lunes, 8 de julio de 2019

LA RECOMENDACIÓN DEL MINISTERIO: 2 CORINTIOS 3:


LA RECOMENDACIÓN DEL MINISTERIO:
2 CORINTIOS 3:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez.
Este capítulo es clave, porque muestra la relación entre el mensaje del AT., de la ley y el ministerio del NT., del evangelio de la gracia de Dios. Todo parece indicar que la facción judía en Corinto estaba diciendo que Pablo no era un verdadero apóstol porque no tenía cartas de recomendación de la iglesia de Jerusalén.
Al parecer algunos maestros habían llegado a Corinto con tales cartas y esta falta de credenciales parecía desacreditar a Pablo. El apóstol usó esta acusación como una oportunidad para contrastar el evangelio de la gracia con la Ley de Moisés.

VIDAS CAMBIADAS: 2 Corintios 3:1-3:

I.       Escrito En Los Corazones, No En Piedras (2 Corintios 3:1–3):
«¡No necesito cartas de recomendación!», dice Pablo. «Ustedes cristianos en Corinto son mis cartas, ¡escritas en los corazones, no en piedras!» «Por sus frutos los conoceréis» (Mt. 7:20). La vida y ministerio de una persona se pueden ver en su trabajo.
Pablo se auto-describe como el secretario de Dios, escribiendo la Palabra en las vidas del pueblo de Dios. Qué asombrosa verdad: ¡todo cristiano es una epístola de Cristo que leen todos los hombres!

Tú escribes un evangelio, un capítulo por día,
por tus palabras, tus obras, que son tu expresión de vida.
Los hombres las van leyendo y van aprendiendo así,
de Jesús... ¿verdad?... ¿mentira?...
Y no les falta criterio, aprenden en tu evangelio,
el quinto segun tu vida.

Moisés escribió la Ley de Dios en piedras, pero en esta era Dios escribe su Palabra en nuestros corazones (Heb. 10:16, 17). La ley fue una cuestión externa; la gracia habita internamente, en el corazón. Pero Pablo no escribió siquiera con tinta que se desvanecerá; escribió de manera permanente con el Espíritu de Dios. La ley, escrita en piedra, sostenida en la mano del hombre, nunca podría cambiar su vida.
Pero el Espíritu de Dios puede usar la Palabra para cambiar las vidas y hacerlas semejantes a Jesús. El ministerio del NT., entonces, es un ministerio espiritual, conforme el Espíritu escribe la Palabra en los corazones de los hombres.

EL PACTO PARA EL MINISTERIO: El Nuevo Pacto:

II.     Trae Vida, No Muerte (2 Corintios 3:4–6):
Cuando Pablo dice: «La letra mata», no se refiere a la «letra» de la Palabra de Dios en oposición a su «espíritu». A menudo oímos a la gente decir confundida: «No está bien seguir la letra de la Biblia; debemos seguir su espíritu». Tenga presente que por «la letra» Pablo quiere decir la ley del AT. En este capítulo usa diferentes frases al referirse a la ley del AT:
·      La letra (v. 6);
·      Ministerio de muerte (v. 7);
·      Ministerio de condenación (v. 9).
La ley no vino para dar vida; fue definitivamente un ministerio de muerte. Pablo era un ministro del nuevo pacto, no del antiguo pacto de obras y muerte. ¡Ningún hombre jamás fue salvo mediante la ley!
Sin embargo, había maestros en Corinto que les decían a las personas que obedecieran la ley y rechazan el evangelio de gracia que Pablo predicaba. Trace la palabra «vida» en el Evangelio de Juan, por ejemplo, y verá que el ministerio del NT., es uno de vida a través del Espíritu Santo.

III.    Gloria Duradera, No Pasajera (2 Corintios 3:7–13):
Ciertamente que hubo gloria en el ministerio del AT. La gloria llenaba el templo; la gloria de Dios flotaba sobre el pueblo en el desierto. El templo y sus ceremonia, y la misma promulgación de la Ley de Moisés, todo tenía su debida gloria.
Pero era una gloria pasajera, no era duradera. Pablo cita la experiencia de Moisés que se registra en Éxodo 34:29–35. Moisés había estado en la presencia de Dios y su gloria se reflejaba en su rostro.
Pero Moisés sabía que esta gloria se desvanecerá, de modo que se ponía un velo sobre su cara cuando hablaba con las personas, para que no vieran la gloria que se desvanecía y perdieran la confianza en su ministerio. (Por lo general, se enseña equivocadamente que Moisés se ponía el velo para evitar asustar a la gente).

