EL MILENIO:
(Apocalipsis
20:1-15)
“Vi a un ángel que descendía del cielo, con
la llave del abismo, y una gran cadena en la mano… Y prendió al dragón, la serpiente antigua,
que es el diablo y Satanás, y lo
ató por mil años; … y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él,
para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo… Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los
que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa
del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado
a la bestia ni a su imagen, y que
no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron
con Cristo mil
años…”.
(Apocalipsis
20:1-15)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Introducción:
La descripción de
la subyugación del “dragón” (Satanás) continúa sin una interrupción
el relato de la conquista de la trinidad malvada que ha reunido a “los reyes de todo
el mundo … para la batalla del gran día del Dios
Todopoderoso” (16:14). Esos párrafos nunca debieron haber sido
separados.
Después del juicio del anticristo y el falso profeta y
las multitudes que ellos han engañado, el enemigo final, o sea el diablo, que
había inspirado la rebelión contra Dios, es objeto de atención. No es necesaria
ninguna gran lucha; un ángel le prendió,
le ató con una cadena, lo arrojó
al abismo y lo cerró, y lo selló sobre él, un medio cuádruple de
asegurar que ha sido removido de todo contacto con la humanidad en la tierra (sobre este
simbolismo ver Is. 24:21, 22).
Como declara el texto, esto era para que no engañase más a las naciones, hasta un momento decretado por Dios cuando será liberado por un breve lapso, o sea hasta que se cumpliesen los mil años. La liberación, así como la prisión, son el cumplimiento del propósito inescrutable de Dios.
I. Satanás
Es Atado: Ap. 20:1-3:
V.1. La destrucción de los representantes de Satanás, la bestia y el falso profeta, a los que había dado su poder, su trono y su autoridad, es seguida por la atadura de él mismo durante mil años. la llave del abismo—quitada ya de las manos de Satanás, a quien Dios había permitido usarla para soltar las plagas sobre la tierra; ahora se le hace sentir el tormento que él había infligido a los hombres, pero su tormento completo no se hace hasta tanto no sea arrojado “al lago de fuego” (20:10).
V.2.
aquella la
serpiente antigua—(12:9).
mil años—Como siete místicamente denota la universalidad, así mil denota la perfección, ya sea en lo bueno o en lo malo. Mil simboliza que el mundo está perfectamente leudado y penetrado por lo divino; puesto que mil es diez, el número del mundo, levantado a la tercera potencia, tres siendo el número de Dios. Puede ser que denote literalmente también mil años.
V.3.
le encerró—A,
B, la Vulgata, la Siríaca y Andreas omiten “le”.
selló—una puerta “sobre él”, la puerta del abismo sobre su cabeza. Un sello para evitar su salida, más seguro que aquel que
pusieron para guardar a Jesús en la tumba de José, y que fue roto en la mañana
de la resurrección.
La atadura de Satanás a este punto no es arbitraria, sino que es la
necesaria consecuencia de los eventos (19:20); así como su expulsión del cielo,
donde antes había estado acusando a los hermanos, fue el juicio legítimo que le
fue puesto por medio de la muerte, resurrección y ascensión de Cristo
(12:7-10).
Satanás se imaginó que había derrotado a
Cristo en el Gólgota, y que su poder estaba seguro para siempre, pero el Señor
en la muerte le venció, y por su ascensión como nuestro justo Abogado arrojó a Satanás el acusador fuera del cielo.
Se le dio tiempo en la tierra para hacer poderosas a la bestia y a la ramera,
y luego concentrar todo su poderío en el anticristo.
El reino anticristiano, su último
esfuerzo, siendo completamente destruido por la aparición de Cristo, se acabó
su poder en la tierra. Él había pensado destruir al pueblo de Dios en la tierra
por las persecuciones anticristianas (así como se había imaginado previamente destruir a Cristo);
pero la Iglesia no es destruido de la tierra, sino que es ensalzada para reinar
sobre la tierra, y Satanás mismo queda encerrado mil años en el “abismo” (griego,
“fosa sin fondo”), la cárcel preparatoria
para “el lago de
fuego” su destino final.
Como por la ascensión de Cristo, él había
dejado de ser un acusador en el cielo, así durante el
milenio deja de ser el seductor y
el perseguidor en la tierra. Mientras el diablo reine en las tinieblas del
mundo, vivimos en una atmósfera impregnada de elementos mortíferos. Una poderosa purificación
del aire será hecha por la venida de Cristo.
Aunque el pecado no
será deshecho por completo—pues los
hombres estarán aún en la carne, Is. 65:20—el pecado ya no será un
poder universal, pues la carne ya no se verá, seducida
por Satanás. El no será ya, como es ahora, “el dios y príncipe del mundo”—ni yacerá más “el mundo en el inicuo”—la carnalidad vendrá a
ser cada vez más aislada y finalmente derrotada. Cristo
reinará con sus santos transfigurados sobre los hombres en carne.
