PABLO EN MALTA Y DE ALLÍ A ROMA:
HECHOS 28:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
I.
El Ministerio En Malta (Hechos 28:1–10):
Para los griegos un «natural» era cualquiera que no hablaba griego. El
grupo se quedó tres meses (v. 11) en
Malta y los nativos los trataron con amabilidad. Podemos imaginarnos cuánto
frío tenían y cuán empapados estaban los prisioneros cuando llegaron a tierra.
A pesar de
que Pablo era ahora el líder y salvador del grupo, sin embargo, ayudó a recoger
ramas secas para la fogata. (Véase 20:34–35.) Satanás la serpiente le atacó, pero
Dios le protegió. (Véase Mr. 16:18.) La reacción de los nativos fue exactamente
lo opuesto a la de los de Listra (14:11–19). ¡Tenga cuidado en confiar en las opiniones
de la multitud!
El
principal de la isla era Publio, quien permitió que Pablo y sus acompañantes de
quedaran con él tres días. Pablo sanó al padre del hombre y luego curó a muchos
de los nativos enfermos. Dios le permitió a Pablo que realizara estos milagros
para ganar la confianza de gente que, a su vez, ayudaron a Pablo y al grupo
cuando salieron para Roma tres meses más tarde (v. 10).
Parece
ser que el don de milagros y sanidad desapareció gradualmente durante el
ministerio de Pablo. Dios le dio a Pablo «milagros extraordinarios» en Éfeso (cap. 19) para testificar
a los gentiles; y aquí en Malta, le dio el poder de sanar.
Sin
embargo, cuando escribió desde Roma, dos años más tarde, informó que Epafrodito
había estado enfermo y casi se muere (Filp. 2:25–30); y en 2 Timoteo 4:20
indicó que había tenido que dejar a Trófimo enfermo en Mileto.
II.
El Viaje a Roma (Hechos 28:11–16):
El grupo
permaneció en Malta durante noviembre, diciembre y enero; entonces, tomando una
nave que transportaba grano y que había invernado en Malta, se dirigieron a
Roma. «Cástor y
Pólux» eran los «santos patrones» de la navegación, y con
frecuencia se tallaban sus imágenes en las naves.
Tenemos
otro «viento sur»
en 28:13, muy diferente al «viento sur»
de 27:13. En Puteoli Pablo tuvo
compañerismo con los creyentes por una semana, tal vez mientras la nave se
detenía por asuntos de negocios.
Cuando
corrió la voz de que Pablo había llegado a Roma (Puteoli era el principal puerto de Roma), los creyentes hicieron
arreglos para verle. Puesto que Pablo permaneció en Puteoli por una semana,
hubo tiempo suficiente para que se llevaran mensajes entre las iglesias. ¡Qué maravilloso es
ser parte del compañerismo del evangelio y hallar dondequiera que vamos
«hermanos» en Cristo! El «Foro
de Apio» era literalmente «el mercado de Apio», y se refiere a un pueblo como
a sesenta kilómetros de Roma, sobre la famosa. Vía Apia:
· Aquí Pablo recibió una delegación de creyentes;
· luego, quince kilómetros
más adelante, otro grupo le recibió en las Tres Tabernas.
(Esta palabra latina que se traduce «taberna» no significa lo mismo que la palabra castellana hoy
en día. Una «taberna» romana era
cualquier clase de tienda o almacén). A Pablo le
alentó ver a esos creyentes, a quienes había escrito su epístola a los Romanos unos
tres años antes.
«Cuando llegamos
a Roma» (v. 16). Qué simple la manera en que Lucas
describe la llegada de Pablo a la ciudad que había anhelado por tantos años
visitar. No hay descripción aquí de la belleza de la ciudad, por cuanto Pablo
no estaba allí como turista, sino como embajador. Véase Romanos 1:11–13.
III.
Presentación a Los Judíos Romanos (Hechos
28:17–22):
Como en
otras ciudades, Pablo quería empezar con los de su nación y tratar de ganarlos para
Cristo. Véase en Romanos 9:1, 2 y 10:1 el peso que sentía. Empezó afirmando su
inocencia y les dijo la razón real para reunirlos. «La esperanza de Israel» en el
versículo 20 se refiere a la resurrección de Cristo y los versículos 5:31;
23:6; 24:14–15; y 26:6–8 tienen temas similares.
