escribe como un imperativo en el tiempo aoristo: “guardad”. El pronombre posesivo de mis mandamientos es enfático. Este concepto se repite y se amplía en el v. 21.
Ayuda Hermenéutica:
ἀγαπάω = agapao G25 tal
vez de ἄγαν = ágan (mucho) [o compare
H5689]; amar (en sentido social o moral): - amado, amada, amar, amor. Compare
G5368.
τηρέω = teréo G5083 de τερός = terós, (vigilia; tal vez afín a G2334); guardar (de pérdida o daño, propiamente por mantener el ojo sobre; y así difiriendo de G5442, que es propiamente prevenir que escapen; y de G2892, que implica una fortaleza o líneas completas militares de aparato), i.e. notar (una profecía; figurativamente cumplir un mandato); por implicación detener (en custodia; figurativamente de mantener); por extensión retener (para fines personales; figurativamente mantener sin casar): - guarda, conservar, custodiar, reservar. (Strong)
Algunos interpretan este versículo en relación con el versículo anterior, o el que sigue, o con 14:1. Por ejemplo, Marcus Dods ve en el v. 15 que el amor y obediencia de parte de los discípulos son condiciones para la promesa pronunciada por Jesús en el siguiente. Brown sigue esta idea y aplica la partícula condicional Si a ambos verbos del v. 15 y considera el versículo siguiente como la apódosis: “entonces yo le pediré…”. Plummer y otros consideran que este versículo es la condición para la eficacia de la oración “en mi nombre” (v. 14).
Parece que Jesús está diciendo que, si realmente existe un amor sincero de parte de los discípulos, la manifestación concreta naturalmente será la obediencia de sus mandatos. Por otro lado, la motivación para la obediencia de parte del creyente no debe ser el temor, o el sentido de obligación, sino el amor que surge de un corazón agradecido. Es fácil decir “te amo”, pero sólo decirlo no satisface las exigencias del Señor. Como dice el refrán: “Del dicho al hecho hay mucho trecho”.
Habiendo presentado la parte que
correspondía a los discípulos en el versículo anterior, ahora, v. 16, Jesús promete lo que él mismo
hará. Si ellos hacen su parte en la tierra, Jesús haría la suya en el cielo. El
pronombre yo es doblemente enfático y se ubica en contraste a “vosotros” en
el anterior.
· Morris observa que
aquí tenemos la primera vez en este Evangelio que Jesús emplea el verbo
traducido rogaré, el cual lo usan generalmente los discípulos que hacen
preguntas.
· Plummer comenta
que este verbo normalmente se usa entre personas de igual jerarquía, como en
este caso.
· Trench agrega que en el NT., no hay un solo caso de un creyente que haya usado este verbo en su oración a Dios, o de una criatura que se haya dirigido a su Creador. Jesús confía que el Padre oirá y contestará su pedido. Lit. el texto griego dice: “y otro Consolador dará a vosotros”. Este arreglo muestra que el énfasis recae sobre el pronombre otro.
El pronombre otro está en el género
masculino y significa literalmente “otro de la misma clase” (allos
G243). En el
griego hay otro pronombre que se traduce “otro” (eteros G2087), pero con el significado de
“otro de una
clase distinta”. La referencia es a otro que cumplirá el rol
realizado por Jesús durante los tres años de su ministerio terrenal.
Jesús los dejaría en su forma física y visible, pero no sería un abandono total, porque el Espíritu Santo vendría a suplir esa ausencia, y con ventajas. Jesús estaba limitado a un lugar a la vez, pero ese límite no se aplicaría al “otro Consolador”. Jesús normalmente estaba “con” los discípulos, pero el Espíritu Santo moraría “dentro” de ellos. Jesús estuvo con los discípulos por un tiempo limitado, aproximadamente tres años, pero el Consolador estaría con ellos para siempre.
Ayuda Hermenéutica:
ἄλλος = álos G243 palabra
primaria, de otra manera, i.e. diferente (en muchas aplicaciones): - de otra parte.
ἕτερος = Jéteros G2087 de afinidad incierta; otro o diferente: - (al día) siguiente, diferente, distinto. (Strong).
El término Consolador traduce un vocablo (paracletos G3875) que ofrece varias aplicaciones. Debemos mantener en mente la relación que se establece con Jesús y su ministerio al decir otro Consolador. Este título se usa cinco veces en el NT., cuatro de ellas en este Evangelio cuando Jesús se refiere al Espíritu Santo (14:16, 26; 15:26; 16:7). En 1 Juan 2:1 se traduce como “abogado”. El término traduce una palabra compuesta de una preposición para G3844, “al lado de”, y el adjetivo kletos G2822, derivado del verbo kaleo G2564 que significa “llamar”.
