jueves, 18 de enero de 2018

L E Y E S: ÉXODO 21–23:

L   E   Y   E   S:
ÉXODO 21–23:

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Después de darle a Israel la ley de Dios en los Diez Mandamientos[1], Moisés explicó y aplicó esa ley a los varios aspectos de la vida. Dondequiera que hay ley, debe haber interpretación y aplicación; de otra manera no es práctica y de nada aprovecha.
En un principio fueron los sacerdotes los que enseñaban y aplicaban la ley en Israel; pero en años posteriores fueron los escribas y los rabíes los que llegaron a ser los maestros profesionales de la ley.
Desafortunadamente sus interpretaciones llegaron a ser de tanta autoridad como la ley original y fue este error que Jesús expuso mediante sus enseñanzas, en especial el Sermón del Monte (Mt 5–7). Véanse también otras percepciones en Marcos 7:1–23.

I.       El Cuidado De Los Siervos (Éxodo 21:1–11):
A los judíos les estaba permitido comprar y vender siervos, pero se les prohibió que los trataran como a esclavos. Algunas personas tenían que venderse a sí mismas debido a su pobreza (Lv. 25:39; Dt. 15:12), pero su servicio estaba limitado a sólo seis años.
Luego se les debía dar la libertad. Si un siervo quería seguir con su amo, debía marcársele en la oreja y permanecería en la casa para toda la vida. Véanse Deuteronomio 15:17 y Salmo 40:6. La ley daba protección especial a las mujeres siervas para asegurarse que sus amos no abusaran de ellas y les privaran de sus derechos.

II.      Compensación Por Daños Personales (Éxodo 21:12–36):
Estas regulaciones se dieron para asegurar equidad al compensar a las personas. La ley del «ojo por ojo, diente por diente» (v. 24) no es una «ley de la selva», sino una expresión de pago equitativo por las lesiones recibidas, de modo que los jueces no exigieran más o menos de lo justo.
Es la base para la ley de hoy, aun cuando no siempre se aplica con justicia.
 Las palabras de nuestro Señor en Mateo 5:38–42 tienen que ver con la venganza privada antes que con la desobediencia pública de la ley. Había varios crímenes capitales en Israel, entre ellos:
·      homicidio (vv. 12–15),
·      secuestro (v. 16),
·      maldecir a los padres de uno (v. 17),
·      causar la muerte de una mujer encinta y/o de su feto (vv. 22–23),
·      hacer tratos con los demonios (22:18), y
·      practicar el bestialismo (22:19).
La base para la pena capital es el pacto de Dios con Noé (Gn. 9:1– 6) y el hecho de que el hombre fue creado a imagen de Dios. Es Dios quien da vida y solo Él tiene el derecho de quitarla o autorizar que sea quitada (Rom. 13).
Dios hace una distinción entre el asesinato deliberado y el homicidio accidental (vv. 12–13). Las ciudades de refugio se proveyeron para la protección de la persona que por accidente mataba a alguien (Núm. 35:6ss). No había policía en esos días y la familia de una persona muerta se sentiría obligada a vengar la muerte de su ser querido. Por consiguiente, era necesario proteger al inocente hasta que los ancianos pudieran investigar el caso.

Nótese: que Dios consideró responsable al dueño de un animal por lo que este les hacía a otros (vv. 28–36), si el propietario sabía que el animal era peligroso. La ley aseguraba que nadie se aprovechara de tales situaciones y se beneficiara de ellas.

Los versículos 22–23 son básicos para la posición en favor de la vida respecto al aborto, porque indican que abortar equivalía a asesinar al niño. La parte culpable era castigada como asesino vida por vida») si la madre de la criatura nonata, o ambos, morían. Véase también el Salmo 139:13–16.

III.     Protección De La Propiedad Personal (Éxodo 22:1–15):
Aquí Moisés se refiere a varias clases de robos y afirma de nuevo que el ladrón debe compensar a los que ha robado. ¡Pero nótese que Dios considera sagrada incluso la vida del ladrón que se ha metido en una casa! Si se mete de noche y lo matan, no se acusa al que lo mata.
Pero si su crimen es durante el día, cuando el dueño podía pedir ayuda o incluso reconocer al intruso y acusarlo más tarde, el que lo mataba era culpable de homicidio.
Moisés también se refiere al daño de la propiedad causado por animales que comen en un campo que no es de su dueño (v. 5), o al fuego fuera de control (v. 6) y a la pérdida de propiedad confiada a otros (vv. 7–15). De estos ejemplos específicos los jueces podían derivar principios que les ayudarían a decidir casos que Moisés no explicó en detalle.

IV.    Respeto a La Humanidad (Éxodo 22:16–31):
Esta serie de leyes misceláneas revela la preocupación de Dios por la humanidad y su deseo de que la gente no fuera explotada. Esto incluye las vírgenes (vv. 16–17; véase Dt. 22:23–24), extranjeros en la tierra (v. 21); viudas (vv. 22–24); y los pobres (vv. 25–27). Dios promete oír los clamores de los maltratados y defender al pobre y al oprimido.
A los hechiceros no se les permitía vivir porque estaban aliados a los poderes demoníacos que operaban las religiones sin dios de las naciones alrededor de Israel. Véase Levítico 19:31, 20:27 y Deuteronomio 18:9–12. La práctica del ocultismo moderno es una invitación para que Satanás se ponga a trabajar y destruya vidas.
Dios también condena el ayuntamiento sexual con animales (véanse Lv. 20:15–16; Dt. 27:21). No sólo que estas prácticas eran parte de la adoración pagana de ídolos, sino que degradaban la sexualidad humana que es un don precioso de Dios. El pueblo debía respetar a sus gobernantes y abstenerse de maldecirlos, asimismo se abstendrían de maldecir a Dios.
De acuerdo a Romanos 13 las autoridades que hay son ordenadas por Dios. Si maldecimos a un líder, estamos en peligro de maldecir al Dios que estableció la autoridad del gobierno humano. Los versículos 29–31 llegan al corazón de la obediencia a la ley: poner a Dios primero en su vida y alegremente obedecer la ley que Él dice. Esta es la versión del AT., de Mateo 6:33.

V.      Dispensar Justicia (Éxodo 23:1–9):
El sistema judicial en Israel, como nuestro sistema de cortes hoy, dependía de leyes justas, jueces honrados y testigos fieles. Las leyes de Dios eran justas, pero un juez injusto podía deliberadamente interpretarlas mal o un testigo podía dar falso testimonio:
·      El juicio no debía estar influenciado por muchos (v. 2),
·      el dinero (vv. 3, 6, 8),
·      los sentimientos personales (vv. 4–5),
·      ni la posición social (v. 9).
Cuando se trata de aplicar la ley, Dios no quiere que se justifique al malo (v. 7; 2 Cron. 6:23). Pero cuando se trata de salvar a los pecadores perdidos, Dios en su gracia justifica al impío (Rom. 4:5). Él puede hacerlo debido a que su Hijo llevó a la cruz la paga de nuestros pecados.

VI.    Celebrar Los Días Santos (Éxodo 23:10–19):
La adoración a Dios y el trabajo de la tierra (que pertenecía a Dios) estaban ligados. Las festividades religiosas de Israel estaban ligadas al año agrícola en una serie de «sietes». Véase Levítico 23. El séptimo día era el sabat y el séptimo año era el año sabático:
Ø La Fiesta de los Panes sin Levadura se celebraba durante siete días después de la Pascua.
Ø El séptimo mes empezaba con la Fiesta de las Trompetas e incluía el Día de la Expiación y la Fiesta de los Tabernáculos (Cabañas).
Ø El día de reposo semanal no sólo recordaba a los judíos que pertenecían a Dios, sino que también mostraba el cuidado de Dios por la salud del hombre, de la bestia y la «salud» de la tierra.
Ø El año sabático era una oportunidad más para el descanso y la restauración. A Dios le interesa la manera en que usamos los recursos naturales que en su gracia nos ha dado.
Ø Si la gente tuviera esto presente hoy, habría menos explotación tanto de los recursos humanos como naturales.

·      La Pascua habla de la muerte de Jesucristo, el Cordero de Dios (Éx. 12; Jn. 1:29);
·      la Fiesta de las Primicias es un tipo de su resurrección (1 Cor. 15:23); y
·      la Fiesta de los Tabernáculos nos recuerda que viene otra vez y su reino futuro de gozo y plenitud (Zc. 14:16–21).
La afirmación enigmática en cuanto al cabrito y la leche de la madre se relaciona a la práctica pagana que era parte de un rito idólatra de la fertilidad (véanse 34:26 y Dt. 14:21). Moisés relacionó esta ley con las festividades de la cosecha, porque allí era cuando se practicaban los ritos paganos de la fertilidad.

