La ekklesia:
(Mateo 16:15-18; Hechos 2:42,5:41,42, 6:1-4; Efesios
1:22,23; 2:4-7)
“…Y yo también
te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las
puertas del Hades no prevalecerán contra ella”.
(Mt.
16:15-18)
Iglesia es del griego ekklesia tomado de:
· ek,
= "afuera", y
· kaleo =
"llamar".
Llamado hacia afuera.
1. Jesucristo y Su Iglesia:
Durante
Su ministerio terrenal, el Señor Jesucristo poco dijo sobre la Iglesia. Hasta la última
semana de Su vida, sólo una vez había dado a Sus discípulos un indicio de lo
que Su
Iglesia habría de ser:
“Él les dijo: Y
vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le
respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón,
hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está
en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia[1]; y las
puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. (Mt. 16:15-18)
La "piedra" sobre la cual dice Jesús que
construirá Su iglesia es la declaración de Pedro sobre la deidad y humanidad de
Jesucristo. El hecho de que Jesús usa el tiempo futuro "edificaré[2]",
nos indica que la Iglesia no existía en ese momento, es algo que el Señor
piensa hacer en algún momento en el futuro.
La expresión, "mi iglesia" nos dice
que la Iglesia
es posesión de Jesucristo.
El Señor dice que cuando haya sido
formada, la Iglesia librará una guerra ofensiva, golpeando contra las puertas
del infierno. La
puerta en
la antigüedad era el lugar donde se tomaban todas las decisiones importantes:
· Era el lugar de poder y seguridad.
· El Señor está diciendo que el poder y
la autoridad del infierno nunca prevalecerán contra Su Iglesia.
No fue hasta Su última noche con Sus
discípulos que Jesús, en Su Discurso del Aposento Alto dio más información
sobre la formación o función de la Iglesia. Esa noche aclaró que dos factores harían que la Era de la Iglesia fuese
singular:
· la Palabra de Dios completa y el
Espíritu de Dios morando en cada creyente.
· El Espíritu Santo es el que da forma a
la Iglesia y le da poder para cumplir su misión (Jn. 7:37-30 y
Jn. 14-16; Hch. 1:4-8 y Hch. 2).
La doble misión de la Iglesia, que le
fuera asignada por el Señor Jesucristo en Mateo 28:19*, 20, es:
· Evangelismo, y
· edificación:
Ø Primero, evangelizar: ganar
a las personas dándoles un conocimiento salvador de Jesucristo.
Ø Después, edificar: conducir
a esas personas a una madurez espiritual para que puedan actuar como parte del
Cuerpo de Cristo y así continuar con más evangelización y edificación.
“Por tanto, id*, y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. (Mateo 28:19)
*G4198
πορεύομαι = poreúomai: voz media de
un derivado de lo mismo que G3984; atraversar, i.e. viajar
(literalmente o figurativamente; específicamente remover [figurativamente
mori], vivir, etc.):- andar, apartar, camino, ir, salir, seguir, subir.
(Strong).
NOTA. V.19: haced
discípulos a todas las naciones. Este es el
único precepto de la comisión. Está rodeado de 3 participios id (Lit.., yendo), bautizándolos
y enseñándoles (v.20). Esta es la tarea
misionera de la iglesia. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Aquí hay una evidencia de la Trinidad en Dios: Un Solo Dios (el nombre) que
subsiste en tres personas (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Cada una de ellas se distinguen de las otras dos; cada
una posee todos los atributos divinos; con todo, las tres son un solo Dios.
Este es un misterio que ninguna analogía puede ilustrar satisfactoriamente. El
sol, la luz del sol y el poder del sol pueden aproximarse a una ilustración
aceptable del misterio.
Para cumplir su misión, la iglesia
primitiva tuvo que establecer sus prioridades. “Y perseveraban en la doctrina de los
apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”.
(Hch. 2:42)
La
expresión "perseveraban" significa
que eran adictos. En
el original griego es la manera más fuerte que existe para mostrar una concentración
intensa y una consagración a las cuatro actividades que inmediatamente se
enuncian.
1. Doctrina. Se
dedicaban, ante todo, al estudio de la Palabra de Dios. El estudio de la
Palabra es el fundamento de todo lo que produce la iglesia local. Si el estudio
de la Palabra no es de primera importancia, entonces la iglesia tiene
prioridades erróneas y no triunfará en la obra a la cual Dios la ha llamado.
2. Comunión. La palabra koinonia se refiere a una participación en conjunto.
Lo primero que hicieron los seguidores de Cristo en Jerusalén fue enseñar. Lo
segundo fue aplicar la enseñanza en su vida y en el mundo. Se dispusieron a
cumplir su cometido como embajadores, para lograr su misión, y lo hicieron como
equipo.
3. Partimiento del pan. "Partimiento del pan" se refiere a la celebración de la
Cena del Señor para recordarles que necesitaban mantenerse centrados en
Jesucristo. El Señor les había dado este rito para que fuese celebrado
regularmente para recordarles de Su vida perfecta y Su muerte expiatoria y el
poder de la resurrección que estuvo a disposición de ellos.
4. Oración. Los
apóstoles, especialmente Pedro, habían aprendido en Getsemaní el precio a pagar
cuando uno no permanece alerta en oración. Su experiencia seguramente ha de
haber influido sobre estos creyentes para que apreciaran la importancia de la
disciplina y perseverancia en la oración (Hch. 1:14,12:5).
2.
El Plan De Dios En Las
Dispensaciones:
Dispensaciones:
A
lo largo de la historia humana la Salvación siempre ha sido por Fe
en el Hijo de Dios revelado, Jesucristo el Salvador. Pero la manera en que
Cristo ha sido revelado y la expresión de fe son distintas en las diferentes
dispensaciones. Ungers Bible Dictionary (Diccionario
Bíblico Unger) define una dispensación como "una era de tiempo durante la cual el
hombre es probado con respecto a su obediencia a alguna revelación definida de
la voluntad de Dios". (Merrill F. Unger, Unger's Bible
Dictionary [Chicago: Moody Press, 1985], 269).
La
palabra griega oikonomía, "dispensación",
es una de cuatro palabras usadas en el Nuevo Testamento para referirse al
tiempo. Chronos, por lo general
traducida "tiempo",
"sazón" o "período", y se refiere
a una sucesión de eventos o a la duración de un período (Hch. 13:18).
Kairos, también
traducida como "tiempo", o "sazón", es tiempo (chronos) dividido en secciones o eras
(Mt. 11:25; Rom. 3:26, 13:11; 2 Ts. 2:6).
Generalmente
hablando, chronos expresa la
duración de un período; kairos enfatiza
que se distingue por ciertas características; es así que en Hechos 1:7 "el Padre
puso en su sola potestad" tanto los tiempos (chronos), la duración de los períodos
y las "sazones"
(kairos), épocas caracterizadas por ciertos eventos; en 1 Tesalonicenses
5:1, "tiempos"
se refiere a la duración de! Intervalo antes que suceda la Parousia (la presencia de Cristo con los santos cuando venga a
recogerlos en ai Rapto), y a la duración del tiempo de la Parousia; "sazones",
se refiere a las características especiales del período antes, durante y
después de la Parousia. Chronos
define cantidad, Kairos, calidad.
(W. E. Vine, An Expository Dictionary of New Testament
Words (New Jersey: Fleming H. Revell Col, 1966], III, 332.)
Oikonomía, traducido "dispensación"
o "mayordomearse"
refiere a la administración de una era o dispensación. La manera en que se
lleva a cabo el plan de Dios cambia en las diferentes dispensaciones.
Aion, generalmente traducida "era"
o "edad"
a veces Incorrectamente traducida "mundo", enfoca su atención en un segmento
o era y las cosas singulares de esa era como parte del todo.
Mientras el plan
de Dios es constante a lo largo de la historia, la revelación de su plan es
gradual y progresiva (Heb. 1:1, 2).
La Fe
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La Fe
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Génesis 15:6.
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Hechos 16:31.
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Antiguo
Testamento
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Nuevo Testamento
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“Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia”. (Génesis
15:6)
“Ellos
dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás
salvo, tú y tu casa”.
(Hech.16:31)
|
EL
PLAN DE DIOS EN LA HISTORIA HUMANA:
A lo largo de la historia
humana la
Salvación
siempre ha sido por Fe en el Hijo de Dios revelado, Jesucristo el Salvador. Pero la
manera en que Cristo ha sido revelado y la expresión de fe
son
distintas en las diferentes dispensaciones. Mientras
el plan de Dios es constante a lo largo de la historia, la revelación de
su plan es gradual y progresiva (Heb. 1:1, 2).
|
Las características más elementales que
distinguen a las dispensaciones aparecen en Hebreos 8 y en Gálatas 4, en la división
entre el antiguo y el nuevo pacto, entre la ley (la Era Judía) y la gracia (la Era de la
Iglesia).