Ayuda Hermenéutica:
parakletos = (παράκλητος, G3875),
lit., llamado al lado de uno, en ayuda de uno, es principalmente un adjetivo
verbal, y sugiere la capacidad o adaptabilidad para prestar ayuda. Se usaba en
las cortes de justicia para denotar a un asistente legal, un defensor, un
abogado; de ahí, generalmente, el que aboga por la causa de otro, un
intercesor, abogado, como en 1 Jn. 2:1, del Señor Jesús. En su sentido más
amplio, significa uno que socorre, que consuela. Cristo fue esto para sus discípulos,
por la implicación de sus palabras «otro (allos, otro de la
misma clase, no jeteros = diferente)
Consolador», al hablar el Espíritu Santo
(Juan 14:16). En 14:26; 15:26; 16:7 le llama «el Consolador». «Consolador» se corresponde con el nombre əMenahemª,
que dan los hebreos al Mesías.
Nota: El verbo parakaleo (véase A, Nº l) se traduce como
consolación en Mt. 5:4: «recibirán consolación». Véase también CONSUELO.
(VINE).
παρά = pará G3844 preposición primario;
propiamente cerca; i.e. (con genitivo) además (literalmente o figurativamente),
(con dativo) a (o en) la proximidad de (objeto o sujeto), (con acusativo) en
proximidad con (local [específicamente más allá u opuesto a] o causal [a cuenta
de]: - a, para,
con, junto a, al lado de, del, contra, dar contra, arremeter. En compuestos
retiene la misma variedad de aplicación.
κλητός = kletós G2822 de lo mismo que G2821;
invitado, i.e. nombrado, o (específicamente) santo: - invocar,
llamar.
καλέω = kaléo G2564 similar a la base de G2573; llamar (propiamente en voz alta, pero usado en una variedad de aplicaciones, directa o de otra manera: - convidado, convidar, decir, invitar, llamar, poner (por nombre), sobrenombre. (Strong).
Algunas versiones, en vez de intentar una
traducción, sencillamente presentan una transliteración: “Paracleto”.
El término significa literalmente “uno llamado al lado de otro para socorrer”. A
veces se traduce “abogado” porque este término se usaba antiguamente
de uno llamado para ayudar en una corte de justicia, especialmente en la
defensa de una persona acusada.
Plummer afirma que siempre cuando se usa este término en el Evangelio, la idea de rogar, argumentar, convencer e instruir es prominente. Todos estos conceptos describen el ministerio de Cristo en el cielo y el amplio ministerio del Espíritu Santo en relación con los creyentes en el mundo. Siendo así, debemos buscar un término que se puede aplicar igualmente a Cristo y al Espíritu Santo.
El parakletos:
En el Evangelio de Juan se usa la palabra parakletos para referirse al Espíritu Santo (14:16, 26; 15:26). La palabra es traducida “Consolador” en RVA, la RVR-1995 y la NVI. Es traducida “Defensor” en la DHH.
William Barclay dice que hoy día las palabras “consolador” y “confortar” no dan la suficiente profundidad al significado de la palabra original. “La función del Espíritu Santo es la de llenar a una persona con aquel Espíritu de poder y de coraje que le darán la capacidad para afrontar triunfantemente la vida”.
La palabra parakletos quiere decir: “uno que es llamado a estar al lado” de otro. Jesús agrega aspectos adicionales de la función del parakletos: En 14:16, 17 es el “Espíritu de verdad”; en 15: 26 es el “Espíritu de verdad” que da testimonio de Cristo; y en 16:7 afirma que el Espíritu vendrá cuando él se haya ido a su Padre. El Espíritu Santo es la presencia constante de Cristo para ayudar, iluminar, fortalecer, y exhortar al creyente.
En 20:22 el Jesús resucitado aparece a sus discípulos. Su misión no es
solamente consolarlos, sino también fortalecerlos para su ministerio: “Como me ha enviado el Padre, así también yo os envío”.
Y entonces sopló y dijo: “Recibid el Espíritu Santo” (20:21, 22). Sin su poder, dirección y fortaleza sería imposible cumplir su misión. Es interesante que tanto en el hebreo como en el griego la misma palabra significa “soplo” y “Espíritu”. Su presencia es activa y continúa moviéndose e influyendo en nuestra vida.
Muchos comentaristas opinan que no hay un
término en castellano que exprese adecuadamente el vocablo griego. Como bien
observa Morris, el término Consolador,
en nuestros días, no capta bien la amplia esencia de “Paracleto”. Algunos justifican
el uso del término Consolador por pensar que se deriva de un verbo de latín que
originalmente significaba “fortalecer”.
