Cómo
Enseñar A Los Chicos A Respetar A Las Mujeres:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Como
el padre de cinco hijos, me encuentro sumiso si la verdad viene ante ellos, al
observar que hombres de alto rango en la política, el gobierno, los deportes y
el entretenimiento están usando y abusando de las mujeres.
A veces me
pregunto cómo evitar que el concepto del hombre predador y misógino se
normalice frente a mis hijos. La verdad es que, no solo es una lucha para
quienes somos padre de varones.
Cada cristiano
enseña a la próxima generación de hombres, ya que todos nosotros somos
responsables de edificar el cuerpo de cristo.
Así que ¿qué es más
importante que enseñar a los varones a respetar a las mujeres?
1.
Similitudes y Distinciones:
El maltrato a
las mujeres – en
pensamiento, palabra o escritura – viene cuando uno ignora el curso
de las similitudes y diferencias con respecto a los hombres y mujeres.
Los Hombres y Las Mujeres Son:
· ante
todo, lo mismo, ya que fuimos creados juntos en la imagen de Dios (Génesis 1:26-27*),
· llamados juntos a cultivar el cosmos (Génesis 1:28), y
·
heredar
juntos el reino de Dios en Cristo (Gálatas
3:28-29).
Tenemos el mismo
origen, el mismo evangelio y el mismo destino.
NOTA: *Gn.1:26-28: Dios creó al hombre (varón[1] y hembra[2])
a su propia imagen, ORDEN FAMILIAR. Estos versículos contienen una frase que es
la piedra angular del entendimiento bíblico de la humanidad:
·
imagen
de Dios.
La
imagen de Dios se presenta principal y primordialmente en relación con un
singular concepto social o comunitario de Dios. «Entonces dijo Dios [singular]: “Hagamos [plural] al hombre a
nuestra [plural] imagen». Muchos
estudiosos interpretan el uso, tanto del singular como del plural, como una
alusión a la Trinidad: un Dios en una comunidad de personas.
Dios procede
entonces a crear al hombre a su imagen. En ese trascendental momento, la
Escritura señala un aspecto particular de la naturaleza humana; es decir,
aquello que corresponde al aspecto social o comunitario de la naturaleza divina:
· Dios
crea al ser humano como hombre y mujer; no como un individuo solitario, sino
como dos personas.
· Sin embargo, al continuar
nuestra lectura, descubrimos que los dos son, no obstante, «uno» (véase 2:24).
La «comunidad» que refleja la imagen de Dios es especial:
Ø
la
comunidad de una mujer y un hombre.
Ø
Cuando
Dios eligió crear a la humanidad a su imagen, creó el matrimonio, una familia.
Ø
La
comunidad de la familia constituye un reflejo de la comunidad de la divinidad.
Ø
Su
identidad, vida y poder provienen de Dios. (Efesios
3:14-15).
A la vez, la
biblia hace distinciones claras entre la masculinidad y feminidad, a veces
hablando de llamados y vulnerabilidades específicas y detallando
responsabilidades para cada uno de ellos. Si mitigamos o ignoramos cualquiera
de esas verdades, podemos darle poder al maltrato de mujeres y niñas por parte
de hombre y niños.
La biblia no
refleja la vulnerabilidad como un signo o falta de importancia.
Podemos hacer
énfasis en las distinciones masculinas/femeninas de una forma que pueda llevar
a los chicos a ver a las mujeres de una forma completamente distinta, o débiles
y necesitadas sin un hombre. Esto puede conllevar a un espectro completo de
formas en las que los hombres puedan minimizar la dignidad y el llamado de las
mujeres.
Una muestra de
esto a veces puede ser la “caballerosidad” de hombres que nunca asaltaran o abusaron de una mujer, pero tampoco buscan nunca los dones y el liderazgo que
Dios les ha dado a ellas.
A menudo, en su
forma más oscura, esto termina en un hombre que ve a una mujer como objeto de
su apetito, bien sea por sexo, por rabia o por la humillación de otros aún más
débiles que él.
Podemos hacer
énfasis en las similitudes, de una forma que silencie las vulnerabilidades
únicas que pueden surgir de la dinámica masculina/femenina. La biblia nos llama a que
nunca tratemos a ningún ser humano como un medio para un fin, y a no luchar
contra otro ser humano.
La biblia a
menudo, habla a hombres en contra del maltrato hacia las mujeres y los fomenta
a buscar el honor y a cuidar de ellas. (Efesios 5:25-30*; 1 Timoteo 5:2; 1
Pedro 3:7; Santiago 1:27).
“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la
iglesia, y se entregó a sí mismo por ella…”. (Efesios 5:25).
*NOTA: Efesios 5:25-30: Pablo reitera a
los esposos que amen a sus esposas, lo que no hace al pedir a las esposas que
se sometan a sus esposos. ¿Cómo debiera amar un hombre a su esposa?
(1) Debiera estar dispuesto a sacrificar cualquier cosa por ella.
(2) Debiera buscar su felicidad como asunto de primera
importancia.
(3) Debería cuidarla como cuida su cuerpo.
Ninguna
esposa necesita temer someterse a un hombre
que la trata así.
2. ¿Por
Qué Ocurre Esto Entonces?
La biblia no ve la vulnerabilidad como un signo o
falta de importancia.
De hecho, esto es lo opuesto para la gente de un Cristo crucificado. Todos,
virtualmente, podemos coincidir en que hay vulnerabilidades especiales para las
mujeres en nuestra sociedad de maltrato potencial por parte de los hombres.
Algo tiene que
ver con el hecho de que las mujeres son generalmente (aunque no siempre) menos fuertes
físicamente que los hombres y por lo tanto vulnerables al daño. Algo tiene que
ver en la forma en que los niños nacen y son educados.
Un hombre puede
abandonar más fácilmente sus responsabilidades hacia sus hijos que una mujer,
quien los lleva en su propio cuerpo.
Algo De Esta Vulnerabilidad Es Cultural:
· Uno
se esforzaba en pensar acerca de la existencia de un matriarcado [madre] que denigre a
hombres en el mundo actual o en el pasado,
·
mientras que los patriarcados [padre] opresores de mujeres son tristemente comunes y se encuentran
alrededor de nosotros, si definimos un patriarcado
pagano como:
Ø
Uno
que base el valor de las mujeres y niñas en su atractivo sexual y su
disponibilidad hacia los hombres.
Ø
No
estamos conformes con el espíritu de este presente oscuro.
3. ¿Cómo
Comunicamos Esto a La Próxima Generación?
En primer lugar,
los padres y maestros pueden resaltar las maneras en las que aprenden y han
sido moldeados por mujeres fuertes de Dios
– de los ejemplos bíblicos de líderes como:
·
Ruth,
·
Priscilla,
·
Lidia, y
·
la
madre de nuestro señor, María, hacia nuestras madres inmediatas – y
·
hermanas en Cristo.
Si estás casado, hombre, presta atención y
respeta el consejo de tu esposa. Si eres un pastor, no trates con
condescendencia a las mujeres en las ilustraciones o introducciones de tus
sermones. Enfatiza en la creación y en los llamados de las mujeres, enlazados
en nuestra herencia común.
No dejes que los
hombres jóvenes alrededor de ti te vean haciendo la vista gorda o justificando
el abuso sexual, comentarios misóginos[3] o la violencia en contra de mujeres.
Al mismo tiempo, enfatiza en el horror de un hombre
maltratando a una mujer.
Ø
No
dejes a los niños y a los jóvenes a tu alrededor,
Ø
ni
siquiera por un milisegundo,
Ø
verte sin darle importancia
o justificando la depredación sexual,
Ø
comentarios
misóginos o violencia en contra de mujeres por una figura deportiva porque él
juega para tu equipo,
Ø
un
político porque pertenece a tu partido o por alguien del mundo del
entretenimiento porque te hace reír.
Tu hipocresía no
solo puede alejar a la próxima generación de Jesús, sino que también puede
acercarlos al abuso.
Disciplina a los
niños que golpeen a otros niños, pero claro, da una reprensión exponencialmente
elevada a los niños que golpeen niñas:
§
Queremos
alejar la urgencia satánica de golpear a otros por rabia, lo cual se encuentra
presente en los hombres que usan su “poder” percibido en contra de mujeres y niñas vulnerables.
§
El demonio odia a las
mujeres lo suficiente para quererlas ver victimizadas por hombre predadores.
§ El
demonio odia a los hombres lo suficiente como para querer convertirlos en
abusadores y predadores.
Resumen:
Hagámoslo de una forma diferente – de la manera
en que un Cristo, quien se sacrificó por una novia [Iglesia], y quien trata a
esa novia [Iglesia] no como un sirviente, sino como a
una amiga (Juan 15:15*), no como un objeto sino como su copropietario (Romanos
8-17).
*“Ya no os llamaré
siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado
amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer”.
Jn. 15:15.
Como
Jesucristo es Señor y Amo, debiera llamarnos siervos; pero nos llama amigos.
Cuánto consuelo y seguridad nos da que el Señor nos haya escogido como amigos
de Cristo.
Como
Él es Señor y Amo, le debemos nuestra obediencia plena. Pero por sobre todo,
Jesús nos pide que le obedezcamos por amor.
___________
Nota
y Bibliografía:
[1] zakar = (זָכָר,
H2145), «varón». Hay cognados del
término en acádico, arameo y arábigo. Aparece 82 veces y por lo general en la
prosa bíblica temprana (Gn—Dt); solo se halla 5 veces en los profetas y nunca
en la literatura poética y sapiencial del Antiguo Testamento.
Zakar
destaca lo «masculino»
en contraste con lo «femenino»; el vocablo indica el género de una
persona nombrada. Por lo tanto, «creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó;
varón y hembra los creó». El vocablo puede referirse tanto a un «varón adulto»
como a un «niño
varón» (Lv.12:7). En muchos pasajes zakar tiene un sentido
colectivo, o sea que el término en singular puede tener un sentido plural
(Jueces 21:11).
En
algunos contextos el vocablo indica un «animal macho»: «De
todo ser viviente, de toda carne, meterás en el arca dos de cada especie, para
que sobrevivan contigo. Serán macho y hembra» (Génesis 6:19 rva).
[2] H5347 נְקֵבָה = nequebá: de H5344;
hembra (de forma sexual
femenina):- hembra, mujer. (Strong).
[3] misógino,
na. (Del gr. μισόγυνος). adj. Que odia a las mujeres, manifiesta aversión hacia ellas o rehúye
su trato. U. m. c. s. m. Microsoft® Encarta® 2009.
- e-Sword-the. LEDD.
-
Luz Mundial Hoy. Abril 27, 2018.
-
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 09//10//2018.
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