La Responsabilidad
Del Cristiano Frente a Las Autoridades:
(Romanos 13:1-7)
Pastor: Carlos
Ramírez Jiménez:
“Sométase toda
persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de
Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas… De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido
por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos…
Porque los magistrados no están para infundir temor al
que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres,
pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y
tendrás alabanza de ella…”.
(Romanos
13:1-7)
¿Hay momentos en los que uno tiene que desobedecer a
las autoridades? No
debemos permitir que los gobernantes nos obliguen a desobedecer a Dios. Jesús y
sus apóstoles nunca desobedecieron a las autoridades por razones personales;
cuando lo hicieron fue por ser leales a Dios.
Su
desobediencia les costó caro:
Ø los amenazaron,
Ø los golpearon,
Ø los pusieron en prisión,
Ø los torturaron, y
Ø los ejecutaron por sus
convicciones.
Como ellos, si nos vemos obligados a
desobedecer, debemos estar dispuestos a sufrir las consecuencias.
Pablo no conecta en forma explícita esta
sección con la que la precede, y esto ha llevado a algunos eruditos a pensar
que es un agregado posterior, quizá pos-paulino,
al texto de Rom. Pero no hay evidencia textual que apoye una interpretación tan
drástica.
1. Cuando La Autoridad Asume
Responsabilidad:
Las autoridades (V.1)... por Dios han sido establecidas: Véanse también
Daniel 4:32; Salmo 75:6-7. Pablo no sugiere que Dios aprueba un gobierno
corrupto, funcionarios sin Dios o una legislación injusta.
“y de entre los
hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a
los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que
reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da
a quien él quiere”. (Daniel 4:32)
Daniel le imploró al rey
que cambiara, y Dios le concedió doce meses para que lo hiciera. Tristemente,
no hubo arrepentimiento en el orgulloso corazón de este rey, y el sueño se
cumplió.
Mientras el rey se
vanagloria de su omnipotencia, el juicio profetizado por Daniel cae sobre él.
Se enferma, comienza a vivir como un animal, y es expulsado del seno de aquella
sociedad sobre la cual ejercía su autoridad. (Dn. 4:32)
“Porque ni de
oriente ni de occidente, Ni del desierto viene el enaltecimiento… Mas Dios es
el juez; A éste humilla, y a aquél enaltece”. (Salmo 75:6-7).
VV.2–5: La voz es como si viniera de
Dios: cuando todo parece inestable él sigue siendo la base de la estabilidad
(3),
dirigiéndoles la palabra en particular a los impíos cuando tratan
de tomar el poder (4, 5).
VV.6–8. La voz habla de Dios: la decisión sobre quién domina no se hace sobre la tierra
sino en el cielo. Es Dios quien determina
los destinos y obliga a los impíos a tomar la porción que les es designada.
Algunas veces, sin embargo, en castigo
por los pecados de la gente, o por otras razones sólo por Dios conocidas, el
Señor permite que gobernantes malvados detenten el poder por un tiempo, como
los profetas del AT., testificaron frecuentemente.
En teoría, Dios concede autoridad para
servir a fines elevados (vv. 3, 4). Cómo
se ejerce esta autoridad le será requerido a quienes la hayan recibido.
El
pasaje encaja perfectamente bien dentro del contexto: la sumisión a las
autoridades es parte de esa “voluntad de Dios, buena,
agradable y perfecta” (12:2b) que Pablo ha estado bosquejando, y
también es un ejemplo específico de hacer “lo bueno delante de todos los hombres” (12:17b).
Pablo quizá haya sabido que los
cristianos romanos necesitaban particularmente ese consejo, ya que hay
evidencias de que en la capital, en esta época, varios grupos, incluyendo a los
judíos, estaban haciendo una campaña en contra del pago de impuestos (Tácito,
An. 15:50 ss.).
Pablo, por lo tanto, aconseja a los
cristianos de Roma que paguen sus impuestos (6, 7) como parte de su obligación general de someterse a las
autoridades del Estado (1a, 5a). Argumenta
que esta sumisión es requerida porque las autoridades del gobierno están
puestas por Dios para servir a sus propósitos de premiar el bien y castigar el
mal (1b-4, 5b).
2. Parte De La Autoridad:
Las autoridades[1] (gr.
exousiai) se refiere claramente a quienes están en puestos de autoridad en
el gobierno secular; en la época de Pablo, por supuesto, los funcionarios
provinciales e imperiales de Roma.
Someterse
a tales autoridades significa reconocer su lugar por “sobre” el creyente en el “orden”
que existe en el mundo. Este “orden” incluye tanto a las instituciones seculares
que no cuentan con la sanción de Dios (por ejem. la esclavitud, Tito 2:9; 1
Pedro 2:18) como a las instituciones ordenadas por Dios para el bien de su
pueblo (por ejem. el matrimonio, Ef. 5:22; Col. 3:18; Tito 2:5; 1 Pedro 3:1, 5;
la familia, Lucas 2:51; el liderazgo de la iglesia, 1 Cor. 16:16; 1 Pedro 5:5;
Ef. 5:21 probablemente incluye matrimonio, familia y esclavitud).
El gobierno humano, aclara Pablo en los vv. 1b-4, cae claramente dentro de la
segunda categoría. Haciéndose eco de enseñanzas correspondientes en el AT.
(Prov. 8:15, 16; Isaías 40:15, 23, 24; Daniel 2:21; 4:17, 25, 32; 5:21) y
judías (Sabiduría de Salomón 6:3; Eclesiástico 10:4; 17:17), Pablo nos recuerda
que las autoridades han sido constituidas (tetagmenai)
por Dios, y por lo tanto, el gobernante es un servidor de Dios, aunque sea
indirecta o inconscientemente (4, 6).
Los gobernantes sirven a Dios
reconociendo al que hace lo bueno (3b,
4a) y castigando al que hace lo malo (3a,
4b).
NOTA: V.4. Vengador
para castigar: Véase la nota a 12:19. Algunas veces, la ira de Dios utiliza al
gobierno civil para castigar a quien hace el mal. Esto significa que los
castigos civiles no se deben imponer solamente para contener el mal, sino
también para castigarlo.
Por lo tanto, los cristianos como todos
los demás (comp. v. 1) debemos hacer
lo que las autoridades que gobiernan nos ordenan hacer; y no sólo por temor al
castigo, sino porque reconocemos que Dios está detrás del gobierno y queremos
evitar hacer aquello que violaría nuestras conciencias (5b).
NOTA: V.5. Pablo ofrece dos razones
por las que debemos obedecer al gobierno:
1) por razón del castigo que el gobierno ejecuta contra
quien comete un delito (v. 4);
2) por causa de la conciencia limpia que queremos mantener
delante de Dios, que ha establecido el gobierno y nos manda a obedecerlo.
Esta segunda razón
significa que aun cuando no exista ninguna amenaza de ser arrestado o
castigado, los cristianos deben obedecer estrictamente las previsiones legales.
La enseñanza de Pablo en esta sección
parece ser muy directa y, en verdad, cuenta con pasajes paralelos en otros
libros del NT., (ver especialmente 1 Pedro 2:13-17). No obstante, el mandato
aparentemente absoluto de hacer lo que nos dicen nuestros gobernantes crea
problemas para la mayoría de los creyentes en Cristo.
Estos problemas no sólo son creados por
las experiencias que vivimos -muchos creyentes deben vivir bajo regímenes dictatoriales o
ferozmente anti cristianos- sino por el NT., mismo, que en otros
lugares considera la desobediencia a los gobernantes como algo digno de ser
alabado (Hech. 4:19, 20; Apocalipsis).
3. Resuelto La Autoridad Varias Formas:
El problema
creado por 13:1-7 puede ser resuelto de varias formas. Algunos
argumentan que Pablo ordena obedecer al gobierno sólo cuando el mismo está
cumpliendo las funciones dadas por Dios, de premiar el bien y castigar el mal.
Aunque puede haber cierta verdad en esto, Pablo no hace que la obediencia del
cristiano dependa del comportamiento del gobierno.
Otros creen que Pablo sólo se está
limitando a la situación inmediata de la comunidad romana; pero el lenguaje
universal del texto (v. 1, toda persona, no hay autoridad que no provenga…) lo
hace improbable.
Una alternativa más atrayente es que la
demanda que Pablo presenta de que los cristianos se sometan al gobierno
significa simplemente que reconozcan el justo lugar que éste ocupa dentro de la
jerarquía de relaciones establecidas por Dios, una jerarquía cuya cima es Dios.
Por consiguiente, cuando el gobierno
usurpa su lugar, y nos ordena hacer algo contrario a nuestro Dios supremo,
somos libres para -en realidad, estamos obligados a- desobedecer.
Este punto de vista, sin embargo, puede debilitar indebidamente el significado
de “someterse*[2]”.
NOTA: Sométase*: Del mismo verbo griego usado por Pablo en Tito 3:1
y por Pedro en 1 Pedro 2:13, donde se expresa esencialmente el mismo punto de vista acerca
de la debida actitud del individuo hacia el Estado, no hay autoridad sino de
parte de Dios.
Esto no significa que sólo ciertas formas de gobierno están
ordenadas por Dios. Dios establece y mantiene el principio del gobierno, aun
cuando algunos gobiernos no cumplan los deseos de Dios.
