LEYES SOBRE LOS VOTOS Y LOS
DIEZMOS:
LEVÍTICO 23:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Las
siete fiestas del Señor están repletas de rico alimento espiritual y ameritan
cuidadoso estudio. Ya hemos estudiado algunas, de modo que no las volveremos a
tratar en detalle, pero otras son nuevas en nuestros estudios.
Es
importante notar el orden de estas siete fiestas, porque nos dan un «calendario
profético» tanto para Israel como para la Iglesia. El año religioso
empezaba con la Pascua, la cual es un cuadro de la muerte de Cristo. Al día
siguiente del sabat Pascual (un domingo), los israelitas celebraban la Fiesta
de las Primicias, que es un cuadro de la resurrección del Señor de entre los
muertos.
La
semana siguiente a la Pascua se dedicaba a la Fiesta de los Panes sin
Levadura, cuando se eliminaba toda levadura de las casas. Esto ilustra la santificación
de los creyentes al quitar el pecado de sus vidas. Todo esto ocurría en el
primer mes del año.
Cincuenta
días después de la Fiesta de las Primicias está el Pentecostés del NT., la llegada
del Espíritu Santo sobre la Iglesia. En el séptimo mes se celebraban tres
fiestas. Abría el mes la Fiesta de las Trompetas, recordándonos de la reunión
del pueblo de Dios cuando el Señor vuelva.
El
décimo día era el Día de la Expiación, ilustrando el limpiamiento del pueblo de
Dios; y desde el decimoquinto día hasta el vigésimo, los judíos celebraban con
gozo la Fiesta de los Tabernáculos, que es un cuadro de las bendiciones del
reino futuro.
El
pueblo de Dios es un pueblo esparcido que debe reunirse, un pueblo pecador que
debe limpiarse y un pueblo sufriente al que se le debe dar gozo. El largo
período (alrededor
de tres meses) entre Pentecostés y la Fiesta de las Trompetas habla
de la presente edad de la Iglesia, cuando Israel se ha dejado a un lado debido
a que rechazó a su Mesías.
I.
La Pascua (Levíticos 23:4–5):
Ya
hemos considerado esta fiesta, de modo que refiérase a las notas sobre Éxodo
11–13. Todo depende de la sangre del
cordero: no pudiera haber ninguna otra fiesta si no
hubiera Pascua. ¡La gente de hoy que quiere eliminar la sangre socaba el mismo
cimiento del plan de Dios para las edades!
II. Los Panes Sin Levadura (Levíticos 23:6–8):
Esta
también ya se ha considerado. Es un cuadro del pueblo de Dios limpiando el
pecado de su vida (2 Cor. 7:1) y alimentándose en el Cordero para tener fuerza
para el viaje.
No
invierta estas dos fiestas. ¡Nadie se salva al sacar la levadura (el pecado) y nadie querrá abandonar el pecado a menos que primero haya
sido salvado por la sangre! Esta es la diferencia entre la reforma
religiosa y la regeneración espiritual, nacer de nuevo por el Espíritu de Dios.
III.
Las Primicias (Levíticos 23:9–14):
Esta
fiesta estaba reservada para la tierra de Canaán, cuando la gente tendría
campos y cosechas. Sería imposible celebrar tal fiesta en el desierto. El día
después del «sabat
Pascual» (domingo, el primer día de la semana), el sacerdote mecía
la primera gavilla de trigo ante el altar como una señal de que la cosecha
completa le pertenecía al Señor.
Este
es un cuadro de la resurrección de nuestro Señor, puesto que 1 Corintios 15:20–21
definitivamente le llama «las primicias». Adorar en el día del Señor no fue
una invención de la Iglesia, como algunos enseñan.
¡Estaba escrito en el calendario de Dios siglos antes! Debido
a que Cristo, las primicias, vive, toda la «cosecha de la resurrección» le pertenece a Dios.
Nadie será olvidado. La promesa es cierta:
«Porque yo vivo, vosotros también viviréis»
(Jn. 14:19).
IV. Pentecostés (Levíticos 23:15–22):
«Pentecostés» quiere decir: «cincuenta» y cincuenta días
después de la resurrección de Cristo vino el Espíritu Santo (Hch. 2). Durante cuarenta días Cristo ministró a sus
discípulos (Hch. 1:3) y otros diez días ellos oraron y esperaron a que llegara
el Pentecostés.
