jueves, 16 de diciembre de 2021

¿CONTINUAREMOS EN EL PECADO? (Romanos 6:1-14)

 

¿CONTINUAREMOS EN EL PECADO?

(Romanos 6:1-14)

 

“¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?... En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?... ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?...”.

(Rom. 6:1-14)

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

 

Introducción:

Esta sección analiza la santificación: el cambio que Dios hace en nuestras vidas cuando crecemos en fe. El capítulo 6 explica que los creyentes son libres del control del pecado.

Cuando la Biblia describe qué significa vivir en relación con Dios, nos alienta a presentar nuestros miembros a Dios.

I.       ¿Continuaremos Pecando? Romanos 6:1-5:

Ayuda Hermenéutica:

G266 ἁμαρτία = jamartía: de G264; pecar (propiamente abstractamente): - pecado, pecaminoso, pecar. (Strong).

V. 1. ¿Pues qué diremos? etc.

El tema de esta tercera división de nuestra Epístola se anuncia con esta misma pregunta inicial:

Ø “¿Continuaremos (o como es la lección correcta podremos continuar”) en el pecado, para que la gracia crezca?”.

Si la doctrina que el apóstol enseñaba hubiese sido que la salvación dependía en grado alguno de nuestras obras buenas, no habría sido posible hacer semejante objeción en contra de ella.

Contra la doctrina de una justificación exclusivamente gratuita, esta objeción es plausible; y no ha habido época en que no se haya insistido en ella. Que tal acusación fue alegada contra los apóstoles, lo sabemos por el cap. 3:8; y por Gál. 5:13; 1 P. 2:16; Jud. 1:4, nos enteramos que había quienes daban ocasión para esta acusación; pero que era una perversión total de la doctrina de la gracia el apóstol aquí se propone comprobar.

V. 2.  En ninguna manera—“Lejos sea de nosotros”.

Tal pensamiento está en pugna con los instintos de la nueva criatura. los que somos muertos, etc.—Lit., y con más fuerza, Los que ya morimos al pecado (como luego se explicará), “¿cómo viviremos aún en él?”.

en ninguna manera. Lit., no sea. La gracia no puede se explotada para fines malos. A causa de nuestra unión con Cristo, estamos muertos al pecado y vivos para Dios (v. 11). La nueva vida moral está basada en:

1) Nuestra unión con Cristo (6:1-14);

2) En nuestra servidumbre a la justicia (6:15-23); y

3) En la nueva unión matrimonial que tenemos con Cristo (7:1-6).

hemos muerto al pecado. La muerte es separación, no extinción:

1) La muerte física es la separación entre el cuerpo y el espíritu (Stg. 2:26).

2) La muerte espiritual es la separación entre una persona y Dios (Ef. 2:1).

3) La muerte al pecado es la separación del poder dominador del pecado en nuestra propia vida (Rom. 6:14).

 

V. 3.  ¿O no sabéis que todos los que somos [“fuimos”] bautizados en Cristo [1 Cor. 10:2] somos [“fuimos”] bautizados en su muerte?

Es decir, fuimos sellados con el sello del cielo, y como si hubiera sido formalmente pactado y contratado, sellados para todos los beneficios y todas las obligaciones del discipulado cristiano en general, y para su muerte en particular.

Y puesto que Cristo fue hecho pecado y una maldición en bien nuestro (2 Cor. 5:21; Gál, 5:13), llevando nuestros pecados en su cuerpo sobre el árbol, y resucitado de nuevo a causa de nuestra justificación (cap. 4:25; 1 P. 2:24), toda nuestra condición pecaminosa, habiendo sido sumida en su persona, se ha dado por terminada en su muerte.

Aquel, pues, que ha sido bautizado en la muerte de Cristo ha abandonado simbólicamente toda su vida y condición de pecado, considerando estas cosas como muertas en Cristo. Ha sido sellado para ser no sólo la justicia de Dios en él”, si no también una nueva criatura; y como no puede ser en Cristo una cosa y no la otra. pues ambas cosas son una, ha abandonado por su bautismo en la muerte de Cristo, toda su conexión con el pecado. “¿Cómo, pues, puede vivir aún en el pecado?”. Las dos cosas son contradictorias tanto en el hecho como en la terminología.

 

NOTA: V.3: bautizados en Cristo Jesús. El bautismo con el Espíritu Santo une al creyente con Cristo separándolo de la vida antigua y asociándole con la nueva. Ya no más en Adán sino en Cristo”. El bautismo de agua nos recuerda esta verdad.

 

V. 4. Porque somos [más bien, “fuimos”—en el tiempo aorista, acto consumado] sepultados juntamente con él a muerte por el bautismo.

Léase: “… sepultados juntamente con él, en su muerte por el bautismo”. En otras palabras, Por el mismo bautismo que públicamente nos introduce en su muerte, fuimos hechos partícipes también de su sepultura”. El hecho de dejar un cadáver sin enterrar es considerado por los autores paganos, así como en las Escrituras, como la mayor indignidad (Ap. 11:8-9). Convenía, pues, que el Cristo, después de morir por nuestros pecados conforme a las Escrituras”, “descendiese hasta las partes más bajas de la tierra (Ef. 4:9).

Así como éste fue el último y el más bajo paso de su humillación, así también fue disuelto honorablemente el último vínculo de su conexión con aquella vida que él entregó por los pecadores; y nosotros, al ser sepultados con él por medio del bautismo en su muerte hemos cortado con este acto público el último vínculo que nos unía con toda aquella vida y condición pecaminosa a la que Cristo ha dado fin en su muerte. para que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre—Esto es, por el ejercicio del                                                                                    poder del Padre que fue el resplandor de toda su gloria.

Así también nosotros [como resucitados a una vida nueva con él] andemos en novedad de vida—Pero ¿en qué consiste esta “novedad”? Ciertamente, si nuestra vida vieja, la muerta y enterrada con Cristo, fue del todo pecaminosa, la nueva, a la que hemos resucitado con el Salvador resucitado, debe ser del todo una vida santa; de modo que cada vez que nos volvemos a aquellas cosas de las que ahora nos avergonzamos (v. 21), desmentimos nuestra resurrección con Cristo a novedad de vida, y nos olvidamos de que fuimos purificados de nuestros pecados antiguos(2 P. 1:9).

(Si se refiere aquí al modo de bautismo por la inmersión, como un entierro y resurrección simbólicos, no nos parece de mucha consecuencia. Muchos intérpretes creen que así es, y puede ser que sí.  Pero como no está claro que el bautismo en los tiempos apostólicos fuera exclusivamente por inmersión (véase nota, Hech. 2:41), así la aspersión y la lavación se usan indiferentemente para expresar la eficacia purificadora de la sangre de Cristo. Y de la manera que la mujer con el flujo de sangre recibió de Cristo virtud con sólo tocarle, así la esencia del bautismo parece estar en el simple contacto del elemento con el cuerpo, simbolizando un contacto viviente con el Cristo crucificado; el modo del bautismo y la cantidad de elemento es indiferente y variable según el clima y las circunstancias). (Nota del Traductor) Si hubiese virtud salvadora en el rito, acaso sería lo mismo con poca agua, con mucha agua, o sencillamente con la buena intención.

La enferma fue sanada gracias a su fe en el Señor; otros muchos fueron sanados sin tocar el vestido de Jesús. Pero si el bautismo es una ceremonia dada por Dios, una justicia que se debe cumplir, un acto público de confesión de pecado (“bautismo de arrepentimiento”), un acto de obediencia de parte de los que reconocen al Señor, un simbolismo sin virtud de salvación sacramental, y no un medio de gracia”, ni un sello de la salvación, sino un símbolo de una digna sepultura, entonces es de consecuencia la cantidad de agua.

Es la misma diferencia de poca o de mucha tierra cuando se trata del entierro de un cadáver. El contacto de un terrón con el cuerpo no constituye una sepultura. Si el bautismo es una inmersióny tal es el significado de la palabra—y es sólo un rito simbólico, entonces el apóstol pudo aplicar el simbolismo del bautismo a la experiencia de la regeneración espiritual en Cristo, la que describe con otro simbolismo: el de muerte, sepultura y resurrección.

Se emplea este vocablo muchas veces en sentido metafórico, pero en cada caso es aplicable a la figura de la inmersión, en la verdad expresada, ya sea en el bautismo del Espíritu Santo, que en Pentecostés llenó la casa donde estaban todos reunidos; ya sea en la nube”, en la que el pueblo fue bautizado en Moisés; o ya se trate de la pasión del Señor, que él mismo llamó un bautismo” (figura aplicable a una inmersión), en el que debió ser bautizado, (es decir, anegado, y no levemente rociado).

Ayuda Hermenéutica:

baptisma = (βάπτισμα, G908), bautismo, consistente en el proceso de inmersión, sumersión, y emergencia (de bapto = mojar, empapar). Se usa:

(a) Del bautismo de Juan,

(b) Del bautismo cristiano, véase B más adelante;

(c) De los abrumadores sufrimientos y juicio a los que se sometió voluntariamente el Señor en la cruz (por ejemp., Lc. 12:50);

(d)  De los sufrimientos que iban a experimentar sus seguidores, no de un carácter vicario, sino en comunión con los sufrimientos del Señor de ellos. Algunos mss. tienen esta palabra en Mt. 20:22-23; se usa en Mr. 10:38-39 con este significado. (VINE).


V. 5. Porque si fuimos plantados juntamente—lit., “si fuimos formados juntamente en uno”.

(El vocablo se emplea solamente aquí). a la semejanza de su muerte, así también lo seremos a la de su resurrecciónQuiere decir:

·      Puesto que la muerte y la resurrección de Cristo son inseparables en su eficacia, la unión con él en un caso, lleva en sí la participación en el otro, para privilegio, así como para obligación”.

El tiempo futuro se emplea respecto a la resurrección, porque ésta no se realiza sino parcialmente en el presente estado. (véase nota, cap. 5:19).

II.     Nuestra Vieja Naturaleza: Romanos 6:6-12:

VV. 6, 7.  Sabiendo esto:

El apóstol ahora usa un lenguaje más específico y vívido para expresar la eficacia de nuestra unión con el Salvador crucificado para la destrucción del pecado. que nuestro viejo hombre.

 

NOTA: V.6: viejo hombre. i., es, todo lo que una persona es antes de la salvación, lo cual es hecho viejo por razón de la presencia de la vida nueva en Cristo. destruido. Mejor, abolido. Lit., hecho ineficaz o impotente (como en 2 Ts. 2:8),

Es decir, nuestro yo anterior”; todo lo que éramos en nuestra antigua condición no regenerada, antes de nuestra unión con Cristo (véase Col. 3:9-10; Ef. 4:22-24; Gál. 2:20; 5:24; 6:14). fue crucificado con él, para que el cuerpo del pecado.

Esta no es una figura que expresa el conjunto del pecado”, ni el cuerpo material, tenido por la sede del pecado, sino (así juzgamos) la figura de el pecado conforme moro en nosotros en nuestra actual condición corporal, bajo la ley de la caída”. sea deshecho [en la muerte de Cristo] a fin de que no sirvamos más al [“estemos en la esclavitud del”] pecado.

Porque el que es muerto [“que ya murió”] justificado es [“está libertado”] del pecado—lit., justificado”, “absuelto”, del pecado. Como la muerte disuelve toda reclamación, así todo lo que reclama el pecado:

·      No sólo el reinar para muerte”, sino también el guardar a sus víctimas en la servidumbre pecaminosa, ha sido anulado de una vez.

por la muerte penal del creyente en la muerte de Cristo; de modo que ya no es deudor a la carne para vivir según la carne(cap. 8:12).

V. 8.  Y si [pues] morimos con Cristo, etc.—(tiempo aoristo.) Véase nota, v. 5.

Debido a la muerte y resurrección de Cristo, sus seguidores no tienen por qué temer a la muerte. La seguridad que nos da nos permite disfrutar compañerismo con El y hacer su voluntad.

Esto se reflejará en todas nuestras actividades:

Ø Trabajo y adoración,

Ø Distracción,

Ø Estudio bíblico,

Ø Meditación y servicio a otros.

Cuando comprenda que no teme a la muerte, experimentará un nuevo vigor en la vida.

 

VV. 9-11. Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, ya no muere: la muerte no se enseñoreará más de él.

Aunque la muerte de Cristo fue en el sentido más absoluto un acto voluntario (Jn.10:17; 10:19; Hech. 2:24), dicha entrega voluntaria dio a la muerte tal dominio (legítimo) sobre élque disuelve su dominio sobre nosotros. Pero una vez pasado esto, ya no tiene la muerteni aquel sentidodominio sobre él”.

·      Porque el haber muerto, al pecado [esto es, en obediencia a la reclamación del pecado]

·      Murió una vez [por todas];

·      Más el vivir, a Dios [en obediencia a Dios] vive—

Nunca hubo época alguna, en efecto, cuando Cristo no viviese para Dios”. Pero en los días de su carne vivió bajo la carga continua del pecado puesta en él (Is. 53:6; 2 Cor. 5:21); mientras que, como ya ha quitado el pecado por el sacrificio de sí mismo”, vive para Dios”, el Fiador absuelto y aceptado, que no puede ser desafiado ni puesto en duda por los reclamos del pecado.

Así también vosotros [como lo hizo vuestro Señor mismo] pensad que, de cierto estáis muertos al pecado, más vivos a Dios en Cristo Jesús—(Las palabras finales Señor nuestro”, faltan en los manuscritos mejores).

 

Nótese:

(1)  La doctrina antinomianista no es tan sólo un error sino una falsedad y una calumnia. Que perseverásemos en el pecado, para que la gracia creciese, no sólo nunca ha sido el sentimiento deliberado del verdadero creyente en la doctrina de la gracia, sino que es aborrecible a toda mente cristiana, como abuso monstruoso de la más gloriosa de todas las verdades (v. 1).

(2) Así como la muerte de Cristo no solamente expía la culpa, sino que también ocasiona la muerte del pecado mismo en todos los que están vitalmente unidos a él, así la resurrección de Cristo efectúa la resurrección de los creyentes, no sólo para la aceptación de parte de Dios, sino también a una novedad de vida (vv. 2-11).

(3) A la luz de estas dos verdades, examínense todos los que proclaman el nombre de Cristo, si son de la fe”.

V. 12. No reine, pues [como dueño], el pecado.

(El lector observará que siempre que se emplean para representar, figurativamente, a un amo, o señor, los vocablos:

Pecado”,

Obediencia”,

Justicia”,

Inmundicia”,

Iniquidad”.

Se imprimen en esta sección en mayúscula, para hacerlos resaltar a la vista y así evitar la explicación). en vuestro cuerpo mortal, para que le obedezcáis en sus concupiscencias.

Es decir, los deseos del cuerpo”, como lo es patente en el griego. (La otra lección, que puede ser la correcta, “las concupiscencias de él” [pecado], tiene el mismo significado). El cuerpo aquí se considera como el instrumento por el cual todos los pecados del corazón se materializan en la vida externa, y viene a ser el mismo cuerpo la sede de los apetitos bajos; y se le llama nuestro cuerpo mortal”, probablemente para recordarnos cuán impropio es este reino del pecado en aquellos que son vivos de entre los muertos.

Pero el reino que aquí se menciona es el dominio no frenado del pecado dentro de nosotros. Sus actos externos se comentan en seguida.

Ayuda Hermenéutica:

V. 12:   

 

R1090 Parece que εἰς se usa con el infinitivo para indicar un resultado hipotético (de tal manera que lo obedezcan).

 

R1097 Θνητός significa sujeto a muerte, no que muere.

 

T96 Los imperativos de presente y aoristo que aparecen en los vv. 12 y sigs., deben traducirse: no permitan que el pecado continúe …, no continúen entregando sus miembros al pecado …, sino comiencen a entregarse a Dios (se presenta una antítesis marcada -MT139).