Quizá la mejor solución, entonces, sea
considerar a 13:1-7 como una
declaración general sobre cómo el cristiano debería relacionarse con el
gobierno, y cuyas excepciones implícitas no se detallan aquí.
Conviene que todos los cristianos
aprendan y practiquen la lección que aquí se enseña, para que los santos de la
tierra sean siempre hallados como los tranquilos y pacíficos de la tierra, no
importa cómo sean los demás, suplicando [orando] a Dios su justo decretos sobre las
autoridades puestas por ÉL…
Se
Resume:
El amor compendia la ley moral de Dios,
aunque lo que sirve de síntesis no debe contradecir ningún aspecto de lo
recopilado.
De ahí que decir que el amor por el
prójimo exige quebrar de vez en cuando alguno de los mandamientos de Dios (como en una «situación
límite») es mal interpretar la Escritura.
___________
Notas y
Bibliografía:
[1] exousia = (ἐξουσία, G1849)
denota autoridad (del verbo impersonal
exesti, «es válido», o «conforme
a la ley»). Del significado de
permiso, o de libertad para hacer como a uno le plazca, pasó al de la capacidad
o poder con el que uno ha sido investido (por ejem., Mateo 9:6; 21:23; 2 Cor.10:8);
o el poder de regir o gobernar, el poder de aquel cuya voluntad y mandatos
deben ser obedecidos por los demás (por ejem., Mt.28:18; Jn.17:2; Jud.1:25;
Ap.12:10; 17:13); más específicamente, de la autoridad apostólica (2 Cor.10:8; 13:10);
el poder de la decisión judicial (Jn.19:10); de gobernar los asuntos domésticos
(Marcos 13:34).
Por metonimia, o
cambio de nombre (sustitución de una palabra sugerente por el nombre de la cosa
que se significa), se usa para denotar aquello que está sujeto a la
autoridad o gobierno (Lucas 4:6; rv, rvr; vm: «potestad»; rvr77: «poderío»);
o, como con el término castellano «autoridad», de uno que ostenta autoridad, un
gobernante, magistrado (Rom.13:1; rv, vm:
«potestades»; rvr, rvr77: «autoridades»;
y vv. 2 y 3; Lc.12:11; rv: «potestades»;
rvr: «autoridades»; Tito 3:1; rv: «potestades»; rvr: «autoridades»); o un potentado espiritual (por ejem., Ef.3:10;
6:12; Col.1:16; 2:10; 2:15; 1 P.3:22). En todos estos casos, tanto la rv como
la rvr traducen «potestad/es», excepto
en 1 P.3:22, donde la rvr traduce
«autoridades». (VINE).
[2] jupotasso = (ὑποτάσσω, G5293),
principalmente término militar, ordenar abajo (jupo = debajo; tasso = ordenar). Denota:
(a) poner en
sujeción, sujetar (Rom.8:20:
«fue sujetada»),
de la creación, a vanidad; «que… sujetó»; 1 Cor.15:27: «sujetó» y «han sido
sujetadas»; v. 28, primera cláusula: «estén sujetas»; y tercera cláusula: «que
sujetó»; Filp.3:21: «sujetar»; Heb.2:5: «sujetó»;
(b) en voz media
o pasiva, someterse uno, obedecer, estar sujeto a (Lc.2:51:
«estaba sujeto a ellos»; Lc.10:17: «se nos sujetan»; v. 20: «se os sujetan»; 1
Cor.14:34: «que estén sujetas»; 1 Cor.15:28, segunda cláusula: «se sujetará»; 1
Cor.16:16: «os sujetéis»; Col.3:18: «estad sujetas»; Ef.5:21: «someteos», rv:
«sujetados»; v. 22: «estén sujetas», omitido en los textos más comúnmente
aceptados; v. 24: «está sujeta»; Tito 2:5: «sujetas»; v. 9: «a que se sujeten»;
3:1: «que se sujeten»; Heb.12:9: «obedeceremos»; Stg.4:7: «someteos»; 1 P.2:13:
«someteos», rv: «sed… sujetos»; v. 18: «estad sujetos», rv: «sed sujetos»; lo
mismo en 3:1: «estad sujetas», rv: «sujetas»; v. 5: «estando sujetas», rv:
«siendo sujetas»; v. 22: «están sujetos», rv: «estando… sujetos»; 5:5: «estad
sujetos a los ancianos», rv: «sed sujetos»; en tr aparece en la segunda
cláusula: «sumisos»; omitido en los textos más comúnmente aceptados). (VINE).
- e-Sword-the. LEDD.
- Biblia de Estudio RYRIE.
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez.
26//10//2018.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario