EL OTRO CRISTO ESPAÑOL
Pastor: Carlos Ramirez Jiménez:
INTRODUCCIÓN:
Aunque el
tema principal de este libro es Hispanoamericano, quien quiera entender la
historia y problemas espirituales de los países hispanoamericanos debe
primeramente volver sus pensamientos a la tierra ibérica en que nacieron sus conquistadores
(Invasores). El apreciar. El aprecio debidamente la peregrinación espiritual de
este continente, depende de que se conozca las fuerzas psíquicas que, emanando
de España y Portugal, han forjado la vida y la historia todas de los países que
lo componen desde los tiempos de la Conquista (Invasión) hasta hoy.
La caída de la Monarquía Española,
y la subsecuente transformación de un país al cual corresponde el honor de
haber dado a la historia el primer gran Estado moderno, han despertado un nuevo
interés en España y lo español. La Revolución de abril de 1931, aun cuando
fortalecía los vínculos espirituales que unen a la madre patria peninsular con
sus antiguas colonias de América, otorgó a España un título genuino a formar
parte del nuevo mundo hispánico, del cual puede decirse, sin exageración ni
malevolencia, que es “un rosario de carácter en actividad”.
Parte de esta actividad volcánica
brota de condiciones sociológicas heredadas que la hacen inevitable; otra
parte, sin embargo, y que va en aumento, es expresión de ese conflicto de ideas
que tan trágicamente divide la opinión moderna con respecto a la forma que debe
asumir un verdadero orden social. En el mundo del mañana que se encuentra más
allá de la polvareda y estrépito de la actual crisis de la sociedad, los países
que forman el grupo hispánico de naciones ocuparán, por razones múltiples, un
lugar único en la arena internacional. Su situación del momento recuerda la
antigua visión del Profeta de Anathoth, cuando vio en el desierto de Judá
florecer un almendro y muy cerca de él un caldero herviente.
Es evidente que se acerca una nueva
primavera, pero ¿quién se aventuraría a predecir si las brisas primaverales de Dios traerán
primero al orear las pampas y las sierras, el aroma de los almendros en flor o
a espuma del caldero en que se engendran las tempestades?
Este libro se imita a tratar de un
solo aspecto de la vida y pensamiento de los países a que está dedicado, a
saber, el aspecto religioso; pero se esfuerza por tratarlo de la manera más
completa posible. Su propósito es ofrecer una introducción general al estudio
del problema del mundo hispánico que todos admiten que es su problema capital.
No obstante, no se trata en este libro, por referencia directa, de todo el
mundo hispánico. En nuestro cuaderno no entran diez naciones hijas de España
que se encuentran al norte del Istmo de Panamá. Sin embargo, el excluirlas no
altera en esencia el carácter representativo del estudio emprendido en estas páginas,
en virtud de que dichas naciones reproducen en general los mismos rasgos y
tendencias espirituales de sus hermanas las naciones del sur.
Por otra parte, el incluirlas nos
obligaría a tratar de México, y debido a las luchas religiosas que han venido teniendo
lugar en este país, y que dan origen a numerosos rasgos originales, algunos de
los cuales jamás se darán quizá en la mayoría de los países hispánicos, solo
puede tratarse adecuadamente de México dedicándole un estudio especial.
Se observará, además, que
concedemos más atención a España y las tierras sudamericanas por ella
colonizadas, que a Portugal y su gran vástago, la moderna República del Brasil.
La razón por la cual tratamos del alma
ibérica como fundamentalmente, es que en los tiempos de oro de la historia
peninsular Portugal no era más que una “variante” de España, tan espiritualmente afín al
país mayor como hoy lo son Cataluña y el País Vasco. En cuanto a ese país, tan
extraordinario territorial y espiritualmente, que es el Brasil, el autor espera
que alguien que esté completamente compenetrado de su espíritu, vida y
literatura dará expresión en un futuro no lejano a las cuestiones religiosas
con que dicho país se enfrenta, en una forma para la cual quien esto escribe no
se considere capaz, debido a la limitación que le impone el hecho de haber
estado relacionado casi exclusivamente con las repúblicas de habla español del
continente.
Lo que aquí ofrecemos al lector es
un primer intento de tatar en conjunto del problema religioso de esas naciones:
Las
voces interpretativas a que el autor presenta atención en estas páginas son
casi completo pertenecientes a figuras representativas de sus respectivos
países, y no pocas de ellas gozan de reputación internacional en el mundo de
habla español.
Una de ellas, Miguel de
Unamuno1), figura
entre las escasas voces proféticas de nuestros días, y el número de sus
lectores angloparlantes aumenta cada día merced a las traducciones de sus
libros al inglés; pero la mayoría de los otros autores que citamos aquí son
todavía poco conocidos para el mundo anglosajón2).
El concepto que el
título de este libro encierra, hace surgir desde luego la cuestión de si no hay
también otro “Cristo”
británico-americano
que espera ser re descubierto. Pues si España recibió en el siglo XVI una visión
religiosa que no quiso o no se le permitió seguir, la religión británico-americana ha mostrado, en tiempo recientes, la
tendencia a perder la visión espiritual que el siglo XVI legó al cristianismo
evangélico. Un cierto número de figuras románticas que llevan cada una el
nombre de Cristo y en que se encarnan los ideales particulares de sus varios
grupos de admiradores, han suplantado al Cristo verdadero.
En realidad tanto
el mundo anglosajón como el mundo hispánico están abrumados por una necesidad
común: “conocer” a
Cristo, “conocerlo” para la vida y el pensamiento, “conocerlo” en Dios y a
Dios en ÉL.
Pablo de Tarso, el más grande “Cristóforo” y “Cristólogo”
de la historia, es decir, el supremo portador e intérprete de Cristo en la era cristiana,
ocupa el terreno común que hispánicos y anglosajones tenemos que pisar juntos.
A llegar a ese punto nos ayudará, tanto a unos como a otros, una gran sucesión
de guías que va desde: Unamuno, Bartk, Kierkegaard y Juan Wesley, pasando por Fray
Luis León, Martín
Lutero y San Agustín, el obispo de Hipona.
La salvación de unos y otros depende de que reconozcamos el hecho de que el
cristianismo es por completo algo diferente de lo que comúnmente usurpa ese
nombre.
2) anglosajón, na. adj. Se dice del individuo procedente de los pueblos germanos que en el siglo V invadieron Inglaterra. U. t. c. s. || 2. Se dice de los individuos y pueblos de procedencia y lengua inglesa. || 3. Perteneciente o relativo a los anglosajones. || 4. m. Lengua hablada por los antiguos anglosajones desde las invasiones hasta 1100 aproximadamente, conocida como inglés antiguo. (Microsoft® Encarta® 2008).
México, D. F., 14 de abril de
1932, primer aniversario de la República
Española.
NOTA: Del traductor.
En unos cuantos casos, en que le fue imposible al traductor localizar y citar
directamente la fuente original de los pasajes de escritores españoles e
iberoamericanos incluidos en este libro, fue menester traducirlos de la cita en
inglés. Esta re traducción, que hace que la cita ya no resulta textual, no va
entrecomillas.
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