lunes, 19 de agosto de 2019

PRINCIPIOS DE OFRENDAR [2] 2 CORINTIOS 9:


PRINCIPIOS DE OFRENDAR [2]
2 CORINTIOS 9:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Después de analizar en el capítulo 8 los principios del dar cristiano Pablo ahora se refiere a las promesas que podemos reclamar si somos fieles en dar a Dios. Estos dos capítulos presentan el dar como una gracia cristiana, una bendición, no una obligación legal que cae sobre la gente como una carga. Si dar es difícil para un cristiano, ¡algo anda mal en su corazón!

Nótese: la promesa triple que Pablo da:

I.       El Dar Será De Bendición a Otros (2 Corintios 9:1–5):
En 8:1–5. Pablo usó a las iglesias de Macedonia como ejemplos para animar a los corintios y ahora usa a los corintios ¡como un estímulo para las iglesias de Macedonia! Los cristianos deben servir de estímulo los unos para los otros. Pablo se había «gloriado» de la generosidad de la iglesia en Corinto (8:24) y ahora quería asegurarse de que los corintios no lo abochornaba. Sabía que tenían buena disposición y que estaban anhelantes de participar en la ofrenda misionera, pero de todas maneras quería recordárselo.
«Su entusiasmo ha servido de estímulo a la mayoría de ellos» (v. 2, NVI). ¡Qué testimonio! Desafortunadamente algunos cristianos estimulan a la gente de la manera equivocada. Hebreos 10:24 nos insta a estimularnos los unos a los otros a las buenas obras, y esto es lo que los corintios estaban haciendo.
Un año antes le insistieron a Pablo a que recogiera una ofrenda misionera y le prometieron su respaldo. El apóstol usó su entusiasmo como un estímulo para otras iglesias y ahora les recuerda la promesa que habían hecho.

Tal Parece Que Decía:
v «Si ustedes no hacen su parte, desanimara a otros cristianos y afectarán la ofrenda».

Pablo llamó a esta ofrenda «generosidad», o sea, una bendición. Quería que la miraran como una oportunidad para ser de bendición y recibir bendición, y no como un yugo sobre sus cuellos. ¡Con cuánta frecuencia la gente malentiende la verdadera bendición de dar! Esto es una bendición tanto para otros como para los que reciben (v. 12, «suple lo que a los santos falta») y para los que dan. Cuando un cristiano es fiel en dar, es de bendición a otros y estimula a otros cristianos a ser obedientes a la Palabra.

II.     El Dar Nos Será De Bendición (2 Corintios 9:6–11):
Pablo usa un principio agrícola aquí para ilustrar su punto. El agricultor que siembra generosamente segará generosamente. Véanse Proverbios 11:24, Lucas 6:38 y Gálatas 6.7, 8. «Generosamente» aquí es la misma palabra que se usa en el versículo 5. Sembrar así quiere decir «sembrar con bendición» y segar también de esa manera significa «cosechar con bendición». Dios no es deudor a nadie. Él es fiel para bendecir cuando somos fieles para obedecer.
Con frecuencia el versículo 7 se aplica mal. Pablo no habla tanto aquí respecto a cuánto damos sino a cómo lo damos. En 8:12–15 les dijo cuánto dar; debía ser en proporción a lo que tenían. Pero que el creyente dé a regañadientes, o por obligación, es perderse la bendición de dar.
Dar debe brotar del corazón y Dios ama al dador alegrehilarante» en el griego). Algunos cristianos interpretan este versículo diciendo que no importa cuánto demos, con tal que demos con alegría cualquier cantidad que nos hayamos propuesto en el corazón. ¡De ninguna manera! Un corazón alegre no es sustituto para un corazón obediente. Nuestros corazones deben ser tanto fieles como alegres, debido a que damos la ofrenda correcta con el motivo correcto.

Nótese: los «todos» en el versículo 8: toda gracia; todas las cosas; todo lo suficiente; toda buena obra. ¡Nada se deja fuera! Esta es la promesa de Dios para los que le obedecen. Esta palabra «suficiente» se halla otra vez en 3:5 y 12:9. Dios es fiel para suplir lo que necesitamos espiritual (2:6), material (9:8) y físicamente (12:9).
Pero Dios suple nuestras necesidades, no sólo para nuestro contentamiento, sino para que podamos servirle y ayudar a otros. Debemos abundar en «toda buena obra» (v. 8). Pablo exhorta a los cristianos a trabajar para que puedan ayudar a otros (Ef 4.28).

Aquí se refiere al Salmo 112:9 e Isaías 55:10 para demostrar que Dios bendice a la persona que es fiel en dar. Dios suple la semilla para que el que siembra pueda hacer el pan para comer y también tener más semilla para sembrar.
Humanamente hablando la persona que da debe ser la que pierde; pero ese no es el caso. «Más bienaventurado es dar que recibir» (Hch. 20:35). «Dad, y se os dará» (Lc. 6:38). Esto no quiere decir que debemos regatear con Dios o mirar a nuestra ofrenda como un medio de comprar la bendición de Dios. ¡No! Más bien debemos mirar la ofrenda como una oportunidad para mostrar nuestro amor a Dios y nuestra confianza en su Palabra. El industrial cristiano R.G. LeTorneau solía decir:

v « ¡Si das solamente para recibir, no recibirás! ».

III.    El Dar Glorificará a Dios (2 Corintios 9:12–15):
Cuántas veces les recordó Pablo a los corintios sus riquezas espirituales en Cristo (véanse 1 Cor. 1:5; 4:8; 2 Cor. 8:9; 9:11). ¡Dios nos enriquece, nosotros enriquecemos a otros y Dios recibe las acciones de gracias y la gloria! Pablo recalca que la distribución de esta ofrenda no sólo ayudará a los santos, sino que dará la gloria a Dios.
El versículo 13 muestra dos razones por las cuales los judíos que recibirían esta ofrenda glorificaron a Dios:
(1)    Debido a que los dadores mostraron obediencia a la Palabra de Dios y
(2)   Porque esta generosa ofrenda les ayudó a ellos y a todos. Los que la recibían, a su vez, orarán por las iglesias y los amarían más.

Hay, por supuesto, un pensamiento muy práctico detrás de esta ofrenda. Pablo anhelaba ligar a las iglesias gentiles que había fundado con los corazones de los cristianos judíos de Judea. Esta ofrenda demostraría que Pablo no era enemigo de los judíos y que había unidad en la iglesia, independientemente de las distinciones raciales, nacionales o étnicas.
Pablo cierra este capítulo con una palabra de alabanza. Había estado escribiendo respecto a dar y su corazón había estado tan lleno de la bondad de Dios que exclama: «¡Gracias a Dios por su don inefable!». Este don es, por supuesto, el de su Hijo, Jesucristo, y la vida eterna.
Uno no puede leer estos dos capítulos sin ganar una nueva actitud hacia el dar. En la vida cristiana no hay tal cosa como lo «material» y lo «espiritual». Todo lo que tenemos viene de Dios y todo lo que tenemos se debe usar para fines espirituales.
Pablo enseña que dar no es una carga sino una bendición. Nos muestra que el verdadero dar cristiano enriquece la vida y abre la fuente de las bendiciones de Dios. Dar es una gracia (8:1, 6, 7, 9, 19; 9:8, 14) y el cristiano que entiende algo de la gracia comprenderá cómo dar.






Clase Para El Miércoles:

Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.





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