Parte I:
LA NAVIDAD: DIOS CON NOSOTROS:
(Isaías 8:1-10)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
“y pasando hasta Judá, inundará y pasará adelante, y llegará
hasta la garganta; y extendiendo sus alas, llenará la anchura de tu tierra, oh Emanuel*… Tomad consejo, y será anulado; proferid
palabra, y no será firme, porque Dios está con nosotros”. (Isaías 8:8, 10)
Introducción:
Desde ese primer día de la Navidad hace dos
mil años, la seguridad de que Dios está con Su pueblo ha tomado un nuevo
significado. Antes del nacimiento de Jesús, a los israelitas se les aseguró que
incluso en el juicio ellos tendrían Esperanza porque Dios estaba con ellos (Isaías 8:8, 10). Pero ellos no conocían a Dios de manera tan plena como
nosotros lo conocemos hoy.
Tenemos una gran ventaja porque por medio de la lectura
del Nuevo Testamento podemos ver la gloria de Dios “en la faz de Cristo” (2
Corintios 4:6). Y podemos percibir Su presencia en todas las situaciones de la
vida porque ÉL se hace real a nosotros por medio del Espíritu Santo (Romanos
8:10-16).
Cuando necesitamos tener la seguridad tranquilizadora de
que Dios está conmigo, pienso en Jesús tal y como Él se Reveló en el Nuevo
Testamento [La Biblia]:
· Recuerdo cómo tomó a los niños en Sus brazos y los
bendijo (Mateo 19:13-15).
· Luego pienso en Su Crucifixión, la cual me recuerda todo
lo que ÉL soportó para ser mi Salvador (27:27-54).
· Finalmente, reflexiono en Su promesa, “yo estoy con vosotros todos los días,
hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20).
El nacimiento de Jesús le dio nuevo trascendencia al
nombre Emmanuel*, que significa “Dios con nosotros” (Mateo
1:23). Debido a que vivió entre nosotros, murió por nosotros, y envió a Su Espíritu
a morar dentro de nosotros, ¡podemos
regocijarnos! Veamos
tres temas de vital importancia del nacimiento de Jesús…
DIOS
VINO A VIVIR CON NOSOTROS, PARA QUE PODAMOS VIVIR CON ÉL:
___________
*H6005 עִמָּנוּאֵל = Immanuél: de H5973 y H410
con pron. suf. ins.; con nosotros (está) Dios; Emmanuel, nombre típico del hijo
de Isaías:- Emanuel.
G1694
Ἐμμανουήλ = Emmanouél: de origen hebreo [H6005]; Dios con nosotros; Emanuel, un nombre de Cristo:- Emanuel. (Strong).
Tema I:
LA NAVIDAD: La Supralapsaria
(Doctrina)
Esa clase de
pregunta nunca se le debe hacer a un pobre, y nervioso, candidato al
Ministerio. ¡El
que hace eso merece que lo lapidifiquen!
Aunque la pregunta lapsaria (lapsus literalmente significa “caída”; y teológicamente y desde una perspectiva vertical, supra indica “superior, arriba”, y para nuestros
efectos “antes
de”), no es usual en el ambiente cristiano, tiene suprema
importancia teológica. ¿Cuándo decretó Dios su grandioso plan de Salvación?
¿Antes de permitirle al hombre caer, o después?
Por
supuesto, la pregunta es difícil de contestar. ¿Quién conoce la mente de Dios? Sin embargo, podemos
afirmar con toda certeza que: El Divino decreto de Redimir al hombre caído se produjo
antes de la Creación del Mundo.
El apóstol Pablo nos dice: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido en Cristo con toda bendición
espiritual en los lugares celestiales. Asimismo, nos escogió en Él desde antes
de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él.[1]
1.1. DIOS
ANTICIPA LA CAÍDA:
La caída
de Adán y Eva no sorprendió a Dios. El maravilloso plan de Salvación estaba listo mucho antes de
que mordieran la fruta prohibida. Por eso es que ese mismo día fatal, en medio
del huerto de Edén, Dios anunció Su plan de Redención: Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y
entre tu descendencia y su descendencia; ésta te herirá en la cabeza, y tú le
herirás en el talón.[2]
En pocas palabras, la
serpiente y su descendencia representan a Satanás y sus rebeldes seguidores; la mujer y su
simiente a María y a Su Divino Hijo, junto a todos los que le siguen. La herida en la cabeza habla de la
derrota fulminante y segura del diablo y sus huestes lograda por Jesús en la cruz,
la herida en el talón (normalmente las serpientes venenosas muerden allí, en el
calcañar) da a entender que la herida de Jesús no sería “mortal”, ni definitiva, ya que vencería a la muerte con poder y
ganaría la victoria eterna como la bendición “simiente de la mujer”.