Esto será la manifestación “del mundo
venidero”, que ya está establecido invisiblemente en los santos en
medio de “este mundo” (2 Cor. 4:4;
Heb. 2:5; 5:5). Los rabinos judaicos pensaban que como el mundo fue creado en
seis días, y Dios descansó en el séptimo, así habría seis períodos milenares,
seguidos por un milenio sabático:
· De cada siete años el séptimo es el año de
remisión;
· Así de los siete mil años del mundo, el
séptimo milenio será el de la remisión.
Una tradición de la casa de Elías, año 200, dice que el mundo ha
de durar 6,000 años:
Ø Dos mil antes de la ley,
Ø Dos mil bajo la ley, y
Ø Dos mil bajo el Mesías.
Véase nota: y lección marginal, Heb. 4:9; Ap. 14:13.
· Papías, Agustino
Mártir, Ireneo y Cipriano, entre los primeros padres, todos defendían la
doctrina del reino milenial sobre la tierra;
· No fue sino cuando
las ideas milenarias degeneraron en la tosca carnalidad, que esta doctrina fue
abandonada. porque no engañe—Así A, pero B dice: “porque
no engaña”.
NOTAS:
Heb. 4:9: Por tanto—porque Dios habla de otro día (Nota al v. 8). queda—aún
por ser realizado por aquellos “algunos (que) deben entrar …” (v. 6), es decir, “el pueblo de Dios”, el verdadero Israel, que
entrará en el reposo de Dios (“mi reposo”). El reposo de Dios fue un “sabatismo”;
así lo será el nuestro también. El vocablo significa reposo. En el tiempo
hay muchos sábados: pero allá habrá el gozo de guardar un solo reposo sabático:
Ø Uno perfecto y
Ø Eterno.
El
vocablo del v. 8 es “katapausis”:
en hebreo, “Noé”;
reposo de la fatiga, como reposó el arca en Ararat después de agitada en el
diluvio; y como Israel, bajo Josué, gozó al fin el reposo de las guerras en
Canaán. Pero “reposo”
en este v. 9 es el más noble y sublime “sabatismo” (hebreo):
· Es decir, “cesación”;
· Reposo del trabajo cuando terminado (v. 4), como Dios reposó (Ap.
16:17).
Las dos ideas de “reposo” combinadas dan la perfecta comprensión del sábado
celestial:
Ø Descanso de la fatiga, de la tristeza y del
pecado; y
Ø Reposo en la terminación de la nueva
creación de Dios (Ap.
21:5).
v La entera creación renovada participará en
él;
v Nada habrá allí que quebrante el sábado
de la eternidad; y
v El trino Dios se regocijará en la obra de sus manos (Sofonías 3:17).
Moisés, el representante de
la ley, no pudo llevar a Israel a Canaán:
Ø La ley nos lleva a Cristo y allí termina su
oficio, así como terminó Moisés en la frontera de Canaán;
Ø Es Jesús, el antitipo de Josué, quien
nos lleva al reposo celestial.
Este texto indirectamente establece todavía
la obligación del sábado, un día semanal de descanso, pues el tipo continúa
hasta que el antitipo lo substituya; así los sacrificios legales continuaron
hasta que el gran sacrificio antitípico invalidó
la ley.
Como,
pues, el sabatismo celestial antitípico
no será sino hasta cuando venga Cristo, nuestro Josué evangélico, para
introducirnos en él, debe continuar el típico sábado terrenal hasta entonces.
El futuro reposo lo llaman los judíos “el día que es
todo sábado” [Nota del Traductor: En inglés, el sábado es Saturday, día
de Saturno, y el día de reposo se llama Sabbath, del hebreo, y es el día
después del sábado, o domingo. El autor parece contradecirse en el argumento
anterior. Nuestro descanso semanal no debe basarse en el legalismo mosaico.
Toda “la ley hasta Cristo”. El yugo de Cristo
da reposo (anapausis) al alma ahora, primicias del reposo eterno. Si fuera la
base legal, deberíamos guardar el séptimo día de la semana].
Ap. 14:13. Consuelo para
animar a los que son perseguidos bajo la bestia.
Bienaventurados—en el descanso de sus fatigas, y en
el caso de los santos aquí aludidos, perseguidos por la bestia, descanso de sus
persecuciones, etc. La plena bienaventuranza es ahora “de aquí adelante”,
es decir, DESDE
AHORA, cuando el juicio sobre la bestia y el recogimiento de los
elegidos son inminentes.
El
tiempo deseado tan ardientemente por los mártires está ya casi por llegar; el
número pleno de los consiervos de ellos está a punto de cumplirse; ya no tienen
que reposar (el
mismo griego como aquí, anapausis)
ni aun un poquito; su descanso eterno, su cesación de las fatigas (2 Ts. 1:7,
griego anesis, sosiego o cesación
de los trabajos duros. Heb. 4:9-10, sábatismo
de descanso; y el Griego katapausis)
ya se aproximó. Son felices porque pronto han de presentarse a las bodas del Cordero (Ap. 19:9), porque tienen parte en LA primera
resurrección y tienen parte en el árbol de la vida (Ap. 20:6; 22:14).
