Parte I
Reconciliación Por Medio
De La Muerte De Cristo:
(Colosenses 1:12-23)
“Con gozo
dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los
santos en luz; … el cual nos ha librado de la
potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, … en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de
pecados…”.
(Col. 1:12-23)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Introducción:
¿Quién es Jesús y qué ha hecho? El apóstol Pablo respondió esta pregunta en Colosenses
1. Nadie ha visto jamás a Dios, pero Jesús vino para reflejarlo y revelarlo.
Por
ser el Hijo de Dios, vino a morir por nosotros y liberarnos del pecado. El
pecado nos separó de la Santidad de Dios; por eso, solo alguien Perfecto podía
conseguir la paz.
Y
ese fue Jesús. En otras palabras,
Jesús nos ha dado lo que ningún otro podía ofrecernos:
· Acceso a Dios y
· Vida eterna.
1. El Acto Salvífico. Colosenses 1:12-14:
Una nueva forma con un participio inicia este párrafo. Es la misma palabra con que comienza el v. 3, damos gracias. La mejor forma de explicarnos un acto de salvación por gracia y solamente por gracia es empezando con una palabra de gratitud hacia el Padre. Esta gratitud es básica y fundamentalmente porque nos hizo aptos. La palabra usada aquí (ikanóo G2427) sólo aparece además en 2 Cor. 3:6, en donde se traduce nos capacitó, lo que aclara el sentido de este pasaje.
Ayuda Hermenéutica:
jikanoo = (ἱκανόω, G2427), hacer competente, hacer apto, correspondiéndose con A, Nº 1. Se traduce «nos hizo ministros suficientes» en 2 Cor. 3:6 (rv; rvr: «hizo … competentes»). (VINE).
La gratitud al Padre es debido a la
capacitación que nos ha dado para recibir la herencia. Doble gracia:
Ø Capacitación para
recibir y la herencia misma (note que hemos preferido nos en lugar de os la variante
textual que nos ofrece la nota de RVA).
La terminología usada aquí tiene un corte veterotestamentaria, para referirse a lo que recibimos. Sin duda, esta herencia colectiva hace referencia al ámbito del más allá de la salvación, por la connotación que tiene la palabra luz en el contexto (ver Ef. 1:18).
Mucho se ha hablado sobre el himno cristológico. El comentarista Bornkamn sostiene que se trata de un himno de acción de gracias que se conocía desde mucho tiempo antes de Pablo y que se cantaba en lo que llamamos la Cena del Señor. La mayoría concuerda en que este material no tuvo origen en Pablo, sino que él usó algo que ya tenía la iglesia del primer siglo. No sabemos por cierto si esto fue o no fue así, pero sí podemos confirmar que, si no lo conocían antes, después que Pablo escribió a los colosenses este himno fue muy popular entre los creyentes.
Su estructura también ha sido muy debatida. El comentarista
Lohmeyr propone una estructura que me parece muy reconciliadora:
Ø Dos estrofas de siete esticos cada una y
Ø Una declaración de tres esticos2) a manera de introducción.
Notamos entonces que el himno tiene una
declaración para luego cantar a Jesucristo como mediador de la creación, luego
otra declaración y un nuevo cántico a Jesucristo como mediador de la redención.
Este es un
himno cristológico-cósmico:
· Es decir que estamos frente a un Cristo que
es el redentor,
· Pero también a un Cristo que está
actuando en el mundo aquí y ahora.
Hay un equilibrio perfecto entre los dos conceptos. Pablo, al usarlo aquí, pretende afirmar el valor cosmológico de Cristo frente al sistema que habían levantado los colosenses, poniendo al Salvador a un lado o compartiendo su puesto con alguien o algo más. Este himno constituye el centro de toda la carta y es un reflejo de toda su teología.
Me parece importante seguir en este punto a D. Senior quien ve
en el himno cuatro
aspectos de la cristología cósmica:
· El himno da al Cristo resucitado un papel
central en toda la creación.
