lunes, 29 de julio de 2019

Parte II: Jesús Promete Enviar: Al Espíritu: (Juan 14:15–31)

Parte II:
Jesús Promete EnviarAl Espíritu:
(Juan 14:15–31)

Si me amáis, guardad mis mandamientos… Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:… el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros… No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros…”
(Juan 14:15–31)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Son participios griegos en el tiempo presente y describen acción continua. Hay poco o ningún valor en tener los mandamientos si uno no los obedece; las dos acciones son necesarias para validar el amor.
Jesús anuncia tres bendiciones para el que expresa su amor en la obediencia:
Ø Tendrá la seguridad del amor del Padre,
Ø El amor del Hijo, y
Ø La manifestación personal de Jesús en su vida.
Morris comenta que este pasaje indica que el Padre no es indiferente a la actitud de los hombres hacia su Hijo. No explica en qué manera o en qué tiempo se manifestará a los que le aman.
El verbo griego que se traduce manifestaré se usa sólo aquí y el versículo siguiente en Juan (ver Mt. 27:53; Heb. 9:24); el significado del verbo, según Westcott, es de una presentación en forma clara y conspicua (ver Éx. 33:13). Lindars opina que amaré y manifestaré, en este contexto, pueden referirse a la misma experiencia. A la luz del v. 23, su manifestación aquí no se referiría a las apariciones visibles después de la resurrección, sino a su presencia en los creyentes por el Espíritu Santo.

Además de las genealogías de Jesús, aparecen seis personas con el nombre de Judas en el NT:
·      Judas mencionado en el v. 22, hijo de Jacobo (Lc. 6:16; Hech. 1:13), también identificado con Tadeo (Mt. 10:3);
·      Judas Iscariote;
·      Judas, el hermano de Jacobo, José y Simón, y también hermanastro de Jesucristo (Mt. 13:55; Mr. 6:3);
·      Judas, cuyo sobrenombre era Barsabás (Hech. 15:22, 27, 32);
·      Judas de Galilea (Hech. 5:37); y
·      Judas de Damasco (Hech. 9:11).
Es la única ocasión cuando este Judas se haya destacado. Él no expresa duda de la promesa de Jesús de manifestarse, pero no entiende cómo o por qué se hará con ellos y no con el mundo. La traducción literal de la pregunta sería: “¿Qué ha llegado a suceder que…?”.
Parece que Judas había entendido que Jesús se manifestaría públicamente (ver v. 19) y ahora, al enterarse que no, considera la declaración de Jesús como un cambio de planes. Probablemente Judas, como los demás discípulos, todavía estaba esperando el restablecimiento del trono de David en Jerusalén.
Lindars observa que si Jesús hubiera tenido en mente la Segunda Venida, al hablar de su manifestación, hubiese sido para todo el mundo (ver Mt. 24:27). Por lo tanto, al limitar la manifestación a los discípulos, se referiría a otra cosa. Jesús contesta esta inquietud en el versículo siguiente.

La frase condicional Si alguno me ama (v. 23) emplea la partícula griega que anticipa un futuro más probable. Es decir, Jesús confiaba que algunos lo amarían. En vez de referirse a mis mandamientos como antes (ver 15, 21), aquí es mi palabra.
Vincent opina que mi palabra se refiere al mensaje total del evangelio, como distinto a los mandamientos que son parte del evangelio.

Respondiendo a la pregunta de Judas, Jesús establece otra vez la condición del discipulado verdadero (ver 8:51; 17:6): “el amor que se valida en la obediencia (ver vv. 15, 21).
Luego explica cómo él se manifestará a los discípulos, pero no al mundo. Jesús promete tres bendiciones concretas para el discípulo verdadero:
Ø Amor personal del Padre (v. 21);
Ø La llegada a él por el Padre y el Hijo; y
Ø El establecimiento de su vivienda en la vida del discípulo.
El concepto de Dios morando entre su pueblo escogido era muy común en el AT., (ver Éx. 25:8; 29:45; Zc. 2:10), pero en el NT., por primera vez vemos el concepto del Padre y el Hijo morando en el corazón de sus fieles. El término morada (ver v. 2) se deriva del verbo griego que se traduce permanecer.
La presencia, o morada, permanente con los discípulos es el énfasis del versículo (ver vv. 18 ss.). Esta descripción de una manifestación interna y espiritual de Jesús y el Padre indica que no tiene en mente ni las apariencias visibles después de la resurrección ni tampoco la Segunda Venida.