Sin embargo, Vincent cita la obra de
Lightfoot en la cual él rechaza ese origen y dice que el uso del término se
debe más bien a un error
gramatical. En todo caso el ministerio del Espíritu Santo no es esencialmente el de traer consuelo al
creyente, sino de representarlo delante del Padre y socorrerlo en la tarea de
extender el reino de Dios. Por eso, muchas versiones emplean el término “Abogado”.
Lindars menciona cinco
términos que se han empleado para traducir el griego:
· Abogado,
· Intercesor,
· Ayudante,
· Consolador y
· Consejero.
Cada uno de estos términos subraya un
aspecto del ministerio del Espíritu Santo, pero ninguno capta toda la
dimensión de su función en todas las referencias del NT. El uso cada vez más
frecuente del término “Paracleto” parece representar la mejor opción.
NOTA: VV. 14:17ss. Los
siguientes capítulos enseñan estas verdades acerca del Espíritu Santo:
·
Estará con nosotros para siempre (14:16);
·
El
mundo en general no puede recibirlo (14:17);
·
Mora con
nosotros y está en nosotros (14:17);
·
Nos
enseña (14:26);
·
Nos recuerda las palabras de Jesús (14:26;
15:26);
·
Nos
convence de pecado, nos muestra la justicia de Dios y anuncia que Dios juzgará
la maldad (16:8);
·
Nos guía
a la verdad y nos comunica las cosas que vendrán (16.13);
·
Glorifica
a Cristo (16.14).
El Espíritu
Santo se ha mantenido activo entre las personas
desde el principio de los tiempos, pero después de Pentecostés (Hechos 2) vino
a vivir en todos los creyentes.
Hay muchas personas que no se percatan de las actividades
del Espíritu Santo; pero a quienes oyen las palabras de Cristo y entienden
el poder del Espíritu, Él les
da una manera totalmente nueva de ver la vida.
“el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros”. (Jn. 14:17).
Jesús procede a describir (v.
17)
la naturaleza y función del Espíritu
Santo. La RVR-1960 sigue más literalmente el texto griego al omitir
Este es, mientras que la RVA lo agrega para completar el sentido de la frase.
La expresión de verdad
generalmente se considera como un genitivo descriptivo, indicando la naturaleza
esencial del
Espíritu. A través de las Escrituras tanto el Padre como el Hijo
están asociados e identificados con el concepto de la verdad, en su naturaleza esencial y como su fuente absoluta (ver 14:6; 4:23 ss.).
Brown opina que la expresión de verdad podría ser un genitivo objetivo, con la idea de que el Espíritu comunica la verdad (16:13), o podría tener un matiz de aposición con la idea de que “el Espíritu es la verdad” (1 Jn. 5:6). En todas estas opciones, cabe bien el término “abogado”. Hay dos pasajes más en Juan que lo describen como el Espíritu de verdad (15:26; 16:13); luego se describe en contraste con “el espíritu de error” (1 Jn. 4:6; ver 1 Cor. 2:12).
“Y nosotros no hemos recibido
el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos
lo que Dios nos ha concedido”. (1 Cor. 2:12).
NOTA: V.12. hemos
recibido, no el espíritu del mundo—el malvado “espíritu
que ahora obra en los hijos de desobediencia” (Ef. 2:2). Este
espíritu es natural en el no regenerado, y no necesita ser recibido. sino el
Espíritu que es [de parte] de Dios—Lo
hemos recibido como un don de Dios, pues es su mismo Espíritu, así como nuestro
espíritu es el espíritu que está en nosotros los hombres (v. 11). para que conozcamos lo que Dios nos ha dado—Es
decir, el actual conocimiento experimental, para nuestro indecible consuelo, de
sus profundos misterios llenos de sabiduría, y de nuestra futura posesión de
las buenas “cosas
que ha preparado Dios para los que le aman” (v. 9).
Lindars y Morris nos informan que esta última cita es casi idéntica a la referencia de la doctrina de los “Dos Espíritus” en los Rollos del Mar Muerto.
Juan dice categóricamente que el mundo (ver
1:9),
es decir, los que rechazan a Cristo, no puede recibir al Paracleto.
Jesús
explica la razón por esta imposibilidad: es que
no lo ve ni lo conoce. Para los
del mundo, la única realidad es lo que pueden ver y tocar. En vez de no lo ve
sería mejor “no
lo contempla”, o “no está contemplándolo”. El sentido de ni lo conoce
es que “ni lo
reconocen, ni lo disciernen” (ver 1 Cor. 2:14).
Los pronombres quien y lo, en el griego, son de género neutro porque se refieren al Espíritu (género neutro[*] en griego), pero en otros pasajes se refiere al Espíritu con pronombres masculinos (ver 15:26; 16:7, 8, 13, 14). El pronombre Vosotros, en la posición enfática, hace un contraste marcado con el mundo. Lo que el mundo no puede, ellos (vosotros) sí pueden.
