SALUDOS
PERSONALES DE PABLO:
(Romanos 16:1-16)
“Os recomiendo
además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea;…que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y
que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha
ayudado a muchos, y a mí mismo… Saludad a
Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús,… que expusieron su vida por mí; a los cuales no sólo yo doy
gracias, sino también todas las iglesias de los gentiles… Saludad también a la iglesia de su casa. Saludad a Epeneto,
amado mío, que es el primer fruto de Acaya para Cristo…”.
(Romanos
16:1-16)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Los elogios a un
hermano cristiano y los saludos son componentes típicos de las partes finales
de las cartas de Pablo. Lo que no es
típico en este texto es la cantidad poco común de personas a las que Pablo
saluda: menciona a 27.
Esto, en una carta a una iglesia a la
que Pablo no ha visitado, ha llevado a muchos eruditos a pensar que este
capítulo no era parte de la carta original de Pablo a Roma, sino una carta
aparte, escrita para elogiarlos, o un agregado a la carta cuando fue enviada a
Efeso.
Pero
esto es improbable (ver la Introducción). Precisamente dado que Pablo no
ha fundado la iglesia de Roma, puede nombrar a todos los cristianos de la
iglesia que conoce, como Priscila y Aquilas (3), a quienes había conocido durante sus viajes por el
Mediterráneo oriental.
Al llamar a Febe una diakonos de la iglesia en Cencrea (una ciudad ubicada
a casi ocho Kilómetro(s) al este de Corinto),
Pablo puede querer decir simplemente que es una cristiana llamada, como
todos los cristianos, a ser sierva (1) de
Cristo y de la iglesia (ver 1 P. 4:10).
Pero con el agregado de la iglesia de
Cencrea (que le da un tinte más oficial
a la designación), es más probable que Pablo esté diciendo que Febe tiene
el cargo de diaconisa (ver Filp. 1:1; 1
Tim. 3:8, 12; muchos consideran que 1 Tim.
3:11 se refiere a las diaconisas). No
tenemos evidencias sólidas provenientes del siglo I sobre la naturaleza de este
ministerio, pero, como en fechas posteriores, probablemente se concentrará especialmente en el cuidado de los miembros más pobres y débiles de la iglesia.
Quizá la condición secular de Febe haya
tenido algo que ver con su nombramiento para tal ministerio, ya que en el v. 2b Pablo la llama prostatis (Biblia de Jerusalén, VHA, “protectora”)
palabra con que generalmente se designaba a personas ricas que se convertían en
padrinos o mentores de personas o movimientos (la Reina-Valera Actualizada y otras versiones parafrasean esta
expresión diciendo: ella ha ayudado a muchos).
Pablo menciona a Febe porque ella va a Roma, probablemente llevando esta carta
(2a).
Los saludos de Pablo no siguen una
secuencia obvia, pero comienza quizá con aquellos a quienes conoce mejor y con
quienes ha trabajado personalmente (3–7)
para luego seguir con los que conoce menos (8–15). Priscila y Aquilas naturalmente pertenecen
a la primera categoría. Pablo los conoció en Corinto, donde habían ido luego de
ser forzados por el edicto del emperador Claudio a dejar su hogar en Roma
(Hech. 18:2).
Se convirtieron en colaboradores de
Pablo, y pasaron bastante tiempo en la iglesia en Efeso (Hech. 18:18, 26). Fue
quizá allí, posiblemente durante el alboroto en esa ciudad (Hech. 19:23–41),
que ellos expusieron sus cuellos por la vida de Pablo (4):
· Viviendo ahora en Roma nuevamente,
continúan ministrando, y una de las “iglesias romanas hogareñas” se
reúne en su casa (5a).
· Epeneto
(5b), uno de los primeros frutos en la provincia romana de Asia
(occidente de Asia Menor) no se menciona en
otra parte del Nuevo Testamento;
· tampoco sabemos nada sobre María (6).
Junias, en el v. 7, probablemente deba ser traducido “Junia” (ver Biblia de Jerusalén).