· La conexión que se establece entre el
señorío de Cristo sobre el cosmos y su señorío sobre la iglesia es
preponderante.
· El énfasis está en la reconciliación universal mediante la muerte y la
resurrección de Jesús.
· El señorío cósmico de Cristo conduce no
sólo simple o primariamente a una naturaleza renovada, sino también a una
humanidad renovada.
Podemos afirmar que estos cuatro aspectos abren la puerta para una teología bíblica misionológica de Pablo, que constituye una de las inquietudes de nuestro continente que se despierta a la tarea misionera mundial.
Procedamos a
analizar el himno siguiendo la estructura mencionada. La declaración
inicial la podemos dividir en tres frases que indican lo que ha hecho Dios por
nosotros:
v La primera frase nos dice que Dios ha
hecho un acto de liberación.
Estas palabras implican un acto de rescate de una situación muy
conflictiva.
Esta situación de conflicto se da al estar bajo el poder de las tinieblas.
Autoridad aquí se usa como sinónimo de tiranía. Se puede ver esta frase usada
en Lc. 22:53 donde está presente la idea de desorden.
La terminología de este pasaje nos
recuerda que el creyente antes de serlo estaba esclavizado al pecado, que la
naturaleza pecaminosa nos tenía cautivos, pero ahora en Cristo Jesús nos ha
otorgado libertad de esta situación y nos ha traído a la luz. El grito de
victoria es que esta frase y la siguiente declaran que la liberación y el
traslado al reino es una acción terminada y pasada.
v Esto nos conduce a la segunda frase.
La obra del Padre no solamente ha sido la
de sacarnos, sino también la de meternos. En el original es fuerte el énfasis con las dos
preposiciones opuestas:
· Nos saca desde adentro (ek)
· Para trasladarnos hacia adentro (eis).
La vida del cristiano no es solamente
abandonar algo, sino también comprometerse en algo. Regresemos al texto. El traslado que ha sucedido en el
creyente es de una tiranía hacia el reino.
La figura que se tiene en mente con la palabra “trasladar” es la costumbre que se tenía en los reinos orientales de llevar cautivos a un grupo de personas para que se encontraran más controladas en otro reino.
El reino es posiblemente el tema central del NT. El reino de Dios, descrito ahora como reino de su Hijo amado (v. 13), se refiere aquí al reino de Cristo y no al reino de Dios por el énfasis cristológico de la epístola. No es un reino de ángeles o de sencillas criaturas, es el reino del Hijo. La traducción literal de esta última parte sería “el Hijo de su amor”, es decir en quien ha depositado su amor tan especial.
Aquí debemos hacer un alto para mencionar algo más sobre el
reino.
Permítanos mencionar un concepto desarrollado que dice que reino es “el poder de Dios
en acción entre los hombres por medio de una persona y su ministerio”.
Este fue el mensaje anunciado en el AT., fue el contenido del
evangelio que llegó en Jesucristo, que se manifestó visiblemente en sus milagros y en sus reprensiones a los demonios como símbolo de que su poder ahora ya está actuando en el mundo.
El reino de Dios ha irrumpido en la historia
y demanda de nosotros tener un real compromiso que nos traerá conflicto con los
valores del mundo.
Finalmente nos recalca que este traslado ya sucedió, no debemos esperar solamente un fin escatológico para disfrutar y vivir en el reino. Sí, estamos esperando su cumplimiento pleno, pero ahora ya estamos viviendo en el reino. Como alguien ha dicho, tenemos que vivir el “todavía no” del reino en el “ya” del reino.
v La tercera frase de esta primera
declaración nos habla en forma concreta de la obra de Cristo.
El cómo es que podemos disfrutar del
traslado descrito en el v. 13; lo
tenemos, es una declaración de certeza, sólo por la obra del Hijo. La figura de
cautividad continúa; ya no es un asunto de historia, ahora el énfasis con la
redención es el ser filántropo o movido a misericordia. Se ha
pagado un rescate para lograr la libertad. El esclavo o cautivo
no puede negociar su libertad, de allí que él necesita una intervención externa
para solucionar el problema.
Esta frase no da ninguna ocasión para
discutir sobre la persona a quien se paga el rescate.
Entrar en ese punto sería intrascendente, debido a que inmediatamente se dice
en qué consiste esta redención
por medio del uso de una frase apositiva.
· La redención, entonces, es el perdón de los
pecados, eso es lo céntrico;
· No queremos decir que son sinónimos, sino que en las dos tenemos la obra de Cristo en beneficio nuestro.
2. Es La
Imagen: Revelación. Colosenses 1:15-27:
“Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación”. Col. 1:15.
2.1. La declaración ha terminado, es el momento de pasar a ver
la primera estrofa del himno que nos habla de una exaltación al mediador de la
creación.
Las dos primeras líneas (v. 15) nos dicen quién es este
mediador:
·
Él es la
imagen y
·
Él
es el primogénito.
Analicemos estas frases.
1- La primera es un
rompimiento del sistema lógico:
· Él es imagen de algo que no se puede ver;
· Lo lógico es que él fuera la imagen de
algo que se puede ver.
Muchos consideran a Dios como un ser
distante, pero Pablo nos dice que se ha acercado a la creación en su imagen:
Jesucristo.
Esto quiere decir que Jesucristo es la
verdadera y máxima revelación del Padre (Jn. 1:18); el rostro invisible de Dios
se hizo ver a los ojos de los hombres en el rostro de Jesús. El mismo Jesús
dijo a Felipe:
Ø El que me ha visto, ha visto al Padre (Jn. 14:9).
Pero el concepto de imagen (eikón G1504) entre los judíos estaba relacionado también con el concepto de sabiduría como una dimensión mediadora que tomaba rasgos personales.
Ayuda Hermenéutica:
eikon = (εἰκών, G1504) denota imagen1). Este término incluye las dos ideas de representación y manifestación. «La idea de perfección no reside en la palabra misma, sino que tiene que ser encontrada en el contexto» (Lightfoot); los siguientes casos muestran con claridad las distinciones entre la semejanza imperfecta y perfecta.
Ella se personificaba y era la imagen de Dios. Remitimos al lector a los libros de sabiduría del AT. La expresión imagen es frecuentemente usada para explicar lo que es el lógos (Juan 1:1) en las obras de Filón.
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. (Jn. 1:1)
Hay que notar también el uso del tiempo:
· Presente él es,
· No fue,
· Ni será sino es,
Hablándonos de un Cristo preexistente, un Cristo eterno que ahora ha llegado a la creación.
Ayuda Hermenéutica:
G2258 ῆ̓ν = jén: imperfecto de G1510; Yo (tú, etc.) estaba (estabas, estábamos): - (yo) era, estuviere, (tú) eras, estuvieres, fui, fuimos. (Strong).
2- La siguiente línea
nos presenta un problema.
Algunos ven aquí a Jesucristo como el primer ser creado, pero no es así.
Gramaticalmente no se trata de un genitivo de origen (Col. 1:18) o de posesión,
sino de un genitivo de referencia, que se podría traducir así:
“Primogénito con referencia a toda la creación”.
Pero también para entender esta frase
debemos verla a la luz del AT. El primogénito
no era necesariamente el primer nacido, sino más bien era un título con ciertos
privilegios que se daba a un hijo. Él era el representante del padre de
familia, el que recibía todo y el responsable de administrar los bienes del
padre.
Esto se ve muy claramente ilustrado en la
historia de Jacob y Esaú, y cómo el segundo perdió su primogenitura o sus
privilegios. La palabra primogénito3) (protótokos G4416)
a más de hablarnos de prioridad o de ser el primero, también hace referencia a
su soberanía sobre toda la creación. Entonces Jesucristo no es el primer
creado, sino el que está sobre toda la creación.
Ayuda Hermenéutica:
prototokos = (πρωτότοκος, G4416),
primer nacido (de protos
= primero, y tikto = engendrar).
Se utiliza de Cristo como primogénito de la virgen María (Lc. 2:7); en su
relación con el Padre, se usa para expresar su prioridad sobre, y preeminencia
por encima de, la creación, no en el sentido de ser el primero en nacer. En el
AT., se utiliza ocasionalmente de superioridad posicional; véase Ex. 4:22; Deut.
21:16-17, donde la prohibición es la de asignar la posición privilegiada del
primogénito a uno nacido con posterioridad al primer hijo. (VINE).
3- Las líneas siguientes nos
dan las dos razones por las que él tiene esta primogenitura de la creación (v. 16ae).
En
él (en auto) fueron creadas todas las cosas:
v Significa que todas las leyes y propósitos
que guiaron la creación residen en él (Lightfoot).
La palabra eterna, aquel que es la imagen, el Cristo, es el punto de
reunión de toda la creación. No hay un solo elemento que escape de su
soberanía.
Ø Si hablamos de cosas que están en
nuestro contorno,
él es el creador;
Ø Si hablamos de cosas que están fuera de
nuestra realidad presente, él es el
creador, de lo que vemos y de lo que no vemos.
v Luego pone en la lista de lo que ha sido creado “en Cristo” a una jerarquía angélica (ver el uso que se da a estas palabras en pasajes paralelos como Ef. 1:21 y 6:12); también es la interpretación aceptada por la mayoría de los eruditos y además es la terminología seguida en la angelología judía.
No debemos buscar aquí ninguna explicación fantástica sobre lo que es cada uno de estos ángeles. Sólo se reconoce que estos seres espirituales, en quienes parece que los colosenses confiaban, no son potencias metafísicas independientes en el sentido del dualismo. Están destinadas, a priori, a ser sometidas a Cristo.
Declaraciones De La Deidad De Cristo.
Col. 1:15-23:
1. Cristo es la
imagen del Dios invisible, v. 15a.
2. Él es el primogénito o principio de la creación, v. 15b.
3. Él es el
creador del universo, v. 16.
4. Él es eterno,
antes de todo, v. 17a.
5. Él es el
sustentador de todas las cosas, v. 17b.
6. Él es la cabeza de la iglesia, v. 18.
7. Él es el primogénito de los muertos, o de la
resurrección, origen de la nueva vida, v. 18b.
8. En él habita toda
la plenitud de la Deidad, v. 19 (2:9).
9. Él es el reconciliador
de la humanidad consigo mismo, vv. 20, 21.
10. Él es el
santificador de la raza pecadora, vv. 22, 23.
2.2.
La segunda declaración que introduce la segunda estrofa es un cántico a
Jesucristo como mediador de la redención.
Este derecho a ser llamado como tal,
comienza en la afirmación de que todo fue creado por medio de él y para él (v. 16). Una combinación similar se usa
en Rom. 11:36. El énfasis que se hace aquí es que él es el alfa y también la
omega de la creación, no solamente el principio sino también el final (Ap.
22:13). Aquí hay una observación interesante.
En el comienzo del v. 16 se usó el verbo “crear” en tiempo aoristo, que indica una acción
terminada y describe el acto de la creación; ahora, al final del v. 16 se usa el tiempo perfecto, que
significa una acción realizada pero que continúa hasta el presente:
· La creación se sigue relacionando con el Creador.
1- La siguiente línea de la declaración sigue afirmando más acerca
de Jesús.
Hay un uso enfático del pronombre con
el verbo,
acentuando la personalidad y declarando su preexistencia.
