ESTUDIO 6
GÉNESIS
3: PECADO Y PROMESA DE REDENCIÓN:
Lectura bíblica: Génesis 3:1-24.
Texto Áureo: Génesis 3:15.
Objetivo:
Los alumnos aprenderán la importancia que tiene el saber de nuestra condición
pecaminosa, reconocerla para confiar en la promesa de redención.
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
INTRODUCCIÓN:
Llegamos
hoy al capítulo que se puede llamar "el capítulo más triste de la Biblia". Es el
capítulo que nos habla del pecado. Aunque saber del pecado es triste, es
necesario. Si recordamos que el libro de Génesis fue escrito por Moisés, en el
tiempo del éxodo, cuando el pueblo de Dios tenía la necesidad de conocerse a
fin de que pudiera ser el pueblo de Dios, y el pueblo de Dios puede conocerse correctamente
solamente como un pueblo redimido, entonces es necesario saber del pecado, ya
que la redención se entiende únicamente a la luz del conocimiento del pecado.
Además, es
indispensable para el ser humano conocer su propia condición. El que no sabe
del pecado se engaña a sí mismo, pensando que no lo tiene, y este engaño es
fatal. El propósito del capítulo tres de Génesis es el de desengañarse, a fin
de que, reconociendo nuestro pecado, nos arrepintamos y vivamos. La tristeza de
este capítulo está en función de la gracia de Dios. El capítulo no habla sólo
del pecado, sino también (o más bien) de la promesa de Dios.
TENTACIÓN Y
DESOBEDIENCIA:
Nos sorprende
que este capítulo empieza con una conjunción adversativa: "pero". Tenemos que recordar que la Biblia no
fue escrita por capítulos y versículos. Estos fueron agregados más tarde como un
sistema de índice, para ayudarnos a encontrar la cita rápidamente. En los
manuscritos originales el versículo uno del capítulo tres sigue al veinticinco
de capítulo dos sin ninguna división.
Sigue como parte de la oración anterior. El texto se
lee, entonces, "Y
estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban, pero la
serpiente era astuta, más que todos los animales del campo...".
También debemos notar que en el estado de inocencia
la desnudez
no solamente no les causaba vergüenza, sino aparentemente ni se daban cuenta de
que andaban desarropados.
Pero, después de
adquirir el conocimiento prometido por la serpiente,
se dieron cuenta de su situación (3:7, 10, 11) y se sentían obligados a remediar; cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales. El conocimiento
experimental del mal hace daño a la conciencia y causa culpabilidad. Adán y Eva
experimentaron el mal por la tentación de la serpiente.
El texto
identifica al tentador solamente como "la serpiente". Moisés escribe estos
renglones para un público que tenía mucha experiencia en el pecado.
Los lectores ya
habían recibido la ley de Dios y sabían de la tentación. Ya sabía lo que Juan
explicaría más tarde (Ap. 12:9; 20:20), que la serpiente es el diablo, Satanás,
ya que Juan usa el símbolo del dragón para representarlo. Pero, lo importante
no es la forma que empleó Satanás, sino su uso de la mentira. La serpiente era "astuta",
o sea, diabólicamente inteligente, con una malévola lucidez, y una capacidad
inusitada para engañar.
La serpiente
pone en tela de juicio la Palabra de Dios. La mujer había dado testimonio de
que sabía perfectamente bien lo que era el mandamiento de Dios (vv.2-3), y el
diablo contesta diciendo "no moriréis”.
Agrega otra mentira "seréis como
Dios".
Posiblemente
esto sonaba a la varona como la posibilidad de ser como el ser que más
admiraba, olvidándose de la prohibición de la que acababa de dar testimonio. Ella
sabía que la vida del pacto requería obediencia perfecta, y que el árbol fue puesto
para el ejercicio de esta obediencia, la oportunidad de ejercer la obediencia
tanto negativa como positivamente. Comió, y su marido, nuestro representante en
el pacto, comió con ella.
Rompieron el
pacto, el que llamamos el "pacto de obras", y se condenaron a la muerte.
LLAMAMIENTO Y
PROMESA:
Dios llega al
huerto de Edén para tener la comunión acostumbrada con sus criaturas
especiales. No están. Los llama; no porque no supiera dónde estaban. Dios sabe
todo, y ni el varón ni la varona podrían esconderse de Él. Los llamó para que respondiera a su llamado para que recibieron la promesa que les tenía guardada. Con ternura
e inteligencia Dios les ayuda confesar sus pecados, por medio de unas preguntas: "¿Dónde
estás?" "¿Quién te enseñó?" "¿Has
comido?" "¿Qué es lo que has hecho?".
Confesado el
pecado, Dios les bendice condenando a la serpiente. La primera condena no es
para el ser humano; más bien la condena a Satanás es una bendición, o una promesa
de bendición para la raza humana. En las palabras con que Dios maldice a Satanás
encontramos lo que llamamos el "proto-evangelio".
Dios no castiga a
los seres humanos por su pecado, pues no lo pueden pagar, pero tienen que vivir
con los resultados de su pecado. Esta verdad queda en pie hasta el día de hoy.
Para los creyentes Dios castigó sus pecados en su Hijo, pero nosotros también
tenemos que vivir con los resultados del pecado. El dar a luz no será tan
placentero ahora para la mujer, ni el trabajo para el varón. Lo que debe ser
puro placer ahora es teñido de tristeza.
Y más todavía,
la muerte llega a ser el marco de la vida:
del polvo fue tomado y al polvo volverá el hombre. La muerte llega a su
expresión física.
También experimenta la verdadera muerte.
La espiritual,
en su separación de Dios; es excluido del huerto de Edén. La comunión con Dios,
que es la vida verdadera, es ahora una promesa para ser realizada después del
proceso histórico.
PROFESIÓN DE FE:
Adán expresa su
fe y su entendimiento cambiando el nombre de su mujer. La llama "Eva",
"vida", e indica con ello
que comprende que la promesa de Dios tiene que ver con la vida, lo opuesto de
la condena por el pecado. La fe de Adán tiene la misma fuente que nuestra fe:
·
La
Palabra de Dios.
·
Dios
habla y creer en lo que Él dice es la fe.
·
Dios toma la iniciativa;
·
Él
llama, y por su gracia, el hombre responde.
CUESTIONARIO:
1. ¿Cuál es
propósito del capítulo tres de Génesis según el autor de esta lección?
2. qué evidencias
nos presentan adán y Eva de que el conocimiento experimental del pecado daña la
conciencia.
3. ¿Cómo puso
Satanás en tela de juicio la palabra de Dios?
4. ¿En qué se nota
la ternura e inteligencia de Dios al hablar con Adán y Eva después de pecar?
5. ¿Por qué se considera
una bendición para el hombre la condena de Satanás?
6. ¿Por qué considera
el autor de esta lección que Dios no castiga a los seres humanos por su pecado?
7. ¿Cuáles son los
resultados que los seres humanos cargamos por la desobediencia de nuestros
primeros padres?
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