El nombre gr. Iounian podría ser una
forma abreviada del masculino Junianis,
pero existen muy pocas evidencias. Es más probable, por lo tanto, que sea una
forma del nombre femenino Junia, que era bastante común.
Presumiblemente se trata de la esposa de
Andrónico (compare v. 3). Ambos, que
eran judíos (sungeneis probablemen te
signifique “hermanos de raza”, como en 9:3, en
lugar de “parientes”), conocieron a Cristo
antes que Pablo y habían estado en prisión con él, probablemente porque compartían,
según traduce la Biblia de las Américas, su ministerio de ser apóstoles.
Dado que no tenemos noticias de ellos en
otros lugares, Andrónico y Junias posiblemente no fueran “apóstoles” en el mismo sentido
que, Por ejemplo lo eran Pablo y Pedro (representantes
del Cristo resucitado, elegidos por Dios, con una autoridad única; ver Por
ejemplo Hech. 1:12–26; Ef. 2:20; 1 Cor. 15:7–9).
Apóstol, aquí, tendría el sentido de “misionero”
o “mensajero
acreditado” (ver 2 Cor. 8:23; Filp. 2:25).
Amplias (8) no se menciona en otra parte del Nuevo Testamento, pero puede
ser la persona cuya tumba fue encontrada en la catacumba de Domitila, una mujer
de familia imperial y grandes riquezas quien, aparentemente, era cristiana.
Urbano, Estaquis (9) y Apeles (10) tampoco se mencionan en otros
lugares.
Pero Aristóbulo, que tenía cristianos
entre los de su casa (10b) quizá sea
el hermano de Agripa I, rey de Judea desde el año 41 hasta el 44. El pariente (sungenes; compare comentario sobre el v. 7)
de Pablo, Herodiana, posiblemente fuera un esclavo o liberto de la familia de
Herodes, dinastía de gobernadores de Judea.
El Narciso a cuya casa saluda Pablo en
el v. 11b puede ser el mismo que
ganó fama (y notoriedad) como siervo
del emperador Claudio. Trifena, Trifosa y Pérsida son tres mujeres que
trabajaron por la causa de Cristo, sobre las que no tenemos más información.
Pablo saluda a nueve mujeres en este pasaje, y de seis de ellas dice que han
trabajado mucho o arduamente en el Señor (12).
Nada en las palabras de Pablo nos
permite señalar la naturaleza de sus ministerios, pero deberíamos dar el
reconocimiento debido al importante papel que desempeñaron las mujeres en los
diversos ministerios del siglo I, así como en la actualidad.
Dado que el Evangelio de Marcos fue
escrito en Roma, y quizá aprox. al mismo tiempo que Rom., es tentador
identificar al Rufo del v. 13 con el
Rufo cuyo padre llevó la cruz de Jesús hasta el Gólgota (Mr. 15:21). Ninguno de
los nombres que se mencionan en los vv.
14, 15 se encuentra en otra parte del Nuevo Testamento o en los documentos
de la historia cristiana primitiva.
El beso (16a) como forma de saludo, al llegar o al partir, estaba muy
difundido en el mundo antiguo y fue adaptado por la iglesia primitiva (1 Cor.
16:20; 2 Cor. 13:12; 1 Ts. 5:26; 1 P. 5:14). Sin embargo, debía ser un beso
santo, completamente diferenciado de cualquier connotación pagana o erótica.
1) 16:17-20: Advertencia
Sobre Falsos Maestros:
Tan abrupta es la súbita advertencia de
Pablo sobre los falsos maestros que algunos estudiosos creen que el pasaje no
tiene nada que hacer aquí.
Pero aunque las advertencias de este
tipo no son lo acostumbrado en la parte final de las cartas de Pablo, tampoco
son completamente inusuales (ver 1 Cor. 16:22; Gál. 6:12, 13; Filp. 3:2–21).
No es claro quiénes son aquellos acerca
de los cuales Pablo está advirtiendo a los cristianos en Roma. Los describe
como causantes de divisiones y de poner tropiezos (skandala; compare 9:33; 11:9; 14:13) en el camino de los creyentes
(17).
Usan suaves palabras y lisonjas para
tratar de engañar a aquellos que pueden ser ingenuos y que no están preparados (18). Están preocupados por sus propios
estómagos (Literalmente), pero ni siquiera esta indicación más específica nos
ayuda a saber quiénes eran estas personas.
Algunos piensan que se refiere a la
insistencia de los judíos en la observancia de las leyes relativas a los
alimentos (Pablo,
entonces, los reprendería irónicamente por poner demasiado énfasis en lo que
entra en sus estómagos); otros creen que se refiere a la
preocupación sensual por el placer propio. Debemos conformarnos con dejar a
estos falsos
maestros en el anonimato.
Sean quienes sean, Pablo insta a los
cristianos romanos a que se “fijen” en ellos y que se “aparten” de ellos (17). Esto último probablemente no signifique que la iglesia deba excomulgarlos
(compare 1 Cor. 5:1–5), sino que deben evitar, en general, tratarse con ellos:
Ø Pablo reafirma su confianza en los cristianos en Roma (19a; compare 15:14, 15; 1:8) pero no desea que sean ingenuos con respecto a los peligros que
esto supone para su fe (18b).
Ø Imitando el consejo de Jesús a los
doce, Pablo alienta a los creyentes a que sean sabios para el bien e inocentes
para el mal
(19b; compare Mat. 10:16).
Al hacerlo, pueden estar seguros de que Dios mismo se ocupará de
actuar contra aquellos que están queriendo engañarlos:
Y el Dios de paz
aplastará en breve a Satanás debajo de vuestros pies (20; este versículo debería estar
estrechamente ligado con los vv. 17–19, ver Dios Habla Hoy).
Es posible que Pablo insinúa una rápida “destrucción”
de estos falsos maestros, considerados secuaces de Satanás. Pero es más
probable que esté pensando en el gran clímax de los últimos tiempos, cuando en
cumplimiento de Gn. 3:15, Dios ganará la última gran victoria sobre Satanás. La
paz (20) que Dios creará finalmente,
es resultado tanto de la liberación de su pueblo como del juicio de sus
enemigos.
2) 16:21-27: Saludos
Finales y Doxología:
La carta de Pablo concluye con saludos
de tres colaboradores suyos (21–23)
y una doxología (25–27).
Timoteo (21) había acompañado frecuentemente a Pablo desde el comienzo del
segundo viaje misionero (Hech. 16:3), y ahora está con Pablo en Corinto.
Lucio ha sido ocasionalmente identificado
con Lucas, “el
médico amado”, o con Lucio de Cirene (Hech. 13:1), pero ambas
opciones son improbables.
Jasón, sin embargo, bien podría ser el
Jasón que hospedó a Pablo en su visita inicial a Tesalónica (Hech. 17:5–9; quizá
ha tenido que huir a Corinto debido a la persecución), mientras que
Sosípater es probablemente el Sópater de Hech. 20:4.
Parientes es una vez más la traducción
de sungeneis, que se refiere a los
hermanos de raza de Pablo, los judíos, no a sus familiares de sangre.
Tercio (22), que no se menciona en otro lugar del Nuevo Testamento, es el
amanuense de Pablo, o el escriba que ha escrito las palabras que Pablo le
dictó.
Gayo (23), en cuya casa se reunía una de las comunidades cristianas
corintias, es casi seguramente el Gayo que se menciona en 1 Cor. 1:4, y quizá
también pueda ser identificado con Tito Justo (Hech. 18:7).
Pablo identifica a Erasto como tesorero
de la ciudad (gr. oikonomos tes poleos),
lo cual plantea la pregunta de si será el mismo Erasto que se menciona como “edil” o
“comisionado de
obras públicas” en una inscripción corintia del siglo I.
Pero la palabra que Pablo usa no es un
equivalente natural de la latina “edil”, por lo que no es segura esta
identificación. Tampoco es claro si este es el mismo Erasto que se menciona en
Hech. 19:22 y en 2 Tim. 4:20, ya que este nombre era muy común.
La doxología de Pablo, además de
concluir la carta con una elevada nota de atribución de gloria a Dios, resume
también en forma muy efectiva algunos de los temas clave de la carta. Hemos
sugerido que la defensa y explicación que Pablo hace del evangelio que predica
es el tema central de la carta.
Pablo nos recuerda ahora que es por
medio de ese evangelio que Dios puede “hacernos firmes” en nuestra fe (25). Este evangelio, que proclama a
Jesucristo (la
predicación de Jesucristo es probablemente una explicación del contenido del
evangelio), es un misterio[1]
que sólo ha sido revelado recientemente (25b,
26a).
Se nos recuerda el énfasis de Pablo,
respecto de la forma en que la justicia salvadora de Dios ha sido revelada en
la cruz y en la predicación del evangelio (1:17;
3:21).
Por medio de las Escrituras proféticas… dado a conocer (26) es probablemente paralelo a “revelación”, y no subordinado a
ella: agrega
una segunda descripción del evangelio dada en el v. 25, que también recoge un tema clave de la carta (1:2; 3:21; cap. 4; 10:14–21).
NOTA. VV.25-26: Del
Misterio: El misterio en sentido bíblico
puede definirse así algo desconocido en los tiempos pasados pero REVELADO en el NT.
Efesios 3:3. Aquí el Misterio ES EL EVANGELIO[2] DE CRISTO. Las Profecías del AT., sobre el Mesías ya se podían
entender, una vez que el MISTERIO REVELADO
(Compare Lc.24:44-45; 1 P. 1:10-12).
Efesios 3:3: El
Misterio: Un Misterio no era algo misterioso
en el sentido moderno, sino algo desconocido hasta que fuese Revelado a los
iniciados (Comp. Rom. 16:25). El Misterio
del que se habla aquí no es que los gentiles habían de ser bendecidos (porque esto ya estaba predicho en el AT.), sino que JUDIOS
y GENTILES habían
de ser por igual herederos en un SOLO CUERPO
de Cristo (v.6). Esto
era desconocido en la Profecía del AT., pero fue Revelado por medio de los apóstoles
y Profetas del NT. (V.5). Otros Misterios
Revelados en el NT., se hallan en Mt.13:11; Rom.11:25; 1 Cor.15:51-52;
Ef.5:32; 6:19; Col.1:27; 2:2; 4:3; 2 Ts.2:7; 1 Tim.3:16; Ap.1:20; 17:5, 7).
Ayuda Hermenéutica:
V.3:
R845: En καθὼς προέγραψα ἐν
ὀλίγῳ, Pablo pudiera
aludir a lo que acaba de escribir o a toda la epístola. [Editor. En
este contexto parece que se refiere a lo que acaba de escribir, especialmente
porque él ha explicado con cierto detenimiento el misterio que se le dio a
conocer].
La revelación del evangelio y el darlo a
conocer, ha sido por orden (mandamiento[3]) de Dios mismo, y tiene el propósito
de que todas las naciones (gr. ethne;
compare Mt. 28:19) lleguen a la obediencia de la fe (compare 1:5 y los comentarios
sobre esa expresión allí).
G2003 ἐπιταγή = epitagé: de G2004;
mandato o decreto; por implicación autoridad:- mandamiento, mandar, mandato.
(Strong).
Por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, declarado a todas
las gentes [“naciones”]
para que obedezcan.
A
fin de que los judíos no pensasen, a causa de lo que acababa de decir, que Dios
hubiese obrado en su pueblo un cambio tan vasto en su condición sin darles
noticia previa alguna, el apóstol aquí agrega que, al contrario:
Ø “los escritos de los
profetas” contienen todo lo que él y los
demás predicadores del evangelio proclaman sobre estos temas, y que, en efecto,
el mismo Dios que “en las edades eternas”
había guardado estas cosas encubiertas,
Ø había dado “mandamiento” que ahora, según el tenor de dichas escrituras proféticas, fuesen
impartidas a todas las naciones para la aceptación de ellas por la fe.
