lunes, 28 de mayo de 2018

INSTRUCCIONES, EL ARCA, ALTAR, VESTIDOS, TABERNÁCULO: ÉXODO 35–40:


INSTRUCCIONES, EL ARCA, ALTAR, VESTIDOS, TABERNÁCULO:
ÉXODO 35–40:


 Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

I.       El Pueblo Trae Sus Ofrendas (Éxodo 35:1–29):
Moisés ya le había dicho al pueblo que Dios quería sus ofrendas voluntarias para que se construyera el tabernáculo (25:1–8). Qué gracia que Dios acepte ofrendas de un pueblo que le había desobedecido y afligido su corazón. Estas eran ofrendas voluntarias del corazón (vv. 5, 21, 26, 29), porque el Señor ama al dador alegre (2 Cor. 9:6–8).
La mayoría de esta riqueza tal vez vino del pueblo de Egipto (12:35–36), salario retrasado por todo el trabajo que los judíos hicieron para los egipcios. Era «la ofrenda a Jehová» (vv. 22, 24, 29), y por lo tanto, querían dar lo mejor.
A decir verdad, dieron con tanta generosidad que Moisés tuvo que detenerlos para que no trajeran más (36:4–7). ¡Nos preguntamos si ese problema existe alguna vez en la iglesia de hoy!

II.      Las Personas Dotadas Dan Su Servicio (Éxodo 35:30–39:43):
El Espíritu Santo le dio a Bezaleel y Aholiab la sabiduría de saber qué hacer y la capacidad para hacerlo. De la misma manera Dios le ha dado dones a su pueblo hoy de modo que la Iglesia pueda ser edificada (1 Cor. 12–14; Ef. 4:1–17; Rom. 12). Bezaleel y Aholiab no hicieron todo el trabajo solo, sino que enseñaron a otros que les ayudaron.
En los versículos subsiguientes Moisés nombra una por una las varias partes del tabernáculo, así como las vestiduras de los sacerdotes. Dios está interesado en cada detalle de nuestro trabajo y no minimiza ningún aspecto del mismo. El broche más pequeño de las cortinas era tan importante para Él como el altar de bronce.
Si somos fieles en las cosas pequeñas, Dios puede confiarnos las cosas más grandes (Lc. 16:10). Los eruditos estiman que en la construcción del tabernáculo el pueblo usó cerca de una tonelada de oro, más de tres toneladas de plata y más de dos toneladas de bronce. ¡No fue ninguna estructura barata!

III.    El Señor Da Su Gloria (Éxodo 40:1–38):
Israel llegó a Sinaí tres meses después del éxodo de Egipto (19:1), y era ahora el primer día del segundo año de su peregrinaje (40:2); de modo que transcurrieron nueve meses desde la promulgación de la ley hasta la dedicación del tabernáculo terminado:
Ø Casi tres meses de ese tiempo Moisés los pasó con Dios en el monte (24:18; 34:28).
Ø Vemos entonces que la construcción del tabernáculo llevó alrededor de seis meses.

Al levantar el tabernáculo por primera vez Moisés levantó la tienda y luego, trabajando desde afuera del Lugar Santísimo, colocó los enseres en su lugar. Cuando esto se hizo, levantó el atrio exterior:
·    Con todo en su lugar apropiado, Moisés entonces ungió la estructura y su contenido (vv. 9–11) y lo apartó para el Señor.
·      Su acto final de dedicación fue la consagración de Aarón y los sacerdotes (vv. 13–16),
·      a lo cual siguió la presentación de los sacrificios al Señor (Lv. 8–9).

El clímax del culto de dedicación fue la revelación de la gloria del Señor en el fuego del altar (Lv. 9:24) y la nube en el tabernáculo (Éx. 40:34–38; véase también 1 R. 8:10). Sin importar cuán caro era el tabernáculo, era simplemente otra tienda si no tenía la presencia de Dios.
La gloria no sólo residió en el tabernáculo, sino que guió a los israelitas en su peregrinaje. Cuando hablamos de la «gloria Shekinah de Dios», nos referimos al hecho de Dios morando en el tabernáculo o en el templo. La palabra hebrea que se translitera «Shekinah[2]» significa «morada de Dios», porque la palabra hebrea shakán significa «morar» (Éx. 29:45–46).
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Nota:
[1] shakan = (שָׁכַן, H7931), «morar, habitar, asentarse, permanecer, quedar». Este vocablo se encuentra en muchas lenguas semíticas, incluyendo el antiguo acádico y ugarítico; también está por todos los niveles de la historia hebraica. Shakan aparece casi 130 veces en hebreo veterotestamentario.
Shakan se usa por primera vez con en el significado de «habitar» en Gn.9:27: «Y habite en las tiendas de Sem». Moisés recibe una orden: «Que me hagan un santuario, y yo habitaré en medio de ellos» (Ex.25:8 rva).
Shakan proviene de la vida nómada y significa «morar en una tienda». Es así que Balaam «vio a Israel acampado según sus tribus» (Num.24:2 rva). En esta cita el término quiere decir «morar provisionalmente» o «acampar», aunque también puede indicar «permanencia» (Salm.102:28). Dios promete seguridad para Israel «para que habite en su lugar, y nunca más sea removido» (2 Sam.7:10).
La versión Septuaginta del Antiguo Testamento se vale de un gran número de términos griegos para traducir yashab y shakan. Con todo, el vocablo kaitoikein se usa más que cualquier otro. Esta palabra también expresa en el Nuevo Testamento la «morada» del Espíritu Santo en la Iglesia (Ef.3:17). Comparte este sentido con el término griego skenein («vivir en una tienda»), que se usa como traducción más directa de shakan. Juan 1:14 dice acerca de Jesús: «Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros». La epístola a los Hebreos compara los sacrificios del tabernáculo de Israel en el desierto con el sacrificio de Jesús como el verdadero tabernáculo. Y el mensaje de Dios a Juan en Patmos es: «He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y Dios mismo estará con ellos como su Dios» (Ap.21:3). (VINE).
[2] SHEKINÁ = (habitación). La palabra en sí no se encuentra en la Biblia. Se usa en el Tárgum y en los escritos cristianos primitivos para referirse a la presencia de Dios. Sin embargo, la idea que expresa esta palabra, "Dios que habita, que mora entre los hombres", es un concepto básico tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento. Debe leerse junto con la palabra "GLORIA", presencia de Jehová. En Nm. 16:42, la nube oculta y revela la presencia de Dios. Dios habita entre los hombres por su sola voluntad, y permanece siempre Señor de su presencia (Éx. 19:9, 16, 18). No se puede disponer de ella. Hay que confiar en ella y obedecerle (Éx. 13:21, 22; Éx. 40:34-38). Así desciende sobre el templo (1 R. 8:10) y habita allí entre querubines (Salm. 80:1; Is. 6:1-9).
Sin embargo, la tradición profética no da por sentada la permanencia de esa presencia, independientemente de la conducta del pueblo y la voluntad divina (Jr. 7:4ss; Ez. 8:6). En el Antiguo Testamento se afirma que en los tiempos mesiánicos volverá la Shekinah (Ez. 43:7, 9; Hag. 1:8; Zc. 2:10; Is. 60:2). En el Nuevo Testamento el pasaje central sobre la encarnación (Jn. 1:14: "habitó entre nosotros") es una clara referencia a la tradición veterotestamentaria de la Shekinah. En Lc. 2:9; Mt. 17:5; 2 P. 1:17 encontramos manifestaciones alusivas directamente a fenómenos visibles o audibles que acompañaban esa presencia divina. (Diccionario Nuevo Ilustrado de La Biblia. Wilson M. Nelson).






Clase Para Domingo.

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Fin Del Estudio De Éxodo:









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