jueves, 17 de marzo de 2022

Parte I: EL RICO Y LAZARO: EN EL HADES: (Lucas 16:19-31)

 Parte I:

EL RICO Y LAZARO: EN EL HADES:

(Lucas 16:19-31)

 

Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidezHabía también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas,… y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagasAconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado…”

(Lucas 16:19-31)


Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Ayuda Pastoral:

 

Introducción:

Así como la parábola del hijo pródigo ponía ante nuestros ojos la Gracia presente, así ahora la del RICO y LÁZARO pone ante nuestra vista la IRA VENIDERA, y tiene por objetivo despertarnos.

El designio del Evangelio de Cristo es doble inducirnos a aceptar la POBREZA y las AFLICCIONES y armarnos contra las tentaciones de Mundanalidad y Sensualidad; y esta parábola muestra bien a las claras ese doble designio del Evangelio.

No se parece a las otras parábolas de Cristo en las que las cosas ESPIRITUALES están representadas en semejanzas prestadas de las cosas materiales, como el Grano de Trigo, la Mostaza, la Levadura, etc., sino que esas mismas cosas Espirituales se presentan aquí en un relato o descripción de la diferencia que existe entre este mundo y el otro Mundo en cuanto a la dicha y a la desdicha de los seres humanos.

Es un hecho cotidiano que las personas piadosas que son Pobres de bienes materiales aquí, salen de sus miserias por las puertas de la Muerte para entrar en la Felicidad Celestial, mientras que los Ricos epicúreos, que viven en el lujo y el placer, sin tener compasión de los necesitados, entran por las puertas de la Muerte en un lugar de insoportables y Eternos Tormentos.

Aun cuando se trata de una parábola[1] como se ve por los detalles que no cuadran con la realidad de la Otra Vida, la intención de Nuestro Salvador está clara:

v Presentar la justa Retribución de Ultratumba, que trastorna los Criterios Mundanos sobre el Bien y el Mal (v.25), y

v Dar a entender con la mayor claridad e insistencia que la condición de los Humanos tras la muerte es irreversible (v.26).

Otros elementos, como la conversación del Rico con Abraham, y el aparente interés del Rico por la CONVERSIÓN de sus hermanos, están puestos de relleno en la parábola, a fin de añadir dramatismo a la Idea Principal. Observemos:

Tres definiciones, de la vida del hombre o [mujer]: 

Los Dos Hombres De Esta Historia Ilustran:

·      Dos Vidas Diferentes:

Ø La vida sin Dios, y el desprecio al prójimo.

Ø Sobre todo primero Dios, y el prójimo.

·      Dos Muertes Diferentes:

Ø Uno sin Cristo, y

Ø El otro con Cristo.

·      Dos Destinos Diferentes:

Ø Uno al cielo junto con Cristo y sus santos, y

Ø el otro a la condenación eterna con el diablo y sus ángeles caídos, separados de Dios

I.       La Diferencia De Condiciones:

La diferencia de condición En que se encontraban en este mundo un hombre rico, pero malvado, yun mendigo, pero piadoso.

Los judíos estaban inclinados a pensar que la Prosperidad Material era una de las señales indefectibles de Bendición Celestial, de forma que a duras penas podían tener buen concepto de un Mendigo.

Cristo se propone aquí, como en otras ocasiones, sacarles de su error.

1.1.   Había un hombre rico”: (V.19):

Vemos primero un malvado, el cual va a ser eternamente miserable, que goza en este mundo de la mayor prosperidad (v.19): “Había un hombre rico”. Como el vocablo latino para rico es dives, se le suele llamar con este nombre, pero lo cierto es que Jesús no le pone nombre alguno; algo muy significativo, cuando el Mendigo es llamado por su propio nombre. Lo que se nos dice de este Rico es lo siguiente:


1) “Que se vestía de púrpura y de lino fino”, símbolo ambos dela soberbia de la vida(1 Juan 2:16) u ostentación vanidosa: La púrpura mostraba su pertenencia a la nobleza principesca, el lino fino, el lujo propio de los palaciegos[2] (v.7:25).