Habiendo dicho tres veces en forma positiva que el que le ama guardará sus mandamientos, ahora (v. 24) recalca este principio al expresarlo en forma negativa. En vez de referirse a mis mandamientos” (ver 15, 21), aquí se refiere a mis palabras y a la palabra.
Brown, Morris y otros opinan que no hay una diferencia sustancial entre los tres términos. Jesús vuelve a enfatizar la armonía y unidad entre él y el Padre a tal punto que lo que uno hace el otro lo hace igualmente (ver v. 10; 7:16).

III.    Resumen De Los Temas Anteriores Del I y II: 
  
Los versículos finales del capítulo (vv. 25–31) sirven como un resumen de los temas presentados hasta ahora, con un énfasis especial en la venida del Espíritu Santo. La introducción Estas cosas os he hablado es como una fórmula que marca el comienzo de un nuevo énfasis (ver 15:11; 16:1, 25, 33), empleada sólo en el discurso de despedida y llevando a algunos comentaristas a hacer una división aquí en su bosquejo.
Plummer observa un contraste entre Estas cosas, las cuales Jesús les compartía ahora, contodas las cosas” (v. 26) que el Espíritu Santo les enseñaría luego de Pentecostés. El verbo en el tiempo perfecto he hablado apunta al valor permanente de las cosas que había dicho.
La frase mientras todavía estoy con vosotros es literalmente con vosotros permaneciendo, implicando un tiempo limitado y, por lo tanto, comunica cierto sentido de urgencia. La RVA clasifica permaneciendo como un participio temporal con el sentido de mientras aún permanezco…”. Jesús estaba plenamente consciente de que el fin de su vida terrenal se acercaba rápidamente.

Nótese: en el v. 26, la conjunción adversativa Pero que establece un marcado contraste entre la situación antes de Pentecostés y después. Jesús había prometido a sus discípulos que enviaría al Paracleto (v. 16), pero ahora presenta lo que se considera la descripción más comprensiva en este Evangelio de la persona del Espíritu Santo (ver el comentario sobre el v. 16 para el significado de Consolador).

Antes fue llamado el Espíritu de verdad”, pero aquí se llama el Espíritu Santo. Es la única ocasión en Juan donde el nombre se emplea en esta forma (ver 1:33 y 20:22). El adjetivo Santo está en la posición atributiva, dando énfasis al carácter del Espíritu. Este aspecto de su carácter, indicando su naturaleza divina e igualdad con el Padre y el Hijo, se destaca más que el de su poder dinámico.
La frase que el Padre enviará en mi nombre indica la procedencia del Espíritu. Pero en 15:26 Jesús aclara respecto al Espíritu que yo os enviaré de parte del Padre. La expresión en mi nombre quizás se refiere al hecho de que Jesús se lo pedirá del Padre (v. 16), o que es enviado como su representante personal.

Los historiadores nos recuerdan que una de las diferencias entre la Iglesia Oriental y la Occidental, cuando hubo una división en el cristianismo a partir del siglo IV, tenía que ver con la procedencia del Espíritu Santo. Juan dice que tanto Jesús (15:26; 16:7) como el Padre (14:16, 26) enviaría el Espíritu Santo.
La Iglesia Occidental afirmaba que el Espíritu fue dado por Jesús y por el Padre simultáneamente, doctrina que se llama Doble Procedimiento, o Filioque, término que significa y el Hijo, o sea del Padre y del Hijo”. En contra, la Iglesia Oriental sostenía que fue dado únicamente por el Padre dado que no podía haber habido más que una fuente.

A continuación Jesús explica cuál sería el ministerio básico del Espíritu: él os enseñará todas las cosas y os hará recordar todo lo que yo os he dicho. Jesús había sido el Maestropara los discípulos durante tres años y estaba a punto de dejarlos, pero proveería otro Maestro quien supliría cabalmente su ausencia. Su currículo abarcaría todas las cosas, eso es, todo lo que ellos necesitan saber para realizar su ministerio de extender el reino de Dios.
Incluiría también la función de recordar y aclarar lo que Jesús les había enseñado durante su estadía con ellos. Ellos seguían con muchas dudas, incertidumbres y perplejidades referentes a lo que habían escuchado, pero el Espíritu les guiaría a toda la verdad. Esta función sería vital, no sólo en la enseñanza y predicación del evangelio a sus contemporáneos, sino en la producción del NT. Esa función sigue siendo vital para todo creyente y toda iglesia que representa fielmente a Cristo.

Los israelitas usaban la expresión paz = (eirene   G1515) como un saludo de bienvenida y de despedida, indicando el deseo por la buena salud y prosperidad material.

Ayuda Hermenéutica:

G1515 εἰρήνη = eirene: probablemente de un verbo primario εἴρω = eiro  (unir); paz (literalmente o figurativamente); por implicación prosperidad:- paz. (Strong).

Lindars comenta que este término en efecto imparte una bendición que incluye cierto poder (ver Mt. 10:13). Lo que Jesús dejaba, como donación o legado, no era riqueza material, ni posesiones de valor, sino una quietud espiritual del alma por medio del Espíritu Santo (ver Col. 3:15).
No se refiere a una ausencia de conflicto, o de amenaza física, sino a una condición espiritual del corazón. Nótese el énfasis de una traducción literal en la segunda cláusula del v. 27: “paz la mía doy a vosotros”.

Nótese: también el contraste entre el mundo… da y yo… doy, ambos dan paz, pero la diferencia es abismal. Cuando el mundo emplea el saludo paz, no es más que un deseo expresado, muchas veces como si fuera nada más que un rutinario adiós”. Pero Cristo no sólo desea, sino efectúa, la paz para los que creen en él.
Plummer acota que Jesús da lo que es suyo propio, lo que podría haber retenido, lo que le costó una vida de sufrimiento y una muerte cruel, lo que está abierto a amigos y a enemigos igualmente”. Basado en esta afirmación, Jesús manda dos cosas, ambas prohibiciones. Ambos verbos son imperativos en el tiempo presente dirigidos al corazón. Lit. Él dice: “no siga turnándose el corazón, ni siga teniendo miedo (ver 14:1).
El verbo traducido ni tenga miedo se encuentra solo aquí en el NT., y tiene la idea del temor de un cobarde. Un derivado de este verbo describe el temor de los discípulos en la tormenta (Mt. 8:26). A pesar de todo lo que Jesús les había dicho para calmar sus temores, leía en sus rostros la gran preocupación por su inminente partida.

En el v. 28, Jesús repite el anuncio de su partida y la promesa de un regreso (ver 13:1; 14:3, 12; 16:10, 16, 17, 28), y en efecto les reprende por su egoísmo, por pensar sólo en lo que a ellos les parecía una pérdida total.
La expresión Si me amarais es una frase condicional de la segunda clase, la irreal. Si en general le amaban, no le amaban en este sentido, en que no estaban gozándose por su regreso al Padre el cual sería para la glorificación de él, pero también para la rica bendición de los discípulos.

La frase porque el Padre es mayor que yo tenía el propósito de dar mayor seguridad a los discípulos. El adjetivo mayor, o más grande que, es comparativo y se deriva de megas   G3173, traducido grande”. Grandes controversias del siglo IV y en adelante se basaban en este texto.
Por ejemplo, los arrianos del siglo IV se apoyaban en este texto para afirmar la inferioridad del Hijo ante el Padre, llegando a sostener que el Hijo fue creado por el Padre y por lo tanto no era divino. Una expresión favorita de los arrianos, al referirse al Hijo de Dios, era que hubo tiempo cuando no eray hablaban de un tercer algo (lat. Tertium quid), es decir, no era totalmente humano ni totalmente divino.
Beasley-Murray hace un resumen de los dos enfoques para interpretar esta expresión, tomando en cuenta las afirmaciones de Jesús de su unidad e igualdad con el Padre (ver 1:1–18; 10:30; 20:28). Una línea de interpretación lo explica en términos de la humillación del Hijo en su estado encarnado, con las limitaciones que él voluntariamente asumió, su obediencia al Padre (ver 4:34; 8:29) y su dependencia del Padre en todo aspecto de su ministerio (ver 5:19; 12:48, 49).
La otra línea apunta a las relaciones dentro de la Trinidad: el Padre es Dios enviando y mandando, el Hijo es Dios enviado y obediente. Se argumenta que el que envía es mayor que el enviado.

Jesús tomó sumo cuidado de preparar a sus discípulos para los trágicos eventos que tendrían lugar al día siguiente. No quería que llegaran a esos momentos desprevenidos. Al comprobar la realización de los eventos en exactamente la manera en que Jesús les había advertido, inclusive la entrega por Judas y la negación por Pedro, los discípulos reconocerían que él era quien pretendía ser, el Hijo de Dios. El verbo creáis (v. 29) no significa que no habían creído hasta ese momento, sino que su confianza en él sería fortalecida y ahondada (ver 13:19).
Tampoco el verbo tiene un objeto directo expresado, es decir, no se expresa a quién han de creer. Sin embargo, es obvio y el contexto determina que Jesús se refiere a sí mismo.

En el v. 30 se ve que Jesús es consciente de que el fin se acerca rápidamente (ver 13:19). Al recordar a sus discípulos de este hecho, lograría la concentración de su atención en sus palabras finales.

Ayuda Homilética:

NOTA: V.30: y él nada tiene en mí. Satanás (el príncipe de este mundo) no posee nada en la persona de Cristo y no tiene ningún poder sobre ÉL. Esta es otra evidencia de la Impecabilidad de Cristo.

Dado que este no es realmente el fin de su discurso, algunos críticos opinan que el orden de los capítulos no es el original. Inclusive, algunos procuran reordenarlos para que se ajusten a su criterio literario. Pero resulta que sus arreglos crean más problemas que los que resuelven.
Morris, Wright y otros piensan que es completamente ridículo que, a 2,000 años de distancia, algunos piensen que los escritos del primer siglo tienen que ajustarse a los criterios literarios actuales.

Jesús entiende bien que, detrás de la traición de Judas y la maquinación de los líderes religiosos para matarlo estaba Satanás, descrito aquí como el príncipe de este mundo. Veía en todos los arreglos para su muerte el acercamiento de él. Lo había enfrentado en muchas ocasiones y siempre salía victorioso. Él afirma su perfección moral y espiritual, al decir viene el príncipe de este mundo y él no tiene nada en mí (ver 8:23).
Él lo había resistido firmemente en el comienzo de su ministerio terrenal (ver Mat. 4:1–11; 16:23) y desafió a sus enemigos a señalar siquiera una sola falta en su vida (ver 8:46).
Ahora, Jesús está dispuesto a ceder voluntariamente a los planes de Satanás, sabiendo que el Padre sacaría victoria de una aparente derrota, proveyendo por este medio la salvación para la humanidad. Jesús llama a Satanás el príncipe de este mundo (ver 12:31; 14:30; 16:11) pero Pablo se refiere a él comoel príncipe de la potestad del aire (Ef. 2:2), precisamente porque es él quien está controlando la vida de la mayoría de la humanidad hasta ahora. Aun el poder para reinar como príncipe es concedido, controlado y limitado por Dios. Su reinado tendrá un fin absoluto en la Segunda Venida de Cristo.

Jesús había enseñado a sus discípulos que la prueba final del amor verdadero es la obediencia del que manda (ver vv. 15, 21 y 23). Ahora, en el v. 31, demuestra ese principio en su relación con el Padre al obedecer hasta la muerte y en la muerte. Afirmó su rostro (ver Lc. 9:51) hacia la cruz en la prueba de su amor al Padre y al mundo.
Mateos-Barreto comentan: “La muerte de Jesús debe convencer a todos de la autenticidad de su mensaje, de su fidelidad al que lo envió. Va a cumplir exactamente su encargo, liberando al hombre y comunicándole vida. Su fidelidad al Padre, no cediendo ni transigiendo en nada con el mundo, será la prueba de su amor.

El último mandato del capítulo, Levantaos. ¡Vamos de aquí!, parece indicar que en ese momento todos salieron del aposento alto y se fueron hacia el huerto de Getsemaní. Sin embargo, hay tres posibles opciones en cuanto al lugar donde fueron pronunciados los discursos registrados en los tres capítulos siguientes (15, 16 y 17).
Según Plummer y otros, el escenario fue el aposento alto, demorando sus salidas hasta fines del cap. 17.
Westcott y otros sugieren que Jesús habría pronunciado estos discursos en la cercanía del templo.
Campbell Morgan y otros ubican el escenario cerca del arroyo Cedrón, poco antes de llegar a Getsemaní (ver 18:1). Reconocemos que no hay suficientes elementos de juicio en el texto que nos permitan determinar el asunto con seguridad. Cada una de las tres opiniones tiene algún mérito y es apoyada por diferentes eruditos bíblicos.

Concluye:

Antes de regresar al cielo, Jesús promete enviarles un compañero constante a sus discípulos. Les dijo que no los dejaría solos, sino que les enviaría al Espíritu Santo para que estuviera en ellos (Jn.14:17).
Esa promesa sigue teniendo vigencia para los que CREE en Jesús hoy. Él dijo que Dios TRINO hará su morada en nosotros (v.23).
El Señor es nuestro compañero íntimo y fiel durante la vida. Nos guiará en nuestras peores luchas, perdonará nuestros pecados, escuchará cada ORACIÓN silenciosa y cargará con lo que nosotros no podemos llevar.

EL CORAZÓN DEL CREYENTE ES EL HOGAR DEL ESPÍRITU SANTO:
___________
Nota y Bibliografía:
[1] parakletos = (παράκλητος, G3875), lit., llamado al lado de uno, en ayuda de uno, es principalmente un adjetivo verbal, y sugiere la capacidad o adaptabilidad para prestar ayuda. Se usaba en las cortes de justicia para denotar a un asistente legal, un defensor, un abogado; de ahí, generalmente, el que aboga por la causa de otro, un intercesor, abogado, como en 1 Jn.2:1, del Señor Jesús. En su sentido más amplio, significa uno que socorre, que consuela. Cristo fue esto para sus discípulos, por la implicación de sus palabras «otro (allos = otro de la misma clase, no jeteros = diferente) Consolador», al hablar el Espíritu Santo (Juan 14:16). En 14:26; 15:26; 16:7 le llama «el Consolador». «Consolador» se corresponde con el nombre əMenahemª, que dan los hebreos al Mesías.
Nota: El verbo parakaleo (véase A, Nº l) se traduce como consolación en Mateo 5:4: «recibirán consolación». (VINE).
-    e-Sword-the. LEDD.
-    Biblia de Estudio RYRIE.
-    Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 29-07-2019. Tumbes.



Parte I: Jesús Promete Enviar: Al Espíritu: (Juan 14:15–31)


Parte I:
Jesús Promete Enviar: Al Espíritu:
(Juan 14:15–31)

Si me amáis, guardad mis mandamientosY yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:… el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotrosNo os dejaré huérfanos; vendré a vosotros…”
(Juan 14:15–31)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

En la sección anterior Jesús describió el lugar que los discípulos tendrían después de Pentecostés como sus representantes en la extensión de su reino. A partir del v. 15 describe en términos prácticos y concretos cómo se manifestaría el amor del discípulo hacia él y el amor de él hacia ellos, y que por medio de esa relación íntima él realizaría su ministerio en el mundo.
En este pasaje se presenta la primera de una serie de referencias al ministerio del Espíritu Santo (14:26; 15:26; 16:7–15). Su morada en los discípulos explica el significado deno os dejaré huérfanos y aseguraría el cumplimiento de la promesa de que ellos harían mayores obras.
La mitad del capítulo se encuentra en esta sección, y por razón de los distintos temas mencionados, muchos comentaristas la dividen en dos o tres partes. Sin embargo, hemos optado por la división que emplea la RVA porque, aunque el Espíritu Santo se menciona explícitamente en sólo tres versículos (16, 17, 26), su ministerio en relación con la partida de Jesús corre a través del pasaje.

I.       Cristo Promete Enviar El Espíritu Santo: Juan 14:15-17:

La forma del verbo amáis (v. 15), traducido en la RVA como en el modo indicativo, en el griego admite tres clasificaciones:
·      El indicativo,
·      El subjuntivo, o
·      El imperativo activo en el tiempo presente.
La partícula griega condicional, traducida Si, con que se inicia la cláusula normalmente requiere un verbo en el modo subjuntivo y describe una condición futura más probable; por eso clasificamos el verbo como subjuntivo. Jesús confiaba que, habiendo salido ya Judas Iscariote, los demás lo amarían. El verbo amáis está en el tiempo presente con énfasis en acción continúa y describe un estilo de vida.
Además, el verbo guardaréis, según el mejor texto griego, se clasifica como del modo indicativo y tiempo futuro. Sin embargo, hay una variante que lo escribe como un imperativo en el tiempo aoristo: “guardad”. El pronombre posesivo de mis mandamientos es enfático. Este concepto se repite y se amplía en el v. 21.

Algunos interpretan este versículo en relación con el versículo anterior, o el que sigue, o con 14:1. Por ejemplo, Marcus Dods ve en el v. 15 que el amor y obediencia de parte de los discípulos son condiciones para la promesa pronunciada por Jesús en el siguiente.
Brown sigue esta idea y aplica la partícula condicional Si a ambos verbos del v. 15 y considera el versículo siguiente como la apódosis: “entonces yo le pediré…”.
Plummer y otros consideran que este versículo es la condición para la eficacia de la oración en mi nombre” (v. 14).

Parece que Jesús está diciendo que si realmente existe un amor sincero de parte de los discípulos, la manifestación concreta naturalmente será la obediencia de sus mandatos. Por otro lado, la motivación para la obediencia de parte del creyente no debe ser el temor, o el sentido de obligación, sino el amor que surge de un corazón agradecido. Es fácil decir te amo”, pero sólo decirlo no satisface las exigencias del Señor. Como dice el refrán: “Del dicho al hecho hay mucho trecho”.

Habiendo presentado la parte que correspondía a los discípulos en el versículo anterior, ahora, v. 16, Jesús promete lo que él mismo hará. Si ellos hacen su parte en la tierra, Jesús haría la suya en el cielo. El pronombre yo es doblemente enfático y se ubica en contraste a vosotros en el anterior.
Morris observa que aquí tenemos la primera vez en este Evangelio que Jesús emplea el verbo traducido rogaré, el cual lo usan generalmente los discípulos que hacen preguntas. Plummer comenta que este verbo normalmente se usa entre personas de igual jerarquía, como en este caso.
Trench agrega que en el NT., no hay un solo caso de un creyente que haya usado este verbo en su oración a Dios, o de una criatura que se haya dirigido a su Creador. Jesús confía que el Padre oirá y contestará su pedido. Lit. el texto griego dice: “y otro Consolador dará a vosotros”. Este arreglo muestra que el énfasis recae sobre el pronombre otro.

NOTA. V16: otro Consolador. O, Ayudador. El Espíritu Santo es llamado así (gr., paracletos, como también en 14:26; 15:26; 16:7). En la raíz de este vocablo griego, están las ideas de. Aconsejar, exhortar, confortar, fortificar, interceder y animar. El otro único lugar del NT., en que sale esta palabra es en 1 Juan 2:1, donde se aplica a Cristo y se traduce Abogado.
Aquí y en los demás pasajes de Juan citados arriba, Cristo enseña que el Espíritu Santo:
1) Habitará en los cristianos (vv.16-17);
2) Ayudará a los discípulos a recordar los acontecimientos de Su vida (14:26);
3) Convencerá el mundo de pecado, de justicia y de juicio (16:7-11); y
4) Enseñará la verdad a los creyentes (15:26; 16:13-15).

El pronombre otro está en el género masculino y significa literalmente otro de la misma clase(allos   G243). En el griego hay otro pronombre que se traduce otro = (eteros   G2087), pero con el significado de otro de una clase distinta”. La referencia es a otro que cumplirá el rol realizado por Jesús durante los tres años de su ministerio terrenal. Jesús los dejaría en su forma física y visible, pero no sería un abandono total, porque el Espíritu Santo vendría a suplir esa ausencia, y con ventajas.
Jesús estaba limitado a un lugar a la vez, pero ese límite no se aplicaría al otro Consolador”. Jesús normalmente estaba con los discípulos, pero el Espíritu Santo moraría dentro de ellos. Jesús estuvo con los discípulos por un tiempo limitado, aproximadamente tres años, pero el Consolador estaría con ellos para siempre.

El término Consolador traduce un vocablo (paracletos   G3875) que ofrece varias aplicaciones. Debemos mantener en mente la relación que se establece con Jesús y su ministerio al decir otro Consolador. Este título se usa cinco veces en el NT., cuatro de ellas en este Evangelio cuando Jesús se refiere al Espíritu Santo (14:16, 26; 15:26; 16:7). En 1 Juan 2:1 se traduce como abogado.
El término traduce una palabra compuesta de una preposición para   G3844,al lado de”, y el adjetivo kletos   G2822, derivado del verbo kaleo   G2564 que significa llamar. Algunas versiones, en vez de intentar una traducción, sencillamente presentan una transliteración: “Paracleto.
El término significa literalmente uno llamado al lado de otro para socorrer. A veces se traduce abogado porque este término se usaba antiguamente de uno llamado para ayudar en una corte de justicia, especialmente en la defensa de una persona acusada.
Plummer afirma que siempre cuando se usa este término en el Evangelio, la idea de rogar, argumentar, convencer e instruir es prominente. Todos estos conceptos describen el ministerio de Cristo en el cielo y el amplio ministerio del Espíritu Santo en relación con los creyentes en el mundo. Siendo así, debemos buscar un término que se puede aplicar igualmente a Cristo y al Espíritu Santo.

El parakletos: En el Evangelio de Juan se usa la palabra parakletos para referirse al Espíritu Santo (14:16, 26; 15:26). La palabra es traducida Consoladoren RVA, la RVR-1995 y la NVI. Es traducida Defensoren la DHH.

William Barclay dice que hoy día las palabras consolador yconfortar no dan la suficiente profundidad al significado de la palabra original. La función del Espíritu Santo es la de llenar a una persona con aquel Espíritu de poder y de coraje que le darán la capacidad para afrontar triunfantemente la vida.

La palabra parakletos quiere decir: “uno que es llamado a estar al lado de otro. Jesús agrega aspectos adicionales de la función del parakletos: En 14:16, 17 es el Espíritu de verdad”; en 15: 26 es el Espíritu de verdadque da testimonio de Cristo; y en 16:7 afirma que el Espíritu vendrá cuando él se haya ido a su Padre.

NOTA: V.17: mora con vosotros, y estará en vosotros. El Espíritu Santo estaba activo en tiempos del AT., pero Su morada en las vidas de los creyentes después de Pentecostés se diferencia en que:
1) Es Permanente, y
2) Es verdadera respecto de cada creyente individual.

El Espíritu Santo es la presencia constante de Cristo para:
·      Ayudar,
·      Iluminar,
·      Fortalecer, y
·      Exhortar al creyente.
En 20:22 el Jesús resucitado aparece a sus discípulos. Su misión no es solamente consolarlos, sino también fortalecerlos para su ministerio: “Como me ha enviado el Padre, así también yo os envío”.
Y entonces sopló y dijo: “Recibid el Espíritu Santo (20:21, 22). Sin su poder, dirección y fortaleza sería imposible cumplir su misión. Es interesante que tanto en el hebreo como en el griego la misma palabra signifique soplo y Espíritu”. Su presencia es activa y continúa moviéndose e influyendo en nuestra vida.

Muchos comentaristas opinan que no hay un término en castellano que exprese adecuadamente el vocablo griego. Como bien observa Morris, el término Consolador, en nuestros días, no capta bien la amplia esencia de Paracleto. Algunos justifican el uso del término Consolador por pensar que se deriva de un verbo de latín que originalmente significabafortalecer”.
Sin embargo, Vincent cita la obra de Lightfoot en la cual él rechaza ese origen y dice que el uso del término se debe más bien a un error gramatical. En todo caso el ministerio del Espíritu Santo no es esencialmente el de traer consuelo al creyente, sino de representarlo delante del Padre y socorrerlo en la tarea de extender el reino de Dios.
Por eso, muchas versiones emplean el término Abogado. Lindars menciona cinco términos que se han empleado para traducir el griego:
Ø Abogado,
Ø Intercesor,
Ø Ayudante,
Ø Consolador, y
Ø Consejero.
Cada uno de estos términos subraya un aspecto del ministerio del Espíritu Santo, pero ninguno capta toda la dimensión de su función en todas las referencias del NT. El uso cada vez más frecuente del término Paracleto parece representar la mejor opción.

Jesús procede a describir (v. 17) la naturaleza y función del Espíritu Santo. La RVR-1960 sigue más literalmente el texto griego al omitir Este es, mientras que la RVA lo agrega para completar el sentido de la frase.
La expresión de verdad generalmente se considera como un genitivo descriptivo, indicando la naturaleza esencial del Espíritu. A través de las Escrituras tanto el Padre como el Hijo están asociados e identificados con el concepto de la verdad, en su naturaleza esencial y como su fuente absoluta (ver 14:6; 4:23 ss.).
Brown opina que la expresión de verdad podría ser un genitivo objetivo, con la idea de que el Espíritu comunica la verdad (16:13), o podría tener un matiz de aposición con la idea de que el Espíritu es la verdad (1 Jn. 5:6). En todas estas opciones, cabe bien el término abogado”.
Hay dos pasajes más en Juan que lo describen como el Espíritu de verdad (15:26; 16:13); luego se describe en contraste con el espíritu de error (1 Jn. 4:6; ver 1 Cor. 2:12).
Lindars y Morris nos informan que esta última cita es casi idéntica a la referencia de la doctrina de losDos Espíritusen los Rollos del Mar Muerto.

Juan dice categóricamente que el mundo (ver 1:9), es decir, los que rechazan a Cristo, no puede recibir al Paracleto. Jesús explica la razón por esta imposibilidad: es que no lo ve ni lo conoce. Para los del mundo, la única realidad es lo que pueden ver y tocar. En vez de no lo ve sería mejor no lo contempla, o no está contemplándolo”.
El sentido de ni lo conoce es que ni lo reconocen, ni lo disciernen (ver 1 Cor. 2:14). Los pronombres quien y lo, en el griego, son de género neutro porque se refieren al Espíritu (género neutro en griego), pero en otros pasajes se refiere al Espíritu con pronombres masculinos (ver 15:26; 16:7, 8, 13, 14). El pronombre Vosotros, en la posición enfática, hace un contraste marcado con el mundo. Lo que el mundo no puede, ellos (vosotros) sí pueden.

Jesús ofrece dos razones por las cuales los discípulos tienen, o tendrán después de Pentecostés, un conocimiento íntimo y personal del Espíritu Santo:
Ø Porque permanece con vosotros, y
Ø Está en vosotros.
Los dos verbos, permanece y está, enfatizan la presencia personal e ininterrumpida del Espíritu en dos maneras: por el significado esencial de los verbos y por el tiempo presente de ambos.
Las dos proposiciones enfatizan la relación íntima del Espíritu con los discípulos: con tiene el sentido de al lado de, la misma que se emplea en Paracleto[1]; en enfatiza la morada dentro de cada creyente y dentro del conjunto de creyentes, la iglesia. Esta preposición introduce un nuevo concepto:
·      La morada del Espíritu Santo en la vida del creyente.
Esta es una de las razones para el dicho de Jesús: “Os conviene que yo me vaya(16:7) y ayuda a explicar la promesa de y mayores que éstas hará, porque yo voy al Padre(14:12).

II.     Cuando Dos Amigos Íntimos Tienen Que Partirse: Juan 14:18-24:

Habiendo afirmado que el mundo no puede recibir, ni conocer, al Espíritu Santo, Jesús procede a asegurarles a los discípulos que no los dejará, término fuerte que significa abandonar”.
Además, explica cómo se manifestará a ellos en el futuro (vv. 18–24). Él había hablado tanto de su salida del mundo e ida al Padre (ver 13:33, 36; 14:12 ss.) que ellos estaban dudando de un futuro cuando quedarían sin él.
No os dejaré huérfanos es una promesa concreta para calmar sus temores. El término huérfanos, usado aquí en el sentido figurado, pero una vez en el sentido literal (Stg. 1:27), es la transliteración del término griego y significa sin padres. Jesús había llamado a los discípulos hijitos (13:33), ocupando el puesto de su padre espiritual.
Vincent indica las maneras en que Jesús cumple su promesa:
·      no fueron dejados sin una regla de vida (13:34),
·      ni sin un ejemplo (13:15),
·      ni sin un motivo (14:15),
·      ni sin fruto (15:5);
·      ni sin advertencia (15:2, 6),
·      ni sin consuelo (14:18),
·      ni sin recompensa (14:2).
La promesa de volveré se traduce mejor vengo, o estoy viniendo, pues es un verbo en el tiempo presente, aunque se refiere al futuro inmediato. Los comentaristas están divididos en cuanto al significado de la promesa volveré: algunos opinan que se refiere a la resurrección y/o la segunda venida (14:3), pero otros, basados en los vv. 21, 23 y Mateo 28:20, opinan que se refiere a la venida del Espíritu Santo.

En el v. 19, Jesús se refiere a su salida física e inminente del mundo, después de la cual el mundo, que no tiene percepción espiritual, no podría verlo más, pero los discípulos lo verían. La interpretación del versículo anterior determina el significado de pero vosotros me veréis.
Jesús se refiere a un evento futuro me veréis, pero con el verbo en el tiempo presente, literalmente me estáis contemplando. La referencia es a su resurrección, o a la venida del Espíritu Santo. Nótese: el contraste marcado que se establece entre el mundo y vosotros, ambos términos en una posición enfática.

Con la conjunción causal Porque, Jesús explica la base de nuestra esperanza de vida: su propia victoria sobre la muerte en la resurrección. Nótese: otra vez el contraste marcado entre los dos pronombres yo y vosotros, ambos en una posición enfática. Lo que hizo Jesús tiene implicaciones para sus seguidores en todos los siglos.

La expresión en aquel día (v. 20) es ambigua, pero solo dos opciones surgen: se refiere a la resurrección o a Pentecostés. El énfasis en este versículo recae sobre la triple relación mutua entre Jesús, el Padre y los discípulos.
Morris opina que Jesús se refiere a lo que pasaría en el día de la resurrección, pero no hay evidencia de que este conocimiento, o percepción espiritual, haya llegado en relación con ese evento, pero ciertamente se produjo cuando el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos reunidos.
Jesús había hablado en ocasiones anteriores de la relación mutua entre él y el Padre, relación que aquí se extiende a los discípulos (ver 15:4, 5; 17:21, 23; 1 Jn. 3:24; 4:13, 15, 16). Esta relación explica en parte la promesa deno os dejaré huérfanos”, pero también es la garantía de un ministerio fructífero (15:1–5).

En el v. 21, Jesús repite esencialmente lo que dijo en 14:15; hay una relación estrecha e inconfundible entre el amar a Jesús y el obedecer sus mandamientos.

NOTA: V.21: La fe cristiana obra mediante el amor (Gál.5:6) y la medida del amor de una persona se comprueba por la extensión en que observa los mandamientos de Cristo.

El amor produce la motivación, y la obediencia es la evidencia que autentica lo genuino del amor. El tener sus mandamientos significa tenerlos en mente y obedecerlos como el estilo de vida.
Los tres verbos:
Ø Tiene,
Ø Guarda, y
Ø Ama.

Sigue Parte II