EL PACTO, LOS 10 MANDAMIENTOS:
ÉXODO 19–20:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
I.
Notas Preliminares: La Importancia De La Ley:
Ningún
tema ha sido más mal entendido entre los cristianos que la Ley de Moisés y su
aplicación al creyente del NT., hoy.
Confundir
los pactos de Dios es interpretar mal la mente de Dios y perderse sus
bendiciones, de modo que el creyente es sabio al examinar la Palabra para
determinar el lugar y el propósito de todo el sistema mosaico.
II.
Nombre:
Comenzando
con Éxodo 19 y continuando a la cruz
de Cristo (Col. 2:14), el pueblo estuvo bajo el sistema mosaico. A esto se le
llama «la
ley de Moisés», «la ley» y
algunas veces «la
ley de Dios».
Por
conveniencia, a menudo hablamos de «la ley moral» (refiriéndonos a los Diez[1] Mandamientos[2]), «la ley ceremonial» (relacionando a los tipos y
símbolos que se hallan en el sistema sacrificial) y «la ley civil» (queriendo
indicar las leyes cotidianas que gobernaban la vida de las personas).
En
realidad, la Biblia no parece hacer distinción entre las leyes «morales»
y «ceremoniales»,
puesto que la una era en definitiva parte de la otra. Por ejemplo: el cuarto mandamiento respecto al día del sabat se
halla en la ley moral y sin embargo es ciertamente y por igual parte del
sistema ceremonial de días santos.
III.
Propósitos:
Para
comprender la ley debemos recordar que Dios ya había hecho un pacto eterno con
los judíos mediante su padre Abraham (Gn. 15). Les prometió su bendición y les
dio la propiedad de la tierra de Canaán. La Ley Mosaica se «añadió» más tarde al pacto
Abrahamico, pero no lo anuló (Gál. 3:13–18).
La
ley «entró
conjuntamente» con el pacto previo de Dios (Rom. 5:20) y fue tan solo
una medida temporal (Gál. 3:19) de Dios. Se dio sólo a Israel para marcarlo
como el pueblo escogido de Dios y su nación santa (Éx. 19:4–6; Salm. 147:19–20).
Dios
no dio la ley para salvar a nadie, porque es imposible salvarse guardando la
ley
(Gál. 3:11; Rom. 3:20). Dio la ley a Israel por las siguientes razones:
A. Para revelar su gloria y santidad (Dt. 5:22–28).
B. Para
revelar la pecaminosidad del hombre (Rom. 7.7, 13; 1 Tim. 1:9ss; Stg. 1:22–25).
C. Para
marcar a Israel como su pueblo escogido y separarlo de las otras naciones (Salm.
147:19–20; Ef. 2:11–17; Hch. 15).
D. Para dar a Israel una norma para la vida
santa de modo que pudieran heredar la tierra y disfrutar de su bendición (Dt.
4:1 ss.; 5:29 ss.; Jue. 2:19–21).
E. Para preparar a Israel para la venida de
Cristo (Gál. 3:24).
El «ayo» era un esclavo capacitado
cuya tarea era preparar al niño para la vida adulta.
Cuando el hijo maduraba y entraba
en la edad adulta, recibía su herencia y ya no necesitaba más de un ayo. Israel
estaba en su «niñez
espiritual» bajo la ley, pero esto lo preparó para la venida de
Cristo (Gál. 3:23–4:7).
F. Para ilustrar en tipo y ceremonia la
persona y la obra de Cristo (Heb. 8–10):
· A la ley se la compara con
un espejo, porque revela nuestros pecados
(Stg. 1:22–25);
· un yugo, porque esclaviza
(Hch. 15:10; Gál. 5:1; Rom. 8:3);
· un ayo o tutor, porque
preparó a Israel para la venida de Cristo (Gál.
3:23–4:7);
· cartas escritas en piedras (2 Cor. 3)
en contraste con la ley del amor escrita en nuestros corazones por el Espíritu;
y
· una sombra en contraste con la
realidad y cumplimiento que tenemos en Cristo
(Heb. 10:1; Col. 2:14–17).
IV.
Debilidad:
Es importante
notar lo que la ley no puede hacer.
No puede lograr estas cosas:
(1) Hacer perfecto
a alguien, hebreos 7:11–19; 10:1–2;
(2) justificar de pecado, Hechos
13:38–39 y Romanos 3:20–28;
(3) dar
justicia, Gálatas 2:21;
(4) dar paz al corazón, Hebreos 9:9; y
(5) dar vida,
Gálatas 3:21.
V.
Cristo y La ley:
«La ley por medio de Moisés fue dada, más la gracia y la
verdad vinieron por medio de Jesucristo» (Jn. 1:17). Es
obvio que hay un contraste entre el sistema legalista de Moisés para Israel y
la posición de gracia que el cristiano tiene en el Cuerpo de Cristo.
Cristo
fue puesto bajo la ley (Gál. 4:4–6) y la cumplió en todo (Mt. 5:17). Su persona
y obra se ven en la ley (Lc. 24:44–47). Él es el fin de la ley por justicia al
creyente (Rom. 10:1–13).
Pagó
la pena de la ley y llevó la maldición de la ley en la cruz (Gál. 3:10–14; Col.
2:13–14). La ley no separa más al judío y al gentil, porque en Cristo somos uno
en la Iglesia (Ef. 2:11–14).
VI.
El Cristiano y La Ley:
El
NT., deja muy en claro que el cristiano no está bajo la ley (Rom. 6:14; Gál. 5:18),
sino que vive en la esfera de la gracia. En Cristo morimos a la ley (Rom. 7:1–4)
y hemos sido libertados de ella (Rom. 7:5–6). No debemos enredarnos de nuevo en
la esclavitud de la ley (Gál. 5:1–4), lo cual quiere decir caernos de la esfera
de la gracia y vivir como siervo, no como hijo.
¿Significa esto que el cristiano puede andar
sin ley e ignorar las exigencias santas de Dios? ¡Por
supuesto que no! Esta es la acusación que los enemigos de Pablo le
endilgaron debido a que él enfatizaba la gloriosa posición del creyente en
Cristo (Rom. 6:1).
Segunda
de Corintios 3 aclara que la gloria del evangelio de la gracia de Dios
sobrepasa la gloria temporal de la ley del AT., y que los cristianos debemos ir
«de gloria en
gloria» (3:18) al crecer en la gracia. En realidad, el cristiano del
NT., está bajo una forma de vida más exigente que el creyente del AT.; porque
la ley del AT., se refería a actos externos, mientras que la ley del amor del
NT., se refiere a actitudes internas.
Ser
libre de la ley no significa serlo para pecar; libertad no es libertinaje.
Somos llamados a libertad y debemos usarla para el bien de otros y la gloria de
Dios (léase Gál. 5:13–26). Estamos bajo la ley más elevada del amor, la ley de
Cristo (Gál. 6:2).
No
tratamos de obedecer a Dios en la energía de la carne debido a que esto es
imposible (Rom. 7:14); la carne es pecadora, débil y no puede someterse a la
ley. Pero al considerarnos muertos al pecado (Rom. 6) y al someternos al
Espíritu Santo (Rom. 8), el Espíritu cumple la ley en nosotros y por medio de
nosotros (Rom. 8:1–4).
Regresar
a la ley es cambiar la realidad por las sombras y la libertad por la
esclavitud. Es
abandonar el supremo llamamiento que tenemos en la gracia:
· La ley significa que debemos
hacer algo para agradar a Dios;
· la gracia significa que
Dios obra en nosotros para cumplir su perfecta voluntad.
VII.
Los Diez
Mandamientos Hoy:
Toda
la ley del AT., no es más que una explicación y aplicación de los Diez
Mandamientos.
Nueve de los Diez Mandamientos se repiten en el NT.,
para los creyentes de hoy:
A. No tendrás dioses
ajenos delante de mí (Hch. 14:15; Jn. 4:21–23; 1 Tim. 2:5; Stg. 2:19; 1
Cor. 8:6).
B. No te harás imágenes ni ídolos (Hch.
17:29; Rom. 1:22–23; 1 Jn. 5:21; 1 Cor. 10:7, 14).
C. No tomarás su nombre en vano (Stg. 5:12; Mt.
5:33–37 y 6:5–9).
D. Acuérdate del día de reposo.
Este no se repite en ninguna parte del NT., para que la Iglesia lo
obedezca hoy. Guardar el día de reposo se menciona en Mateo 12, Marcos 2, Lucas 6 y Juan 5; pero todos estos pasajes se refieren al pueblo de Israel y
no a la Iglesia. Colosenses 2 y Romanos 14–15 enseñan
que los creyentes no deben juzgarse los unos a otros con respecto a días santos
o de reposo. Decir que una persona se pierde o no es espiritual debido a que no
guarda el día de reposo es ir más allá de los límites de las Escrituras.
E.
Honra a tu
padre y a tu madre (Ef. 6:1–4).
F. No
matarás (1 Jn. 3:15; Mt. 5:21–22).
G. No cometerás
adulterio (Mt. 5:27–28; 1 Cor. 5:1–13; 6:9–20; Heb. 13:4).
H.
No hurtarás
(Ef. 4:28; 2 Ts. 3:10–12; Stg. 5:1–4).
I. No hablarás falso testimonio (Col. 3:9; Ef. 4:25).
J.
No codiciarás
(Ef. 5:3; Lc. 12:15–21).
Nótese: estos «resúmenes de la ley» en el NT.; ninguno menciona el sabat: Mateo 19:16–20; Marcos
10:17–20; Lucas 18:18–21; Romanos 13:8–10. Por
supuesto, los «Nueve Mandamientos» del amor es el motivo básico para el cristiano hoy (Jn.
13:34–35; Rom. 13:9–10).
Este
amor se derrama en nuestros corazones por el Espíritu (Rom. 5:5), para que
podamos amar a Dios y a los demás, y por lo tanto no hay necesidad de ley
externa que controle nuestra vida. La
vieja naturaleza no conoce ley alguna y la nueva no necesita ley:
Ø El sabat fue un día especial
de Dios para los judíos bajo el antiguo pacto;
Ø el día del Señor es el día
especial del Señor para la Iglesia bajo el nuevo.
Ø El día de reposo simboliza salvación por obras; seis días
de labor, luego descanso;
Ø el día del Señor simboliza
salvación por gracia:
· primero, descanso,
y
· luego, siguen
las obras.
El
sabat, los sacrificios, las leyes dietéticas, el sacerdocio y los servicios del
tabernáculo fueron todos descartados en Cristo.
Clase Para Domingo.
Lea Su
Biblia, Lea Su
Biblia, Lea Su Biblia.
___________
Nota:
[1] H7637 שְׁבִיעִי = shebihí:
o שְׁבִעִי = shebihí; ord. de H7657; séptimo:- séptima
(vez).
[2] H4687
מִצְוָה = mitsvá: de H6680; mandato, sea humano o divino (colect. la Ley):- estatuto, ley,
mandamiento, mandar, mandato, mensaje, orden, palabra, precepto.
(Strong).
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