Al continuar procurando el logro de este
propósito a través de nuestra predicación del evangelio, se nos recuerda que
esto es, en última instancia, para la gloria del único sabio Dios.
Nota. 24: La Reina-Valera
Actualizada y otras versiones no incluyen el v. 24, ya que su contenido es casi
seguramente un agregado posterior al texto de Rom. 25–27.
La mayoría de los
comentaristas modernos consideran que la doxología de los vv. 25–27 es un
agregado posterior a la carta. Pero no hay nada que no sea paulino en su
vocabulario e ideas, tiene sólido apoyo externo en los manuscritos más
antiguos, y el hecho de que pudiera estar colocado en diversos lugares (al
final del cap. 14 o del cap. 15) podría deberse al
traslado de la conclusión original de Pablo cuando la carta fue abreviada.
Concluye:
Corresponde
a los cristianos ayudarse unos a otros en sus asuntos, especialmente a los
forasteros; no sabemos qué ayuda podremos necesitar nosotros mismos:
· Pablo pide ayuda para una que ha sido
útil para muchos;
· el que riega también será regado.
Aunque
el cuidado de todas las iglesias estaba con él a diario, podía recordar a
muchas personas y enviar saludos a cada una, con sus caracteres particulares y
expresar interés por ellos.
Para que nadie se sienta herido, como si
Pablo se hubiera olvidado de ellos, manda sus recuerdos al resto, como hermanos
y santos, aunque no los nombra.
Agrega, al final, un saludo general para
todos ellos en el nombre de las iglesias de Cristo.
___________
Nota y
Bibliografía:
[1] musterion = (μυστήριον, G3466),
primariamente aquello que es conocido de los mustes, los iniciados (de mueo = iniciar en los misterios); comp.
Filp.4:12, mueomai: «he aprendido el
secreto» (rvr77). En el NT., denota no lo que es misterioso, como sucede
con el término castellano, sino aquello que, estando más allá de la posibilidad
de ser conocido por medios naturales, solo puede llegarse a saber por
revelación divina, y se hace saber de una manera y en un tiempo señalados por
Dios, y Solo a aquellos que están iluminados por su Espíritu. En su sentido
ordinario, un misterio significa conocimiento retenido; su significado bíblico
es verdad revelada.
De ahí que los
términos especialmente asociados con este tema sean «dado a conocer», «revelado»,
«declarado», «dispensación»,
etc. La definición dada arriba puede tener su mejor ilustración con el
siguiente pasaje: «el misterio que había estado oculto desde los siglos y
edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos» (Col.1:26).
«Se usa de:
(a) Verdad
espiritual en general, como se revela en el evangelio (1 Cor.13:2; 14:2; comp.
1 Tim.3:9). Entre los antiguos griegos «los misterios» eran ritos religiosos y
ceremonias que se practicaban en el seno de sociedades secretas en las que
podía ser recibido aquel que lo deseaba. Los que eran iniciados en estos «misterios»
venían a ser poseedores de un cierto conocimiento que no se impartía a los no
iniciados, y por esto recibían el nombre de «los perfeccionados» (comp. 1 Cor.2:6-16
donde el apóstol tiene en mente estos «misterios» y presenta el evangelio en
contraste a ellos; aquí, los «perfeccionados», esto es, «los que han
alcanzado madurez», son, naturalmente, los creyentes, los únicos que
pueden percibir las cosas reveladas);
(b) Cristo, que es
el mismo Dios revelado bajo las condiciones de vida humana (Col.2:2; 4:3), y
llegando a someterse a la misma muerte (1 Cor.2:1; en algunos mss. aparece musterion
en lugar de marturion = testimonio). (VINE).