La
«ofrenda del
nuevo grano» (v. 16) se
componía de dos hogazas de pan, simbolizando a los judíos y gentiles bautizados
en un solo cuerpo, la Iglesia, por
el Espíritu Santo (1 Cor. 12:13). El hecho de que se permitía levadura nos
ilustra que hay pecado en la Iglesia en la tierra hoy.
¡Gracias a Dios que el día llegará cuando no habrá
levadura entre el pueblo de Dios!
Nótese: también que el
sacerdote presentaba los panes y no gavillas de trigo, porque ahora los
creyentes han sido unidos en Cristo por el Espíritu. Es después del Pentecostés
que tenemos la larga brecha cuando no hay fiestas. Hay tres fiestas en el
primer mes y tres en el séptimo, con Pentecostés entre ellas. Esta larga brecha
habla de la presente edad, la edad de la Iglesia. Israel ha rechazado al
Cordero; no puede recibir al Espíritu hasta que reciba al Mesías; y está
esparcido por el mundo. No tiene ni templo, ni sacerdocio, ni sacrificio, ni
rey. ¿Cuál es su futuro? Se ve en las
siguientes tres fiestas.
V.
Las Trompetas (Levíticos 23:23–25):
Como
nación a Israel se le instruía mediante las señales de los sacerdotes que
tocaban las trompetas (Núm. 10). La Fiesta de las Trompetas ilustra la reunión
de Israel cuando las trompetas de Dios los llamarán desde los extremos de la
tierra. Léanse Isaías 27:12–13 y las palabras de Cristo en Mateo 24:29–31.
Por
supuesto, aquí hay una aplicación para la Iglesia, porque esperamos el toque de
la trompeta y la venida de nuestro Señor en el aire (1 Cor. 15:52ss; 1 Ts. 4:13–18).
Los judíos tocaban las trompetas para
congregar a la asamblea y esto es lo que nuestro Señor hará cuando reúna a sus
hijos. Los judíos también tocaban trompetas para la guerra y una vez que Cristo
haya sacado a todos sus hijos de la tierra, declarará guerra a las naciones.
VI.
El Día De La Expiación (Levíticos 23:26–32):
Esto se explicó antes en nuestras
notas sobre Levítico 16–17. Cuando Dios haya finalmente reunido a los judíos,
le revelará a Cristo y «mirarán al que traspasaron». El Día de la
Expiación futura de Israel se describe en Zacarías 12:10–13:1. Lea con cuidado
estos versículos.
Será
un día de lamentación por el pecado, un día de limpiamiento mediante la sangre del Cordero.
Hay algunos que aplican el Día de la Expiación al tribunal de Cristo, cuando
los santos de Dios darán cuenta de las obras hechas en el cuerpo.
Su aplicación
fundamental, no obstante, es a la nación de Israel. Sin duda, en el
tribunal de Cristo la Iglesia será limpiada de toda contaminación y hecha hermosa
para las bodas
del Cordero.
VII.
Tabernáculos (Levíticos 23:33–44):
Durante
siete días los judíos debían vivir en cabañas o tabernáculos, recordándoles la
provisión y protección de Dios cuando estaban en el desierto. Pero también hay
una futura Fiesta de los Tabernáculos para Israel que será cuando el Rey haya
sido recibido y la nación restaurada.
Léanse más
detalles en Zacarías 14:16–21. Así, esta fiesta habla del futuro reino
milenial que Dios ha prometido para los judíos. Esta fiesta seguía a la cosecha (v. 39), lo cual nos enseña que Dios
reunirá toda su cosecha antes de que Cristo establezca su reino terrenal:
· Esta debía ser una fiesta
de regocijo, no de tristezas; y
· por cierto, todos los cielos y la tierra se regocijarán
cuando Cristo reine desde Jerusalén.
Este
capítulo es el «itinerario
profético» de Dios y no sabemos cuándo se tocarán las trompetas. ¡Cuán
importante es que estemos listos para el toque de la trompeta y la venida del
Señor!
Clase Para
Domingo.
Lea Su
Biblia, Lea Su
Biblia, Lea Su Biblia.
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