domingo, 5 de septiembre de 2021

Lección I EL CONSEJO DE DIOS Y EL MAL: (Génesis 1:1-2)

 

Lección I

EL CONSEJO DE DIOS Y EL MAL:

 (Génesis 1:1-2)

 

En el principio creó Dios los cielos y la tierraY la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”.

(Gn. 1:1-2) 

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

 

Doctrina & Vida:

El consejo de Dios es una de las palabras más profundas de la Biblia que podemos comprender como:

1) La unidad de la voluntad, la sabiduría, y el poder de Dios,

2) La unidad del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, que

3) Actúa en todas sus obras, en la creación, la providencia y la Salvación.

Esta definición del Consejo de Dios permite comprenderlo como el principio que explica todo lo que se refiere a Dios: el Ser de Dios con todos Sus Atributos y todas sus obras. No obstante, existe una cosa que conocemos todos, porque actúa en nuestras vidas, que sin embargo no se explica de la misma manera por el Consejo de Dios.

v Es el mal,

v La maldad,

v El pecado.

1.      Dios No Quiere El Mal1):

En cuanto al mal, hemos de mantener que Dios no lo quiere, que no lo permite y que tampoco lo ha creado, no obstante, existe. Es parte de la Creación como nosotros la conocemos, pero no es parte de la buena Creación del inicio. Es una paradoja2) y un misterio.

¿Cómo puede existir algo que Dios no ha creado? Resulta que sólo Dios sabe cuál es el origen del mal y para qué sirve. Si bien, no lo quiere y ni lo ha creado, está bajo su poder. Y por estar bajo su poder, lo controla, lo juzga y lo castiga. Igualmente puede:

·      Eliminar,

·      Perdonar y

·      Expiarlo.


Ayuda Hermenéutica:

 

Μμυστήριον = mustérion G3466 de un derivado de μύω = múo  (cerrar la boca); secreto o «misterio» (mediante la idea de silencio impuesto por iniciación en ritos religiosos):- misterio. (Strong).

2.      Génesis 1:1, 2:

Resulta que la Biblia no explica el origen del mal, sino solamente cuenta algo de su aparecer en la Buena Creación. Ya en el primer capítulo de Génesis se nos revela algo de su misterio.

Dice Génesis 1:1, 2 que en el principio Dios creó los cielos y la tierra, pero la tierra estaba sin orden, sin contenido e invisible por la oscuridad, en realidad, la tierra existía como un abismo sin fondo.

Luego el Señor da orden, contenido y estabilidad a la Creación, empezando con la luz. Con la luz empieza la Buena Creación, porque la luz era buena. Las condiciones del inicio, el caos, el vacío, la oscuridad y el abismo sin fondo, no eran buenas.

Dios no las quiere y no las aprueba y por eso las mueve al lado. Son -para usar una comparación- los andamios alrededor de un edificio. Puntuales y contrafuertes que son útiles en la fase de la construcción que luego son quitados. Incluso pueden ser muy ingeniosos, pero no forman parte del propósito del edificio.

Así también las condiciones iniciales de:

·      La Buena Creación,

·      El caos,

·      El vacío,

·      Las tinieblas y

·      El Abismo Sin Fondo.

No son el mal en sí mismos, no obstante, el Señor no los quiere en su Creación.

3.      ¿Cuándo Aparece El Mal?

El mal como poder negativo y destructivo aparece en el momento en que uno o algo se apropia de lo que Dios no quiere, de condiciones que Dios rechaza y suspende. Y realmente aparece en la Biblia un ser poderoso que convierte las condiciones rechazadas por Dios en su poder y dominio:

·      Uno que se apropia del desorden y de la oscuridad por su engaño y su mentira.

·      Uno que causa el sin sentido del pecado y del mal.

En Génesis 3 aparece como una serpiente que luego en Apocalipsis 9 y 12 es una estrella que cae del cielo y un gran dragón. Suponemos que estos capítulos del libro de Apocalipsis nos hablan de la caída de los ángeles.

Estas criaturas celestiales de Dios que fueron creadas para servir a Dios y para ministrar a favor de los que heredan la Salvación (Heb. 1:14). Sin embargo, una parte de ellos no guardó su primer estado, sino abandonó su propia morada (Judas 6). Eran los seguidores de un príncipe celestial que fue echado de la presencia de Dios al abismo, al hades -el reino de la muerte- por su pecado de querer ser igual al Creador (Is. 14:12-17; véase Ez. 28:12-19; Lc. 10:18; Ap. 12:7-9).

Analicemos Estas Citas Bíblicas Brevemente:

 

En Heb. 1:14: Espíritus ministradores, ángeles. Resulta sorprendente que en el NT., haya más referencias directas a ángeles que en el AT. Un estudio cuidadoso revelará que la actividad de los ángeles en el NT., usualmente gira alrededor del ministerio de Jesús y del establecimiento de su Iglesia sobre la tierra.

Ellos «ministran» (griego, diakonia, lo cual alude a la «labor de servicio, de asistencia», que prestan los ángeles, quienes son espíritus ministradores, o asistentes celestiales, y están continuamente activos en la edificación del cuerpo de Cristo, o sea, en el desempeño del ministerio de Jesús y la edificación de su Iglesia.  (Ap. 12:7; 12:9; Is. 6:2).

 

Judas 1:6: Los ángeles que abandonaron su propia morada son probablemente los «hijos de Dios» mencionados en Gn. 6:1-4. De acuerdo con las enseñanzas judías del siglo I, especialmente en el libro apócrifo de 1 Enoc, descendieron ángeles y cohabitaron con las mujeres que vivían antes del diluvio. De ahí que el pecado de estos ángeles caídos se compare con la «inmoralidad sexual» asociada con Sodoma y Gomorra (Gn. 5:7).

Los primeros cristianos conocieron y utilizaron esos escritos, a pesar de que no los consideraban parte de las Sagradas Escrituras. Aunque la Biblia no aclara cómo cayeron estos ángeles, está claro que ahora se hallan confinados, aguardando el juicio del gran día, después que Cristo regrese y los malvados sean echados «al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles» (Mt. 25:41; véase Mr. 1:24). Su situación ilustra la suerte de los incrédulos.

 

En Is. 14:12-17: hay una referencia al encumbramiento del rey de Babilonia al mismo cielo, la morada de los dioses, para luego caer hasta el mismo Seol. En 14:12 se le llama lucero, hijo de la mañana”. La palabra lucero”, así como la palabra estrella”, se refiere a un rey en toda su gloria (comp. Núm. 24:17).

La expresión viene del trasfondo de la mitología babilónica, heredada luego por los griegos, que atribuía a Venus, la estrella de la mañana (o de la aurora) el ser hija del dios Sol y de la diosa Aurora (Shájar H7837, griego, Eos H2193). En los documentos bíblicos estas referencias literarias al rey de Babilonia no aparecen aun en los términos del midrash Inter testamentario que describen la rebelión del príncipe de los ángeles y su expulsión del cielo. En Ez. 28:1-10 se dicen palabras semejantes para el rey de Tiro.

 

En Ez. 28:11–19: Esta endecha parece una burla (véase la nota a 19:1-14) dirigida al rey de Tiro (v. 12). Muchos ven en este pasaje (y en Is. 14) la caída de Satanás, punto de vista compartido por varios padres de la Iglesia en la segunda mitad del siglo IV d.C. Tal interpretación se ve reforzada por las palabras de vv. 16, 17, pero no toma en cuenta del todo el contexto. La caída del rey de Tiro puede reflejar la caída de Adán, el primer rey, así como la caída de cualquier individuo presuntuoso. Lo mismo sucede con la caída de Satanás, porque la caída de cualquier persona presuntuosa refleja la de aquél que personifica como nadie el orgullo.

Como Adán y como Satanás antes de su caída, el rey de Tiro pertenecía a Dios como una criatura creada perfecta (tú eras el sello de la perfección, véase Gn. 1; 2 R. 27:31). Su destino era llevar a cabo los planes de Dios y se le situó en Edén (2 R. 5:13), en la presencia de Dios. A diferencia de Adán, quien estaba desnudo (Gn. 2:25), el rey de Tiro se hallaba vestido de toda piedra preciosa, para resaltar su belleza y gloria (véase Ex. 28:17-20, donde se habla de las piedras preciosas que adornaban el pectoral del sumo sacerdote).

Los vv. 14, 15 parecen constituir la más fuerte evidencia de que este texto se refiere a la caída de Satanás. Querubín grande, protector indica una alta posición, con responsabilidad y autoridad para proteger y defender (protector) el santo monte de Dios, una alusión al trono divino. La elevada posición, y el lugar específico que le correspondía a Lucifer antes de su caída, le ofrecía una oportunidad única para glorificar a Dios. (Algunos ven en el v. 13 una referencia a que su función celestial era dirigir los coros cuyas voces alaban al Altísimo). Su caída fue ocasionada por el intento de apropiarse de esta gloria (véase Is. 14:12-17).

El pecado del rey de Tiro consistió en que a causa de la multitud de sus contrataciones se llenó de iniquidad ... por lo que fue echado del monte de Dios (Is. 5:16).

 

En Lc. 10:18: Esto no fue una visión en la cual Jesús veía a Satanás caer del cielo; por el contrario, el Señor vio en su ministerio la derrota presente y definitiva de Satanás.

En Ap. 12:7, 9: ángeles caídos, ángeles. Las Escrituras revelan ambas clases de ángeles: los ángeles buenos y los ángeles malos. Las entidades malas son aquellos ángeles que se rebelaron con Lucifer y fueron echados fuera del cielo junto a él. Sus mentes y entendimiento han sido cubiertos con la horrible oscuridad del engaño: la misma táctica que Satanás usa todavía para desviar a sus víctimas. Los ángeles fueron creados en el orden original de Dios para que hicieran su voluntad, como aquellos que continúan en obediencia ante su trono. Pero estos «no guardaron su dignidad» (Jud. 1:6), y son ahora agentes del adversario, atados bajo su oscuro dominio y sirviendo en las empresas rebeldes de Satanás. (Ap. 1:1; Heb. 1:14).

4.      El Mal Es Personal:

Resulta que el mal no es un principio abstracto, sino que es un acto de desobediencia y de rebeldía. Es querer lo que Dios no quiere, aprobar lo que Dios no aprueba convertir en poder y dominio lo que Dios rechaza y reprueba, otra vez, el caos, el vacío, las tinieblas y el abismo.

Incluso podemos decir que el mal es personal. Es la actitud y la acción mala de seres malos que, habiendo sido y conocido el bien, han optado por el mal, para ser malos y para hacer daño a Dios y a todas sus obras:

v El Lucero (Lucifer) y sus ángeles, el Portador de la Luz que se ha convertido en Príncipe de las Tinieblas (Is. 14:12; véase Lucas 22:53). Es el que tiene las llaves del abismo (Ap. 20:1).

v Es el diablo (uno que provoca desorden y caos), el mentiroso y el padre de mentira (Juan 8:44), Satanás (adversario de Dios),

v Beelzebú y príncipe de los diablos y demonios (Mateo 12:24),

v El Gran Dragón que se multiplica en forma de dos bestias (Ap. 12 y 13).

Concluimos:

Que el mal existe como una realidad preocupante. El mal es personal, es querer aprobar y usar lo que Dios ha reprobado y rechazado. No hay lugar para el mal en el Consejo de Dios porque Dios no lo quiere y no lo ha creado.

Para nosotros es un misterio, el misterio de la iniquidad (2 Ts. 2:7), pero Dios sabe por qué es malo, conoce su origen y también sabe para qué sirve. Lo controla por su poder, lo juzga y lo condena. En su gracia puede perdonarlo- aunque no perdona a los ángeles caídos. Incluso lo controla de tal manera que puede colaborar para bien.

 

¡Alabemos al Señor por su Consejo, que es admirable!

___________

Nota y Bibliografía:

1) 2. poneros = (πονηρός, G4190), relacionado con ponos, labor penosa, expresa especialmente la forma activa del mal, y tiene prácticamente el mismo significado que (b) en Nº 1. Se usa, por ejemp., de pensamientos (Mt. 15:19; comp. kakos en Mr. 7:21); de habla (Mt. 5:11; comp. kakos, en 1 P. 3:10); de acciones (2 Tim. 4:18). Cuando kakos y poneros van juntos, kakos va siempre delante y significa malo en carácter, bajo, poneros, malo en sus efectos, maligno; véanse 1 Cor. 5:8; Ap. 16:2. Kakos tiene un significado más amplio, y poneros un significado más intenso. Solo poneros se usa de Satanás, y tiene su traducción correcta como «el maligno» (por ejemp., Mt. 5:37: «mal» (rvr; rvr77: «del maligno») y cinco veces en 1 Juan (Mt. 2:13-14; 3:12; 5:18-19); de demonios (por ejemp., Lc. 7:21). Véanse MAL, A, Nº 2 y B, Nº 6; MALIGNO, Nº 2, MALVADO, PEOR, PERVERSO, PESTILENTE. (VINE).

2) paradojo, ja. (Del lat. paradoxus, y este del gr. παράδοξος). adj. desus. paradójico. 2. f. Idea extraña u opuesta a la común opinión y al sentir de las personas. 3. Aserción inverosímil o absurda, que se presenta con apariencias de verdadera. 4. Ret. Figura de pensamiento que consiste en emplear expresiones o frases que envuelven contradicción. Mira al avaro, en sus riquezas, pobre. Microsoft® Encarta® 2009.

-  Biblia de Estudio RYRIE.

-  En La Calle Recta.      

-  e-Sword-the. LEDD.

-  Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 3//09//2021. MISIÓN BAUTISTA Emanuel”. Ciudadela de Noé.  Los Cardos Mz.E - Lt.18. III Etapa. Cerca del Hospital Regional II.  Cel. 942-562691-Tumbes.


charlyibsh@hotmail.com

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 Véase Lección II:

 

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