lunes, 15 de octubre de 2018

LA ESPERANZA DE LA RESURRECCIÓN: LA Fe En El Triunfo De Cristo Sobre La Tumba: (Hechos 1:22)


LA ESPERANZA DE LA RESURRECCIÓN:
LA Fe En El Triunfo De Cristo Sobre La Tumba:
(Hechos 1:22)

comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección”.
(Hechos 1:22)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Artículos Pastorales:
“¡Cristo ha Resucitado!” He aquí el grito de victoria que el Evangelio ha extendido por todas las tierras del mundo. El mensaje de la cruz es al mismo tiempo el mensaje de la RESURRECCIÓN, haciendo invisible la Buena Nueva (Hechos 1:22; 2:32).
Tal vez no sería imposible concebir el retorno del REDENTOR al cielo sin que mediara la RESURRECCIÓN CORPORAL. Si hubiese vuelto a la gloria del Padre en su naturaleza espiritual inmediatamente después de su muerte, todavía habría sido el Hijo de Dios, el Viviente; la prueba está en que antes de su Encarnación había existido eternamente en el cielo sin cuerpo humano, siendo siempre Manantial y Príncipe de toda la Vida  Creada (Hechos 3:15; Juan 1:4)
La continuidad de la existencia después de la muerte, así como su Ascensión al Trono Celestial, no habrían sido afectadas por la falta de la Resurrección del cuerpo. Sin embargo, tal Resurrección corporal era el requisito imprescindible para la consumación de Nuestra REDENCIÓN.

La Resurrección De Cristo Nos Compulsa a Alabarlo y Adorarlo. Sólo Él Podía Vencer La Muerte En Sí Mismo y De La Forma En Que La Hizo. Y Esa Resurrección Es Nuestra Verdadera Esperanza Allí Tenemos Basada Nuestra Esperanza De Vida Eterna.

I.     La Victoria Sobre La Muerte:

Si Cristo hubiera Regresado al cielo sin la Resurrección Corporal, no habría desplegado toda la Extensión de su obra como Vencedor Absoluto de la Muerte (Salmo 16:10).

Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.

NOTA: Este Salmo se considera mesiánico porque el NT., lo aplica a Jesús y a la resurrección. Algunos dicen que el autor no hablaba de la vida después de la muerte sino de la salvación de Dios en esta vida; sin embargo el lenguaje, bajo la inspiración de Dios, apunta a tal esperanza, y con el desarrollo de la revelación Pedro pudo usarlo así.

Seol[1]: Dominio de los muertos. David no sólo expresa su fe en que la muerte no lo separará de Dios (Rom.8:38-39), sino que proféticamente declara que su santo (Jesús) será resucitado de entre los muertos, físicamente sin corrupción. Este fue el extraordinario anuncio de Pedro el día de Pentecostés (Hechos 2:25-31).

Habría Triunfado Espiritual y Moralmente sobre ella, pero no habría manifestado su victoria, como soberano, sobre la muerte física. La personalidad humana está constituida de Espíritu, Alma y Cuerpo, y un Triunfo que hubiera alcanzado tan sólo a los dos primeros elementos, quedando fuera del cuerpo, habría sido parcial, habría sido un triunfo de dos terceras partes” –por decirlo de alguna manera- y no total.
Pero aún hay más, porque aparte de la Resurrección Corporal, Cristo no habría podido ser en grado alguno en Vencedor de la muerte, puesto que esta no es la cesación de la existencia ni tampoco el aniquilamiento del ser, sino la disolución de la personalidad humana por la naturaleza de los lazos entre espíritu, alma y cuerpo.
La conquista de la Muerte se demuestra en la Restauración de esta unidad; en el restablecimiento del enlace orgánico entre el espíritu, alma y cuerpo. Esto sería imposible de otra forma; no podría haber ninguna clase de Triunfo sobre la Muerte, ni fruto alguno que demostrara esa victoria.
La Resurrección Corporal resultaba ser la única evidencia fidedigna de que la muerte ha sido vencida. Habríamos tenido que llegar a esta conclusión lógica aun si no tuviéramos el testimonio que los cuatro Evangelios nos dan en cuanto a la Tumba Vacía del Señor (1 Corintios 15:54-57; Mateo 8; Marcos 16; Lucas 24; Juan 20).

II.    Es Base De Nuestra Fe:

La fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios, dice Pablo en Romanos 10:14-17, con obvia referencia a la fe de los creyentes en el primer período de la historia de la Iglesia.
El individuo sólo puede creer gracias al testimonio de quienes creían antes que él, y esta cadena no tendría existencias alguna aparte de la fe de la primera generación de creyentes (Efesios 2:20).

edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo”.

NOTA: Indica que esta edificación ha sido hecha sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas (v. 20). Esto significa que la edificación se funde en las enseñanzas de éstos, no como fundamento propio, sino las enseñanzas que éstos habían dado acerca de Jesús, quien en 1 Corintios 3:11 es identificado como el único fundamento. Moule sugiere que esta figura significa el fundamento que consiste de ellos, por cuanto su doctrina es la base de vuestra fe”. Es decir, que ellos fueron los maestros inspirados y portadores de la autoridad divina. Ellos fueron los que fraguaron el concepto del fundamento de la iglesia, el cual es Jesús.

Los testigos escogidos por el Señor perdieron su fe al ver la Muerte de Cristo en la Cruz (Juan 20:19, 25; Lucas 24:21, 22; Marcos 16:14) y no pudo restablecerse su confianza sino hasta las evidencias de la Resurrección Corporal del Señor. Eso se restableció en las manifestaciones del Resucitado (Juan 20:8, 20; 1 Pedro 1:21). Sin su Resurrección ningún hombre razonable habría creído jamás en el Crucificado; su fin habría constituido la negación de sus propias predicciones anteriores que señalaban su Resurrección y su Triunfo (Mateo 16:21; 17:23; 20:19. Comparar con 12:40 y Juan 2:19).
La Resurrección del Señor viene a ser, pues, SELLO por el cual el Padre garantiza la persona y la obra del Cristo, quien, por este hecho, demuestra ser el Profeta y el Hijo de Dios (Hechos 2:23; Romanos 1:4).
La Resurrección del Señor es el hecho más firme y mejor atestiguado de toda la historia de la Salvación. Leamos el capítulo 15 de 1 Corintios carta reconocida como genuinamente paulina aun por los críticos más radicales- y veremos que Pablo pudo apelar al testimonio de centenares de testigos oculares que aún vivían cuando El presentaba el hecho delante de sus lectores. Incluso menciona Testigos opuestos a la Doctrina, y por lo tanto, difíciles de convencer sin testimonio adecuados (1 Corintios 15:6).
Los Inspirados autores del Nuevo Testamento siempre hablan de los benditos resultados de la obra de la Redención en relación con el doble hecho de la muerte y la Resurrección del Señor según los aspectos que notamos a continuación.
La Muerte y la Resurrección de Cristo conjuntamente, son la base de:
·      La Reconciliación con Dios de aquellos que antes eran enemigos (Romanos 5:10).
·      La liberación del dominio del pecado en la vida del creyente (Romanos 6:10, 11).
·      El señorío de Cristo (Romanos 14:9)
·      La obra intercesora de Cristo a la diestra del Padre (Romanos 8:34).
·      La unión venidera del Señor con los suyos (1 Tesalonicenses 4:14 ss.).
·    Una manifestación especial del amor de su Padre Celestial para con el Hijo (Juan 10:17).

III.  Base De La Nueva Vida:

La ofrenda por el pecado que Cristo realizó beneficia al pecador culpable por su fe en ÉL. Así cumple el simbolismo de la serpiente de metal levantada; el Cordero de Dios que lleva y quita el pecado del mundo (Juan 3:4; 1:29).
Pero tal fe sería imposible aparte de la Resurrección, siendo esta el Triunfo que manifiesta públicamente la Victoria del Gólgota. Por eso dice el apóstol Pablo: “Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de entre los muertos, serás salvo(Romanos 10:9).
La Salvación que se consiguió a nuestro favor en la Cruz sólo puede ponerse a nuestra disposición por medio del Mediador levantado y exaltado, y sólo a través del Cordero manifestado en gloria se derrama la gracia para todos. Dios pudo enviar al Espíritu de su Hijo a nuestro corazones solamente porque habíamos recibido el perdón de los pecados por la fe, siendo hechos justos gracias al juicio que nuestro Sustituto agotó por nosotros en la Cruz (Gálatas 4:6).
Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!”.

NOTA: La razón por la cual Dios mandó el Espíritu Santo a nuestros corazones es porque somos hijos de Dios (la partícula griega hoti está en un sentido causal y se traduce porque o por. Esto no quiere decir que primero somos hijos de Dios y después en un período de tiempo viene el Espíritu Santo). Si así fuera, entonces Pablo se contradice con lo que mencionó en 3:2. Pero cuando una persona se convierte (es hijo de Dios), Dios le da el Espíritu Santo. Pablo menciona al Espíritu de su Hijo. Este título no aparece en otra parte del NT; pero algunos de los versículos paralelos que tienen la misma idea son Filipenses 1:19 y Romanos 8:9. En estas referencias podemos ver que el apóstol Pablo no hace distinción entre el Espíritu Santo y el Espíritu de Cristo. Podemos deducir que Pablo se refiere al Espíritu Santo, que es la tercera persona de la Trinidad. El Espíritu Santo que viene a la vida del creyente clama: “Abba, Padre“. El mismo Espíritu nos da testimonio de que somos hijos de Dios y con él, podemos clamar Abba, Padre (comp. Romanos 8:15-16). La palabra Abba es un diminutivo arameo que se puede traducir "papito". Jesús usó esta expresión cuando se refería a su Padre celestial (Marcos 14:36). Como hijos de Dios también podemos usar esta expresión.

La Muerte Expiatoria del Hijo de Dios es la base de la recepción del Espíritu, y de nuestra reconciliación con Dios. A su vez la presencia del Divino Residente produce bendito fruto en nuestra Unión Orgánica con Cristo, que es la comunión de los redimidos en la muerte y la vida de Resurrección del Salvador, nosotros, quienes según el simbolismo de Juan 6, comen su carne y deben su sangre.
Este simbolismo surge del tipo del Antiguo Testamento por el cual los sacerdotes y adoradores comían cierta parte de los sacrificios. Podemos resumir todo lo que antecede con decir que el Cristo que se ofreció por nosotros llega a serCristo en nosotros, la esperanza de la gloria (Romanos 6:5; Gálatas 2:19, 20; Colosenses 3:3; Juan 6:32-35; 6:48-58; Levíticos 7:32-34; 1 Corintios 5:7; 10:16; Hebreos 13:10; Colosenses 1:27).

IV.  Bases De La Compenetración:

Cristo es nuestro sustituto, pero esa Doctrina esa realidad- es más que un mero proceso intelectual desumar y restar”, “uno en lugar de otro”, o de abonar cuentas de méritos o culpabilidad.
Es un principio completamente nuevo de unión orgánica vital, en la que hay una compenetración completa de la vida de Resurrección de su Señor, Divina y Personal, con la del creyente.
Cristo sólo puede otorgar los dones en sí mismo, y de esta manera llega a ser realmente el Dador (2 Corintios 9:15). Así no sólo prepara y señala el camino, sino que ÉL es el Camino en su persona, y no sólo el Propiciador, sino la misma sustancia de la Propiciación, de la manera en que, siendo Redentor nos ha sido hecho Redención. O sea, Él mismo es el pago para nuestra Liberación (Juan 14:4; 1 Juan 2:2; 4:10; 1 Corintios 1:30). Cualquier faceta de la obra de Salvación nos lleva invariablemente a su Persona.
Él es quien encarna todo estos en sí mismo. La fe en Cristo, por lo tanto, no es un mero asentimiento intelectual, sino una confianza absoluta y total que nos une personalmente con el SALVADOR, y al mismo nos introduce a la intimidad de la Comunión con ÉL, como indica la frase griega pisteuein* eis** en Hechos 10:43; Filipenses 1:29; 1 Pedro 1:8; etcétera. Para Pablo juntamente con todos los redimidos- la frase en Cristoha llegado a ser el lema que describe el origen y la esencia de su experiencia de la SALVACIÓN Pablo emplea esta frese 164 veces, explayándose sobre diferentes y característicos aspectos de este bendito secreto vivificador en todas las epístolas suyas.

De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre”. (Hech. 10:43)

Ayuda Hermenéutica:

G4100 *πιστεύω = pisteúo: de G4102; tener fe (en, o con respecto a, persona o cosa), i.e. crédito; por implicación confiar (específicamente a Cristo el bienestar espiritual de uno):- encomendar, fiar, guardar, confiar, creer, creyente.
G1519 **εἰς = eis: preposición primario; a o adentro (indicando el punto alcanzado o al que se ha entrado), de lugar, tiempo, o (figurativamente) propósito (resultado, etc.); también en frases adverbio:- perecer, siempre, entrar, alcanzar. A menudo usado en composición con el mismo sentido general, pero solo con verbos (etc.) que expresan movimiento (literalmente o figurativamente). (Strong).

Es necesario tener muy en cuenta que el sacrificio propiciatorio de Cristo sólo puede beneficiar al pecador culpable, dejando incólume la justicia de Dios, si se halla unido con el Redentor Santo por medio del Nuevo Nacimiento.
Pero esta UNIÓN ORGÁNICA sólo puede existir en el conjunto de Cabeza y Miembros que tienen la misma naturaleza y eso implica que Cristo permanecerá siempre como hombre, ya que sólo así puede ser la Cabeza de un organismo humano. (Hebreos 2:14-17*).

NOTA: *14-17: El propósito último de la encarnación de Cristo era la destrucción del diablo y la liberación del temor de la muerte (véase 1 Corintios 15:54-57). La destrucción de Satanás no significa que éste es aniquilado, sino que se anula su poder en las vidas de aquellos que se consagran a Cristo. Jesús tomó sobre sí mismo la naturaleza humana, no la de los ángeles. Como un sumo sacerdote debe identificarse con la gente para poder representarla, era indispensable la encarnación para que se consumara la obra redentora de Jesús.

Recordemos que el Cuerpo forma parte de la naturaleza intrínseca del hombre, siendo necesario en el concepto básico de la humanidad, así que no hemos de considerarlo como la cárcel del alma a la manera de Platón, Aristóteles y Orígenes. En contraste con esto, Pablo considera que el alma del hombre sin el cuerpo se halla desnudo (2 Corintios 5:3).

pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos*”.

NOTA: VV. 3-4: *Desnudos: Un espíritu o un alma despojada del cuerpo. Los antiguos griegos hablaban a menudo del cuerpo como una tumba; Pablo decía que era el «templo del Espíritu Santo» (1 Cor.6:19). Así que él no deseaba escapar del cuerpo por medio de la muerte, sino que fuese renovado y lo mortal... absorbido por la vida.

Ayuda Hermenéutica:
V.4:
R762 El artículo que acompaña a σκήνει tiene un sentido reiterativo (se refiere al v. 1).
R963 φʼ significa: porque. Los cristianos de Corinto (no necesariamente Pablo) estaban ansiosos; no querían permanecer desvestidos en algún estado intermedio entre la muerte y la resurrección, pero esperaban la resurrección del cuerpo (comp. TGr131; en vista de que -MT07; puesto que -M132).

Deducimos, pues, que si Cristo ha de retener su humanidad mediante la Resurrección, nosotros también.

Pablo y Sus Epístolas:
Ø En Romanos presenta la JUSTIFICACIÓN en Cristo.
Ø En Corintios presenta la SANTIFICACIÓN en Cristo.
Ø En Gálatas presenta la LIBERTAD en Cristo.
Ø En Efesios presenta nuestra UNIÓN en Cristo.
Ø En Filipenses presenta el GOZO en Cristo.
Ø En Colosenses presenta la PLENITUD de Dios en Cristo.
Ø En Tesalonicenses presenta la GLORIFICACIÓN en Cristo.

La Resurrección Corporal significa que el Redentor había vuelto a tomar la Plenitud de la naturaleza humana, Inmortalizada, Transfigurándola y Glorificándola en su propia persona, llegando a ser el postrer Adán.
Como tal, y exaltado a la Diestra de Dios, en el Principio Creador y la Cabeza  Orgánica de la humanidad Redimida y espiritual (Romanos 5:12-21; 1 Corintios 15:45-47; Hechos 1:11; Daniel 7:13; Apocalipsis 1:13; Filipenses 3:21; Efesios 1:22).

V.    Nuestra Necesidad De Su Resurrección:

Por supuesto que estas Verdades sobrepasan nuestra plena comprensión, y nos es difícil formar una idea de cómo el Redentor, aun después de su exaltación a la gloria, puede permanecer  como hombre, manifestándose en la forma de un cuerpo Transfigurado, Glorificado, Recordemos su promesa de estar con los suyos todos los días y sobre todo el hecho de su naturaleza esencial como segunda persona de la Deidad.
Nuestro pobre Pensamiento no puede abarcar el Misterio de estas diversas relaciones y manifestaciones, pero en todo ello nos asomamos al abismo de lo Eterno, y hemos de reconocer la imposibilidad de explicar aquello que se halla más allá del espacio y del tiempo (Job 26:14).

La Resurrección Del Señor Como Sello:

Ø El SELLO del testimonio de los profetas que predijeron el hecho (Salmo 16:10; Oseas 6:2; Isaías 53:8-10 Compare “la señal de Jonás” en Mateo 12:39).
Ø El SELLO sobre el testimonio que Jesús dio en cuanto a sí mismo (Mateo 16:21; Juan 2:19-22).
Ø El SELLO sobre el testimonio de los apóstoles (1 Corintios 15:15).
Ø EL SELLO que garantiza que Jesús es el Hijo de Dios (Romanos 1:4; Hechos 13:33).
Ø El SELLO que afirma que Jesús es Rey (Hechos 13:34).
Ø El SELLO que refrenda la plena autoridad de Jesús como Juez Universal (Hechos 17:31).
Ø El SELLO que garantiza la Resurrección y la gloria del creyente (1 Tesalonicenses 4:14).

Lo importante es que las Sagradas Escrituras Enseñan claramente esta eterna humanidad del Redentor, y es este mismo hecho que garantiza la consumación y la permanencia de su obra. Su Victoria sobre la muerte ha de abarcar necesariamente la continuidad eterna de su humanidad, puesto que sólo como el primogénito entre muchos hermanos puede ser  causa de Eterna Salvación (Romanos 8:29; Hebreos 2:10; 5:9; 6:20; Colosenses 1:10 y siguientes).
Es únicamente por este medio que el individuo puede ser renovado, y que los Redimidos pueden tener su existencia en Cristo habiendo sido engendrados para una esperanza viva y UNIDOS a la Iglesia como miembros (1 Pedro 1:3; Efesios 4:15-16).
Por la Resurrección del Santo de Israel, podemos experimentar la Potencia de su Resurrección y andar en novedad de vida como resultados con ÉL, ya que nos ha sido dada vida juntamente con Cristo. Por eso podemos servirle como Dios vivo, con eficacia vital y apoyados en los irreversible de su gloria y Resurrección (Filipenses 3:10; Romanos 6:5-11; Efesios 2:5; Hebreos 9:14; Romanos 7:4-6).

El Padre Levantó de entre los muertos a su Hijo, sellando la obra y aprobando su persona después de la Consumación de la obra de la Redención. La Expresión típica de este aspecto se halla en Romanos 6:4: “Cristo fue levantado de entre los muertos por la gloria del Padre” (Véase también Hechos 2:32).
Y el Hijo mismo, en el ejercicio de su propia voluntad y poder, participó tomando nuevamente su propia vida, la que tres días antes había ofrecido en sacrificio: “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida para volverla a tomar. Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomar(Juan 10:17. 18. Véase también Juan 2:19).

¡Bendito Sea ÉL, Por La Esperanza Que Tenemos En Su Resurrección!

¡Amén!
__________
Notas y Bibliografía:
[1] H7585 שְׁאוֹל = sheól: o שְׁאֹל = sheól; de H7592; hades o mundo de los muertos (como si fuera retiro subterráneo), incl. Sus accesorios y reclusos allí:- Seol. (Strong).
-    e-Sword-the. LEDD.
-    Apuntes Pastorales. Volumen IX. Número 5 1992. Edit. Portavoz, 1980. Tomada del libro. “El triunfo del crucificado”. Usado con permiso.
-    Biblia de Estudio RYRIE.
-    Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 15//10//2018.



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