En
14:14-16, sigue la explicación de por qué se les llama “bienaventurados” ahora
especialmente, a saber, porque el Hijo del hombre sobre
la nube ya
viene, para juntarlos como la siega madura para los segadores de él. Escribe—para constancia permanente. Sí, dice el
Espíritu—Las palabras de Dios el Padre (la “voz del cielo”) son repetidas y
confirmadas por el Espíritu (hablando en el Verbo, 2:7; 22:17; y en los santos,
2 Cor. 5:5; 1 P. 4:14).
Todas “las promesas de Dios en Cristo son sí” (2 Cor. 1:20). que me decía—A, B, C, la Vulgata, la Siríaca y la Cóptica, omiten “me”. porque sus obras—Descansan de sus trabajos, porque el tiempo de los trabajos ya pasó; entran al feliz descanso, a causa de su fe evidenciada por sus obras, las que por tanto “siguen CON (así el griego) ellos”. Se especifican sus obras, porque había de tenerlas en cuenta para el juicio que venía, cuando cada uno será “juzgado según sus obras”. Sus obras no preceden al creyente, ni tampoco van a su lado, sino que siguen al mismo tiempo cuando van con él como prueba de que es de Cristo.
II. Los Santos Resucitados. Ap. 20:4-6:
VV.4,
5. se sentaron—los doce apóstoles, y los
santos en general. les fue dado juicio—(Nota,
Dn. 7:22.) El oficio de Juzgar les fue dado. Aunque en un sentido tienen que
estar ante el trono del juicio de Cristo, “no vienen a la condenación, sino que ya pasaron de la muerte
a la vida”. almas—Este término se ha usado como razón para
negar la literalidad de la primera resurrección, como si fuese ésta la
resurrección espiritual de las almas de los creyentes en esta vida; la vida y
el reino siendo del alma en esta vida levantada de la muerte del pecado
mediante la fe vivificadora.
Pero “almas” expresa el estado incorpóreo de ellos (Dn. 6:9)
tal como los vio Juan al principio; “y vivieron …” denota su vuelta a le vida de nuevo
en el cuerpo, de modo que fueran visibles, como la frase (Dn. 20:5) “ésta es la primera
resurrección” prueba; porque si es verdad que “los demás muertos no vivieron (de nuevo) hasta …”
se refiere a la resurrección general corporal, entonces también debe referirse “la primera
resurrección” al cuerpo. Esto también concuerda con 1 Cor. 15:23, “Los que son de
Cristo en su venida”. Véase Salm. 49:11-15.
Por el 6:9 yo infiero que “almas”
se usa aquí en el sentido estricto de espíritus desincorporados vistos primero
por Juan; aunque sin duda “almas” se usa a menudo para denotar personas, y
hasta cuerpos muertos. degollados—lit.,
“los muertos por
el hacha”; un castigo romano, aunque la crucifixión, el ser
desgarrados por los leones y la hoguera, eran los modos más comunes de
ejecución.
La guillotina de la Francia revolucionaria
continuó aún en la Francia imperial, y es la renovación de un modo de pena
capital de la pagana Roma imperial. Pablo fue decapitado, y sin duda
participará en la primera resurrección, de acuerdo con su oración de que “llegase a la
resurrección de entre los demás de los muertos” (Griego, exanαstasis).
Los hechos anteriores pueden explicar la
especificación de esta clase particular de castigo. por … por—Griego,
a favor de”; “a causa de”. y que—Griego, “los cuales tampoco
…”. Prominentes entre esta clase (los degollados) son los que no
adoraron a la bestia.
Asimismo, en el 1:7, el griego, “y los cuales”, o “tales
como” particulariza prominentemente entre la clase general a los que
siguen en la descripción. El alcance de la primera resurrección no se menciona
aquí.
En 1 Cor. 15:23, 15:51; 1 Ts. 4:14
hallamos que todos “los en Cristo” participarán en ella. Juan mismo no
fue “degollado”,
pero ¿quién
duda de que él no participe de la primera resurrección? A los
mártires se les pone en primer lugar, porque se asemejan más a Jesús en sus
sufrimientos y muerte, por tanto, están más cercanos a él en la vida y reino de
ellos; porque Cristo indirectamente afirma que hay puestos por grados y lugares
de honor, relativos, en su reino, siendo los más altos para los que beben la copa de
los padecimientos de él.
En segundo orden estarán los que no se doblegaron al poder mundano, sino que han esperado antes las cosas invisibles y eternas. reinaron con Cristo—sobre la tierra. frentes … manos—Griego, “la frente … la mano”.
V.5.
Mas—B, la Cóptica y Andreas dicen: “Y”.
