LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE ES
EXPLICADA: EL EVANGELIO DE PABLO: (1)
GÁLATAS 3:1-4:31.
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Los
capítulos 3–4 son doctrinales, porque en ellos Pablo explica la relación entre
la ley y la gracia.
Tres
palabras que se repiten con frecuencia son:
Ø Fe (catorce veces),
Ø Ley (diecinueve
veces), y
Ø Promesa (once veces).
Pablo
presenta seis argumentos, tres en cada capítulo, procurando probar que la
salvación es por gracia, por medio de la fe, y aparte de las obras de la ley.
I. El Argumento Personal. (Gál. 3:1–5):
Pablo
empieza con la experiencia personal de los gálatas con Cristo, porque esta es
una de las mejores evidencias de cómo obra Dios. Pablo había predicado a Cristo
crucificado, no la obediencia a la ley; ellos creyeron este mensaje y eso
cambió sus vidas.
Habían
recibido al Espíritu (la evidencia de la salvación, Rom. 8:9) por el oír con fe[1] y al creer a la Palabra de Dios (Ef.
1:13, 14), no por obedecer alguna ley. Sin duda, el evangelio que Pablo
predicaba, el evangelio que cambió su vida y la de ellos, era el verdadero
mensaje. ¡Regresar
a la ley después de todo lo que el Espíritu había hecho por ellos era actuar
como necios!
Habían
sufrido voluntariamente por su fe. Los
ministros en la iglesia de Galacia mediante los dones del Espíritu estaban
haciendo cosas maravillosas, obras que no serían posibles por medio de la ley. Todo en su
experiencia personal apuntaba hacia un hecho:
la salvación es por gracia, no por la ley.
Los
cristianos de hoy necesitan la verdad del versículo 3, porque muchos piensan
que el mismo Espíritu que les salvó no puede guardarlos o ayudarles a vivir por
Cristo. Tienen la idea de que la salvación es por gracia por medio de la fe,
pero que la vida cristiana depende de sus fuerzas. ¡Qué equivocación! Romanos 7
enseña con claridad que los creyentes no pueden hacer nada por sí mismos para
agradar a Dios; Romanos 8 enseña que el Espíritu continúa la obra de gracia y
cumple las exigencias de la ley en nosotros.
II. El Argumento Escriturario. (Gál. 3:6–14):
Por
«escriturario»
no sugerimos que los otros argumentos de Pablo no sean fieles a la Palabra,
sino más bien que en esta sección se apela con fuerza al AT. Es más, tal vez
quiera verificar cuidadosamente cada una de estas referencias bíblicas.
A.
Los Versículos 6–7 Citan Génesis 15:6.
Los
judaizantes apuntaban a Abraham, el «padre de los judíos», como su ejemplo, y Pablo
hace lo mismo. ¿Cómo
fue salvo Abraham? ¡Por fe! Y
todos los que confían en Cristo son hijos de Abraham, el padre de los
creyentes. Véase en Romanos 4.1–8 una ampliación de este argumento.
B.
Los Versículos 8–9 Citan Génesis 12:3.
Dios
prometió bendecir a los gentiles a través de Abraham, lo que quiere decir que
judíos y gentiles son salvos exactamente de la misma manera. Desde luego, el «evangelio»
que Abraham creyó no fue el pleno evangelio de la gracia de Dios que predicamos
hoy; incluso los apóstoles no comprendieron a plenitud el significado de la
muerte de Cristo sino hasta que se les explicó.
El
evangelio que Abraham creyó fue las buenas nuevas de que Dios le bendeciría y
le haría una nación poderosa. Abraham creyó a la promesa y esta fe le fue
contada por justicia.
C.
El Versículo 10 Cita a Deuteronomio 27:26.
«¿Ustedes quieren salvarse por las obras de la ley[2]?
¡Pero la ley no salva, maldice!».
D.
El Versículo 11 Cita a Habacuc 2:4.
Ya
hemos encontrado este versículo antes: «El justo por la fe vivirá» (Rom. 1:17; Heb. 10:38).
Este pequeño versículo de Habacuc es tan rico que Dios escribió tres
comentarios de él en el NT.
E.
El Versículo 12 Cita a Levítico 18:5.
¡Hay una vasta diferencia entre «hacer» y «creer»! Nadie
jamás fue salvo por la ley, porque nadie nunca puede obedecer completamente la
ley.
F.
Los Versículos 13–14 Citan Deuteronomio 21:23.
La
ley nos pone bajo maldición, pero Cristo murió para quitar la maldición. Murió
en un madero (la cruz, 1 P. 2:24) y cumplió la palabra dada en Deuteronomio.
Debido a que ha llevado nuestra maldición sobre sí mismo somos libres para
vivir en Él.
La
bendición que Dios prometió a Abraham está ahora al alcance de los gentiles por
la fe. Lea otra vez estas seis citas y vea cómo prueban conclusivamente que aun
la ley del AT., enseñaba que la salvación es por gracia, por medio de la fe.
III. El Argumento Lógico (Gál. 3:15–29):
Por
supuesto, todos los argumentos de Pablo son lógicos. Pero el
argumento particular aquí depende del razonamiento, al comparar la ley con un
contrato humano. «Cuando dos personas hacen un contrato, es ilegal que una
tercera intervenga y lo cambie o lo cancele». Ahora bien, Dios hizo
un contrato (pacto)
con Abraham cuatrocientos años antes de que fuera dada la ley. La Ley de Moisés
jamás podría cancelar la promesa original de Dios a Abraham.
Dios
lo prometió igualmente a la simiente de Abraham y el versículo 16 indica que
esta Simiente es Cristo. La Ley Mosaica no fue una nueva manera de salvación
que cancelaba las promesas de Dios a Abraham; esto no sería lógico. La promesa[3] y
la fe van juntas, pero no la promesa y la ley. «Pero, ¿por
qué Dios les dio la ley?», argüiría sus oponentes. Pablo les da
tres respuestas:
A.
La Ley Fue Temporal y Sólo Para Israel (vv. 19–20).
Romanos
2:14 y Hechos 15:24 dejan en claro que Dios nunca dio la ley a los gentiles. La
ley moral ya estaba escrita en los corazones de los gentiles (Rom. 2:15). Pero
la ley ceremonial (incluyendo las leyes del día de reposo) nunca
fue dada a los gentiles.
La
ley fue «añadida»
y no era un sustituto en lugar de las promesas Abrahamico. Una vez que la
Simiente (Cristo)
vino, la ley fue reemplazada. «¡Pero la ley fue promulgada con tanta gloria!»,
replicarán los judaizantes. «¿Cómo puedes decir que era sólo temporal?».
Pablo
está listo con una respuesta:
· La ley fue dada por
mediadores angélicos, pero Dios le habló personalmente a Abraham.
·
Dios es uno, y el cumplimiento de su promesa a Abraham depende
únicamente de Él.
B. La Ley Nos Convenció De Pecado, Pero
Nunca Nos Salvó Del Pecado (vv. 21–22).
Si
hubiera una ley que salvará a los pecadores, Dios hubiera librado a su Hijo y usado
la ley en lugar de la cruz:
Ø La ley
no es contraria a las promesas de Dios; al revelar el pecado, la ley obliga al
pecador a confiar en las promesas de Dios.
Ø La ley
nos muestra la necesidad de la gracia; la gracia nos capacita para agradar a
Dios mediante la fe.
Ø La ley
coloca a todos bajo pecado, lo que significa que todos podemos ser salvos por
gracia. Si Dios permitiera que aunque sea un solo pecador se salvara por la
ley, nadie se salvaría por la gracia. Todos debemos ser salvos de la misma
manera.
C.
La Ley Preparó El Camino Para Cristo (vv. 23–29).
«Antes que viniera la fe que ahora conocemos la ley dejaba a
todos los hombres con la boca cerrada, revelando su necesidad de un Salvador».
Como
L.E. Maxwell lo dice:
§ «¡Se nos empuja
a Cristo!».
§ La ley
fue el «ayo»
(tutor) para los judíos en su infancia
nacional.
El
tutor, tanto romano como griego, solía cuidar y enseñar a los niños menores
hasta que alcanzaban la edad legal de adultos, después de lo cual los hijos
quedaban bajo su propia responsabilidad. La ley mantuvo a los judíos «en línea»,
por así decirlo, hasta que Cristo vino y la revelación completa del evangelio
fue dada a judíos y gentiles
Clase Para El Miércoles:
Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.
___________
Notas:
[1] G4102 πίστις = pístis:
de G3982; persuasión, i.e. credibilidad;
moralmente convicción (de verdad religión, o la veracidad de Dios o de un
maestro religioso), específicamente confianza en Cristo para salvación;
abstractamente constancia en tal profesión; por extensión, el sistema de verdad
religiosa (evangelio) en sí mismo:- fe, fidelidad, fiel, gracia.
[2] G3551 νόμος = nómos: de un primario νέμω = némo, (repartir, específicamente comida o
forraje a los animales); ley (mediante la idea de uso prescriptivo),
generalmente (regulación), específicamente (de Moisés [incierto el volumen];
también el evangelio), o figurativamente (un principio):- pleito, ley.
[3] G1860 ἐπανγελία = epangelía: de G1861; anuncio (por información, asentimiento, promesa;
específicamente seguridad divina de algo bueno):- mensaje, promesa, prometer. (Strong).
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