Nótese: el v. 13: «Y no como Moisés que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido»). Dios nunca intentó que la gloria del antiguo pacto fuera permanente; debía desaparecer antes de la abundante gloria del evangelio.
Si el ministerio de condenación (la ley) fue glorioso, el ministerio de justicia (el evangelio) ¡era aún más glorioso! Pablo no necesitaba velo; no tenía nada que esconder. ¡La gloria del evangelio está aquí!

IV.    Sin Velo, No Velado (2 Corintios 3:14–16):
Pablo hace una aplicación espiritual del velo de Moisés. Indica que hay todavía un velo sobre los corazones de los judíos cuando leen el AT., y que este velo les impide ver a Cristo.
El AT., siempre será un libro cerrado para el corazón que no conoce a Cristo. Jesús lo quitó cuando rasgó el velo del templo y cumplió los tipos y profecías del AT. Sin embargo, Israel no reconoció que el ministerio de la ley era temporal; se aferraba a un ministerio que nunca tuvo el propósito de ser duradero, un ministerio con gloria pasajera. Hay una ceguera doble en Israel: una ceguera que afecta a las personas para que no puedan reconocer a Cristo según se revela en el AT., y una ceguera judicial por la cual Dios cegó a Israel como nación (Rom. 11:25). Satanás ciega el entendimiento de todos los pecadores, ocultándolos del glorioso evangelio de Cristo (2 Cor. 4:4).
Pero cuando el corazón se vuelve a Cristo, es quitado ese velo. Moisés se quitó el velo cuando subió al monte para ver a Dios y a cualquier judío que sinceramente se vuelve al Señor se le quitará el velo espiritual y verá a Cristo y le recibirá como Salvador.
El ministerio del NT., es uno que apunta hacia Cristo en la Palabra de Dios, tanto en el AT., como en el NT. No tenemos nada que ocultar, nada que poner detrás de un velo; la gloria durará para siempre y será cada vez más brillante.

V.     Libertad, No Esclavitud (2 Corintios 3:17, 18):
Se abusa groseramente del versículo 17 y se cita de manera equivocada para excusar toda clase de prácticas no espirituales. «El Señor es el Espíritu»; cuando los pecadores se vuelven a Cristo es mediante el ministerio del Espíritu. En el Espíritu da libertad de la esclavitud espiritual.
El antiguo pacto era un pacto de obras y esclavitud (Hch. 15:10). Pero el nuevo pacto es un ministerio de libertad gloriosa en Cristo (Gál. 5:1ss). Esta libertad no es licencia; es libertad del temor, del pecado, del mundo y de las prácticas religiosas legalistas.
Todo cristiano es como Moisés: con un rostro sin velo podemos entrar a la presencia de Dios y disfrutar de su gloria. Sí, ¡recibir esa gloria y llegar a ser más como Cristo!

En el versículo 18 Pablo ilustra el significado de la santificación y de crecer en la gracia. Compara a la Palabra de Dios con un espejo (véase Stg. 1:23–25). Cuando el pueblo de Dios mira su Palabra y ve su gloria, el Espíritu de Dios lo transforma para que sea como el Hijo de Dios (Rom. 8:29).
«Transformados» en este versículo es la misma palabra que se usa en Romanos 12:2 y que se traduce «transfigurarse» en Mateo 17:2, y explica cómo se renueva nuestro entendimiento en Cristo.
El cristiano no está en esclavitud y temor; podemos entrar en la misma presencia de Dios y disfrutar de su gloria y gracia. No tenemos que esperar a que Cristo regrese para llegar a ser como Él; podemos crecer cada día «de gloria en gloria» (v. 18).
¡Verdaderamente nuestra posición en Cristo es gloriosa! El ministerio de la gracia es muy superior al del judaísmo o de cualquier otra religión, aunque los cristianos del NT., no tengan ninguna de las ceremonias y atuendos visibles que pertenecían a la ley. Nuestro ministerio es glorioso y su gloria nunca se desvanecerá.

Clase Para El Miércoles: 05//12//2018. Tumbes.

Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.

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