L E Y E S:
Después
de darle a Israel la ley de Dios en los Diez Mandamientos[1], Moisés explicó y aplicó esa ley a
los varios aspectos de la vida. Dondequiera que hay ley, debe haber
interpretación y aplicación; de otra manera no es práctica y de nada aprovecha.
En
un principio fueron los sacerdotes los que enseñaban y aplicaban la ley en
Israel; pero en años posteriores fueron los escribas y los rabíes los que
llegaron a ser los maestros profesionales de la ley.
Desafortunadamente
sus interpretaciones llegaron a ser de tanta autoridad como la ley original y
fue este error que Jesús expuso mediante sus enseñanzas, en especial el Sermón
del Monte (Mt 5–7). Véanse también otras percepciones en Marcos 7:1–23.
I.
El Cuidado De Los Siervos (Éxodo 21:1–11):
A
los judíos les estaba permitido comprar y vender siervos, pero se les prohibió
que los trataran como a esclavos. Algunas personas tenían que venderse a sí mismas
debido a su pobreza (Lv. 25:39; Dt. 15:12), pero su servicio estaba limitado a
sólo seis años.
Luego se les
debía dar la libertad. Si un siervo quería seguir con su amo,
debía marcársele en la oreja y permanecería en la casa para toda la vida.
Véanse Deuteronomio 15:17 y Salmo 40:6. La ley daba protección especial a las
mujeres siervas para asegurarse que sus amos no abusaran de ellas y les
privaran de sus derechos.
II.
Compensación Por Daños Personales (Éxodo
21:12–36):
Estas
regulaciones se dieron para asegurar equidad al compensar a las personas. La
ley del «ojo
por ojo, diente por diente» (v. 24) no es una «ley de la selva», sino una
expresión de pago equitativo por las lesiones recibidas, de modo que los jueces
no exigieran más o menos de lo justo.
Es
la base para la ley de hoy, aun cuando no siempre se aplica con justicia.
Las palabras de nuestro Señor en Mateo 5:38–42
tienen que ver con la venganza privada antes que con la desobediencia pública
de la ley. Había varios crímenes capitales en Israel, entre ellos:
· homicidio (vv. 12–15),
· secuestro (v. 16),
· maldecir a los padres de
uno (v. 17),
· causar la muerte de una mujer encinta
y/o de su feto (vv. 22–23),
· hacer tratos con los
demonios (22:18), y
· practicar el bestialismo (22:19).
La
base para la pena capital es el pacto de Dios con Noé (Gn. 9:1– 6) y el hecho
de que el hombre fue creado a imagen de Dios. Es Dios quien da vida y solo Él
tiene el derecho de quitarla o autorizar que sea quitada (Rom. 13).
Dios
hace una distinción entre el asesinato deliberado y el homicidio accidental (vv. 12–13). Las ciudades de refugio se
proveyeron para la protección de la persona que por accidente mataba a alguien
(Núm. 35:6ss). No había policía en esos días y la familia de una persona muerta
se sentiría obligada a vengar la muerte de su ser querido. Por consiguiente,
era necesario proteger al inocente hasta que los ancianos pudieran investigar
el caso.
Nótese: que Dios
consideró responsable al dueño de un animal por lo que este les hacía a otros
(vv. 28–36), si el propietario sabía que el animal
era peligroso. La ley aseguraba que nadie se aprovechara de tales situaciones y
se beneficiara de ellas.
Los versículos
22–23
son básicos para la posición en favor de la vida respecto al aborto, porque
indican que abortar equivalía a asesinar al niño. La parte culpable era
castigada como asesino («vida por vida») si la madre de la criatura
nonata, o ambos, morían. Véase también el Salmo 139:13–16.
III.
Protección De La Propiedad Personal (Éxodo
22:1–15):
Aquí
Moisés se refiere a varias clases de robos y afirma de nuevo que el ladrón debe
compensar a los que ha robado. ¡Pero nótese que Dios considera sagrada incluso la vida
del ladrón que se ha metido en una casa! Si se mete de noche y lo
matan, no se acusa al que lo mata.
Pero
si su crimen es durante el día, cuando el dueño podía pedir ayuda o incluso
reconocer al intruso y acusarlo más tarde, el que lo mataba era culpable de
homicidio.
Moisés
también se refiere al daño de la propiedad causado por animales que comen en un
campo que no es de su dueño (v. 5),
o al fuego fuera de control (v. 6) y
a la pérdida de propiedad confiada a otros (vv.
7–15). De estos ejemplos específicos los jueces podían derivar principios
que les ayudarían a decidir casos que Moisés no explicó en detalle.
IV. Respeto a La Humanidad (Éxodo 22:16–31):
Esta
serie de leyes misceláneas revela la preocupación de Dios por la humanidad y su
deseo de que la gente no fuera explotada. Esto incluye las vírgenes (vv. 16–17; véase Dt. 22:23–24),
extranjeros en la tierra (v. 21);
viudas (vv. 22–24); y los pobres (vv. 25–27). Dios promete oír los
clamores de los maltratados y defender al pobre y al oprimido.
A
los hechiceros no se les permitía vivir porque estaban aliados a los poderes
demoníacos que operaban las religiones sin dios de las naciones alrededor de
Israel. Véase Levítico 19:31, 20:27 y Deuteronomio 18:9–12. La práctica del
ocultismo moderno es una invitación para que Satanás se ponga a trabajar y
destruya vidas.
Dios
también condena el ayuntamiento sexual con animales (véanse Lv. 20:15–16; Dt.
27:21). No sólo que estas prácticas eran parte de la adoración pagana de
ídolos, sino que degradaban la sexualidad humana que es un don precioso de
Dios. El pueblo debía respetar a sus gobernantes y abstenerse de maldecirlos,
asimismo se abstendrían de maldecir a Dios.
De
acuerdo a Romanos 13 las autoridades que hay son ordenadas por Dios. Si
maldecimos a un líder, estamos en peligro de maldecir al Dios que estableció la
autoridad del gobierno humano. Los versículos
29–31 llegan al corazón de la obediencia a la ley: poner
a Dios primero en su vida y alegremente obedecer la ley que Él dice.
Esta es la versión del AT., de Mateo 6:33.
V. Dispensar Justicia (Éxodo 23:1–9):
El
sistema judicial en Israel, como nuestro sistema de cortes hoy, dependía de
leyes justas, jueces honrados y testigos fieles. Las leyes de Dios eran justas,
pero un juez injusto podía deliberadamente interpretarlas mal o un testigo
podía dar falso testimonio:
· El juicio no debía estar
influenciado por muchos (v. 2),
· el dinero (vv. 3, 6, 8),
· los sentimientos personales (vv. 4–5),
· ni la posición social (v. 9).
Cuando
se trata de aplicar la ley, Dios no quiere que se justifique al malo (v. 7; 2 Cron. 6:23). Pero cuando se
trata de salvar a los pecadores perdidos, Dios en su gracia justifica al impío
(Rom. 4:5). Él puede hacerlo debido a que su Hijo llevó a la cruz la paga de
nuestros pecados.
VI.
Celebrar Los Días Santos (Éxodo 23:10–19):
La
adoración a Dios y el trabajo de la tierra (que pertenecía a Dios) estaban
ligados. Las festividades religiosas de Israel estaban ligadas al año agrícola
en una serie de «sietes». Véase Levítico 23. El séptimo día era el sabat y
el séptimo año era el año sabático:
Ø La Fiesta de los Panes sin
Levadura se celebraba durante siete días después de la Pascua.
Ø El séptimo mes empezaba con la Fiesta de
las Trompetas e incluía el Día de la Expiación y la Fiesta de los Tabernáculos
(Cabañas).
Ø El día de reposo semanal
no sólo recordaba a los judíos que pertenecían a Dios, sino que también
mostraba el cuidado de Dios por la salud del hombre, de la bestia y la «salud»
de la tierra.
Ø El año sabático era una oportunidad más
para el descanso y la restauración. A Dios le interesa la manera en que usamos
los recursos naturales que en su gracia nos ha dado.
Ø Si la gente tuviera esto
presente hoy, habría menos explotación tanto de los recursos humanos como
naturales.
· La Pascua habla de la
muerte de Jesucristo, el Cordero de Dios
(Éx. 12; Jn. 1:29);
· la Fiesta de las Primicias
es un tipo de su resurrección (1 Cor.
15:23); y
· la Fiesta de los Tabernáculos nos recuerda que viene otra
vez y su reino futuro de gozo y plenitud
(Zc. 14:16–21).
La
afirmación enigmática en cuanto al cabrito y la leche de la madre se relaciona
a la práctica pagana que era parte de un rito idólatra de la fertilidad (véanse
34:26 y Dt. 14:21). Moisés relacionó esta ley con las festividades de la
cosecha, porque allí era cuando se practicaban los ritos paganos de la
fertilidad.
VII.
La Conquista De La Tierra Prometida.
(Éxodo 23:20–33):
Dios
le prometió a su pueblo victoria porque su ángel iría delante de ellos y les
ayudaría a derrotar a sus enemigos si la nación obedecía fielmente los
mandamientos de Dios. Su posesión de la tierra se debía sólo a la gracia de
Dios, pero el disfrute de ella dependía de su fe y fidelidad. Una vez en la
tierra, el pueblo debía cuidarse de no imitar las prácticas idólatras de otras
naciones.
Dios
le prometió salud, prosperidad y seguridad si le obedecían, porque estas
bendiciones eran parte de su pacto. No ha garantizado las mismas bendiciones al
pueblo de su nuevo pacto hoy, pero ha prometido suplir todas nuestras
necesidades y capacitarnos para vivir en victoria sobre nuestros enemigos
espirituales.
En
la actualidad, mucho de la «predicación de la prosperidad» es una
interpretación equivocada del antiguo pacto que Dios hizo con los judíos.
Israel en efecto conquistó la tierra prometida y destruyó las ciudades e ídolos
de los habitantes impíos.
Pero
poco a poco empezó a hacer la paz con sus vecinos y aprendió a adorar a sus
falsos dioses. Esto llevó a la disciplina en la tierra (el libro de Jueces) y con el tiempo al cautiverio lejos de la
tierra.
Antes
de juzgar con mucha severidad a Israel por esto, no obstante, necesitamos
preguntarnos cuántos del pueblo de Dios hoy están en componendas con los dioses
de este mundo, tales como el dinero, el placer o el éxito.
Clase Para Domingo.
Lea Su
Biblia, Lea Su
Biblia, Lea Su Biblia.
___________
Notas:
[1] mitswah = (מִצְוָה, H4687),
«mandamiento».
Este nombre aparece 181 veces en el Antiguo Testamento. Se encuentra por
primera vez en Génesis 26:5 (rva), donde mitswah es sinónimo de joq = («estatuto») y de tôrah («ley»): «Porque Abraham obedeció mi voz y
guardó mi ordenanza, mis mandamientos, mis estatutos y mis instrucciones».
En el
Pentateuco, Dios es siempre el Dador del mitswah: «Cuidaréis de poner por obra
todo mandamiento que yo os mando hoy, para que viváis y seáis multiplicados, y
para que entréis y toméis posesión de la tierra que Jehová juró dar a vuestros
padres. Acuérdate de todo el camino por donde te ha conducido Jehová tu Dios
estos cuarenta años por el desierto, con el fin de humillarte y probarte, para
saber lo que estaba en tu corazón, y si guardarías sus mandamientos, o no»
(Deut.8:1-2 rva). El «mandamiento» puede ser una prescripción («haréis») o una
proscripción («no haréis»). Los mandamientos se dieron al alcance del oído de
los israelitas (Ex.15:26; Deut.11:13), quienes los debían «hacer» (Lv.4:2á) y
«guardar» (Deut.4:2; Salm.78:7). Cualquier incumplimiento significaría un
rompimiento del pacto (Num.15:31), transgresión (2 Cron.24:20) y apostasía (1
R.18:18).
El plural de
mitswah a menudo denota una recopilación de leyes impartidas por revelación
divina. Son la «palabra» de Dios: «¿Con qué limpiará el joven su camino? Con
guardar tu palabra» (Salm.119:9). También se les llama «mandamientos de Dios».
Fuera del
Pentateuco hay «mandamientos» emitidos por reyes (1 R.2:43), padres (Jr.35:14),
gente (Is.29:13) y maestros de sabiduría (Prov.6:20; comp. 5:13). Solo un diez
por ciento de todos los casos del término en el Antiguo Testamento pertenecen a
esta categoría.
Las traducciones
en la Septuaginta son: entole («mandamiento; orden») y prostagma («orden;
mandamiento; mandato; requerimiento»). (VINE).
CALENDARIO
HEBREO:
El
año judío se divide en 12 meses de 29 o 30 días, y se basa en las fases de la
luna. Cada dos o tres años se intercala un mes suplementario –conocido como “segundo Adar”,
antes del mes de Nisán-, para compensar el retrato del ciclo lunar sobre el
año solar.
El inicio del año cultual se celebra en primavera
(el 1° de Nisán);
sin embargo se celebra el año nuevo civil en otoño, en el mes de Tishri.
La numeración de los meses comienza en primavera con el mes de Nisán
o Abib,
al igual que en Babilonia.
1) Fiesta De La Pascua:
Celebrada el 14 de Nisán (Comp. Éxodo 12:27; véase índice
temático. Fiesta De Los Panes Sin Levadura:
Celebrada del 15 al 21 de Nisán (Compare Éxodo 12:14-20).
2) Fiesta De
Pentecostés (Números 26:26), De Las Semanas, o De Las Cosechas
(éxodo 23:16): Celebrada durante el mes de Siván (Compare Levíticos 23:9-14; Véase
Concordancia temática.
3) Año Nuevo Judío o
“Rosh Hashaná”: Celebrada
durante el mes de Tishri (Compare Levíticos 23:23-25; Números
29:1-6).
4) Día Del Perdón, De
La Expiación o “Yom Kipur”:
Celebrado el 10 de Tishri (Compare Levíticos 16; 23:26-32;
Números 29:7-11).
5) Fiesta De Las
Enramadas o de las (Tabernáculos):
Celebrada del 15 al 23 de Tishri (Compare Levíticos 23:33-43; Números
29:12-39; Deuteronomio 16:13-17).
6) Fiesta De La Dedicación o “Hanuká”: Celebrada el 25 de Kislev
(Compare Juan 10:22 ss.).
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