Finalmente dice que en él todas las cosas subsisten (v. 17), es decir que él es el que pone armonía y unidad a la creación, eso que hace a la creación algo organizado. Ya no se puede decir más. Aquí tenemos una declaración completa de lo que es Jesucristo, lo que origina la segunda estrofa del himno, indicando las implicaciones para el objeto de la redención.
Él es el Señor de la iglesia, y esto lo dice con la frase él es la cabeza del cuerpo (v. 18). Nuevamente él es enfático. De una manera muy especial él tiene autoridad sobre la iglesia.
La palabra principio (arcé
G746) tiene algunas implicaciones.
Primero se debe notar el uso del enfático
él es. Este título principio es otra manera de describir la encarnación de Cristo, siempre en la relación
que tiene con la iglesia. Hay otros pasajes donde se describe a Jesús con este
término:
· Hechos 3:14;
· Hechos 5:31;
· 1 Corintios 15:20;
· 1 Corintios 15:23.
Este título es un absoluto que no admite nada antes de él.
Ayuda Hermenéutica:
arque = (ἀρχή, G746),
principio. Se traduce «primeros» en Heb. 5:12, de «los primeros rudimentos de las palabras de
Dios», lit., «los principios del comienzo de las palabras de Dios».
En 6:1, traducido «rudimentos de la doctrina de Cristo», se refiere a
la enseñanza elemental con respecto a Cristo.
Nota: En Heb. 2:3 se traduce «anunciada primeramente», lit., «un principio habiendo recibido de ser hablada» (comp. F. Lacueva, Nuevo Testamento Interlineal, loc. cit.). (VINE).
Nuevamente se usa el término primogénito (lit. primogénito salido desde los muertos). Esta frase se usa
también en Ap. 1:5, en donde se menciona a Jesucristo como el soberano de
toda la tierra:
Ø La primogenitura de entre los muertos,
Ø Su resurrección, está vinculada íntimamente
con ser la cabeza (Ef.
1:19-23).
Su resurrección no tiene paralelo, no porque no ha habido otras resurrecciones, sino que él es el único que resucitó para no volver a morir; de allí que es primogénito.
Esta primogenitura
tuvo un propósito, la manifestación histórica de su supremacía. La resurrección es la
confirmación dentro del marco histórico de que Jesús es el Mesías. El Señor Jesús
es el primero de todo:
· Señor del universo,
· Señor de la iglesia,
· Señor de todo.
Cristo es todo lo que el creyente necesita,
no hace falta nada más; el “primero” no puede compartir su supremacía con
nadie.
2- La
línea siguiente en el poema, v. 19, nos conduce a una nueva cumbre en el
cántico, una nueva conclusión.
Todo lo que se ha dicho aquí es cierto, y
se resume en una nueva frase rica en palabras profundas. Se debe decir que la
palabra Padre no se halla en el original, pero es necesario ponerla para dar
sentido a lo que se quiere expresar. Jesús es el máximo agrado o complacencia del Padre
(Mr. 1:11).
Agradó sólo se usa como el buen propósito de Dios, y el propósito del Padre fue que en Jesús habitara la plenitud. El verbo “habitar” (katoikéo G2730) significa morar para siempre, es decir que aquí se niega de raíz que Dios estuvo solamente un tiempo en Jesús.
Ayuda Hermenéutica:
katoikeo = (κατοικέω, G2730),
(kata
= abajo, y Nº 1), es el verbo más frecuente
con este significado, y significa propiamente establecerse en una morada, morar
fijamente en un lugar. Además de su sentido literal, se usa de:
(a) El morar de la
totalidad de los atributos y poderes de la deidad en Cristo (Col. 1:19; 2:9);
(b) El morar de
Cristo en los corazones de los creyentes (Ef. 3:17: «para que more en vuestros corazones»);
(c) El morar de
Satanás en una localidad (Ap. 2:13);
(d) El futuro morar
de la justicia en los nuevos cielos y la nueva tierra (2 P. 3:13).
Se
traduce «habitantes»
en Hech. 1:19; «que
habitamos» (Hech. 2:9); «moradores» (Ap. 17:2; rv: «los que moran»); «que moran»
(Ap. 8:13); «moradores»
(Ap. 12:12).
Comp. los nombres katoikesis (véase A, Nº 1), katoikia, véase (Hech. 17:26); katoiketerion = morada (Ef. 2:22; Ap. 18:2). Contrastar paroikeo, «habit ar como extranjero», «ser peregrino», siendo este temporal, y katoikeo permanente. (VINE).
En él estaba, está y estará habitando la plenitud de Dios. Esta última
palabra (pleróma G4138),
también es un término teológico técnico que implica la totalidad de la
divinidad, como también en 2:9. Se ha discutido mucho este término, pero podemos
decir, sin temor a equivocarnos, que Pablo lo utilizaba como la plenitud de la
naturaleza divina que reside en Cristo de tal modo que nada de la deidad le
falta.
Siguiendo al comentarista M. Barth, se puede decir que el término hace referencia al concepto bíblico de la presencia de Dios manifiesta en el mundo.
Ayuda Hermenéutica:
pleroma = (πλήρωμα, G4138)
denota plenitud, aquello de lo cual una cosa está llena. Se traduce como
abundancia solo en Rom. 15:29 en la rvr, en donde literalmente significa la
plenitud de la bendición.
Nota: polus se vierte en Hechos 20:2 como «con abundancia de palabra», lit. significa: «con mucha palabra». (VINE).
La grandiosidad de Jesús no es que se
contentó quedando como la plenitud, sino que siendo tal decidió Dios
reconciliar todas cosas (2 Cor. 5:19). Lo que hizo Dios en Jesucristo es
cambiar la hostilidad y enemistad por el amor, amistad y obediencia. Lo que estamos
afirmando es que no fue Dios el que se reconcilió, siempre es el hombre quien
debe ser reconciliado con Dios. Dios sólo es el que toma la iniciativa.
El único camino para esto era la sangre de
la cruz, no había otra alternativa para hacer la paz.
Jesucristo tenía que pagar el precio
de la redención para hacernos libres; nuestra esclavitud al
pecado es tal que solamente un precio de esta magnitud puede ser el camino de
la paz. Con
estos versículos vienen muchos conceptos que están involucrados:
Ø Redención,
Ø Reconciliación,
Ø Propiciación,
Ø Justificación.
· Todo es obra de Dios, y
· De Cristo la plenitud de la deidad.
El himno termina (siguiendo el orden del texto griego) con una frase que ha despertado grandes polémicas:
Tanto sobre la tierra como en los cielos. Algunos han
querido ponerla como base para una redención a los ángeles u otros seres no
humanos.
No creemos que haya suficiente base en
este pasaje para afirmar esto, sino que se trata de una metáfora que nos señala
que la obra de la cruz tiene un alcance universal sobre la humanidad.
Un Dios infinito no puede tener una redención limitada. El triunfo de la cruz es garantizado por Jesús, quien es Dios mismo.
Podríamos resumir este himno con esta frase de Erasmo: “La creación del mundo fue un trabajo de poder, pero la redención del mundo fue un trabajo de misericordia”.
Como corolario al himno existe una aplicación muy personal para
la iglesia de los colosenses en los vv. 21-23. A veces pensamos que la obra de
reconciliación es tan amplia que nos olvidamos que es también muy particular,
se aplica a cada individuo. Esta reconciliación implica no sólo una buena noticia,
sino que también tiene un propósito moral; el evangelio, el mensaje de reconciliación
es un llamamiento a una vida diferente.
· Hay un fuerte énfasis en el uso de las
frases en otro tiempo con ahora;
· Apartados y enemigos con ahora os ha
reconciliado;
· Malas obras con santos, sin mancha e irreprensibles.
Véase: Parte II.
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