A y la Vulgata omiten. no tornaron a
vivir—griego, “No
vivieron otra vez”. A, B, la Vulgata, la Cóptica y Andreas omiten “otra vez”.
Vivieron se usa por vivieron otra vez, como en el 2:8. Juan los vio no sólo
restaurados a vida, sino también en el acto de resucitar. primera resurrección—“la resurrección de los justos”.
La tierra no está aún transfigurada, y no
puede ser pues la debida localidad para la Iglesia transfigurada; pero desde el
cielo los santos transfigurados con Cristo gobiernan la tierra, por cuanto
existe una comunión mucho más libre de las Iglesias, tanto celestial como
terrenal (un
tipo de tal estado puede verse en los cuarenta días del Salvador resucitado,
durante los cuales aparecía a sus discípulos), y ellos no conocen
gozo mayor que el de llevar a sus hermanos de la tierra a la misma salvación y
gloria que ellos mismos disfrutan.
El reino milenial en la tierra no descansa
sobre un pasaje aislado del Apocalipsis, sino que toda la profecía del Antiguo
Testamento sigue el mismo criterio (Comp. Is. 4:3; 11:9; 35:8). Jesús, mientras
que se oponía a las ideas materiales del reino de Dios prevalecientes en su
día, no contradice, sino confirma la tesis del Antiguo Testamento acerca de un
venidero reino judaico terrenal, de gloria: empezando desde adentro y
extendiéndose ahora espiritualmente, el reino de Dios se manifestará
externamente en el regreso de Cristo a la tierra.
El papado es una falsa anticipación del
reino durante el período eclesial histórico. “Cuando el cristianismo llegó a ser un poder
mundial bajo Constantino, la esperanza del futuro se debilitó con el gozo del
éxito presente”. [Bengel]. Haciéndose ramera, la Iglesia dejó de ser
la esposa que salió al encuentro del esposo; por esta razón desaparecieron las
esperanzas milenarias. Los derechos que usurpó Roma como ramera serán ejercidos
en santidad por la Novia.
Son “reyes” porque son “sacerdotes” (Is. 20:6; 1:6;
5:10); su sacerdocio para Dios y Cristo (Is. 7:15) es la base de su poder real
en relación a los hombres. Los hombres son los súbditos voluntarios de los
transfigurados reyes sacerdotes, en el día del señorío del Señor. El poder de
ellos es el de atracción, ganándoles el corazón, y no siendo contravenidos por
el diablo y la bestia.
La Iglesia y el Estado entonces serán coexistentes. El hombre creado “para tener dominio sobre la tierra” ha de regocijarse en su mundo con gozo puro y santo. Juan nos dice que, en vez del diablo, la transfigurada Iglesia de Cristo gobernará al mundo; Daniel nos dice que, en vez de la bestia pagana, el santo Israel lo hará.
V. 6.
Bienaventurado—(comp. el 14:13; 19:9).
la segunda muerte no tiene potestad—así como no tiene
ninguna en Cristo, ahora resucitado. sacerdotes de Dios—Destruido el
cristianismo apóstata y trasladada la Iglesia fiel en la venida de Cristo,
quedarán Israel y el mundo incrédulo, que constituirán la mayoría de los
hombres entonces vivos, los que por cuanto no tuvieron un cercano contacto con
el evangelio, no habrán incurrido en la culpa de haberlo rechazado. Estos serán
los sujetos de una conversión general (11:15).
“El velo” será quitado a Israel primero, después a “todas las gentes”.
Los gloriosos eventos que acompañarán a la aparición de Cristo, tales como la destrucción del anticristo, la transfiguración de la Iglesia, y la atadura de
Satanás, prepararán a las naciones para aceptar el evangelio.
Como se efectúa ahora la regeneración individual, así entonces habrá una “regeneración”
de naciones. Israel, como nación, “nacerá de una vez—en un día”.
Como la Iglesia principió con la ascensión de
Cristo, así el reino principiará con su segundo advenimiento.
Es la humillación de las modernas naciones
civilizadas, el que las naciones que aquéllas más desprecian, a saber, los
judíos y los bárbaros no civilizados, los descendientes negros de Cam, que por
la maldición de Noé han sido tan atrasados, Cus y Seba: las
suplantarán y las sobrepasarán como centros de la historia del mundo (Deut. 32:21; Rom. 10:19; 11:20, etc.).
Los judíos son nuestros maestros aun en los tiempos del Nuevo
Testamento.
Desde el rechazamiento de ellos queda silenciosa la revelación. Toda la Biblia,
inclusive aun el Nuevo Testamento, fue escrita por judíos. Si la revelación ha
de reiniciarse en el reino milenial, Israel convertido tiene que estar a la
cabeza de la humanidad. Desde un punto de vista religioso, los judíos y
gentiles están en pie de igualdad, ambos necesitados de la misericordia; pero
con respecto a las instrumentalidades de Dios para establecer su reino sobre la
tierra, Israel es su pueblo elegido para la ejecución de sus planes.
Los reyes sacerdotes israelitas en la
tierra son lo que los transfigurados reyes sacerdotes son en el cielo. Hay una bendita
cadena de dar y recibir—Dios, Cristo, la transfigurada Novia o sea
la Iglesia, Israel, el mundo de las naciones. Una nueva época de la revelación
principiará con el derramamiento de la plenitud del Espíritu. Ezequiel (40-48),
hijo de sacerdote él mismo, expone el carácter sacerdotal de Israel; Daniel el
estadista, su carácter real; Jeremías (Jr. 33:17-21), su carácter sacerdotal,
así como real.
En el Antiguo Testamento toda la vida
nacional judaica era religiosa sólo en una manera legal externa. La Iglesia
neotestamentaria insiste en una renovación interior, pero deja libres sus
manifestaciones exteriores. Pero en el reino
milenial, todas las esferas de la vida serán de veras
cristianizadas desde adentro hacia fuera. La ley ceremonial mosaica corresponde al oficio
sacerdotal de Israel; la ley civil, a su oficio real:
· La Iglesia gentil adopta la ley moral, y
· Ejerce el oficio profético por la
palabra que trabaja interiormente.
Pero cuando esté reavivado el oficio real
y sacerdotal, entonces—los principios
de la Epístola a los Hebreos quedando los mismos—también la ley
ceremonial y civil mosaica desarrollará su profundidad espiritual en el culto
divino (comp. Mt. 5:17-19). Ahora es el tiempo de la predicación; pero entonces
vendrá el tiempo de la Liturgia de las almas convertidas que formen “la grande
congregación”. Entonces nuestros actuales gobiernos defectuosos
darán lugar a gobiernos perfectos, tanto en la Iglesia como en el estado.
Mientras que en el Antiguo Testamento los
judíos exclusivamente, y en el Nuevo, los gentiles también de manera exclusiva,
gozan la revelación (estando en ambos casos dividida y separada la humanidad),
en el milenio los judíos y los gentiles serán unidos, y todo el organismo de la
humanidad bajo el hermano primogénito, Israel, caminará a la luz de Dios, y la
plena vida de la humanidad al fin se realizará.
La Escritura no contempla a la raza humana
como un agregado de individuos y de nacionalidades, sino como un todo orgánico,
ordenado una vez por todas en las primeras páginas de la revelación. (Gn. 9:25-27;
10:1; 10:5; 10:18; 10:25; 10:32; Deut. 32:8 reconocen el hecho de que desde el principio la
división de las naciones fue hecha con una relación a Israel). De
ahí nace la importancia que da el Antiguo Testamento a la Iglesia, ahora como
siempre. Los tres grandes grupos de naciones, los Hamitas, Jafetitas y Semitas,
corresponden respectivamente a los tres elementos fundamentales del hombre—cuerpo, alma y espíritu [ser, yo…].
La flor de Sem, el representativo de la
vida espiritual, es Israel, así como la flor de Israel es Aquel en el cual toda
la humanidad es recapitulada, o sea el segundo Adán (Gn. 12:1-3). Así Israel es
el mediador de las revelaciones divinas para todos los tiempos. Hasta la
naturaleza y el mundo animal participarán de la bienaventuranza milenial.
Conforme el pecado vaya perdiendo su poder, la decadencia y la muerte
decrecerán.
Las glorias terrenales y celestiales se unirán en la doble
elección.
Israel elegido en la carne estará a la cabeza de las terrenales, y la elegida
Iglesia espiritual, la Novia, de las celestiales.
Estas dos elecciones no son meramente para el bien de los elegidos mismos, sino
para el bien de todos aquellos a quienes sirven. La Iglesia celestial es elegida no meramente para la salvación, sino
también para reinar en amor, y administrar las bendiciones sobre todo el mundo,
como reyes
sacerdotes.
La gloria de los transfigurados
santos será sentida por los hombres en la carne, con la misma
conciencia de la bendición que experimentaron los tres discípulos al presenciar
la gloria de Jesús, de Moisés y de Elías, en el monte de la Transfiguración,
cuando Pedro exclamó; “Es bueno que estemos aquí”; en 2 P. 1:16-18, la
transfiguración es tenida por arras de la venida de Cristo en gloria.
El privilegio de “nuestra
alta vocación en Cristo” está limitado al tiempo actual del reino de
Satanás; cuando él esté atado, ya no habrá plazo en sufrir por Cristo, para luego
reinar con él (2 P. 3:21; comp. Nota: 1 Cor. 6:2).
Además, nadie puede ser salvado en el presente siglo y dentro de la reunión de la Iglesia cristiana, que no haya de reinar también con Cristo después, el necesario preliminar de lo cual es sufrir con Cristo ahora. Si dejamos de echar mano a la corona, perdemos todo, “el don de la gracia tanto como la recompensa del servicio”.