III.   Como Debemos Presentarnos Delante De Dios: Romanos 6:13-14:

 

V. 13. Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado por instrumentos de iniquidad;

·      Antes presentaos a Dios [ésta es la gran entrega],

·      Como vivos de los muertos, y [como frutos de esto],

·      Vuestros miembros [hasta ahora entregados al pecado], a Dios por instrumentos de justicia.

Nos preguntamos:

·      ¿Y si el pecado inmanente resultara demasiado fuerte para nosotros?

La respuesta es:

·      Pero no resultará.

 

V. 14. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros [como si ellos fuesen esclavos de un señor tiránico], pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

La fuerza de esta gloriosa seguridad puede ser sentida sólo con observar las bases en que descansa. Estarbajo la leysignifica:

·      Primero, estar bajo su demanda de entera obediencia; y así,

·      Luego, estar bajo su maldición por la infracción de ella.

Y por cuanto todo el poder para obedecer puede llegar al pecador solamente por la Gracia, de la que la ley nada sabe, se sigue que el estar bajo la ley equivale, al fin y al cabo, a estar limitados por la incapacidad de guardarla, y consiguientemente, a ser impotentes esclavos del pecado.

Ayuda Hermenéutica:

G3551 νόμος = nómos: de un primario νέμω = némo, (repartir, específicamente comida o forraje a los animales); ley (mediante la idea de uso prescriptivo), generalmente (regulación), específicamente (de Moisés [incierto el volumen]; también el evangelio), o figurativamente (un principio): - pleito, ley. (Strong).

De la otra mano, estar bajo la gracia”, significa estar bajo el glorioso pabellón y los efectos salvadores de aquella gracia que reina por la justicia para vida eterna por Jesucristo Señor nuestro(véase nota cap. 5:20, 21). La maldición de la ley les ha sido levantada completamente; ya están hechos la justicia de Dios en él y están vivos a Dios por Jesucristo.

Así que:

·  Como cuando estaban bajo la leyera imposible que el Pecado no se enseñorease de ellos,

·   Así ahora que están bajo la gracia”.

Es imposible que el Pecado no sea vencido por ellos.

Si antes el Pecado irresistiblemente triunfaba, ahora la Gracia será más que vencedora.

Ayuda Hermenéutica:

V. 14:   

R635 En los vv. 14 y sigs., el concepto de ὑπό es el de descanso: bajo la ley.

 

R796 Νόμου sin artículo se refiere a ley mosaica (comp. 2:13 y 17).

 

T177 Ἁμαρτία aquí no se refiere a ningún pecado, sino a ningún pecado como poder (como es común en Pablo, comp. BD258[2]).

 

G5485 χάρις = járis de G5463; gracia (como gratificante), de manera o acción (abstractamente o concretamente; literalmente, figurativamente o espiritual; específicamente la influencia divina sobre el corazón, y su reflejo en la vida; incluida gratitud): - merecer aprobación, aprobar, congraciarte, donativo, favor, gozo, gracia, gratitud, mérito. (Strong).

 

Concluyo:

Si ya no estamos bajo la Ley, sino la Gracia, ¿tenemos libertad para pecar y pasar por alto los Diez Mandamientos? Pablo contesta:

·      "En ninguna manera".

Cuando estábamos bajo la Ley, el pecado era nuestro amo.

Ø La Ley ni nos justificaba ni nos ayudaba a vencer el pecado.

Pero ahora que estamos Unidos a Cristo, Él es nuestro Señor y nos da poder para hacer lo bueno y evitar lo malo.

¿En Ninguna Manera: NO, NO, NO?

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Nota y Bibliografía:

-  Biblia de Estudio RYRIE.

-  e-Sword-the. LEDD.

-  Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 15//12//2021. MISIÓN BAUTISTA: Emanuel”. Ciudadela de Noé.  Los Cardos Mz.E - Lt.18. III Etapa. Cerca del Hospital Regional II.  Cel. 942-562691-Tumbes.


charlyibsh@hotmail.com

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