Diez
Formas De Ayudar A Los Niños A Mantener Su Fe:
(3 Juan 1:4)
“No tengo mayor gozo que
éste: oír que mis hijos andan en la verdad”.
(3 Juan 1:4)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Cuando
un niño[1], adolescente o adulto joven viven por su fe, no hay mayor alegría. Pero
tampoco hay un dolor mayor cuando un niño deja su fe. Si eres un padre
cristiano, sin duda querrás que tu hijo siga también a Cristo.
El título que
grita, “Los dilleniales
dejan la iglesia en manadas”, es suficiente para hacer que los
padres teman por la fe de sus hijos. ¿Hay algo que podamos hacer para cambiar la marea en
nuestros hijos practican su fe? ¿Alguna
sabiduría que nos ayude a que nuestros hijos mantengan su fe? Si
eres un padre cristiano, sin duda querrás que tu hijo siga también a Cristo. El apóstol Juan explicó este deseo de su
corazón cuando escribió:
Ø
“No tengo mayor gozo que éste: oír que mis hijos andan en
la verdad”. (3 Juan 1:4)
Cuando un niño,
adolescente o adulto joven viven por su fe, no hay mayor alegría. Pero tampoco
hay un dolor mayor cuando un niño deja su fe. Los padres no pueden garantizar
que sus hijos permanezcan con fe -su fe
es su elección- hay algunos pasos proactivos que los padres pueden tomar
para ayudar.
Luego de más de
dos décadas y media como padre, me gustaría compartir 10 consejos que he
aprendido para ayudar a los niños a mantener su fe.
1.
La Fe Genuina Es Más Captada Que Enseñada:
Cuando nuestros
hijos ven la autenticidad de nuestra fe, aumenta la de ellos.
Y acá está lo que pasa: No
puedes simular la autenticidad -por lo menos, no con
aquellos que ves día y noche- Cuando nuestros hijos nos ven
humillarnos ante el Señor, pedir perdón cuando erramos, seguir a Cristo a
medida que vivimos nuestra vida y sienten nuestro amor incondicional, están
afectados - aún si en un momento dado parecen perder su camino.
Por el
contrario, cuando un niño es criado en un hogar (o iglesia) donde la hipocresía corre desenfrenada, el legalismo
prevalece, la apatía espiritual es la norma, o la gracia está ausente, también
se ven afectados, pero no de una manera que los motive a mantener su fe a
medida que avanzan hacia la adolescencia o la adultez. Este tipo de modelos
aleja a más niños de su fe que cualquier otro factor individual.
Por favor, no saltes este punto. Tu caminar de
fe es el factor más influyente en la caminata de fe de tu hijo. ¡Así de importante
es!
2.
Tomate Sus Preguntas En Serio:
¿Tu hijo tiene preguntas
acerca de Dios? Bien. No evadas u omitas las preguntas, no
avergüences a tu hijo por tener preguntas. Afirma la exploración de tu hijo al
proveer respuestas apropiadas para su edad. Si la pregunta de tu hijo te toma
por sorpresa ayúdale a encontrar la respuesta.
Las preguntas -incluso las
más desafiantes- son buenas para la fe de tu hijo. Cuando un niño
obtiene respuestas reales, su fe es más probable que se convierta en algo real.
3.
Lidia Con Cosas Fuertes Que Se Avecinan:
Responder una
pregunta de fe se compara fácilmente a lidiar con las cosas verdaderamente
fuertes de la vida: Preguntas como:
Ø
¿Por qué las personas mueren?,
Ø
¿Por qué los creyentes hacen cosas que no son sanas?,
o
Ø
¿Por qué la iglesia
está dividida?,
Por ejemplo.
Y aún, es
importante -vital,
incluso- lidiar con asuntos difíciles, dolorosos o confusos
relacionados a la fe de ahora en adelante. Puedes ayudar a tu hijo a mantener
su fe al responder preguntas que él o ella podrían no preguntar pero que
querrían saber.
