lunes, 13 de agosto de 2018

LEYES SOBRE LOS VOTOS Y LOS DIEZMOS: LEVÍTICO 23:


LEYES SOBRE LOS VOTOS Y LOS DIEZMOS:
LEVÍTICO 23:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Las siete fiestas del Señor están repletas de rico alimento espiritual y ameritan cuidadoso estudio. Ya hemos estudiado algunas, de modo que no las volveremos a tratar en detalle, pero otras son nuevas en nuestros estudios.
Es importante notar el orden de estas siete fiestas, porque nos dan un «calendario profético» tanto para Israel como para la Iglesia. El año religioso empezaba con la Pascua, la cual es un cuadro de la muerte de Cristo. Al día siguiente del sabat Pascual (un domingo), los israelitas celebraban la Fiesta de las Primicias, que es un cuadro de la resurrección del Señor de entre los muertos.
La semana siguiente a la Pascua se dedicaba a la Fiesta de los Panes sin Levadura, cuando se eliminaba toda levadura de las casas. Esto ilustra la santificación de los creyentes al quitar el pecado de sus vidas. Todo esto ocurría en el primer mes del año.
Cincuenta días después de la Fiesta de las Primicias está el Pentecostés del NT., la llegada del Espíritu Santo sobre la Iglesia. En el séptimo mes se celebraban tres fiestas. Abría el mes la Fiesta de las Trompetas, recordándonos de la reunión del pueblo de Dios cuando el Señor vuelva.
El décimo día era el Día de la Expiación, ilustrando el limpiamiento del pueblo de Dios; y desde el decimoquinto día hasta el vigésimo, los judíos celebraban con gozo la Fiesta de los Tabernáculos, que es un cuadro de las bendiciones del reino futuro.
El pueblo de Dios es un pueblo esparcido que debe reunirse, un pueblo pecador que debe limpiarse y un pueblo sufriente al que se le debe dar gozo. El largo período (alrededor de tres meses) entre Pentecostés y la Fiesta de las Trompetas habla de la presente edad de la Iglesia, cuando Israel se ha dejado a un lado debido a que rechazó a su Mesías.

I.       La Pascua (Levíticos 23:4–5):
Ya hemos considerado esta fiesta, de modo que refiérase a las notas sobre Éxodo 11–13. Todo depende de la sangre del cordero: no pudiera haber ninguna otra fiesta si no hubiera Pascua. ¡La gente de hoy que quiere eliminar la sangre socaba el mismo cimiento del plan de Dios para las edades!

II.      Los Panes Sin Levadura (Levíticos 23:6–8):
Esta también ya se ha considerado. Es un cuadro del pueblo de Dios limpiando el pecado de su vida (2 Cor. 7:1) y alimentándose en el Cordero para tener fuerza para el viaje.
No invierta estas dos fiestas. ¡Nadie se salva al sacar la levadura (el pecado) y nadie querrá abandonar el pecado a menos que primero haya sido salvado por la sangre! Esta es la diferencia entre la reforma religiosa y la regeneración espiritual, nacer de nuevo por el Espíritu de Dios.

III.    Las Primicias (Levíticos 23:9–14):
Esta fiesta estaba reservada para la tierra de Canaán, cuando la gente tendría campos y cosechas. Sería imposible celebrar tal fiesta en el desierto. El día después del «sabat Pascual» (domingo, el primer día de la semana), el sacerdote mecía la primera gavilla de trigo ante el altar como una señal de que la cosecha completa le pertenecía al Señor.
Este es un cuadro de la resurrección de nuestro Señor, puesto que 1 Corintios 15:20–21 definitivamente le llama «las primicias». Adorar en el día del Señor no fue una invención de la Iglesia, como algunos enseñan.
¡Estaba escrito en el calendario de Dios siglos antes! Debido a que Cristo, las primicias, vive, toda la «cosecha de la resurrección» le pertenece a Dios. Nadie será olvidado. La promesa es cierta: «Porque yo vivo, vosotros también viviréis» (Jn. 14:19).

