LOS BENEFICIOS DE LA JUSTICIA:
ROMANOS 5:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Este
capítulo es una explicación de la última palabra del capítulo 4: justificación[1]. Un claro entendimiento del
argumento de Pablo es esencial para captar el significado de la justificación
por fe.
I. La Bendición De La Justificación (Romanos
5:1–11):
Tenga
presente que la justificación
es la declaración de Dios de que el pecador que cree es justo en
Cristo. Es justicia imputada, puesta a nuestra cuenta.
Santificación es
justicia impartida, puesta en práctica en y a través de nuestras vidas por el
Espíritu.
Justificación es
nuestra posición delante de Dios; santificación[2] es nuestro estado aquí en la tierra delante
de otros.
La
justificación
nunca cambia; la santificación sí.
Nótese: las
bendiciones que tenemos en la justificación:
A.
Tenemos Paz (v. 1).
Hubo
un tiempo en que éramos enemigos (v. 10); pero ahora en Cristo tenemos paz con
Dios. Paz con Dios significa que nuestro problema con el pecado ha quedado
resuelto por la sangre de Cristo. Dios es nuestro Padre, no nuestro Juez.
B.
Tenemos Entrada
a Dios (v. 2a).
Antes
de nuestra salvación estábamos «en Adán» y condenados; pero ahora en Cristo
tenemos una perfecta posición delante de Dios y podemos entrar a su presencia (Heb.
10:19–25).
C.
Tenemos Esperanza
(v. 2b).
Literalmente
«nos
enorgullecemos en la esperanza de la gloria de Dios». Lea Efesios 2:11,
12 y note que el inconverso está «sin esperanza[3]». No podemos ufanarnos en las buenas obras que
traen salvación (Ef. 2:8–9), pero sí podemos hacerlo en la maravillosa
salvación que Dios nos ha dado en Cristo.
D.
Tenemos
Confianza Diariamente (vv. 3–4).
«También nos gloriamos en las tribulaciones». El
verdadero cristiano no sólo tiene una esperanza para el futuro, sino que tiene
confianza en las presentes aflicciones de la vida. La «fórmula» es como sigue: la prueba más Cristo igual a paciencia; paciencia más Cristo
es igual a prueba [experiencia]; prueba más Cristo igual a esperanza.
Nótese: que no
nos gloriamos en las tribulaciones o respecto a las pruebas; sino en las
pruebas. Compárese Mateo 13:21; 1 Tesalonicenses 1:4–6; y Santiago 1:3ss.
E.
Experimentamos
el amor de Dios (vv. 5–11).
Por
el Espíritu Dios derrama su amor en nosotros y a través de nosotros. Dios
reveló su amor en la cruz cuando Cristo murió por los que estaban «débiles», que
eran «indignos»,
«pecadores» y «enemigos», probando así su gran
amor. El argumento de Pablo es este:
si Dios hizo
todo eso por nosotros mientras todavía éramos sus enemigos, ¡cuánto más hará
ahora que somos sus hijos!:
· Somos salvos por la muerte
de Cristo
(v. 9),
· pero somos también salvos por su vida (v.
10),
· según «el poder de su
resurrección» (Filp. 3:10) que opera en nuestras vidas.
· Hemos recibido «reconciliación» (v. 11) y ahora experimentamos el amor de Dios.
II. La Base De La Justificación
(Romanos 5:12–21):
Esta
es una sección compleja, de modo que léala varias veces y use una traducción
moderna. Pablo explica aquí como todos los hombres son pecadores y cómo la
muerte de un hombre puede dar a un pecador impío una correcta posición delante
de Dios.
Por
favor, note antes que todo, la repetición de la palabra «un» o «uno» (vv. 12, 15–19: once veces).
Nótese: también
el uso de la palabra «reinar» en los versículos 14, 17 y 21. El
pensamiento clave aquí es que cuando Dios mira a la raza humana, sólo ve a dos
hombres:
· Adán, y
· Cristo.
Todo Ser Humano:
Ø O está «en Adán» y está
perdido, o
Ø está «en Cristo»
y es salvado;
§ no hay
términos medios.
Ø El
versículo 14 afirma que Adán es un tipo (figura) de Cristo;
Ø él es el
«primer Adán»,
y
Ø Cristo
el «postrer
Adán» (1 Cor. 15:45).
Podemos Contrastar a Los Dos Adanes Como
Sigue:
(1) El primer Adán se
hizo de tierra:
§ pero el postrer Adán
(Cristo) vino del cielo (1 Cor. 15:47).
(2) El primer Adán fue
el rey de la antigua creación (Gn. 1:26–27):
§ En tanto que el postrer Adán es
el Rey Sacerdote sobre la nueva creación (2 Cor. 5:17).
(3)
Al
primer Adán
lo probaron en un jardín perfecto y desobedeció a Dios:
§ Mientras que al postrer Adán lo
probaron en un terrible desierto y obedeció a Dios; y en el huerto de Getsemaní
sometió su voluntad a Dios.
(4) La desobediencia del primer
Adán
trajo pecado, condenación y muerte a la raza humana:
§ Pero la obediencia del
postrer Adán
trajo justicia, salvación y vida a todo el que cree.
(5) Mediante el primer Adán la
muerte y el pecado reinan en este mundo (vv. 14, 17, 21):
§ pero a través del postrer
Adán
reina la gracia (v. 21) y los creyentes pueden «reinar en vida» (v. 17).
El
AT., es el «libro
de la generación de Adán» (Gn. 5:1–2) y concluye con la palabra «maldición»
(Malq. 4:6).
El
NT., es el «libro
de la generación de Jesucristo» (Mt. 1:1) y concluye con «no habrá más
maldición» (Ap. 22:3):
Ø El paraíso de Génesis que Adán perdió,
Ø se restaura en Apocalipsis
mediante la cruz de Cristo.
Lo
que Pablo enseña aquí es la unidad de la raza humana en Adán (véase Hch. 17:26).
Cuando dice en el versículo 12 que «todos han pecado» significa que todos pecamos en
Adán cuando él pecó.
Nos
identificamos con él como la «cabeza» de la raza humana y su pecado es el
nuestro, su muerte es la nuestra. El argumento de Pablo en los versículos 12–14
es como sigue: Todos sabemos que un
hombre muere si desobedece la ley de Dios.
Pero
no había ley desde Adán hasta Moisés, ¡y sin embargo los hombres murieron! Sabemos
que Adán murió debido a que desobedeció una ley divina; pero las generaciones
desde Adán hasta Moisés no tenían tal ley para desobedecer. Entonces, la muerte
debe ser por otra causa y esa es el pecado de Adán.
Debido
a que nacemos «en
Adán», heredamos su pecado y condenación. Pero en su gracia Dios ha
dado un «postrer
Adán», una nueva «Cabeza» que, «por su vida y muerte», ha deshecho todo lo que Adán hizo en su pecado.
Pablo ahora presenta varios contrastes entre la salvación y el pecado:
vv.
15–16, ofensa vs. regalo gratuito:
§ La ofensa de Adán trajo
condenación y muerte,
§ mientras que el regalo de
la gracia de Dios trae justificación y vida.
v.
17, muerte vs. vida:
§ La muerte reinó debido a
Adán,
§ pero ahora los creyentes
reinan en vida (ya no en el futuro) por Cristo, ¡y tienen vida abundante!
v.
18, condenación vs. justificación:
§ El pecado de Adán hundió
a la raza humana en condenación;
§ la muerte de Cristo trae una posición correcta
delante de Dios.
§ Adán se escondió de Dios;
§ ¡en Cristo tenemos entrada libre a Dios!
v.
19, desobediencia vs. obediencia:
§ Adán desobedeció a Dios y
nos hizo a todos pecadores;
§ Cristo obedeció a Dios, y
por medio de la fe en Él, somos hechos justos.
v.
20, ley vs. gracia:
§ Dios no dio la ley para
salvar a la humanidad, sino para revelar el pecado.
§ Pero, cuando Cristo
murió, la superabundante gracia satisfizo las exigencias de la ley, y entonces
suplió lo que esta no podía suplir: salvación del pecado.
La
transacción completa se resume en el versículo 20: en la nueva creación (2 Cor. 5:17, estando «en Cristo») ya no reina el
pecado, ¡reina la
gracia!