La cruz es al punto divisorio en la historia. A lo largo de toda la historia el ser humano ha
sido salvo exactamente de la misma manera: creyendo
en el Señor Jesucristo.
En el libro más antiguo del Antiguo
Testamento, escrito por un hombre que vivió unos 2,000 años antes de que
Jesucristo viniera al mundo, Job dice:
"Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se
levantará sobre el polvo; y después de deshecha hasta mi piel, en me carne he
de ver a Dios" (Job 19:25, 26).
Job
fue salvo por el Señor Jesucristo. Nosotros los que vivimos 2,000 años
después de la cruz somos salvos por Cristo Jesús. La salvación en todas las
eras es por fe en el mismo Redentor:
· La única diferencia es que antes de la
cruz, esa fe era en el Redentor que vendría;
· después de la cruz, es en el Redentor que ha venido.
Sin una comprensión de las
dispensaciones es Imposible "usar bien la palabra de verdad" (2 Tim.
2:15), y sin el crecimiento en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor
Jesucristo (2 P. 3:18) es imposible madurar en la fe (Heb. 5:11-14).
Tales
eran las prioridades de la iglesia primitiva:
Ø Estudiaban,
Ø trabajaban unidos,
Ø se recordaban constantemente
unos a otros la necesidad de mantenerse centrados en Jesucristo y pasaban
tiempo junto en oración.
3. Al Ir Creciendo La Iglesia:
· surgió la oposición, y
· luego la persecución.
El enemigo no se preocupa si los
cristianos se reúnen y estudian la Palabra; pero se enfurece y se siente
aterrorizado cuando toman en serio ponerla en práctica.
Su reacción en contra de la actividad de
la iglesia primitiva fue la de despertar la ira de los líderes religiosos de
Jerusalén.
“Y
convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les
intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad.
Y ellos salieron de la
presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer
afrenta por causa del Nombre.
Y todos los días, en el
templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo”. (Hch. 5:40-42)
Los padecimientos, en lugar de desalentarlos,
encendieron a los creyentes con más valentía y con un enfoque más claro.
Respondieron con gozo a su sufrimiento. El gozo no es incompatible con el
sufrimiento.
Si estamos llenos del Espíritu Santo,
inevitable- mente enfrentaremos el sufrimiento con gozo (1 Ts. 1:6).
Estudiaron
aún más.
Siempre que alguna crisis golpeaba a la iglesia primitiva, respondían
estudiando aún más, y la Palabra era enseñada todos los días en el templo y en
las casas de los creyentes.
Intensificaron
su actividad Evangelística. No sólo enseñaban, sino que también predicaban:
Ø "Enseñar" de didasko, es lo que se lleva a cabo adentro, o sea, la
instrucción de los creyentes.
Ø "Predicar",
kerusso, es lo que
sucede afuera, o sea, el evangelismo, la proclamación de las buenas nuevas a
los inconversos.
Al seguir creciendo la iglesia en
Jerusalén, y aumentando las responsabilidades de los líderes, los apóstoles
llegaron al punto de tener que decidir cómo habrían de invertir su tiempo.
“En aquellos
días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los
griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en
la distribución diaria. Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos,
y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a
las mesas. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio,
llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este
trabajo. Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la
palabra. Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón
lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a
Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía; a los cuales presentaron ante los
apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos”. (Hch. 6:1-6).
El factor que impulsó a los apóstoles a
examinarse fue el desacuerdo en la iglesia entre los judíos de habla e
influencia griega y los hebreos nativos. Cuando los apóstoles dijeron que no
iban a servir en las mesas, no estaban mostrando arrogancia.
No creían que servir en las mesas fuera
inferior; sencillamente sabían que no era el plan de Dios para ellos. Habían
sido comisionados, y se les dio el don de estudiar la Palabra y de enseñar.
Dejar a un lado la enseñanza para servir en las mesas hubiera significado
abandonar el plan de Dios para su vida.
Por eso nombraron diáconos. Los requisitos para los diáconos son los mismos hoy que en aquel
entonces: personas de buen testimonio, que dan
evidencia de estar llenos del Espíritu Santo, de tener sabiduría bíblica y a
quienes se les puedan confiar con cargos de autoridad.
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