IV.    Pentecostés (Levíticos 23:15–22):
«Pentecostés» quiere decir: «cincuenta» y cincuenta días después de la resurrección de Cristo vino el Espíritu Santo (Hch. 2). Durante cuarenta días Cristo ministró a sus discípulos (Hch. 1:3) y otros diez días ellos oraron y esperaron a que llegara el Pentecostés.
La «ofrenda del nuevo grano» (v. 16) se componía de dos hogazas de pan, simbolizando a los judíos y gentiles bautizados en un solo cuerpo, la Iglesia, por el Espíritu Santo (1 Cor. 12:13). El hecho de que se permitía levadura nos ilustra que hay pecado en la Iglesia en la tierra hoy.
¡Gracias a Dios que el día llegará cuando no habrá levadura entre el pueblo de Dios!

Nótese: también que el sacerdote presentaba los panes y no gavillas de trigo, porque ahora los creyentes han sido unidos en Cristo por el Espíritu. Es después del Pentecostés que tenemos la larga brecha cuando no hay fiestas. Hay tres fiestas en el primer mes y tres en el séptimo, con Pentecostés entre ellas. Esta larga brecha habla de la presente edad, la edad de la Iglesia. Israel ha rechazado al Cordero; no puede recibir al Espíritu hasta que reciba al Mesías; y está esparcido por el mundo. No tiene ni templo, ni sacerdocio, ni sacrificio, ni rey. ¿Cuál es su futuro? Se ve en las siguientes tres fiestas.

V.      Las Trompetas (Levíticos 23:23–25):
Como nación a Israel se le instruía mediante las señales de los sacerdotes que tocaban las trompetas (Núm. 10). La Fiesta de las Trompetas ilustra la reunión de Israel cuando las trompetas de Dios los llamarán desde los extremos de la tierra. Léanse Isaías 27:12–13 y las palabras de Cristo en Mateo 24:29–31.
Por supuesto, aquí hay una aplicación para la Iglesia, porque esperamos el toque de la trompeta y la venida de nuestro Señor en el aire (1 Cor. 15:52ss; 1 Ts. 4:13–18).
 Los judíos tocaban las trompetas para congregar a la asamblea y esto es lo que nuestro Señor hará cuando reúna a sus hijos. Los judíos también tocaban trompetas para la guerra y una vez que Cristo haya sacado a todos sus hijos de la tierra, declarará guerra a las naciones.

VI.    El Día De La Expiación (Levíticos 23:26–32):
Esto se explicó antes en nuestras notas sobre Levítico 16–17. Cuando Dios haya finalmente reunido a los judíos, le revelará a Cristo y «mirarán al que traspasaron». El Día de la Expiación futura de Israel se describe en Zacarías 12:10–13:1. Lea con cuidado estos versículos.
Será un día de lamentación por el pecado, un día de limpiamiento mediante la sangre del Cordero. Hay algunos que aplican el Día de la Expiación al tribunal de Cristo, cuando los santos de Dios darán cuenta de las obras hechas en el cuerpo.
Su aplicación fundamental, no obstante, es a la nación de Israel. Sin duda, en el tribunal de Cristo la Iglesia será limpiada de toda contaminación y hecha hermosa para las bodas del Cordero.

VII.   Tabernáculos (Levíticos 23:33–44):
Durante siete días los judíos debían vivir en cabañas o tabernáculos, recordándoles la provisión y protección de Dios cuando estaban en el desierto. Pero también hay una futura Fiesta de los Tabernáculos para Israel que será cuando el Rey haya sido recibido y la nación restaurada.
Léanse más detalles en Zacarías 14:16–21. Así, esta fiesta habla del futuro reino milenial que Dios ha prometido para los judíos. Esta fiesta seguía a la cosecha (v. 39), lo cual nos enseña que Dios reunirá toda su cosecha antes de que Cristo establezca su reino terrenal:
· Esta debía ser una fiesta de regocijo, no de tristezas; y
· por cierto, todos los cielos y la tierra se regocijarán cuando Cristo reine desde Jerusalén.
Este capítulo es el «itinerario profético» de Dios y no sabemos cuándo se tocarán las trompetas. ¡Cuán importante es que estemos listos para el toque de la trompeta y la venida del Señor!






Clase Para Domingo.

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