MOLDEAR EL PENSAMIENTO:
(Romanos 12:1-8)
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios,
que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios,
que es vuestro culto racional… No os conforméis
a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta… Digo, pues, por la gracia
que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto
concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura,
conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno… Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros,
pero no todos los miembros tienen la misma función,… así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y
todos miembros los unos de los otros… De manera que, teniendo diferentes dones,
según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida
de la fe;… o si de servicio, en servir; o el que
enseña, en la enseñanza;… el que exhorta, en la
exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el
que hace misericordia, con alegría”.
(Romanos 12:1-8)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
El Corazón El
Asunto: Una Mente Renovada:
En esta era digital, se cumple la
frase acuñada por el visionario Marshall McLuchan en 1964: “El mensaje está en los medios”.
Cuando
las computadoras y los teléfonos celulares, etc., eran aún ciencia ficción, él
predijo cómo influirían las comunicaciones en nuestra manera de pensar.
Nicholas Carr explica que Internet está modelando el proceso de pensamiento y
reduciendo la capacidad de concentración y reflexión. La información en línea
penetra lentamente como una corriente de partículas.
El
mensaje de Pablo a los creyentes en Roma transmite un concepto sumamente
práctico ante la realidad de los medios de comunicación actuales: “No os
conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta”. Rom 12:2
El ruego de Pablo
de que transformemos nuestras vidas no viene de la nada. Es sólo en vista
de las misericordias de Dios que su ruego se vuelve relevante y
que nuestra obediencia a él es posible.
Cuando
reconocemos todo lo que Dios ha hecho por nosotros en su Hijo, a lo que Pablo
se ha referido en los caps. 1-11, nos damos cuenta de que ofrecernos nosotros
mismos a Dios como sacrificio vivo es, verdaderamente, un acto de culto racional [1](logiken).
La
palabra vivo nos recuerda lo que Dios nos ha hecho: somos personas
que ahora estamos vivas “para Dios en Cristo
Jesús”
(6:11). Pablo nos anima a ver toda nuestra vida cristiana como un acto de
adoración.
No
es sólo lo que se hace el domingo dentro del edificio de una iglesia lo que “rinde honor”
a Dios, sino lo que Dios y el mundo ven en nosotros todos los días y a cada
momento de la semana.
1. Una Petición:
V.1. Así que… os ruego:
En
vista de todo lo que ha sido expuesto en la parte precedente de esta epístola. Por las misericordias de Dios—Aquellas
misericordias, cuya naturaleza libre e inmerecida, cuya gloriosa mediación, y
cuyos frutos salvadores, han sido demostrados tan extensivamente.
Que presentéis—Véase nota, cap. 6:13, donde tenemos la misma
exhortación, y la misma palabra traducida “presentar”, como también en el cap. 6:19.
Vuestros cuerpos—Es decir. “a vosotros mismos en el cuerpo”, considerado como
el órgano de la vida interior. Como al través del cuerpo sale todo el mal que
hay en el corazón no regenerado, en acción manifiesta y palpable, así también
por medio del cuerpo todos los principios y afectos de los creyentes se revelan
en la vida externa. La santificación se extiende por todo el ser de cada
persona (1 Ts.5:23-24).
En sacrificio vivo—Es decir, en glorioso contraste con los
sacrificios legales, que eran sacrificios muertos. La muerte del “Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo”, ha barrido del altar de Dios todas
las víctimas muertas, para dar lugar a los redimidos mismos como “sacrificios vivos”
para aquel que “hizo pecado por nosotros”; mientras que toda
expresión de alabanza de sus corazones agradecidos y todo acto impulsado por el
amor a Cristo, es en sí un sacrificio a Dios de perfume dulce (Heb.13:15-16).
Santo—Así
como las víctimas levíticas ofrecidas sin mancha a Dios se llamaban santas, así
los creyentes, “entregándose
a Dios como vivos de entre los muertos, y sus miembros como instrumentos de
justicia a Dios”, son, en la estimación de Dios, no ritual sino
realmente “santos”,
y así—agradable a Dios——
No
como las ofrendas levíticas que eran meramente símbolos de ideas espirituales,
sino objetos intrínsecamente de divina complacencia, en su carácter renovado, y
en su amorosa relación con él por su Hijo Jesucristo.
Que es vuestro racional culto—
En
contraste, no con la insensatez del culto idolátrico, sino con las víctimas
irracionales que se ofrecían bajo la ley.
En
este sentido la presentación de nuestros cuerpos como monumentos vivos de la
misericordia redentora, se llama aquí “nuestro culto racional”; y ciertamente es la
ocupación más exaltada de las criaturas racionales de Dios. Así lo leemos en 1 P.2:5: “para ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por
Jesucristo”.
V.2. Y no os conforméis a este siglo [Ef.2:2;
Gal.1:4, griego]; mas reformaos—o
“transformaos”
(como en Mateo 17:2; y 2
Corintios 3:18, griego).
Por la renovación de vuestro entendimiento—No por una mera
desconformidad exterior para con el mundo impío, muchas de cuyas acciones
podrán ser en sí virtuosas y dignas de alabanza; antes por una transformación
interior espiritual tal que haga nueva toda la vida: nueva en sus motivos y fines, aun cuando las acciones en nada
difieran de las del mundo; nueva, considerada como un todo, y en tal sentido,
inalcanzable salvo por el poder constreñidor del amor de Cristo.
Para que experimentéis—(Véase la nota en cuanto al término “experiencia”,
cap. 5:4, comp. 1 Ts.5:10, donde el sentimiento es el mismo).
Cuál sea
[“es”]
la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta—Preferimos
esta traducción a la que muchos eruditos [Tholuck, Meyer, De Wette, Fritzsche,
Philippi, Alford, Hodge] adoptan—“que probéis”, o “discernáis la voluntad de Dios, (o sea)
lo que es bueno y agradable y perfecto”.
Pero
está comprobado que la voluntad de Dios es “buena”, por cuanto demanda solamente lo que es
esencial e inmutablemente bueno (cap. 7:10); es “agradable”, en contraste con todo
lo que es arbitrario, por cuanto demanda solamente lo que goza de la eterna
complacencia de Dios (véase Miq.6:8,
con Jr.9:24); y es “perfecta”,
por cuanto refleja la misma perfección de Dios.
Tal
es pues el gran deber general de los redimidos: LA CONSAGRACION COMPLETA, de todo
nuestro espíritu, alma y cuerpo, a aquel que nos ha llamado a la comunión de su
Hijo Jesucristo. Luego siguen los deberes específicos, principalmente los
sociales, empezando con la humildad, la primera de todas las gracias.
V.3. Digo pues [autoritativamente] por la gracia que me es dada—como apóstol de
Jesucristo, ejemplificando así su propio precepto, y apoyándose humildemente en
aquel oficio que le autorizaba y le obligaba a usar tal franqueza para con
todas las clases.
A cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto
de sí
…
etc.—Es imposible traducir en lenguaje correcto el enfático juego de palabras,
por decirlo así, que hallamos en este pasaje: “Ninguno tenga una mentalidad superior (altiva)
a la que debe tener, sino que tenga la mentalidad que
conduzca a una mentalidad sobria”. Esto no es sino una manera fuerte
de caracterizar todo indebido ensalzamiento egoísta.
Conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno—La fe aquí se
contempla como la vía de acceso a toda otra gracia, y por tanto, como la
facultad receptiva del alma regenerada.
En
otras palabras: “Así como Dios ha dado a cada uno la capacidad particular de recibir los
dones y las gracias que él dispone para el bien general”.
2. Miembros Del Mismo Cuerpo:
VV.4-8: Dios nos ha dado dones a fin de
que podamos edificar la iglesia. Para usarlos con eficacia, debemos:
(1) tener en
cuenta que todos los dones y habilidades vienen de Dios;
(2) comprender que no todos tienen el
mismo don;
(3) saber quiénes
somos y qué hacemos mejor;
(4) dedicar nuestros dones al servicio
de Dios y no a nuestro éxito personal;
(5)
estar dispuestos a ponerlos al servicio de Dios con
generosidad y sin exclusión.
VV.4, 5. En un cuerpo tenemos muchos miembros.
La
misma diversidad y la misma unidad que hay en el cuerpo de Cristo, del que
todos los creyentes son las partes generales, así las hay en el cuerpo natural.
VV.6-8. teniendo
diferentes dones según la gracia que nos es dada.
NOTA:
V.6: dones: Sobre los dones espirituales 1 Corintios 1:7*: conforme a la medida de la fe. I, es
las revelaciones que vienen mediante el profeta deben estar de acuerdo con el
depósito de la fe ya revelado.
*1 Corintios 1:7: don. I, es, don espiritual (1
Corintios 12:4-11). Los dones espirituales son capacidades que Dios da a los
creyentes a fin de que puedan servirle. Todo cristiano tiene, a lo menos, un
don (1 P.4:10). En Corinto, todos los diversos dones se hallaban dentro del
grupo. Los dones espirituales son tratados en Romanos 12:3-8; 1 Corintios
12:1-14:40 y Efesios 4:7-16.
Notemos
aquí que todos los dones de los creyentes se consideran asimismo como
comunicaciones de pura gracia.
Si el de profecía—Sea que tengamos el don de la profecía: esto es, el don de la enseñanza inspirada, como en Hechos 15:32.
Cualquiera
que hablaba con autoridad divina—fuese con referencia al pasado, al presente, o al porvenir—se
llamaba profeta (Éxodo 7:1.
etc.).
Úsese conforme a la medida de la fe—Más bien: “de nuestra fe”.
Muchos expositores romanistas y algunos protestantes (como Calvino y Bengel, y
aunque con mucha seguridad, Beza y Hodge) traducen esto de la siguiente manera:
· “en afinidad con la fe”, es decir,
· “según el sentido general”,
o
· “la regla de fe”, divinamente
entregada a los hombres para que se dirijan.
Pero
esto es contrario al contexto, cuyo objeto es enseñar que, como todos los dones
son de acuerdo con las capacidades respectivas de cada uno para recibirlos, no
han de sentirse orgullosos a causa de ellos, sino que deberán usarlos fielmente
según el motivo de los mismos.
O si ministerio [nos es dado, ocupémonos] en servir—La palabra empleada aquí (“diaconía”) significa cualquier clase de servicio, desde la
dispensación de la palabra de vida (Hechos 6:4) hasta la administración de los asuntos temporales de
la iglesia (Hechos 6:1-3).
Este último
parece ser el sentido aquí, en distinción de:
Ø “la profecía”,
Ø “la enseñanza”, y
Ø la “exhortación”.
O el que enseña—Los enseñadores, o doctores, se distinguen
expresamente de los profetas, y se mencionan después de éstos como para
demostrar que ejercían una función inferior (Hechos 13:1; 1 Cor.12:28-29).
Probablemente
su ocupación consistía en la exposición evangélica de las Escrituras del
Antiguo Testamento; y en este aspecto, aparentemente, Apolos demostraba su
poder y elocuencia (Hechos 18:24).
En doctrina—“en la
enseñanza”.
“El que exhorta, en la exhortación; el que
reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace
misericordia, con alegría”.
(Rom.12:8)
NOTA: V.8: Confirmará. Garantizará. Los corintios tenían la garantía de Dios de que habían
de estar en la presencia de Cristo cuando ÉL Venga y que ellos entonces serán
irreprensibles. Esta seguridad está basada en el hecho maravilloso de que Fiel
es Dios (v.9).
El que exhorta—Puesto que toda predicación, ya fuese de parte de
los apóstoles, los profetas, o los enseñadores, era seguida por la exhortación (Hechos 11:23; 14:22; 15:32, etc.),
muchos opinan que aquí no se refiere a ninguna clase especifica.
Pero
si se concedía libertad a otros para exhortar ocasionalmente a los hermanos en
general, o a grupos pequeños de los menos instruidos, puede ser que esta
referencia se haga a los tales, el que reparte—en
el ejercicio de la benevolencia privada probablemente, más bien que en el
desempeño de servicios diaconales.
En simplicidad—Tal es el probable sentido de la palabra. Pero como
parece que se recomienda la simplicidad en la frase que sigue, acaso el sentido
aquí es “con
liberalidad”, como también en 2 Corintios 8:2; 9:11.
El que preside—ya sea en la iglesia, o en su propia casa. Véase 1 Timoteo 3:4-5, donde la
misma palabra se aplica a ambos casos.
Con solicitud—con un propósito sincero y con ardor, el que hace misericordia, con alegría—No
sintiendo el molestarse o privarse, sino reconociendo que “más bienaventurada cosa es dar que recibir”,
ayudar que ser ayudado.
Concluyó:
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio
de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la
buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
¡Qué importante es aplicar esta verdad para procesar el
material que llega de nuestro alrededor y afecta a nuestra mente y manera de
pensar!
No
podemos detener la carga de información que nos bombardea, pero sí podemos
pedirle diariamente a Dios que nos ayude a enfocarnos en ÉL y a moldear nuestro
pensamiento con su presencia en nuestra vida.
DEJA
QUE EL ESPÍRITU SANTO, NO EL MUNDO, MOLDEE TU MENTE:
___________
Notas y Bibliografía:
[1] logikos =
(λογικός, G3050), perteneciente
a la facultad de la «razón, razonable, racional. Se utiliza en Rom.12:1, del
culto o servicio (latreia) que debe ser ofrecido por los creyentes en la
presentación de sus cuerpos «en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios». El
sacrificio tiene que ser inteligente, en contraste a los cultos ofrecidos
mediante ritual y por fuerza. La presentación debe tener lugar de acuerdo con
la inteligencia espiritual de aquellos que son nuevas criaturas en Cristo y que
están conscientes de «las misericordias de Dios». Para el significado de
este término en 1 P.2:2, véase bajo LECHE; véase también ESPIRITUAL. (VINE).
- e-
Sword-the. LEDD.
- Biblia de Estudio RYRIE.
- El Pan Diario 2018.
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez.
14//08//2018.
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