[2] euangelion =
(εὐαγγέλιον
G2098)
denotaba originalmente una recompensa por buenas nuevas; mßs = tarde
desapareció la idea de la recompensa, y la palabra vino a denotar las mismas
buenas nuevas. En el NT., denota las buenas nuevas del Reino de Dios y de la
salvación a través de Cristo, que debe ser recibida por la fe, sobre la base de
su muerte expiatoria, su sepultura, resurrección y ascensión (p.ej., Hech.15:7;
Hech.20:24; 1 P.4:17). Aparte de estas referencias y de las que se hallan en
los Evangelios de Mateo y Marcos, y Ap.14:6, este término se halla solo en las
Epístolas de Pablo. El apóstol lo usa para denotar dos cosas relacionadas, pero
distintas:
(a) de los hechos b ßsicos de la muerte, sepultura y
resurrección de Cristo (p.ej., 1 Cor.15:1-3);
(b) de la
interpretación de estos hechos (p.ej., Rom.2:16; Gál.1:7; 1:11; 2:2); en (a) el evangelio se contempla
históricamente, en
(c) doctrinalmente, con referencia a la
interpretación de los hechos, tal como queda en ocasiones indicado en el
contexto. Las siguientes frases describen los sujetos o naturaleza o alcance
del mensaje: es el evangelio de Dios
(Mr.1:14; Rom.1:1; 15:16; 2 Cor.11:7; 1 Ts.2:2; 2:9; 1 P.4:17); Dios acerca de
su Hijo (Rom.1:1-3); su Hijo (Rom.1:9); Jesucristo, el Hijo de Dios (Marcos 1:1);
nuestro Señor Jesús (2 Ts.1:8); Cristo (Rom.15:19, etc.); la gloria de Cristo
(2 Cor.4:4); la gracia de Dios (Hech.20:24); la gloria del Dios bendito (1 Tim.1:11);
vuestra salvación (Ef.1:13); paz (Ef.6:15). Comp. También «el evangelio del Reino» (Mateo 4:23;
9:35; 24:14); «el
evangelio eterno» (Ap.14:6). En Gál.2:14: «la verdad del evangelio» denota
no el verdadero evangelio, sino su verdadera enseñanza, en contraste con las
perversiones que se hacen de él. Las siguientes expresiones se usan en relación
con el
evangelio:
(a) con respecto
a su testimonio;
(1) kerusso = predicarlo
como heraldo (p.ej., Mateo 4:23; Gál.2:2; véase PREDICAR);
(2) laleo = hablar (1 Ts.2:2);
(3)
diamarturomai =
testificar, exhaustivamente (Hech.20:24);
(4) euangelizo = predicar
(p.ej., Hech.5:42; 1 Cor.15:1-2; 2 Cor.11:7; Gál.1:9; 1:16, véase B mßs abajo);
(5) katangelo = «anunciar»
(p.ej.,Gál. 4:2);
(6) douleuo eis = servir al («ha
servido»);
(7) sunathleo en
=
laborar con en (Filp.4:3);
(8) jierourgeo = ministrar (Rom.15:16);
(9) pleroo = predicar
plenamente (Rom.15:19);
(10)
sunkakopatheo =
sufrir penalidades con (2 Tim.1:8);
(b) con respecto
a su recepción u otros aspectos:
(1) decomai = recibir (2 Cor.11:4);
jupakouo = dar oído, u obedecer (Rom.10:16;
2 Ts.1:8); pisteuo en = creer en
(Marcos 1:15); metastrefo =
pervertir (Gal.1:7).
[3] La palabra se
usa para traducir un número de palabras heb. y gr. que significan: ley,
ordenanza, estatuto, palabra, juicio, precepto, dicho, mandato. La
idea de autoridad que comunican estas palabras proviene del hecho que Dios como
soberano Señor tiene derecho a ser obedecido. La instrucción de Jesús tiene la
misma autoridad que la dicha por Dios en tiempos del AT, aunque Jesús no
siempre usa la palabra mandamiento = ἐπιταγή = epitagé. Lo que se dice de Dios y de Cristo
también se aplica a las enseñanzas apostólicas (1 Cor.14:37). (Diccionario Bíblico
Mundo Hispano).
- Douglas J. Moo.
- e-Sword-the. LEDD.
- Biblia de Estudio RYRIE.
- Pastor:
Carlos Ramírez Jiménez. 27//04//2018.
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