Véase
también 13:27–37 y las notas: respecto a
26:6. La resurrección probó que Cristo era el Mesías y todas las
bendiciones de Israel descansaban en Él.
Nótese: sin embargo, que
Pablo no le ofreció a Israel el reino, sino que más bien predicó el reino de
Dios, lo que quiere decir el evangelio de la gracia de Dios (véase
v. 31).
Los
líderes judíos romanos no habían oído ninguna acusación contra Pablo, pero sí
los comentarios que se hacían en contra de la «secta» de los cristianos. En Hechos se mencionan tres sectas:
· Los saduceos (5:17),
· los fariseos (15:5),
y
· los cristianos (24:5; 28:22).
Los judíos señalaron un día para
reunirse de nuevo con Pablo y discutir sobre la Palabra.
IV.
Los Judíos Rechazan El Evangelio (Hechos
28:23–31):
Pablo no
estaba en la cárcel, sino más bien en su casa alquilada, encadenado a un
soldado romano, pero con libertad para recibir visitantes. Cuando los líderes
judíos llegaron, Pablo les explicó las Escrituras del AT., y le presentó a
Jesús como el Cristo.
Compárese
el versículo 23 con Lucas 24:13–35, donde Cristo usó a Moisés y a los profetas
para abrir los corazones de los dos hombres desalentados.
Sin embargo, hay un contraste en los
resultados: los discípulos de Emaús creyeron la
Palabra y se convirtieron en misioneros, en tanto que los judíos romanos en su
mayoría rechazaron la Palabra y no quisieron creer.
La frase «desde
la mañana hasta la tarde» (v. 23) describe muy bien la historia de
Israel: de la luz de la revelación de Dios a las
tinieblas de la incredulidad (2 Cor. 4).
Por
favor, tenga presente que Pablo no le ofreció a estos hombres el reino. Había
escrito la epístola a los Romanos tres años antes, explicando en los capítulos
9–11 que Israel había sido puesto a un lado. La Iglesia ahora ocuparía el
programa de Dios para la edad venidera. Por quinta vez en la historia de Israel
se cumplía la profecía de Isaías. Más de setecientos años antes Dios le había
dicho a Isaías que Israel rechazaría su Palabra y se negaría a oír su mensaje.
Cuando
acusaron a Cristo de confabulación con Satanás (Mt. 12), nuestro Señor citó la
misma profecía al darles las parábolas del reino (Mt. 13:14–15). Al concluir su
ministerio, Jesús habló de nuevo de esta profecía (Jn. 12:37–41). Pablo la citó
en Romanos 11:8; y ahora la usa por última vez.
Dios había estado hablándole a su pueblo
por más de setecientos años. ¡Qué paciencia! El versículo 28 no quiere decir que por
primera vez Pablo se fue a los gentiles. Simplemente significa que, ahora que
se le había dado la oportunidad a Israel en Roma y la había rechazado, Pablo se
volvía a los gentiles:
Ø Tenía las manos limpias de su
sangre;
Ø les dio la oportunidad de
la salvación.
Este fue
el modelo que Pablo siguió desde el mismo comienzo (Hch. 13:44–49).
Pablo
permaneció prisionero por dos años, predicando y enseñando libremente la
Palabra. Fue durante este tiempo que
escribió las cartas a Los:
· Efesios,
· Filipenses,
· Colosenses, y
· Filemón.
La gente
a menudo se imagina a Pablo encadenado a la pared de una mazmorra, cuando en
realidad disfrutaba de gran libertad. Su primer período en Roma duró desde el
año 61 al 63 d.C.; luego lo pusieron en libertad alrededor de tres años,
durante los cuales escribió su:
§ Primera carta a Timoteo, y
§ otra a Tito.
Tal vez
en este tiempo fue cuando visitó Filipos, Colosas y varias de las otras
iglesias de Asia. Quizás también realizó su proyectado viaje a España (Rom. 15:24,
28).
En el
año 66 d.C. lo arrestaron de nuevo y esta vez su situación no fue fácil. Al
leer 2 Timoteo, escrita en ese
tiempo, vemos la soledad y el sufrimiento que soportó.
A fines del
año 66 d.C., o a principios del 67, sufrió el martirio habiendo terminado su carrera y guardado la
fe.
FIN DEL LIBRO DE LOS HECHOS:
Clases Para Los Días Miércoles:
Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia:
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