Hace varios
años, algunos de los líderes de la iglesia en donde mi esposo sirvió como
pastor de enseñanza, tomaron algunas decisiones poco santas. Muchas personas
salieron heridas. Mi esposo y yo estábamos devastados. Nuestro hijo estaba en
la secundaria en ese momento, en la edad precisa en la cual la fe es forjada u
olvidada.
Enterados de
cómo la situación podría afectar de forma adversa la fe de nuestro hijo, mi
esposo tuvo varias conversaciones de corazón a corazón con él, respondiendo sus
preguntas silenciosas. ¿Por qué cosas como estas ocurren en la iglesia? Mi
esposo explicó cómo los cristianos pueden tomar decisiones que no siempre
honren a Cristo, y le señaló a nuestro hijo la importancia de mantener sus ojos
y corazón puestos en Jesús.
Creo que esas
conversaciones proactivas ayudaron a que la fe de nuestro hijo permaneciera
intachable, aun con una mirada personal y de cerca a la hipocresía cristiana.
4. Haz Que
El Hogar Sea El Lugar Principal En El Que Sus Hijos Aprendan Sobre Dios.
El hogar es el
lugar principal en el que los niños aprenden acerca de Dios, intencionalmente o
no.
Lo hermoso es esto: no
es necesario ser un teólogo para enseñarle a su hijo sobre Dios, sólo un padre
amoroso que anhela que su hijo ame a Dios.
Dios hace que la
enseñanza de la fe sea simple:
·
“para que prolonguéis vuestros días en la tierra que el SEÑOR
juró dar a vuestros padres y a su descendencia, una tierra que mana leche y
miel”.
(Deuteronomio 11:9)
En otras palabras, habla de Dios en la vida
cotidiana.
¿A qué se parece esto?
¡Es fácil! Enséñale a tu
hijo de preescolar que Dios hizo los animales mientras les enseñas que las
ovejas dicen “beeee”. Lee historias
de la Biblia para niños a tu hijo (¡también le encantará esto!). Habla sobre cómo
Dios es nuestro creador, nuestro salvador, nuestro consolador y nuestro
proveedor.
Con niños
mayores y adolescentes, comparte lo que Dios le está enseñando (asegúrate de
compartir en lugar de sermonear). Sus hijos serán alentados a saber
que Dios está trabajando en tu vida, mientras trabaja también en las suyas.
Esto también hará que hablar de Dios sea normal, no algo extraño de lo que solo
hablas en la iglesia.
Si deseas que
tus hijos mantengan su fe, no cometas el error de transmitir la responsabilidad
a otra persona de enseñarles acerca de Dios.
5.
Haz De La Iglesia Una Prioridad:
Si bien la
responsabilidad principal de enseñarle a tu hijo acerca de Dios es tuya, la
importancia de una comunidad de la iglesia para mantener fuerte la fe de tu
hijo (¡y la tuya
también!) no puede exagerarse. Este es el por qué:
Ø
Primero, cuando la importancia de reunirse con el pueblo de Dios
se reemplaza con la importancia a los deportes, la recreación o cualquier otra
cosa, los niños aprenden a adorar esas cosas en lugar de a Dios. De hecho, le
estás enseñando a tu hijo: “Adoramos por sobre todo al fútbol (o béisbol, o porristas, o...)”.
No estoy hablando de dejar de ir a la iglesia de
vez en cuando, sino más bien de elegir hacerlo constantemente cuando otras
cosas son prioridad. No puedes hacer que la iglesia sea una prioridad en
segundo lugar, luego te rascas la cabeza, confundida cuando tu hijo en edad
universitaria deja de ir a la iglesia.
Ø
En segundo
lugar, cuando tu hijo llega a la adolescencia, la
influencia de los padres a menudo pasa a un segundo plano, por un tiempo.
Necesitas que otras personas piadosas hablen e influyan en la vida de tu hijo.
Tu hijo necesita amigos piadosos, tu hijo necesita mentores sabios, amorosos y
piadosos. El mejor lugar para encontrar lo que tu hijo necesita es la iglesia.
Si desea
mantener fuerte la fe de tu hijo, busca una iglesia saludable, vivificante, que
enseñe la Biblia, centrada en Cristo, y que él asista regularmente. ¡Y que los días de
la iglesia sean divertidos!
Desea que tus
hijos tengan recuerdos felices asociados con Dios y con la gente de Dios. Es un
hábito que cosechará beneficios en los próximos años.
6.
Ora Por Tu Hijo y Por Su Fe:
Una de las cosas
más impactantes que los padres pueden hacer es orar por sus hijos. Comenzamos
la práctica de orar por nuestros hijos a la hora de dormir cuando eran niños, y
seguimos haciéndolo hasta cuando estaban en secundaria.
Mantuvimos
nuestras oraciones simples, positivas y motivacionales (no oraciones correctivas como “ayúdala a que
sea buena con su hermana”).
Con el pasar de
los años, oramos desde “ayúdale a tener felices sueños” hasta “ayúdale a
encontrar un amigo sabio, que también sea divertido”.
Adicional a orar por sus necesidades inmediatas como buenos sueños,
buenos amigos y buenas notas pedimos por su vida espiritual también:
Ø
Ora por la fe de tu hijo.
Ø
Ora por su salvación.
Ø
Ora porque camine con
Cristo.
Ø
Ora porque sea lo suficiente fuerte en su fe y sea un
influenciador para Cristo.
Ø
Ora porque sea una líder
cristiana de su generación.
Tus oraciones
construirán la fe de tu hijo, así que ¡ora! Si no lo haces ¿quién lo hará?
7.
Conoce La Cultura De Tu Hijo y a Sus
Amigos:
En generaciones previas, esta era sencilla. Ahora no lo es.
Con la llegada del internet, conocer quién y qué influencia a nuestro hijo
puede ser un misterio.
Esto requiere
vigilancia, la cual puede ser difícil para padres que a menudo llegan al punto
de estar exhaustos. Aun, si quieres que tu hijo mantenga su fe, debes saber que
influencias están afectando - o incluso impidiendo su fe.
¿Cómo haces esto?
Conoce bien a los amigos de tu hijo. Conoce a sus familias. Monitorea sus
redes sociales y el uso del internet. Entérate de lo que tu hijo ve y escucha.
No asumas nada.
No tengas miedo
de decir: “No,
eso no está bien” y explicar el porqué. Mantén las líneas de
comunicación abiertas para poder discutir cómo la cultura afecta nuestro
cerebro.
8.
Comparte Tu Propia Historia De Fe:
Este es un
componente a menudo pasado por alto, pero tremendamente poderoso para ayudar a nuestros
hijos a mantener su fe:
Ø
¿Conocen tus hijos tu historia de fe?
Ø
¿Saben cómo
llegaste a creer?
Ø
¿Quién o qué te influenció?
Ø
¿Qué te ayudó a
crecer?
Ø
¿Qué obstáculos
superaste?
Ø
¿Qué remordimientos
esperas que eviten?
Ø
¿Tus hijos conocen tu testimonio?
Deberían. Porque tú historia es parte de su
historia.
Cuando compartes tu camino de fe, haces que la fe
sea personal. Concreta.
Íntima. Real. Por supuesto, querrás mantener tu historia según la edad. Pero,
aun así, no supongas que tus hijos saben cómo nació tu fe. Cuéntales.
9. Enseñe a
Sus Hijos a Respetarlo Ahora, Para Que Sepan Cómo Respetar a Dios Más Tarde:
Para un niño, un
padre es la máxima autoridad. Cómo se relacionan contigo determina cómo se
relacionarán con otras figuras de autoridad, incluido Dios.
Cuando enseñamos
a nuestros hijos con amor para que nos respeten y sigan nuestras instrucciones,
los ayudamos a aprender a honrar a Dios y a seguir Sus instrucciones.
Un niño al que
sistemáticamente se le permite gobernar el gallinero en su hogar le resultará
difícil permitir que Dios gobierne y reine en su corazón.
Una palabra de advertencia: en
tu búsqueda para enseñar respeto, no uses las Escrituras como un arma. La Palabra de
Dios debe ser una lámpara para nuestros pies, no un golpe de dos por cuatro
sobre nuestras cabezas.
He escuchado a
los padres usar erróneamente versículos de la Biblia para avergonzar a sus
hijos a obedecer. Haz todo lo que esté a tu alcance para hacer de la Palabra de
Dios algo que sus hijos amen, no algo que teman. Sostenla como la Palabra de
Vida, porque lo es.
10.
Por Encima De Todo, El Amor:
El viaje a la fe de tu hijo puede tomar un poco de
tiempo. No entres en pánico.
Y no lo tomes personal. Es algo fuerte,
pero resiste la urgencia a entrar en pánico o a tomarte la lucha de tu hijo
como algo personal, así tendrás la claridad que necesitas para responder de
forma sabia.
Si tu niño o adolescente duda o pierde su fe, deja
que te ponga de rodillas. Ora como si la vida de tu hijo dependiera de eso.
Pero no te detengas ahí. Ama a tu hijo como si su vida dependiera de eso.
Puede parecer
que no es así en el momento, cuando la fe de tu hijo falla tu fe tiene la
oportunidad de crecer. Tienes la oportunidad de ser más como Cristo de lo que
has podido antes, porque se requiere que muestres amor de formas que nunca lo
habías hecho.
Lo que parece amor dependerá de las necesidades de
tu hijo. Pero mientras busques sabiduría, aférrate a esto:
·
Por
encima de todo, el amor[2].
Reflexión Bíblica:
“Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se
apartará de él [Dios]”. (Proverbios 22:6)
El v.
6 entrega un mashal imperativo. La palabra instruye aparece sólo cinco
veces en el AT., con un significado en las otras veces como “dedicar o estrenar” (ver
Deut.20:5; 20:2 veces; 1 Reyes 8:63; 2 Crónicas 7:5). Entonces, mejor sería
decir algo como “dedicar los primeros pasos al niño en
el camino (recto)...” (Es el
tiempo cuando el niño está empezando a aprender las cosas de la vida como en
19:18, el tiempo oportuno); Aristóteles pensaba que las buenas virtudes se
aprendían en el hábito de cumplirlas. La palabra na’ar H5288 puede significar la edad desde el
infante (ver Éxodo 2:6) hasta el joven o adolescente (ver Jueces 8:20).
De todos modos, es la primera etapa del niño,
una etapa importantísima. Otra dificultad del pasaje es la expresión “boca del camino” que se encuentra
traducida como en su camino (quizá la apertura del camino como en Génesis 29:2
la boca del pozo; en Josué 10:18 la entrada o boca de la cueva). Se trata,
entonces, del comienzo del caminar del niño en vías de ser adolescente. La frase
y aun cuando sea viejo trata la edad de la madurez (ver 13:22). Estos primeros
pasos instructivos forman una parte imborrable del ser. La formación buena es más
fácil que la reformación que ha de venir con un joven mal formado (ver 13:24;
19:18; 20:30; 22:15; 23:13, 14; 29:15, 17).
El dicho:
“Hombre prevenido vale por
dos”
tiene razón. Este versículo no se encuentra en la
Septuaginta. Hay pasajes paralelos importantes en el NT. (Ver Efesios 6:4; 2
Timoteo 1:5).
Luego deja que
Dios escriba la historia de tu hijo, mientras escribe la tuya.
___________
Notas y Bibliografía:
[1] H5288 נַעַר
= náar: de H5287; (concretamente) muchacho (como act.), de edad de
la infancia hasta la adolescencia; por impl. sirviente; también (por interc. de
sexo), muchacha (de amplitud similar de edad):- cortesano,
criada, -o, hijo, (hombre) joven, muchacho, niño, pastor, pequeño, servidor, siervo,
sirviente. (Strong).
[2] G25 ἀγαπάω = agapao: tal vez de ἄγαν = ágan
(mucho) [o compare H5689]; amar (en sentido social o moral):-
amado, amada, amar, amor. Compare G5368. (Strong).
-
Luz Mundial Hoy. Julio 25-2018-
-
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez: 14//08//2018.
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