lunes, 22 de octubre de 2018

PABLO EN MALTA Y DE ALLÍ A ROMA: HECHOS 28:


PABLO EN MALTA Y DE ALLÍ A ROMA:
HECHOS 28:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

I.       El Ministerio En Malta (Hechos 28:1–10):
Para los griegos un «natural» era cualquiera que no hablaba griego. El grupo se quedó tres meses (v. 11) en Malta y los nativos los trataron con amabilidad. Podemos imaginarnos cuánto frío tenían y cuán empapados estaban los prisioneros cuando llegaron a tierra.
A pesar de que Pablo era ahora el líder y salvador del grupo, sin embargo, ayudó a recoger ramas secas para la fogata. (Véase 20:34–35.) Satanás la serpiente le atacó, pero Dios le protegió. (Véase Mr. 16:18.) La reacción de los nativos fue exactamente lo opuesto a la de los de Listra (14:11–19). ¡Tenga cuidado en confiar en las opiniones de la multitud!
El principal de la isla era Publio, quien permitió que Pablo y sus acompañantes de quedaran con él tres días. Pablo sanó al padre del hombre y luego curó a muchos de los nativos enfermos. Dios le permitió a Pablo que realizara estos milagros para ganar la confianza de gente que, a su vez, ayudaron a Pablo y al grupo cuando salieron para Roma tres meses más tarde (v. 10).
Parece ser que el don de milagros y sanidad desapareció gradualmente durante el ministerio de Pablo. Dios le dio a Pablo «milagros extraordinarios» en Éfeso (cap. 19) para testificar a los gentiles; y aquí en Malta, le dio el poder de sanar.
Sin embargo, cuando escribió desde Roma, dos años más tarde, informó que Epafrodito había estado enfermo y casi se muere (Filp. 2:25–30); y en 2 Timoteo 4:20 indicó que había tenido que dejar a Trófimo enfermo en Mileto.

II.     El Viaje a Roma (Hechos 28:11–16):
El grupo permaneció en Malta durante noviembre, diciembre y enero; entonces, tomando una nave que transportaba grano y que había invernado en Malta, se dirigieron a Roma. «Cástor y Pólux» eran los «santos patrones» de la navegación, y con frecuencia se tallaban sus imágenes en las naves.
Tenemos otro «viento sur» en 28:13, muy diferente al «viento sur» de 27:13. En Puteoli Pablo tuvo compañerismo con los creyentes por una semana, tal vez mientras la nave se detenía por asuntos de negocios.
Cuando corrió la voz de que Pablo había llegado a Roma (Puteoli era el principal puerto de Roma), los creyentes hicieron arreglos para verle. Puesto que Pablo permaneció en Puteoli por una semana, hubo tiempo suficiente para que se llevaran mensajes entre las iglesias. ¡Qué maravilloso es ser parte del compañerismo del evangelio y hallar dondequiera que vamos «hermanos» en Cristo! El «Foro de Apio» era literalmente «el mercado de Apio», y se refiere a un pueblo como a sesenta kilómetros de Roma, sobre la famosa. Vía Apia:
·      Aquí Pablo recibió una delegación de creyentes;
·      luego, quince kilómetros más adelante, otro grupo le recibió en las Tres Tabernas.
(Esta palabra latina que se traduce «taberna» no significa lo mismo que la palabra castellana hoy en día. Una «taberna» romana era cualquier clase de tienda o almacén). A Pablo le alentó ver a esos creyentes, a quienes había escrito su epístola a los Romanos unos tres años antes.
«Cuando llegamos a Roma» (v. 16). Qué simple la manera en que Lucas describe la llegada de Pablo a la ciudad que había anhelado por tantos años visitar. No hay descripción aquí de la belleza de la ciudad, por cuanto Pablo no estaba allí como turista, sino como embajador. Véase Romanos 1:11–13.