III. Los Malvados Se Rebelan. Ap. 20:7-9:
VV.7-9: Gog y Magog simbolizan todas las fuerzas del mal que se unen para enfrentarse a Dios. El hijo de Noé, Jafet, tuvo un hijo llamado Magog (Gn. 10:2). Ezequiel presenta a Gog como un líder de fuerzas que se levantan contra Israel (Ezequiel 38; 39).
Ayuda Hermenéutica:
גּוֹג = Gog
H1463 de derivación incierta; Gog, nombre de un israelita, también
una nación del norte: - Gog.
G1136 Γώγ = Góg de
origen hebreo [H1463]; Gog, nombre simbólico de algún futuro
Anticristo: - Gog.
מָגוֹג = Magóg
H4031 de H1463; Magog, un hijo de Jafet; también región
bárbara al norte: - Magog. (Strong).
G3098 Μαγώγ = Magóg: de origen hebreo [H4031]; Magog, nación extranjero, i.e. (figurativamente) partido anticristiano: - Magog.
V.8.
Gog
y Magog—(Notas, Ezequiel 38 y 39) Magog
es el nombre general de las naciones septentrionales de la posteridad de Jafet,
cuya cabeza ideal es Gog
(Gn. 10:2).
A tiene un solo artículo ante “Gog y Magog”, por el que ambos, el príncipe y el pueblo, representan tener la relación más íntima, B erróneamente coloca el segundo artículo ante Magog. Hiller (Onomasticon) explica que ambos vocablos significan altivo, elevado. batalla—Griego, “para la guerra”, en A y B; pero Andreas omite el artículo.
V.9.
anchura de la tierra—de modo de cubrirla
completamente.
Acaso debemos traducir, “… de la tierra (santa)”. el campo de los santos … ciudad amada—el campo de
los santos rodea a la ciudad amada, Jerusalén (Ecl. 24:11). Contrástese lo “odioso”
de Babilonia (Ecl. 18:2; Deut. 32:15, Versión de los Setenta).
· La profecía de
Ezequiel tocante a Gog y Magog (38 y 39) se refiere al ataque hecho por el anticristo a
Israel antes del milenio;
· Pero este ataque
se hace después del milenio, de modo que “Gog y Magog” son nombres místicos que representan
los adversarios finales guiados por Satanás en persona.
Los Gog
y Magog
de Ezequiel vienen del norte, pero éstos vienen “de
los cuatro ángulos de la tierra”. Gog, según algunos, se relaciona con el
radical hebreo “cubierto”.
de (parte de) Dios—Así
B, la Vulgata, la Siríaca, la Cóptica y Andreas; pero A omite “de Dios”.
Aun durante el milenio hay una separación entre el cielo y la tierra, la humanidad transfigurada y la humanidad en
carne.
Por tanto, es posible que se efectúe una apostasía al final de
él.
En el juicio sobre esta apostasía el mundo de la naturaleza es destruido y
renovado, como el mundo de la historia lo fue antes del reinado milenial; sólo
entonces serán realizados el nuevo cielo y la nueva tierra en la perfección
final.
Ø El nuevo cielo y la nueva tierra
milenarios no son sino unas primicias de este estado sempiterno, cuando las
congregaciones superior e inferior ya no estarán separadas, relacionadas,
empero en el milenio y cuando la nueva Jerusalén descenderá del cielo de Dios.
La pecaminosidad hereditaria será la única
influencia durante el milenio, que impida a la Iglesia transfigurada salvar a
todas las almas. Cuando termine este plazo de la gracia, no le sucederá otro.
Porque ¿qué puede mover a aquel en el cual la gloria visible de la Iglesia, restringida la influencia del mal, no despierte ningún anhelo por la comunión con el Rey de la Iglesia? Como la historia del mundo de las naciones terminó con la manifestación de la Iglesia en gloria visible, así terminará la de la humanidad en general con la grande separación de los justos y de los malos (Ap. 20:12).
IV. Satanás Es Sentenciado. Ap. 20:10:
V.10.
engañaba—Griego,
“engaña”.
lago de fuego—su destino final, como “el abismo” era su prisión temporaria. donde—Así la Cóptica, pero A, B, la Vulgata y la Siríaca dicen: “donde también”. la bestia y el falso profeta—(comp. el 19:20.) para siempre jamás—Griego, “hasta los siglos de los siglos”. día y noche—figurativamente, sin intermisión (22:5), tal como es motivada ahora por la interposición de la noche entre día y día. La misma frase se usa para el estado eterno de los bienaventurados (4:8).