 

2) Quecelebraba todos los días fiestas espléndidas”. Su mesa estaba provista ¡cada día! De las más variadas y delicadas viandas que la naturaleza y el arte pueden proporcionar. Podemos imaginarnos lo suntuoso de su vajilla, las libreas de los que servían a la mesa, la categoría y número de los invitados, etc. “¡Bien!-dirá alguno-, y ¿qué mal hay en todo esto?”. No es pecado ser rico, ni lo es vestirse de púrpura y lino fino, ni disfrutar de una buena mesa, si le alcanza para ello su fortuna.

Tampoco se nos dice que hubiese obtenido dicha fortuna por medio del fraude, de la explotación, de la extorsión o del soborno; ni que se embriagase o emborracharse a otros.

Todo su pecado-implícito, pero bien notorio en la parábola- (v.21ª) consistía en su falta de COMPACIÓN hacia los pobres. Pero no cabe duda de que Cristo da a entender aquí también los peligros que una vida de lujo y malicia trae a los RICOS:


a) Este hombre habría sido, a fin de cuentas, más feliz si no hubiese tenido tantas posesiones si hubiese disfrutado de tantos placeres.

b) Dar tanta importancia a lo que satisface al cuerpo y proporciona deleite y comodidad es ocasión de ruina para muchas personas, pues añade combustible al orgullo y a la sensualidad tan metida en nuestro corazón perverso y engañoso (Jeremías 17:9).

c) Cristo quería poner de relieve aquí que una persona puede disfrutar de toda clase de comodidades en esta vida, y con todo, perecer para siempre bajo la IRA y la MALDICIÓN de Dios.


De la Fortuna que un hombre posea, y de la comodidad con que la disfrute, no podemos deducir ni que Dios los ame especialmente al darles tanto, ni que ellos amen a Dios por recibir tanto de ÉL.

1.2.   Había también un mendigo llamado Lázaro” (v.20):

Luego tenemos a un mendigo que, aunque piadoso, se hallaba en el extremo de la Aflicción y Adversidad (V.20): “Había también un mendigo llamado Lázaro”. “Lázaroes la forma griega del hebreo Eleazar” (“Dios ayuda” parecido a Eliezer = “Dios es mi ayuda” o “Ayuda de mi Dios”). Este hombre se hallaba reducido a la mayor miseria que puede suponerse en este mundo. En efecto:

 

1) Su Cuerpo estaballeno de llagas”, como el de Job. Ser un mendigo ya es aflicción; pero estar lleno de llagas es máxima aflicción, tanto por el dolor que causan al paciente, como por el asco que provocan en quienes le rodean.

 

2) Es estas míseras condiciones se veía obligado a mendigar echado (el verbo original es muy fuerte; literalmente significahabía sido arrojado”) a la puerta del rico: algún, pariente o amigo, pechando con la repugnancia que su estado provocaba, era lo suficientemente compasivo para dejarlo echado a la puerta del rico, quizá con la esperanza de que éste se viese movido a Compasión y le Prestase algún Socorro.

Esto nos enseña que, quienes no disponen de dinero para aliviar la situación de un necesitado, pueden echarle una mano que le sitúe en posición de cercanía a quien pueda prestar el Socorro oportuno.

Pero:

a) Las esperanzas de alivio material resultaba fallidas (v.21): “y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico”. No suspiraba por ocupar un puesto en la mesa del rico, aun cuando bien podían haberle sacado un plato de comida, sino que se contentaba, y estaría sumamente agradecido, con las migajas que caían de la mesa, de las cuales hasta los perrillos salían beneficiados (Mateo 15:27; Marcos 7:28), pero nadie las daba (compare con 15:16). Este detalle es puesto de relieve en la parábola para mostrar:

§  Primero, cuál era la interior disposición de este mendigo, que, al ser pobre (en dinero y en el espíritu de las bienaventuranzas) no yacía allí querellándose ni gritando o maldiciendo, sino que esperaba humildemente y en silencio a que alguien tuviese de él la suficiente Compasión para darle lo que hasta a los perros de la casa les sobraba. Aquí vemos a un hijo de ira y heredero del infierno que está  mullidamente sentado a una opípara mesa, y por otra parte, a un hijo de amor y heredero del cielo que está echado, hambriento y dolorido, a la puerta del primero. Y ¿quién podría juzgar, con base en las apariencias exteriores, del estado espiritual de uno y otro?

§  En segundo lugar, vemos cuál era la actitud del rico hacia este mendigo: no se nos dice que le insultase ni que lo echase de su puerta malhumorado pero se nos da a entender bien a las claras que lo menospreciaba y no quería saber nada de él. Aquí tenía el rico una ocasión próxima, y bien conmovedora, de hacer el bien sin andar mucho: en su propia puerta. Con muy poco esfuerzo podía hacer un bien tan grande pero no se preocupó del mendigo, sino que lo dejó allí hambriento, dolorido y yacente. No se piense que ya es suficiente no hacer el mal a nadie; la Palabra de Dios tiene por pecado el no hacer el bien que se conoce (Stg.4:17). Por eso, la razón más poderosa para condenar al castigo eterno es: “tuve hambre y no me disteis de comer…” (Mateo 25:42).

Me pregunto cómo es que tantos ricos, de los que leen el Evangelio y se llaman creyentes, pueden seguir tan despreocupados de las necesidades y miserias que otros (incluso de losde la familia de la fe”) están padeciendo.

b) El servicio que le prestaban los perros: “y aun los perros venían y  le lamían las llagas”. Todavía discuten los comentaristas si estos perros proporcionaban al mendigo una mayor aflicción o le prestaban algún alivio, esto último es lo más probable. Como dice Lenski: “Estos perros lamían las úlceras del mendigo como hubieran lamido las suyas propias, para limpiarlas y aliviarlas con su lengua. Los perros hacen esto, y nadie más que ellos lo haría”.

Con ello se muestra que los perros, no los perrillos del amo (como algunos piensan), sino los perros callejeros y vagabundos, los verdaderamente despreciados de los judíos, eran más compasivos que el Rico Epulón y los criados de su casa.

II.      La Diferente Condición De Ellos:

La diferente condición de ambos hombres, el RICO y el MENDIGO, a la hora de la muerte y en el más allá:

 

2.1.  Murió el mendigo, y el rico”: (v.22):

Ambos murieron (v.22) “murió el mendigo…; murió también el rico”.

La muerte no respeta a RICOS ni  POBRES, ya sean Piadosos o Malvados. Los santos Mueren para poner término a sus miserias y darles entrada a los verdaderos goces. Los malvados también mueren, pero para despedirse de sus comodidades y entrar en los eternos tormentos.

Así que RICOS y POBRES deben prepararse para la MUERTE, porque la muerte les está esperando a todos. Como escribió Abd-El-Kader, “la muerte es un camello negro que se arrodilla a la puerta de todos.

La Muerte Es Un Camello Negro Que Se Arrodilla a La Puerta De Todos

2.2.   El Mendigo”:

El Mendigo, por lo que el texto insinúa, murió primero. A menudo, Dios se lleva del Mundo a los suyos prematuramente, mientras deja que los impíos sigan prosperando. Pero nótese que nada se nos dice del entierro del Mendigo.

La muerte es, para los creyentes, sueño[3].

2.3.   El Rico”. (v.22):

En cambio, del rico se nos dice, no sólo que murió, sino que se añade también el detalle de que fue sepultado con lo cual podría indicarse, no solamente que en el sepulcro se acabó todo lo que había disfrutado, sino también que tuvo un pomposo funeral; quizá su ataúd iba seguido, o precedido, de música y de coronas de flores, alguien se encargó de pronunciar una oración fúnebre”, encomendando las buenas cualidades del difunto.

¡Es tan fácil comentar: “era un santo”, cuando ya no molesta! Pero ¿de qué le servía ya al rico la pompa de su funeral?

2.4.   y fue llevado por los ángeles[4] al seno de Abraham”. (V.22):

El mendigo murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. ¡Cuánto mayor honor recibió el MENDIGO en su funeral al ser llevado al Cielo en brazos de los ángeles, que el que había de recibir el RICO al ser acompañado su cadáver de tanta pompa, mientras su ALMA descendía al Hades! Vemos:

 

1) Que el ALMA del Mendigo existía en su estado de separación del cuerpo. No murió, ni cayó en un Sueño, con el Cuerpo. Y todo el contexto, así como 23:43; 2 Corintios 5:6-8; Filipenses 1:21-23, nos muestra que dicha existencia del alma, en el estado INTERMEDIO, es CONSCIENTE.

 

2) Su ALMA fue llevado a otro mundo, retornó a Dios que se le dio, a su lugar nativo. El espíritu del hombre tiende, tan pronto como se ve libre de las ataduras del pecado, hacia arriba.

 

3) Fue llevado por los ángeles, pues ellos son espíritus enviados para servir a los que heredan la Salvación (Heb.1:14), no sólo mientras éstos viven, sino también cuando mueren.

Aun cuando el alma que ha sido liberado de las cadenas del pecado posee como la elasticidad de un resorte, por el que tiende hacia arriba tan pronto como sale del cuerpo, el Señor no la deja, por eso entregada a su natural poder, sino que envía sus ángeles como mensajeros que la traigan a ÉL, porque los santos deben ser llevados a la CASA DEL PADRE, no sólo con seguridad, sino también honorablemente.

Aunque los que llevaban el féretro del Rico personas del más alto rango, ¿Qué eran en comparación con los que se llevaron a Lázaro?


4) Fue llevado al seno[5] de Abraham. Abraham era el padre de los creyentes; por tanto, ¿adónde habían de ir las almas de los creyentes difuntos sino a él? Fue llevado a su seno, es decir, a recostarse en su pecho en el banquete celestial, pues los que van de todas partes al Cielo, se sientan con Abraham, Isaac y Jacob”. (Mateo 8:11). Abraham fue grande y muy rico, pero no se desdeña de recostar al Pobre Lázaro junto a su pecho. Los creyentes, tanto ricos como pobres, se encuentran todos en el Cielo. En el Seno de Abraham se recuesta el mismo a quien el Rico Glotón cerraba la puerta, dejándole sin más asistencia que la de los perros que le lamían las llagas.

2.5.    en el Hades[6], alzó sus ojos, estando en tormentos”. (v.23):

La próxima noticia acerca del Rico es que, en el Hades, en el Hades, alzó sus ojos, estando en tormentos (v.23). De modo que:

 

1) Su estado era miserable sobremanera. El Hades señala en el Nuevo Testamento la parte de Seol en que las almas de los impíos son atormentadas hasta su reunión con los cuerpos inmediatamente antes del Juicio Final.

Así como las almas de los justos, tan pronto como son descargadas del peso de la carne, entran el gozo y la felicidad del Cielo, así también LAS ALMAS de los impíos, tan pronto como son arrebatadas de las comodidades de la carne, se hallan en miseria y Tormentos sin remedio, sin pausa y sin fin.

El Rico había dedicado su vida al mundo de los sentidos; por tanto no era apto para el mundo de los espíritus; para una mente carnal como la suya, el mundo de los espíritus no tendría ningún atractivo, así que justamente es excluido de él.

 

2) La miseria de su estado se agrava con la contemplación de la felicidad de que Lázaro disfruta ahora: “Vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno”. Ahora comienza a percatarse del lugar en que se halla el Mendigo. No le halla en el mismo lugar en que él está, no, sino que lo ve allá a lo lejos, recostado en el seno de Abraham:

a) Ver a Abraham debería causar alegría, pero verlo de lejos sólo sirve para aumentar el tormento.

b) Ver a Lázaro en el seno de Abraham le traería a las mentes la forma tan cruel y bárbara con que él se había portado con el mendigo, así, el ver ahora a Lázaro en tanta felicidad le servía solamente para hacer más desgraciada su actual miseria.

 

NOTA: V.23: en el ᾅδης = Hades [Véase Anexo]: El mundo invisible en general, pero específicamente significa aquí la morada de los NO SALVOS entre el momento de su muerte y el juicio ante el GRAN TRONO BLANCO (Ap.20:11-15) Véase Ef.4:9. Al decir esto, el Señor Jesús enseñó:

1) La existencia consciente después de la muerte;

2) La realidad y los tormentos del hades;

3) Que no hay una segunda oportunidad después de la muerte; y

4) La imposibilidad de que los muertos se comuniquen con los vivos (v.26).

III.    El Diálogo De El Rico Y El Padre Abraham:

A continuación se nos refiere el diálogo que entablaron el Rico y Abraham en este estado INTERMEDIO, aunque estaban separados el uno del otro.

 

3.1. “…dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí,…”. V.24:

El Rico rogó primeramente a Abraham que hiciese algo para atenuar los tormento que padecía (v.24). “…dando voces (es decir, a  gritos), dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí,…”. El que solía mandar con imperio, ruega ahora a gritos. Las canciones de sus orgías se han vuelto lamentación de sus miserias. Observase aquí:

 

1) El título que da a Abraham: “Padre Abraham (compare con Juan 8:39). Seguramente que habrá en el Hades muchos que llamarán padre a Abraham. No sirve de nada ser hijos de Abraham según la carne, si no se es hijo de él según el espíritu, es decir, conforme a la fe de Abraham (Gál.3:7).

A este Rico, de poco le sirvió ser descendiente de Abraham, puesto que no siguió la conducta de Abraham (compare por ejemplo con Génesis 1:9; 14:22-23). Día llegará en que los malvados reclamarán parentesco con los santos (compare con 13:26-27), pero de nada les valdrá.

Es ahora, es hoy, cuando se ha de procurar la hermandad con los hijos de Dios, al nacer de nuevo para pertenecer a la familia, y haber pasado de muerte a vida lo cual se demuestra con el amor al hermano (1 Juan 3:14; 5:1).

 

2) La forma en que expresa la deplorable condición en que se halla: “Estoy atormentado en esta llama”. Se queja del tormento que sufre en su ALMA. El verbo original significa estar en angustia dolorosa, por lo que se aplica también a los dolores de parto, como puede verse en Romanos 8:22, Gálatas 4:19.

La llama es, ante todo símbolo del remordimiento que el RICO siente por haberse conducido de una forma que le ha llevado a este lugar. Asegurar que esta llama es literalmente de fuego material equivale a asegurar que el ALMA del RICO tenía lengua, y el ALMA del MENDIGO tenía dedo. Son modos de hablar corrientes en la Escritura.

Por otra parte el detalle de que el Rico reconociera a Abraham en el otro mundo, añade nueva fuerza al detalle histórico de la aparición de Moisés y Elías junto al Señor en el Monte de la Transfiguración, al ser al instante reconocidos por los discípulos. Quienes opinan que, en la otra vida, no nos reconoceremos mutuamente, carecen de todo fundamento en la Biblia.

 

3) La petición que hace a Abraham: “Ten compasión de mí”. El que no tuvo en vida ninguna compasión de Lázaro, espera ahora que Abraham tenga compasión de él por medio de Lázaro, a quien reconoce como más compasivo que lo que él mismo fue. Y el favor que le pide es: “Envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua”:


a) Se queja especialmente del tormento de la lengua. La lengua es el órgano principal y representativo del habla, y seguramente que este rico habría dicho muchas cosas blasfemas contra Dios,  ofensivas para su prójimo y sucias para todos, por sus palabras es condenado (Mateo 12:37), y en consecuencia, en la lengua es especialmente atormentado. La lengua es también órgano del sentido del gusto, del que tanto abusó el rico; por tanto, el tormento de la lengua le recordará el placer desordenado que con ella se procuró.

b) Se contenta con una gota de agua para refrescar su lengua. Pide lo mínimo que puede pedirse para un refresco, pero ni eso le será concedido.

c) Desea que sea Lázaro quien le procure el agua. Le nombra, lo cual es señal de que le conocía, y piensa que Lázaro será tan bueno con él como piadoso había sido con Dios, a pesar de lo mal que él se había portado con Lázaro. Día llegará en que los que han odiado y perseguido a los hijos de Dios, desearan poder recibir favores de ellos, aunque ya no sea posible.

3.2.   Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate…”. (V.25):

La respuesta que le dio Abraham. En general, le negó lo que el Rico le pedía. Así vemos cuán justamente se le pagaba a este hombre con la misma moneda. A quien había rehusado dar una migaja, se le niega ahora hasta una gota de agua.

Mientras se dice hoy”, se dará a quien pida; pero, pasado este hoy, habrá pasado la oportunidad de recibir favores Divinos que no se hayan procurado en esta vida.

Observemos:


1) Que Abraham le llama hijo; según la carne, como en respuesta al título que el Rico le había dado (“padre”, también según la carne).

Aun cuando era hijo carnal, se había portado como hijo rebelde, y con toda razón, se hallaba ahora abandonado y desheredado.

 

2) Le hace recordar cuál había sido su condición en este mundo en comparación con la de Lázaro:

Hijo, acuérdate”, esta palabra había de penetrarle hasta lo más profundo del ALMA. Es en esta vida cuando el recuerdo de los beneficios que Dios nos imparte y de las ofensas con que le hemos agraviado, puede conducir al ARREPENTIMIENTO y al PERDÓN; en la otra vida, el recuerdo añade REMORDIMIENTO, pero ya no puede llevar al ARREPENTIMIENTO.

Lo que aquí quiere Abraham que el Rico recuerde es: “Que recibiste tus bienes en tu vida”. No le recuerda lo que pecó sino lo que recibió; como diciéndole: Recuerda qué gran bienhechor fue Dios para ti; por eso, no puedes decir que te debe nada, ni siquiera una gota de agua. Lo que ÉL te dio, tú lo recibiste, y no hay más; ya tienes toda tu recompensa. Fuiste como un Sepulcro donde los favores Divinos quedaron enterrados, no como un buen terreno donde quedaron sembrados. Las cosas que recibiste eran buenas para ti, las únicas buenas; pero las usaste mal y no te preocupaste por las mejores cosas del Cielo. Así que el día de las cosas buenas se ha pasado para ti(Compara Mateo 6:2, 5, 16).

También le recuerda que Lázaro, del mismo modo (es decir, en contraste similar, ha recibido males), no de parte de Dios, sino por la perversa condición de los hombres, aun cuando esos males, en manos de la Providencia, medios que le preservaron de caer en los pecados del Rico, y le refinaron como al oro en el crisol”.

Un detalle pequeño, pero de suma importancia, es que al Rico le dice Abraham que ya había recibido en esta vida sus bienes, pero, en cuanto a Lázaro, no dice sus males. La razón es que los bienes del Rico le habían sido concedidos por Dios, y eran suyos, pero Dios no había causado los males de Lázaro, no se los había dado; por eso, no eran, en realidad, suyos no le pertenecían.


Véase Parte II.





 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario