lunes, 15 de julio de 2019

PARTIDA DE LAS TRIBUS TRANSJORDÁNICAS. JOSUÉ 22:1-34


PARTIDA DE LAS TRIBUS TRANSJORDÁNICAS.
JOSUÉ 22:1-34
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

1.      Obteniendo Su Propio Descanso. Josué 22:1-9:
El relato de la posesión de Canaán está tocando a su fin. En estos versículos encontramos la despedida de los hombres pertenecientes a las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés, quienes habían colaborado con sus hermanos en la toma de Canaán. Ahora han cumplido.

El punto de llegada es el descanso que han obtenido las demás tribus de Israel. La Shalom[1]  H7965 (v. 9) de Jehová ha llegado a ser una realidad gracias en parte a la solidaria participación de quienes ya tenían resuelto su problema de tierra al lado oriental del Jordán.

Ayuda Hermenéutica:

shalôm = (שָׁלוים, H7965), «paz, integridad, bienestar, salud». Esta es una raíz semítica muy común cuyo significado es «paz» en acádico, ugarítico, fenicio, arameo, siríaco, arábigo y etiópico. (VINE).

Josué destaca su actitud (v. 3), lo cual se convierte en este momento en un justo reconocimiento de su constancia y fidelidad a Dios. Además subraya cómo Jehová cumplió las promesas de poseer la tierra y obtener el reposo. Por lo tanto, ahora ellos también se hacen merecedores de disfrutar del suyo en la tierra que ya se les había otorgado por parte de Moisés.

Ellos regresan (vv. 2, 3), luego de demostrar su obediencia y fidelidad a Dios, además de su solidaridad con las necesidades de sus hermanos que aún no habían poseído la tierra prometida. Es importante tener esto en cuenta al analizar el contraste que se va a dar en la segunda parte de este capítulo donde los israelitas dudan de la fidelidad de estas tribus a Jehová.

Es probable que esta tropa de rubenitas, gaditas y la media tribu de Manasés hubiera tenido contacto con sus familiares en forma eventual, pero no era lo mismo que poder regresar para establecerse de manera definitiva entre sus familias que harto los necesitaban. Se calcula que este contingente de hombres que siempre iban a la vanguardia del ejército de Israel en la posesión estaba compuesto de unos 40,000 hombres.

Josué los exhorta ahora a que vivan de manera piadosa (v. 5) en sus tribus. Seguramente es un consejo pertinente para aquellos que tal vez se podían acostumbrar a las ventajas de la guerra y a la posibilidad de ensanchar sus tierras por la codicia que ésta despierta. Hay un énfasis en no olvidar para qué han venido a esta tierra: Son un pueblo nuevo, una sociedad nueva, una alternativa a las sociedades que predominaban en Canaán y las cuales, en la conquista, Israel había destruido mayormente.

Josué despide largamente a la media tribu de Manasés, que quizá tendría dificultad para regresar porque dejaba a este lado del Jordán a sus hermanos de tribu.
Además Josué tenía vínculos estrechos con esta tribu lo cual puede explicar también la especial bendición que les otorga (vv. 7b, 8). Josué los devuelve a donde sus familias con una recompensa material de suma valía (v. 8). Él les entregó riquezas, mucho ganado, plata, oro, bronce y muchos vestidos fruto del botín de guerra adquirido durante este período.

2.      La Paz Amenazada. Josué 22:10-34:
Esta porción del capítulo es considerada por muchos de los eruditos del Antiguo Testamento como una elaboración posterior de la tradición sacerdotal debido a que la participación de Josué es nula. Sobresale, más bien, el protagonismo del sacerdote Fineas.
Esto indica que en este período (posiblemente el siglo VII a. de J.C.) Jerusalén ya era el centro religioso reconocido como único y por ende cualquier tendencia a la descentralización del culto era vista como peligrosa para la unidad del pueblo.

La vinculación de este pasaje en este contexto de la historia temprana de Israel quiere subrayar la importancia de seguir al único Dios verdadero, Jehová, quien les ha entregado la tierra prometida. Se advierte que el pueblo debe tener mucho cuidado al erigir cualquier otro santuario que tendiera hacia ideas de una pluralidad de dioses como había existido entre los cananeos.
El haber erigido un altar sobre las riberas del Jordán, por parte de las tribus de Transjordania, se presenta como una amenaza de destrucción al descanso regalado por Dios para el pueblo en la tierra prometida. Esto demuestra el carácter contingente de la tenencia de la tierra por parte de Israel, es decir, que la estabilidad del pueblo depende de su fidelidad al pacto. Por lo tanto, si el pacto es amenazado, el asentamiento sobre la tierra puede quedar en tela de juicio también.

El capítulo transcurre entre la amenaza, la preparación para el ataque contra las tribus de Transjordania, la mediación sacerdotal y la reconciliación. Todo ello es una preparación para el clímax del libro en el capítulo 24 que narra la ceremonia de la renovación del pacto.

Al retornar las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés construyeron un altar muy grande, de tal manera que podía ser visto desde ambos lados del Jordán. Lo que caracteriza la trama es la interpretación ligera de quienes informan los sucedido, pues al final todo será arreglado como un mal entendido entre las tribus.
Pero dejará abierta una puerta para posteriores dudas respecto al cuidado que se debe tener al erigir monumentos que terminen siendo una abominación contra Jehová.

Los informes no confirmados desataron una reacción lógica entre los miembros de las tribus del lado occidental del río (Deut.13:13 ss.), pues frente a estas situaciones la orden era destruir a quienes estaban introduciendo prácticas que atentan contra la fidelidad al Dios de Israel, siempre después de investigar lo sucedido.
Esta advertencia acerca de la importancia de investigar bien lo que está sucediendo en últimas instancias permitió evitar una equivocación fatal. Si hubiesen ido a combatir a sus hermanos sin ninguna razón de peso, el resultado habría sido trágico.

He aquí una primera enseñanza de este incidente: Primero, hay que indagar bien acerca de lo que se está diciendo sobre una congregación o una persona. En verdad no es sano quedarse con el primer informe, ni aún con lo que se está viendo pues las tribus de Transjordania tenían un objetivo sano al erigir el altar, pero las del otro lado no lo sabían.

El problema en el fondo es el asunto de los altares, la pregunta clave es: "¿Qué infidelidad es esta...?" (v. 16). El asunto los tenía en una actitud de apartarse de Dios. El pueblo solo había construido un altar al pasar el río Jordán (Jos.8:30-35) con lo cual había buscado que todos públicamente tuvieran acceso a la ley de Dios.
Incluso hubo una leyenda que decía que dicha escritura de la ley había sido hecha en setenta idiomas, con un fin pedagógico. El problema ahora es la manera como se concibe este altar por parte de los habitantes de la orilla occidental del río. Lo ven como una abominación, lo cual fue un problema permanente en la historia de Israel (Os.8:11; 10:1-2).

Cuando hay prevención acerca de los altares, es porque hay precedentes que han fortalecido esta actitud. Quizá la iglesia de hoy debe pensar en los cultos repletos de instrumentos electrónicos, grandes construcciones y masivas congregaciones. Tales cosas pueden distraer la atención; hasta pueden permitir la vanagloria del ser humano antes que la glorificación de Dios.
La insistencia en que no debe existir otro altar que el de Jehová nuestro Dios” (v. 19) se basa en el hecho de que en Israel durante este tiempo solo habían dos altares, el de Siquem (Jos.8:30-31) y el de Silo (Jos.22:29). Ambos tenían el fin de hacer culto a Jehová, mientras que el altar del Jordán es construido con propósitos pedagógicos para el pueblo y no con el fin exclusivo de la adoración.

Los habitantes del territorio galadita insisten en que su altar es una copia del de Silo y que no tenía fines de sacrificios. Lo hacían como un signo o testimonio para recordarle a las tribus de Transjordania que ellos hacían parte del pacto de hermandad con las tribus del otro lado del río.
El principio de no tener ningún otro altar se basa en la experiencia del pecado en Peor (v. 17) y de la transgresión de Acán (v. 20):
·  La primera experiencia (ver Núm. 25) era recordada como una corrupción del culto en Israel, porque era el sacrificio incorrecto sobre el altar incorrecto, para el dios incorrecto, de la manera incorrecta. Esto se convirtió en un famoso ejemplo de cómo el pueblo se alejó de Dios (Salmo 106:28-31; 1 Cor.10:8).
·    La segunda experiencia (Jos. 7) era recordada porque Acán tomó para sí riqueza sin tener en cuenta que la riqueza debía estar bajo el control de la Ley, lo cual contradijo por su avaricia y egoísmo.

La defensa de los acusados comenzó con una confesión acerca de Jehová (v. 22). El (El  H410) es un término usado para designar la realidad misteriosa y poderosa que está arriba, más allá de todas las cosas. Dios (Elohim  H430) es la forma plural de El pero es usado casi siempre como un nombre singular, que expresa la totalidad de la deidad, pluralidad divina en unidad.
En esta pluralidad se puede ver la actividad dinámica de Dios, expresada en el AT., como la mano, el rostro, sus ojos, el nombre, el espíritu, su mensajero, su celo, su amor, su propósito, etc. Jehová(JHVH[1]  H3068) es el nombre particular por el cual Israel conoció a Dios (Ex.3:15; 6:3; Gn.12:8).

“…Así ha ducho Jehová de los ejércitos…” Zc.1:14
 
Celé con gran celo a Jerusalén y a Sion.

Él es Salvador, Libertador, Juez, único Santo, el Dios que está íntimamente relacionado con su pueblo. Esta confesión (v. 22) tiene una implicación que mezcla los tres nombres indicando que se apela al Dios de Israel, al Dios universal de todos los pueblos, y al creador del cielo y de la tierra (Is.46:9). Su actuación está dirigida a testificar de ese Dios que ellos han conocido por su manifestación en el proceso de apropiación de la tierra prometida.

Este pasaje termina con un reconocimiento por parte de los acusadores de queJehová está entre nosotros” (v. 31). Los habitantes de Galaad han guardado la integridad y paz del pueblo a través de su actitud ante la acusación. De esta actitud se desprende una lección de humildad que se refleja en la seguridad de su explicación; tal vez cuando se es objeto de acusaciones falsas no existe mucha disposición para dar explicaciones y lo que sucede es que se afirma el orgullo del que dice no importa el qué dirán.
Cuando se actúa con integridad y honestidad no hay temor o inseguridad ante las acusaciones. Con el deseo de mantener la unidad del pueblo de Dios, se está dispuesto a dar las explicaciones que pueden disipar las dudas y prejuicios que han crecido. Una situación así se deriva precisamente de la falta de claridad y verdad en las opiniones que demasiadas veces se expresan con ligereza y superficialidad.

Los prejuicios de las tribus del lado occidental del río tenían sólidos fundamentos como ya se ha demostrado, pero la actuación de las tribus del lado oriental tenían una explicación lógica y razonable, que al encontrarse en el diálogo dieron como resultado la restauración de la paz de Israel y el reposo no se vio amenazado, por lo menos en esta etapa.

Estudios para el Domingo.

Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia

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Nota:
[1] yehwah = (יְהוָה, H3068), «Señor». El Tetragrámaton YHWH aparece sin vocales y por eso se debate su pronunciación exacta (Jehová, Yehovah, Jahweh, Yaweh, en castellano Yahveh). El texto hebraico introduce las vocales de, y los estudiosos judíos lo pronuncian cada vez que encuentran el tetragrámaton. Este uso de la palabra se encuentra 6,828 veces, en todos los períodos del hebreo bíblico. (VINE).


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