VII.   La Conquista De La Tierra Prometida. (Éxodo 23:20–33):
Dios le prometió a su pueblo victoria porque su ángel iría delante de ellos y les ayudaría a derrotar a sus enemigos si la nación obedecía fielmente los mandamientos de Dios. Su posesión de la tierra se debía sólo a la gracia de Dios, pero el disfrute de ella dependía de su fe y fidelidad. Una vez en la tierra, el pueblo debía cuidarse de no imitar las prácticas idólatras de otras naciones.
Dios le prometió salud, prosperidad y seguridad si le obedecían, porque estas bendiciones eran parte de su pacto. No ha garantizado las mismas bendiciones al pueblo de su nuevo pacto hoy, pero ha prometido suplir todas nuestras necesidades y capacitarnos para vivir en victoria sobre nuestros enemigos espirituales.
En la actualidad, mucho de la «predicación de la prosperidad» es una interpretación equivocada del antiguo pacto que Dios hizo con los judíos. Israel en efecto conquistó la tierra prometida y destruyó las ciudades e ídolos de los habitantes impíos.
Pero poco a poco empezó a hacer la paz con sus vecinos y aprendió a adorar a sus falsos dioses. Esto llevó a la disciplina en la tierra (el libro de Jueces) y con el tiempo al cautiverio lejos de la tierra.
Antes de juzgar con mucha severidad a Israel por esto, no obstante, necesitamos preguntarnos cuántos del pueblo de Dios hoy están en componendas con los dioses de este mundo, tales como el dinero, el placer o el éxito.

Clase Para Domingo.

Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.


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Notas:
[1] mitswah = (מִצְוָה, H4687), «mandamiento». Este nombre aparece 181 veces en el Antiguo Testamento. Se encuentra por primera vez en Génesis 26:5 (rva), donde mitswah es sinónimo de joq = («estatuto») y de tôrah («ley»): «Porque Abraham obedeció mi voz y guardó mi ordenanza, mis mandamientos, mis estatutos y mis instrucciones».
En el Pentateuco, Dios es siempre el Dador del mitswah: «Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os mando hoy, para que viváis y seáis multiplicados, y para que entréis y toméis posesión de la tierra que Jehová juró dar a vuestros padres. Acuérdate de todo el camino por donde te ha conducido Jehová tu Dios estos cuarenta años por el desierto, con el fin de humillarte y probarte, para saber lo que estaba en tu corazón, y si guardarías sus mandamientos, o no» (Deut.8:1-2 rva). El «mandamiento» puede ser una prescripción («haréis») o una proscripción («no haréis»). Los mandamientos se dieron al alcance del oído de los israelitas (Ex.15:26; Deut.11:13), quienes los debían «hacer» (Lv.4:2á) y «guardar» (Deut.4:2; Salm.78:7). Cualquier incumplimiento significaría un rompimiento del pacto (Num.15:31), transgresión (2 Cron.24:20) y apostasía (1 R.18:18).
El plural de mitswah a menudo denota una recopilación de leyes impartidas por revelación divina. Son la «palabra» de Dios: «¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra» (Salm.119:9). También se les llama «mandamientos de Dios».
Fuera del Pentateuco hay «mandamientos» emitidos por reyes (1 R.2:43), padres (Jr.35:14), gente (Is.29:13) y maestros de sabiduría (Prov.6:20; comp. 5:13). Solo un diez por ciento de todos los casos del término en el Antiguo Testamento pertenecen a esta categoría.
Las traducciones en la Septuaginta son: entole («mandamiento; orden») y prostagma («orden; mandamiento; mandato; requerimiento»). (VINE).


CALENDARIO HEBREO:
El año judío se divide en 12 meses de 29 o 30 días, y se basa en las fases de la luna. Cada dos o tres años se intercala un mes suplementario –conocido como segundo Adar, antes del mes de Nisán-, para compensar el retrato del ciclo lunar sobre el año solar.

El inicio del año cultual se celebra en primavera (el 1° de Nisán); sin embargo se celebra el año nuevo civil en otoño, en el mes de Tishri. La numeración de los meses comienza en primavera con el mes de Nisán o Abib, al igual que en Babilonia.

1)    Fiesta De La Pascua: Celebrada el 14 de Nisán (Comp. Éxodo 12:27; véase índice temático. Fiesta De Los Panes Sin Levadura: Celebrada del 15 al 21 de Nisán (Compare Éxodo 12:14-20).
2)    Fiesta De Pentecostés (Números 26:26), De Las Semanas, o De Las Cosechas (éxodo 23:16): Celebrada durante el mes de Siván (Compare Levíticos 23:9-14; Véase Concordancia temática.
3)     Año Nuevo Judío o “Rosh Hashaná”: Celebrada durante el mes de Tishri (Compare Levíticos 23:23-25; Números 29:1-6).
4)   Día Del Perdón, De La Expiación o “Yom Kipur”: Celebrado el 10 de Tishri (Compare Levíticos 16; 23:26-32; Números 29:7-11).
5)    Fiesta De Las Enramadas o de las (Tabernáculos): Celebrada del 15 al 23 de Tishri (Compare Levíticos 23:33-43; Números 29:12-39; Deuteronomio 16:13-17).
6)    Fiesta De La Dedicación o “Hanuká”: Celebrada el 25 de Kislev (Compare Juan 10:22 ss.).
7)   Fiesta De Purim: Celebrada los días 14 y 15 de Adar (Compare Ester 9:21-32; compare 2 Macabeos 15.36). (Concordancia Biblia de Estudio RV1995).







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