NOTA: [*]
En griego hay tres géneros; masculino, femenino
y neutro. Masculino y femenino son los géneros
correspondientes a la condición de macho y hembra respectivamente; el neutro por su parte es el género
utilizado en diminutivos
y nombres de crías.
¿Qué es neutro en etimología?
El neutral es el que no elige, el 'que no es ni de uno ni de otro', lo que corresponde perfectamente a la formación de este adjetivo latino neuter, tra, trum, que se descompone en ne (negación) y uter, - pronombre relativo -, significando 'el de los dos que'. ... (Fuente: Widpedia).
Jesús ofrece dos razones por las cuales los discípulos tienen, o
tendrán después de Pentecostés, un conocimiento íntimo y personal del Espíritu
Santo:
· Porque permanece con vosotros y está en vosotros.
Los dos verbos, permanece y está, enfatizan la presencia
personal e ininterrumpida del Espíritu en dos maneras:
Ø Por el significado esencial de los verbos y por el tiempo presente de ambos.
Las dos preposiciones enfatizan la relación íntima del Espíritu
con los discípulos:
Ø Con tiene el sentido de “al lado de”, la misma que se emplea en “Paracleto”;
Ø En enfatiza la morada dentro de cada creyente y dentro del conjunto de creyentes, la iglesia.
Esta preposición introduce un nuevo concepto:
· La morada del Espíritu Santo en la vida del
creyente.
Esta es una de las razones para el dicho de Jesús:
Ø “Os conviene que yo me vaya” (16:7) y ayuda a explicar la promesa de “y mayores que estas hará, porque yo voy al Padre” (14:12).
Habiendo afirmado que el mundo no puede
recibir, ni conocer, al Espíritu Santo, Jesús procede a asegurarles a
los discípulos que no los dejará, término fuerte que significa “abandonar”.
Además, explica cómo se manifestará a ellos en el futuro (vv. 18–24). Él había
hablado tanto de su salida del mundo e ida al Padre (ver 13:33, 36; 14:12 ss.)
que ellos estaban dudando de un futuro cuando quedarían sin él. No os dejaré
huérfanos es una promesa concreta para calmar sus temores.
El término huérfanos, usado aquí en el
sentido figurado, pero una vez en el sentido literal (Stg. 1:27), es la
transliteración del término griego y significa “sin padres”. Jesús había llamado a
los discípulos “hijitos”
(13:33), ocupando el puesto de su padre espiritual.
Vincent indica las maneras en que Jesús cumple su promesa:
Ø No fueron dejados sin una regla de vida (13:34),
Ø Ni sin un ejemplo (13:15),
Ø Ni sin un motivo (14:15),
Ø Ni sin fruto (15:5);
Ø Ni sin advertencia (15:2, 6),
Ø Ni sin consuelo (14:18),
Ø Ni sin recompensa (14:2).
La promesa de volveré se traduce mejor “vengo, o estoy
viniendo”, pues es un verbo en el tiempo presente, aunque se refiere
al futuro inmediato. Los comentaristas están divididos en cuanto al
significado de la promesa volveré:
· Algunos opinan que se refiere a la
resurrección y/o la segunda venida (14:3),
· Pero otros, Basados en los vv. 21, 23 y
· Mateo 28:20, opinan que se refiere a la venida del Espíritu Santo.
En el v.
19, Jesús se refiere a su salida física e inminente del mundo, después de la cual el
mundo, que no tiene percepción espiritual, no podría verlo más, pero los
discípulos lo verían.
La interpretación del versículo anterior determina el significado de, pero vosotros me veréis. Jesús se refiere a un evento futuro me veréis, pero con el verbo en el tiempo presente, literalmente “me estáis contemplando”. La referencia es a su resurrección, o a la venida del Espíritu Santo.
Nótese: el contraste marcado que se establece entre el mundo y vosotros, ambos términos en una posición enfática.
Con la conjunción causal Porque, Jesús explica la base de nuestra
esperanza de vida:
Ø Su propia victoria sobre la muerte en la
resurrección.
Nótese:
otra vez el contraste marcado entre los dos pronombres yo y vosotros,
ambos en una posición enfática. Lo que
hizo Jesús tiene implicaciones para sus seguidores en todos los siglos.
“Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis”. (Jn. 14:19)
ἐγώ = egó G1473 pronombre primario de la
primario pers. yo (solo expresado con énfasis): - mí, mío.
Para los otros casos y el plural véase G1691, G1698, G1700, G2248,
G2249, G2254, G2257, etc.
ὑμεῖς = jumeís G5210 irregular plural de G4771;
vosotros (como sujeto del verbo): - vosotros. (Strong).
Véase Parte II.
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