Este texto se conoce como protoevangelio,
o primer anuncio del evangelio, debido a su importante mensaje profético.
Martín Lutero comenta que Dios, cuando insinuó que el
Salvador llegaría por una mujer, se burló del diablo, aterrorizando al no
saber por cuál, específicamente, vendría ese Varón Bendito que lo derrotaría
para siempre.[3]
1.2. LA
PROMESA SORPRENDENTE:
Por tanto, tenemos a través de las Escrituras las
hermosas indicaciones que profetizan la llegada del Niño: He
aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.[4] Y,
para citar otra:
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el dominio estará sobre
su nombre.[5] Y entre estos versículos no puede faltar el
comentario interesante del apóstol Pablo:…la mujer, al ser engañada, incurrió en transgresión.
Sin embargo, se salvará teniendo hijos, si permanece en fe, amor y santidad con
prudencia.[6]
Se refiere a ese día en que la mujer, luego de dar a
luz a tantos hijos, por fin daría a aquel Hijo prometido desde antes de la
fundación del mundo, en el cual, teniendo fe, amándolo y viviendo según Sus
sagrados instrucciones, ella –igual que el hombre-
alcanzará salvación.
1.3. DIOS INVIERTE LOS CONCEPTOS:
Esto trastorna totalmente las enseñanzas de las
religiones falsas que buscan la manera de endiosar al hombre. Véase al
mormonismo como ejemplo de ellas.
En un artículo reciente de la revista Time,[7] se hace un recuento de lo que son, lo que hacen y
lo que creen los mormones. Señala que Joseph Smith enseñaba que “Dios al
principio se parecía al hombre, que tenía un cuerpo de carne y hueso, y hasta
una esposa”. Luego –enseñan-, ese dios humano se convirtió,
gradualmente, en el Dios celestial actual. Lorenzo Snow, presidete y profeta de
la secta, dice: “Como
el hombre es ahora, Dios en el pasado fue; tal como Dios es, el hombre podrá
llegar a ser”. ¡Herejía de herejías!
No así
el cristianismo. La Biblia nos enseña que Dios,
para rescatar al hombre caído, se hizo hombre. El cristianismo invierte las
ideas erróneas de los hombres. Es una increíble verdad: para rescatar de nuestra y condenación, Dios, la Segunda Persona
de la Trinidad, se hizo como uno de nosotros –de carne y hueso-, lo inverso del
mormonismo.
Su madre María estaba desposada con José; y antes de que
se unieran, se halló que ella había concebido del Espíritu Santo.
Mientras pensaba en esto, he aquí un ángel del Señor se
le aparecio en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer,
porque lo que ha sido engendrado en ella es del Espíritu Santo. Ella dará a luz
un hijo; y llamarás su nombre Jesús, porque él Salvara a su pueblo de sus
pecados.[8]
Esta es la historia de la Navidad. Dios hecho carne, llegando como un
indefenso bebé, entregándose al cuidado de una madre joven, humilde, sin
recursos, aunque sumamente privilegiada. Allí, tan pequeñito, vemos a Dios
encarnado, aparentemente indefenso, susceptible a todas las calamidades que
invaden la humanidad. ¡Maravilla de maravillas, Dios reducido a un recién nacido! Como observa el apóstol
Pablo: “Se despojó
= [Kénosis] a
sí mismo, tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres”.[9]
El
Motivo De Tal Humillación Nos Interesa, a La Vez Que Nos Inquieta:
· Lo primero que resalta es el nombre que escoge: Jesús, que significa Salvador. La Navidad es tiempo de
regocijo porque ha venido nuestro Salvador. Con los dolores, penas,
necesidades, angustias que sufrimiento, alegre es la noticia que ha venido Uno para Salvarnos.