Ayuda Hermenéutica:
G4105 πλανάω = planáo: de
G4106; (propiamente hacer) vagar (de seguridad, verdad o virtud): - engañador,
engañar, errar, extraviar, descarriar, seducir, vagar. (Strong).
abussos = (ἄβυσσος, G12),
sin fondo (de a = negación,
y bussos
= profundidad; similar a bathus = profundo; que se usa en castellano como prefijo para términos
técnicos, como batógrafo = apartado para registrar profundidades). Describe
una profundidad insondable, el mundo inferior, las regiones infernales, el
abismo del Seol. En Rom. 10:7, citando a Deut. 30:13, el abismo (la morada de los
muertos perdidos) toma el lugar del mar, debiéndose el cambio en la
cita a los hechos de la muerte y de la resurrección del Señor. Es una
referencia a las regiones inferiores como morada de demonios, de donde pueden
ser soltados (Ap. 11:7; 17:8); se halla en siete pasajes de Apocalipsis (Ap. 9:1-2;
9:11; 11:7; 17:8; 20:1; 20:3). En los Evangelios aparece en Lc. 8:31. (VINE).
G5578 ψευδοπροφήτης = pseudoprofétes: de G5571
y G4396; profeta espúreo, i.e.
pronosticador pretendido o impostor religioso: - falso profeta.
G2342 θηρίον = dseríon: dim. de lo mismo que G2339; animal peligroso: - bestia, fiero, víbora. (Strong).
Como es eterna la dicha de éstos, así debe ser la miseria de Satanás y de los perdidos. Como la bestia y el falso profeta dirigieron la conspiración anterior contra Cristo y su pueblo, así Satanás en persona encabeza la última conspiración. A Satanás se le permitirá entrar en este Paraíso recuperado, para demostrar la perfecta seguridad de los creyentes, a diferencia de Adán a quien Satanás pudo despojar del Paraíso; y cual Faraón en el mar Rojo, recibirá en esta tentativa final su condenación final.
V. Los Inconversos Son Juzgados. Ap. 20:11-15:
V.11.
gran trono—en contraste con
los “tronos”
(20:4).
blanco—el emblema de la
pureza y la justicia. sentado sobre él—El Padre.
Más bien, el Hijo, a quien “el Padre ha entregado todo juicio”. Dios en
Cristo, o sea, el Padre representado por el Hijo, es aquel ante cuyo trono de
juicio todos debemos comparecer. El reino mediador del Hijo tiene por fin
preparar el reino para la aceptación del Padre, habiendo hecho lo cual,
entregará el reino al Padre, “para que Dios sea todo en todos”, entrando en
directa comunión con sus criaturas, sin la intervención de un Mediador, por vez
primera después de la caída.
Anteriormente la mediación profética de Cristo había sido prominente en su ministerio terrenal, su mediación sacerdotal es prominente ahora entre el primero y segundo advenimientos, y su mediación real lo ha de ser durante el milenio y el juicio general. huyó la tierra y el cielo—La conflagración final, pues, precede el juicio final. Este es seguido por el nuevo cielo y la nueva tierra (cap. 21.)
V.12.
los muertos—“los demás de los muertos” que no habían
participado en la primera resurrección, y los que murieron durante el milenio, grandes y pequeños—Griego, “los grandes y los
pequeños”. B invierte: “los pequeños
y los grandes”.
Los malos muertos desde el tiempo de Adán
hasta la segunda venida de Cristo, y todos los justos y malos, muertos durante
el milenio y después recibirán entonces su eterna porción que les será
asignada. Los piadosos que fueron transfigurados y reinaron con Cristo en el
milenio, también estarán presentes, no por cierto para recibir su recompensa
señalada por primera vez (porque ya lo estaba tiempo hacía, Jn. 5:24), sino
para que les fuese confirmada y para que la justicia de Dios fuese vindicada en
el caso tanto de los salvos como de los perdidos, en la presencia del universo
congregado. Comp. “Es menester que TODOS
nosotros comparezcamos …”, Rom. 14:10; 2 Cor.
5:10.
Los santos habiendo sido declarados justos
por Cristo por el “libro de la vida”, se sentarán como asesores del
Juez. Comp. Mt. 25:31-32; 25:40, “éstos mis hermanos”. La omnisciencia de Dios no
permitirá que el más insignificante pase sin ser observado, y su omnipresencia
hará que los más poderosos obedezcan a sus llamados.
Los vivos no son mencionados especialmente:
· Porque éstos probablemente primero (antes de la destrucción
de los impíos. Mt. 20:9) serán transfigurados, y arrebatados con los santos muy
anteriormente transfigurados, y aunque presentes para la confirmación de su
justificación por el Juez, no recibirán entonces su estado eterno que se les asigne,
sino que se sentarán como asesores del Juez. los libros … abiertos—(Dn. 7:10.)
Los libros de las memorias de Dios, tanto
de los malos como de los buenos (Salm. 56:8; 139:4; Malq. 3:16):
· La
conciencia (Rom.
2:15-16),
· El
consejo eterno de Dios (Salm. 139:16).
· Libro de la vida—(Salm. 3:5; 13:8;
21:27; Ex. 32:32-33; Salm. 69:28; Dn. 12:1; Filp. 4:3.)
Además del libro general que registra las
obras de todos, hay un libro especial para los creyentes en el que sus nombres
están escritos, no para registrar sus obras, sino para asentar la obra de
Cristo realizada en ellos y por ellos.
Por tanto, se le llama, “el libro de la
vida del Cordero”. La gracia electiva los ha señalado de entre la
masa general. según sus obras—Somos
justificados por la fe, pero juzgados según (no por) nuestras obras.
Porque el juicio general tiene por propósito primario la final vindicación de la justicia de Dios delante de todo el mundo, la que en esta dispensación agitada de bien y mal, aunque gobernando en verdad al mundo, ha sido por el tiempo menos manifiesta. La fe es sólo apreciable a Dios y al creyente (Filp. 2:17); pero las obras son discernibles a todos. Estas, pues, vienen a ser la prueba evidencial que decide la condición eterna de los hombres, y demuestran que la administración del juicio llevado a cabo por Dios es del todo justa.
V.13.
muerte y el
infierno—Griego, “hades”.
La identidad esencial del cuerpo moribundo
y resucitado así se demuestra, pues la mar
y la tumba (hades)
entregan sus muertos. El cuerpo que pecó o que sirvió a Dios, en justa
retribución, será también el cuerpo que sufrirá o que será recompensado. La “mar”
puede tener un sentido simbólico [Gluver de Agustín], además del literal, como
en el 8:8; 12:12; 13:1; 18:17, 19: así “muerte”
y “hades”
son personificaciones (véase el 21:1).
Pero el sentido literal apenas debe ser abandonado:
Ø Todas las diferentes regiones en donde los
cuerpos y
Ø Las almas de los hombres estuvieron,
Ø Los entregaron.
V.14. La muerte y el hades, como presentativos de los enemigos de Cristo y su Iglesia, se dice que fueron arrojados en el lago de fuego, para expresar la verdad de que Cristo y su pueblo ya nunca más morirán, ni estarán en el estado de los espíritus desincorporados.
Ayuda Hermenéutica:
G2288 θάνατος = dsánatos de G2348;
(propiamente adjetivo usado como sustantivo) muerte (literalmente o
figurativamente): - mortal, mortandad, muerte, muerto, -a.
G86 ᾅδης = hades de G1 (como partícula
negativa) y G1492; propiamente no visto, i.e. «Hades» o el lugar
(estado) de las almas que han partido: -
Hades, sepulcro.
G3041 λίμνη = límne probablemente de G3040
(mediante la idea de cercanía a la orilla); lago, estanque (grande o pequeño): - lago.
G4442 πῦρ = púr palabra primaria; fuego (literalmente o figurativamente, específicamente rayo, relámpago): - fuego, quemar. (Strong).
Esta es la muerte segunda—(a saber) “el lago de fuego”, se agrega en A, B, y Andreas. En el infierno, la antigua forma de la muerte, que fue uno de los enemigos destruidos por Cristo, no continuará, pero una muerte muy diferente reinará allí, “la eterna destrucción de (apartada de) la presencia del Señor”; un testimonio permanente de la victoria de Cristo.
V.15. La suerte dichosa
de los justos no está mencionada aquí especialmente, como su dicha había
comenzado antes del juicio final. Véase, sin embargo, Mt. 25:34; 25:41; 25:46.
Concluyó:
La Muerte y
el Hades representan
el hecho de morir y la condición a que se llega luego de la muerte. Ambos
fueron lanzados al lago de fuego, circunstancia que
muestra la naturaleza claramente pictórica de la escena, incluyendo el lago de fuego. En
ese lago fueron echados aquellos cuyo nombre no fue hallado inscrito en el
libro de la vida. El lago tiene su origen en el abismo, la sede del
monstruo enemigo de Dios, y tradicionalmente la morada de los malos espíritus y
el lugar donde los ángeles caídos fueron castigados. Es la alternativa a la ciudad de Dios.
De acuerdo con ello, Juan representa la misma realidad por el muy diferente símbolo de la vida fuera de la ciudad (21:27) en contraste con la vida dentro de ella (21:24-26). Es significativo que todo comienza en relación con la nueva creación, la obra de Dios en Cristo; podemos estar seguros de que la gracia y la verdad (Juan 1:17) serán tan realmente unidas en el juicio como lo fueron en la cruz de Cristo.
____________
Nota y Bibliografía:
- Biblia
de Estudio RYRIE.
- e-Sword-the.
LEDD. Mundo Hispano.
- Pastor:
Carlos Ramírez Jiménez. 14//12//2021. MISIÓN BAUTISTA: “Emanuel”.
Ciudadela de Noé. Los Cardos Mz.E -
Lt.18. III Etapa. Cerca del Hospital Regional II. Cel. 942-562691-Tumbes.
charlyibsh@hotmail.com
Visite: El Block ‘El Alfarero Restaurador’ “El Shaddai”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario