POR LA OFRENDA DE LOS PRÍNCIPES:
NÚMEROS 7:1-89
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
El libro de Números comienza en el primer día del mes segundo del
segundo año desde el éxodo (1:1).
En 7:1, volvemos al día de la
erección del tabernáculo, que según Éxodo 40:2 aconteció en el primer día del
mes primero (del año segundo). Parece
que los eventos descritos en Números 7:1-9:14 tuvieron lugar durante el primer
mes, antes del censo relatado en el cap. 1.
Vemos entonces que el autor (o redactor) no sigue siempre un orden
estrictamente cronológico. Parece que quería dar un conocimiento de la
organización de las tribus (cap. 2) y del significado y los deberes de los
levitas (caps. 3 y 4) antes de los datos en los caps. 7-9.
Así el lector puede entender
mejor el significado de la ofrenda de las cartas y las dádivas para el altar de
parte de las tribus (cap. 7), y de la ceremonia de la consagración de los levitas
(cap. 8).
Además, parece que el autor tiene
razones teológicas para agrupar sus materiales como lo ha hecho. Ya ha descrito
la organización del pueblo como una “teocracia
sacerdotal” en los caps. 1-4, y aquí usa las
ofrendas del pueblo para demostrar que el pueblo acepta y apoya este arreglo.
La ceremonia de la purificación de los levitas recuerda al pueblo de la
santidad de Dios y la necesidad de ser un pueblo santo.
Como Israel celebró la primera
Pascua inmediatamente antes de su salida de Egipto, se coloca la celebración de
la segunda Pascua un poco antes de la salida del monte Sinaí. Así se recuerda a
Israel de su identidad como el pueblo redimido por Jehová. El pueblo
tiene que estar consciente de su identidad y del poder de Dios antes de
emprender el viaje:
(1) La ofrenda para la dedicación del tabernáculo. Números 7:1-9.
En la ocasión de la erección y dedicación del
tabernáculo, los líderes de las tribus presentan una ofrenda de seis carretas y
doce bueyes. Son entregados a los clanes levíticos de Gersón y Merari para usar
en su trabajo de transportar las partes pesadas del tabernáculo. (Como el clan de Cohat lleva los muebles
sagrados con varas sobre los hombros, no necesita usar carretas).
Ya hemos visto en los caps. 1, 3 y 4 que los levitas
no participan en la guerra, sino que tienen una función especial en cuanto a guardar y transportar el tabernáculo. Esta ofrenda demuestra el apoyo de parte
de las demás tribus de los levitas en su tarea especial.
(2) La ofrenda para la dedicación del altar. Números 7:10-88.
Cada una de las doce tribus presenta una dádiva de un
plato de plata (que pesa como 1, 4 kg.) y un tazón de plata (que pesa unos 770
gr.). Los dos están llenos de harina fina con aceite. También presenta un
cucharón de oro (que pesa unos 110 gr.), lleno de incienso. Estos utensilios
son para el uso de los sacerdotes al hacer los sacrificios sobre el altar.
Además, cada tribu presenta un total de 21 animales
para usar en varios sacrificios. Cada día se recibe la ofrenda de una tribu;
así que lleva doce días la recepción de todas. Los líderes de las tribus son
los mismos nombrados en los caps. 1 y 2 y presentan su ofrenda en el mismo
orden en que salen en la marcha según el cap. 2.
Como la ofrenda de cada tribu es exactamente igual, ¿por qué se dedica tanto espacio a este
proceso? Debe haber alguna razón por tanta
repetición. Parece que se quiere enfatizar la participación de cada tribu en el
culto de Israel.
Cada tribu hace su contribución para sostener la
adoración del pueblo, con su centro en el altar de los sacrificios. Además,
como las ofrendas cereales quedaron con los sacerdotes, al entregar los
utensilios de plata llenos de harina y aceite, las tribus están contribuyendo
al sostenimiento de los sacerdotes.
Así demuestran que reconocen el valor del papel
especial de los sacerdotes. Aunque no se pueden comprar las bendiciones de
Dios, el pueblo de Dios siempre ha tenido la responsabilidad de mantener el
culto y los ministros de Dios (ver 18:8-24; 1 Corintios 9:7-14). La repetición
aquí enfatiza la grandeza de las ofrendas de las tribus, y así anima al pueblo
de Dios de cualquier época de seguir este ejemplo de generosidad.
(3) La voz de Dios y
el candelabro. Números 7:89-8:4:
La voz divina desde encima del arca, 7:89. Al terminar
la erección del tabernáculo, Moisés entra y escucha la voz de Jehová que le
habla desde encima del propiciatorio del arca (7:89).
El verbo indica que Dios hablaba así con Moisés por
costumbre; no fue en solamente una ocasión. ¿Por qué se menciona aquí? En 7:1-4 vemos que
Moisés erigió, ungió y consagró el tabernáculo, y que las tribus demostraron su
apoyo por el centro de adoración con la ofrenda de las carretas y bueyes.
La mención de la voz de Dios aquí cumple la promesa de
Número 25:22, confirmando que Jehová se complace en las ofrendas del pueblo y
acepta el tabernáculo, producto del trabajo y de las ofrendas del pueblo, como
su morada en la tierra. El santuario llega a ser en realidad una “tienda
de reunión” (ver comentario sobre 1:1) donde Dios se reúne con el
hombre Moisés, líder del pueblo de Dios. Este pasaje afirma que mientras Moisés
antes consultaba con Dios en una tienda fuera del campamento (Éxodo 33:7-11),
ahora lo hace en el tabernáculo, el centro del culto de todo el pueblo.
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