III.    Presentación a Los Judíos Romanos (Hechos 28:17–22):
Como en otras ciudades, Pablo quería empezar con los de su nación y tratar de ganarlos para Cristo. Véase en Romanos 9:1, 2 y 10:1 el peso que sentía. Empezó afirmando su inocencia y les dijo la razón real para reunirlos. «La esperanza de Israel» en el versículo 20 se refiere a la resurrección de Cristo y los versículos 5:31; 23:6; 24:14–15; y 26:6–8 tienen temas similares.
Véase también 13:27–37 y las notas: respecto a 26:6. La resurrección probó que Cristo era el Mesías y todas las bendiciones de Israel descansaban en Él.
Nótese: sin embargo, que Pablo no le ofreció a Israel el reino, sino que más bien predicó el reino de Dios, lo que quiere decir el evangelio de la gracia de Dios (véase v. 31).
Los líderes judíos romanos no habían oído ninguna acusación contra Pablo, pero sí los comentarios que se hacían en contra de la «secta» de los cristianos. En Hechos se mencionan tres sectas:
·      Los saduceos (5:17),
·      los fariseos (15:5), y
·      los cristianos (24:5; 28:22).
Los judíos señalaron un día para reunirse de nuevo con Pablo y discutir sobre la Palabra.

IV.    Los Judíos Rechazan El Evangelio (Hechos 28:23–31):
Pablo no estaba en la cárcel, sino más bien en su casa alquilada, encadenado a un soldado romano, pero con libertad para recibir visitantes. Cuando los líderes judíos llegaron, Pablo les explicó las Escrituras del AT., y le presentó a Jesús como el Cristo.
Compárese el versículo 23 con Lucas 24:13–35, donde Cristo usó a Moisés y a los profetas para abrir los corazones de los dos hombres desalentados.
Sin embargo, hay un contraste en los resultados: los discípulos de Emaús creyeron la Palabra y se convirtieron en misioneros, en tanto que los judíos romanos en su mayoría rechazaron la Palabra y no quisieron creer.
La frase «desde la mañana hasta la tarde» (v. 23) describe muy bien la historia de Israel: de la luz de la revelación de Dios a las tinieblas de la incredulidad (2 Cor. 4).
Por favor, tenga presente que Pablo no le ofreció a estos hombres el reino. Había escrito la epístola a los Romanos tres años antes, explicando en los capítulos 9–11 que Israel había sido puesto a un lado. La Iglesia ahora ocuparía el programa de Dios para la edad venidera. Por quinta vez en la historia de Israel se cumplía la profecía de Isaías. Más de setecientos años antes Dios le había dicho a Isaías que Israel rechazaría su Palabra y se negaría a oír su mensaje.

Cuando acusaron a Cristo de confabulación con Satanás (Mt. 12), nuestro Señor citó la misma profecía al darles las parábolas del reino (Mt. 13:14–15). Al concluir su ministerio, Jesús habló de nuevo de esta profecía (Jn. 12:37–41). Pablo la citó en Romanos 11:8; y ahora la usa por última vez.
Dios había estado hablándole a su pueblo por más de setecientos años. ¡Qué paciencia! El versículo 28 no quiere decir que por primera vez Pablo se fue a los gentiles. Simplemente significa que, ahora que se le había dado la oportunidad a Israel en Roma y la había rechazado, Pablo se volvía a los gentiles:
Ø Tenía las manos limpias de su sangre;
Ø les dio la oportunidad de la salvación.
Este fue el modelo que Pablo siguió desde el mismo comienzo (Hch. 13:44–49).

Pablo permaneció prisionero por dos años, predicando y enseñando libremente la Palabra. Fue durante este tiempo que escribió las cartas a Los:
·      Efesios,
·      Filipenses,
·      Colosenses, y
·      Filemón.
La gente a menudo se imagina a Pablo encadenado a la pared de una mazmorra, cuando en realidad disfrutaba de gran libertad. Su primer período en Roma duró desde el año 61 al 63 d.C.; luego lo pusieron en libertad alrededor de tres años, durante los cuales escribió su:
§  Primera carta a Timoteo, y
§  otra a Tito.
Tal vez en este tiempo fue cuando visitó Filipos, Colosas y varias de las otras iglesias de Asia. Quizás también realizó su proyectado viaje a España (Rom. 15:24, 28).
En el año 66 d.C. lo arrestaron de nuevo y esta vez su situación no fue fácil. Al leer 2 Timoteo, escrita en ese tiempo, vemos la soledad y el sufrimiento que soportó.
A fines del año 66 d.C., o a principios del 67, sufrió el martirio habiendo terminado su carrera y guardado la fe.


FIN DEL LIBRO DE LOS HECHOS:

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