· Pero lo segundo que anuncia el texto es más precupante. Dice: “llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de
sus pecados”. Con gozo le damos la bienvenidad a uno que viene para
solventar nuestras angustias. No obstante es otra cosa recibir a uno que viene
para señalar nuestras fallas, debilidades y pecados.
La Navidad, ¿será una época apropiada para examinar
nuestros corazones en busca de limpieza del pecado, maldad, y todo lo que le
ofende a Dios? ¿Será que esta Navidad Jesús está buscando ese tipo de regalo
especial de parte nuestra? ¿Será que es ese el regalo que más le agrada –ya que
para eso vino?
Menos
complicada debe ser la Navidad de los mormones. Ellos no creen en el pecado (imagínese vivir
indiferentes al pecado, pensando que la maldad no importa). Dice el artículo
citado: “El
mormonismo rechaza el concepto de pecado original, cuya expiación es entendida
por la mayoría de los cristianos como el gran regalo de Cristo al mundo al
morir en la cruz”.
1.5. EL
PESEBRE VINCULADO A LA CRUZ:
En cuanto a la relación que hay entre el nacimiento de
Jesús y su muerte quiero referirme a algo que escribe mi apreciado amigo, el
Dr. Theo
Donner, profesor de Teología Sistemática en el Seminario Bíblico de
Colombia, en Medellín CitóCito, con su permiso, la parte que trata precisamente
acerca de la obra de expiación de Cristo Jesús:
5.1.
Dios En Lugar Del Hombre.
· La epístola a los Hebreos nos dice que la sangre de las
víctimas sacrificiales no podría quitar el pecado.[10] Dios en su
gracia brindó un medio de expiación por los sacrificios de animales del Antiguo
Testamento, para dar a entender la naturaleza de la expiación y para preparar
la expiación completa y final en Cristo.
· Por lo que hemos dicho hasta ahora, podemos entender
mejor qué es lo que pasa en el Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento hay
un pacto entre
Dios y el hombre. Es un pacto bilateral, en el cual el hombre debe
cumplir o recibir la pena de muerte. Aquí vemos que Dios cumple con su parte
del pacto. Él adopta a Israel como pueblo suyo, mora en medio de él, en el
tabernáculo y en el templo, y nunca lo abandona pese a todas sus rebeldías. El
hombre no cumple con su parte. Israel un vez tras otra se rebela contra Dios y
viola el pacto.[11] Y como no cumple, es culpable de
muerte.
· En Cristo, Dos mismo, que sí cumplió su parte del
pacto, viene a tomar la parte de quien no cumplió. El que sí cumplió viene a
recibir el castigo por incumplimiento, viene a morir en lugar del hombre
pecador.
· En esto consiste la Redención. El pacto de Sinaí exigía la muerte del hombre pecador, por su
incumplimiento. Ahora Dios mismo viene a recibir en su propia persona el
castigo de muerte.
5.2. El Nuevo Pacto.
· Cuando
Jesús entrega su vida, se cumple y queda abolido el pacto del Sinaí. Se incicia el nuevo pacto en la sangre de Jesús. Así da cumplimiento a la promesa de Abraham que
hablaba de bendición para todas las familias de la tierra. Este nuevo pacto en
la sangre de Cristo ya no es bilateral. Aquí se trata de un pacto netamente
unilateral. Dios
lo hace todo. El hombre no contribuye para que se efectúe esta
Redención por la cruz.
· Aun en
cuanto a lo que le corresponde al hombre, es decir, el creer en Cristo,
arrepentirse del pecado, empezar una vida nueva; resulta último. Es el Espíritu Santo quien obra en el
corazón la fe, la convicción de pecado, es el Espíritu Santo que produce en
nosotros una vida transformada.
Así se cumple la promesa del Señor
a través del profeta Ezequiel: “Os
daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vostros… Y pondré dentro
de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis
preceptos, y los pongáis por obra”.[12]
Resumen:
Si en esta Navidad solo vemos al Niño en el pesebre es
porque no hemos entendido el misterio de Su llegada. Para comprender el
verdadero significado de la Navidad debemos ver el Pesebre ligado a la cruenta
cruz del sacrificio del Cordero. ¡Qué maravilloso! Se
humilló en el Pesebre para exaltarse mediante la cruz.
Véase Parte II:
Navidad es Cristo en
nuestra vida. ¡Gloria
a Dios!
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