No
reina la muerte, ¡reina la vida! ¡Y nosotros reinamos en vida! «Cristo [...]
nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios» (Ap. 1:5–6).
Ahora, la
pregunta importante es:
· ¿Estoy «en Adán», o
· «en Cristo»?
Si
estoy «en Adán», el pecado y la muerte
reinan en mi vida y estoy bajo condenación. Si estoy «en Cristo», la gracia reina,
puedo reinar en vida por medio de Cristo y el pecado ya no me tiene en
esclavitud (el tema del capítulo 6). En 5:6–11 Pablo enseña la sustitución: Cristo murió por nosotros en la cruz.
Pero en 5:12–21 avanza más y enseña la identificación: los creyentes están en Cristo y pueden vivir en victoria sobre el
pecado.
¡Aleluya, qué Salvador!
Notas: introductorias a Romanos 6–8.
La
iglesia de hoy necesita desesperadamente enfatizar la santidad práctica en la
vida del creyente. Todo cristiano (si en verdad ha nacido de nuevo) vive según
se describe en Romanos 5; pero en los capítulos 6 al 8 de Romanos se describe
muy poco progreso en los cristianos.
Es
esencial que comprendamos el significado de esta sección sobre la
santificación. No sólo que la comprendamos, sino que la vivamos.
Definición: Santificar[2] quiere decir «apartar, separar».
En
esencia, no dice nada en cuanto a la naturaleza de algo, sólo su posición en
referencia a Dios. El tabernáculo y su mobiliario fueron santificados,
apartados para el uso exclusivo de Dios.
La
lana, la tela, el metal y otros materiales no eran «santos» en sí mismos, sino que
fueron apartados para Dios. En Juan 17:19 Jesús dice que Él se santifica a sí
mismo.
Por
cierto, el Santo Hijo de Dios no tiene necesidad de ser hecho «más santo»
que lo que era. Lo que quiere
decir es simplemente que Él se había apartado a sí mismo para servir a Dios y,
por medio de su acto de salvación, pudo apartar a los creyentes para la gloria
de Dios.
En Las
Escrituras La Santificación Es Triple:
(1) posicional: el cristiano es sacado del mundo y sentado con Cristo
(Jn. 17:16);
(2)
práctica:
el creyente tiene victoria día tras día sobre el
pecado y crece en santidad y en semejanza a Cristo;
(3)
Perfecta:
«Seremos
como Él es porque le veremos como Él es» (1 Jn. 3:1, 2).
A
menos que conservemos el mensaje de Romanos 6 separado del de Romanos 7,
confundiremos el mensaje de Pablo y perderemos una gran bendición. Esta tabla
explica la diferencia entre el mensaje de Romanos 6 y el de Romanos 7.
Romanos 6:
|
Romanos 7:
|
1.
¿Continuaremos en pecado para que la gracia abunde?
|
1. ¿Qué podemos
hacer sino pecar cuando nuestra misma naturaleza es tan pecadora?
|
2. Esclavitud al
cuerpo de pecado.
|
2. Esclavitud a
la ley.
|
3. Estamos
muertos al pecado.
|
3. Estamos
muertos a la ley.
|
4. Analogía del
siervo y el amo.
|
4. Analogía de
esposa y esposo.
|
5. El problema
de evitar el mal cuando tenemos naturalezas pecadoras.
|
5. El problema
de hacer el bien cuando tenemos naturalezas pecaminosas.
|
6. El problema
es resuelto al saber que hemos muerto al pecado,, considerarnos muertos a la
ley y al presentarnos al Espíritu.
|
6. El problema
es resuelto al saber que hemos muerto a la ley, admitimos que no podemos
agradar a Dios por nosotros mismos y al presentarnos al Espíritu que mora en
nosotros.
|
Romanos
7 presenta un problema mucho más profundo que el capítulo 6. Todo cristiano se
da cuenta del problema del capítulo 6:
que su naturaleza pecaminosa le arrastra y trata de esclavizarlo. Pero pocos
cristianos han participado en las experiencias del capítulo 7, darse cuenta con
humildad de que somos incapaces, incluso de hacer algo bueno. Muchos cristianos
viven bajo la ley: tienen un
conjunto de reglas y regulaciones que obedecen religiosamente en la energía de
la carne y le llaman «vivir una vida cristiana dedicada». ¡Qué lejos de la verdad!
Solamente
cuando el Espíritu Santo dirige nuestras vidas desde adentro y obedecemos de
corazón hay vida cristiana que honra a Dios. La carne disfruta de ser «religiosa»,
tratando de obedecer leyes, reglas y códigos.
La
cosa más engañosa acerca de la carne es que puede parecer tan santificada, tan
espiritual, cuando en realidad la carne está en guerra contra Dios. Romanos 6,
entonces, se refiere a la carne que genera el mal; el capítulo 7 analiza la
carne que mediante la ley trata de generar el «bien».
Romanos
5 es importante en esta consideración también, a pesar de que en nuestro
bosquejo colocamos este capítulo bajo el encabezamiento «salvación».
Nótese: los
contrastes:
Romanos 5:
|
Romanos 6 y 7:
|
1. Cristo murió por
nosotros
|
1. Morimos con Cristo
|
2.
Sustitución
|
2.
Identificación
|
3.
Cristo
murió por los pecados
|
3.
Cristo
murió al pecado
|
4. Pagó la pena del
pecado
|
4. Rompió el poder del
pecado
|
5.
Justificación
|
5.
Santificación
|
6.
Justicia
imputada
|
6. Justicia impartida
|
La carne: Esta
frase no quiere decir el cuerpo en sí mismo, sino más bien la naturaleza del
hombre alejado de la influencia y del poder de Dios. Otros términos que se usan
para la carne son: el viejo hombre, el cuerpo de pecado y el yo. Es difícil
para la gente refinada (incluso cristianos) admitir que en nosotros no hay nada
bueno. Todo lo que la Biblia dice respecto a la carne es negativo y hasta que
los creyentes no admiten que no pueden controlar la carne, ni cambiarla, ni
limpiarla, ni conquistarla, nunca entrarán en la vida y en la libertad de
Romanos 6–8.
Pablo,
el «preeminente
fariseo» (véase Filp. 3) tuvo que admitir en Romanos 7 que incluso
su carne ¡no se
sujetaba a las leyes de Dios! Tal vez no hubiera cometido actos
externamente groseros de pecado, pero sin duda albergaba actitudes internas que
eran contrarias a la voluntad de Dios. La ley de Dios es santa y buena, pero
aun una ley santa nunca podrá controlar la carne pecadora.
Esta
verdad viene como un choque incluso a creyentes bien enseñados: la vida cristiana no se vive en la
energía de la carne, intentando «hacer buenas obras» para Dios. Ningún creyente en
la tierra puede jamás hacer nada en la carne que pueda agradar a Dios.
Debemos
admitir que «la
carne para nada aprovecha» (Jn. 6:63) y presentarnos al Espíritu
antes de que podamos oír a Dios decir de nuestras vidas: «Estoy complacido». ¡Qué tragedia vivir bajo la esclavitud de leyes,
resoluciones y reglas, cuando hemos sido llamados a la gloriosa libertad por medio
del Espíritu!
Nuestra
responsabilidad: La vida cristiana no es algo pasivo, en lo cual
meramente «morimos»
y dejamos que Dios haga todo por nosotros. Las tres palabras clave del capítulo
6 son:
·
conocer,
·
considerar, y
·
presentar.
Ø Debemos conocer nuestra posición espiritual y privilegios en Cristo,
y esto quiere decir dedicar tiempo a la Palabra de Dios.
Ø Debemos considerar
que lo que Dios dice respecto a nosotros en la Biblia es verdad en nuestras
vidas y esto significa mostrar una fe que nace del Espíritu.
Ø Finalmente, debemos presentar
todo al Espíritu, no sólo en ocasiones, sino
siempre.
· Esto es «andar
en el Espíritu».
Cual De Esta Dos
Naturaleza, Alimentamos Más:
· La vieja
naturaleza es fuerte para hacer el mal, y sin embargo, «la carne[4] es débil» (Mt. 26:41) cuando se trata de hacer
alguna cosa espiritual.
· Debemos
alimentar la nueva
naturaleza con leche, carne, pan y miel de la Palabra de Dios, y debemos
considerarnos muertos al pecado.
¿Para qué
alimentar a un cadáver? No obstante, muchos cristianos alimentan su vieja
naturaleza con las cáscaras del mundo, mientras
que la nueva naturaleza se muere de hambre por el maná de Dios y por la
comunión con Él en la oración.
Dios ya ha hecho su parte; nuestras responsabilidades son
claras:
Ø saber,
Ø considerar,
Ø presentar.
_____________
Notas:
[1] dikaioo = (δικαιόω, G1344),
primariamente considerar ser justo. Significa, en el NT:
(a) mostrar ser recto o justo; en la voz pasiva, ser justificado (Mateo
11:19; Lucas 7:35; Rom.3:4; 1 Tim.3:16);
(b) declarar ser justo, pronunciar a alguien justo:
(1) por parte del hombre, con respecto a Dios (Lucas 7:29; véase Rom.3:4
más arriba); con respecto a sí mismo (Lucas 10:29; 16:15);
(2) por parte de Dios con respecto a los hombres, que son declarados ser
justos ante él sobre la base de ciertas condiciones por él establecidas.
(VINE).
[2] jagiazo = (ἀγιάζω G37) hacer santo (de jaagios, santo; véase B, Nº 1).
Significa poner aparte para Dios, santificar, hacer una persona o cosa lo
opuesto a koinos, común. Se utiliza:
(a) del oro adornando el templo y de la ofrenda puesta sobre el altar
(Mt.23:17; 23:19);
(b) de comida (1 Tim.4:5);
(c) del cónyuge incrédulo de una persona creyente (1 Cor.7:14);
(d) la purificación ceremonial de los israelitas (Heb.9:13);
(e) del nombre del Padre (Lc.11:2);
(f) de la consagración del Hijo por parte del Padre (Juan 10:36);
(g) del Señor Jesús dedicándose a sí mismo a la redención de su pueblo
(Juan 17:19);
(h) al hecho de poner aparte al creyente para Dios (Hech.20:32; cf. Rom.15:16);
(i) Del efecto sobre el creyente de la muerte de Cristo (Heb.10:10, dicho
de Dios, y 2:11; 13:12, dicho del Señor Jesús);
(j) de la separación del creyente del mundo en su conducta, por el Padre
por medio de la Palabra (Juan 17:17; 17:19);
(k) del creyente que se aparta de aquellas cosas que deshonran a Dios y su evangelio
(2 Tim.2:21);
(l) del reconocimiento del señorío de Cristo (1 P.3:15). En Ap.22:11 «el que es santo, santifíquese todavía», el aoristo
o tiempo puntual expresa lo terminante y consumado del acto divino. «Por cuanto cada
creyente es santificado en Cristo Jesús» (1 Cor.1:2, cf. Heb.10:10),
una designación frecuente en el NT., para todos los creyentes es «santos»,
jagioi, esto es, «santificados». Así la santidad, o santificación,
no es un logro, sino el estado al que Dios, en su gracia, llama a los
pecadores, y en el que comienzan su curso como cristianos (Col.3:12; Heb.3:1)
(de Notes on Thessalonians, por Hogg y Vine, pp. 113-114). (VINE)
[3] G1680 ἐλπίς = elpis: del primario ἔλπω = élpo (esperar con anhelo, por lo general con
placer); expectación (abstractamente o concretamente) o confianza:- esperanza, esperar.
(Strong).
[4] carne = sarx Strong G4561: En su
sentido literal, sarx se refiere a la
sustancia del cuerpo, ya sea de animales o de individuos (1 Cor.15:39; 2
Cor.12:7). En su uso idiomático, la palabra indica la raza humana o los
individuos como personas (Mateo 24:22; 24: 1 P. 1:24). En un sentido ético y
espiritual, sarx designa la naturaleza
inferior de una persona, el asiento y vehículo de los deseos pecaminosos
(Rom.7:25; 8:4-9; Gál.5:16-17).
Clase Para
Domingo.
Lea Su
Biblia, Lea Su
Biblia, Lea Su Biblia.
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