martes, 11 de mayo de 2021

Nehemías Auxilia a Los Explotados: (Nehemías 5:1–19)

 

Nehemías Auxilia a Los Explotados:

(Nehemías 5:1–19)

“… Y había quienes decían: Hemos empeñado nuestras tierras, nuestras viñas y nuestras casas, para comprar grano, a causa del hambreY había quienes decían: Hemos tomado prestado dinero para el tributo del rey, sobre nuestras tierras y viñas Ahora bien, nuestra carne es como la carne de nuestros hermanos, nuestros hijos como sus hijos; y he aquí que nosotros dimos nuestros hijos y nuestras hijas a servidumbre, y algunas de nuestras hijas lo están ya, y no tenemos posibilidad de rescatarlas, porque nuestras tierras y nuestras viñas son de otros…”.

(Neh. 5:3)


Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:  

Una crisis económica se había desatado antes del arribo de Nehemías. La hambruna, junto con la exigencia del pago de impuestos, había llevado a muchas familias a la ruina. La presencia de Nehemías fortaleció la disposición de clamar por justicia. Los pobres habían encontrado a un campeón para defender su causa.

Un extremadamente enojado Nehemías se dispuso a enmendar los abusos, lo cual dio lugar:

·      A la reforma de la política económica y

·      A la rectificación de los errores del pasado.

Ahora bien, el Mundo y Perú hoy sufren estos abusos políticos y económicos tan igual como en los tiempos de Nehemías, quien ahora auxilia a los explotados, cuando todo hoy es estado [defensoría, cocofri, la ley, ejercito, policía, etc…], aun que se diga que todos son separados, no es así ya que cuando entran lideres corruptos a todos corrompen ¿Buena Pregunta?, veamos.


I.              Los Deudores Claman. Neh. 5:1–5:

El clamor (5:1) es un ruego angustioso por socorro. En este caso la angustia, así como el clamor, fue grande. No clamaron unos pocos, sino el pueblo.

La participación de sus mujeres demuestra el apoyo amplio y serio para la manifestación (ver 8:2, 3; 10:28, 29; 12:43; Esd. 10:1). No se quejaron de las naciones enemigas (ver caps. 4 y 6), sino de sus hermanos judíos.

Cuatro Fueron Sus Quejas (5:2–5):

Ø Pasaban hambre (5:2),

Ø Empeñaban sus propiedades para poder comer (5:3) y

Ø Para pagar el tributo del rey persa (5:4) e,

Ø Incapaces de pagar las deudas, tenían que entregar a sus hijos para ser vendidos como esclavos (5:5).

Mantenga Su Mirada En Su Objetivo:

Nehemías pudo considerar varias opciones; él pudo haber atacado a sus enemigos. Esto hubiera iniciado una guerra que, al fin de cuentas, hubiera cesado la reconstrucción de la muralla y de la ciudad. Pero su objetivo era la reconstrucción de la muralla, no ganar una batalla.

Una segunda opción fue esperar hasta que todo se hubiera calmado. Podía haber enviado a todos los trabajadores a casa, haber dejado que los enemigos se cansaran de fastidiar, y luego haber continuado con su trabajo. Sin embargo, hubiera sido muy difícil reorganizar nuevamente el trabajo. Los enemigos hubieran ganado la victoria sin guerra.

Nehemías no seleccionó ninguna de esas opciones. Él mantuvo su mirada en su objetivo: completar la muralla. Derivó de su objetivo algunas estrategias y planes de acción. Dividió a los obreros en dos grupos:

·      El primer grupo haría guardia,

·      El segundo grupo seguiría trabajando.

El primer grupo sirvió para vigilar y pelear contra cualquier ataque de sorpresa. Pero en caso de una gran invasión, cada integrante de los dos grupos estaba armado. Nadie se fue a su casa, todos se quedaron en Jerusalén. Nehemías también estableció un sistema de alarma por medio de las trompetas. Y todos se quedaron vestidos tanto durante el día como por la noche para estar listos en cualquier momento. En la obra del Señor hay muchas distracciones. Hay muchas actividades que reclaman nuestra atención y aun nuestra acción. Tenemos que mantener nuestra mirada en nuestro objetivo. O, mejor dicho, en el objetivo divino. Formemos nuestras estrategias y planes de acción basadas en lo que Dios quiere. No nos desviemos de nuestro propósito, porque nos llevará muy lejos del plan divino (ver Heb. 12:2).

El hambre (v. 3) sería resultado de pobres cosechas de cebada y trigo en abril-junio.

Los campesinos no segaron lo suficiente para alimentar a su familia, mucho menos para pagar sus deudas pendientes, y la escasez hacía subir los precios en el mercado. Ahora la crisis se agudizaba en agosto-septiembre (ver 6:15). Algunos opinan que lo narrado en 5:1–13 sucedió en otro tiempo, hasta en la segunda gestión de Nehemías, más de doce años después (comp. 13:6, 7). Sin embargo, el contexto ubica esta crisis durante la construcción de la muralla, y los vv. 9 y 16 así lo confirman.

Por otro lado, algunos dicen que la obra causó la crisis: que los constructores tenían que descuidar sus campos (ver 4:22) y que el proyecto provocó un embargo comercial de parte de los pueblos vecinos (ver 4:7). Sin embargo, 5:2–5 no menciona nada de esto. Es dudoso que un trabajo de sólo 52 días, después de las cosechas de granos, pudiera empobrecer de este modo a los judíos.

Además, muchos constructores no eran campesinos pobres (ver todo el cap. 3 y 4:22). Algunos eran acreedores (comp. 5:7, 10 con 4:14, 16). La crisis más bien fue resultado de la hambruna (5:3), el tributo persa (5:4) y la acción egoísta de los acreedores (5:5, 7).

Vender a los hijos para pagar deudas (5:5) se contemplaba en la Ley, la cual decretaba condiciones humanitarias y medios de liberación para los esclavos (Éx. 21:2–11; Lv. 25:39–46; Deut. 15:12–18). Con todo, era un trauma desgarrador (5:5a; ver 2 R. 4:1), más aún en el caso de las hijas, pues ellas no saldrían libres en el séptimo año (ver Éx. 21:2, 7), y su esclavitud podía incluir una sujeción sexual (ver Éx. 21:8–10).

Sometidas a servidumbre (5:5) era un modismo por violadas (ver la traducción del mismo verbo kabash H3533 en Est. 7:8).

Tampoco había esperanza de un futuro mejor para el pueblo, pues habían perdido sus fuentes de ingresos (5:5b; nótese la repetición de nuestras tierras y viñas en 5:3–5). A algunos les fueron quitadas por no poder pagar sus deudas.

Otros, sin haber llegado a ese extremo, tenían que entregar a los acreedores el producto agrícola. Habiendo defendido a sus hijos y casas frente a la amenaza de afuera (ver 4:14), ¡ahora estaban siendo despojados de ambos por otros judíos! Estos violaban el espíritu de la Ley, y tal vez su letra también. En vez de solidarizarse con sus hermanos (ver la repetición de esta palabra en 5:1, 5; Lv. 25:25, 35, 36, 39, 46, 47), aprovechaban la hambruna para enriquecerse a sus expensas.

II.     Nehemías Socorre a Los Deudores. Neh. 5:6–13:

El clamor despertó a Nehemías (5:6; comp. Lc. 18:2–5). Enojado con los acreedores (5:6), se calmó lo suficiente como para pensar qué hacer (5:7; comp. Stg. 1:19, 20). Decidió confrontarlos. ¡Eran los mismos gobernantes judíos! (5:7; ver 2:16). Lejos de cumplir con su deber de proteger a los pobres (Salm. 72:1, 12–14; Prov. 31:4, 8, 9), se aprovechaban de ellos para lucrar.

Sobre el verbo reprendí, ver la exposición de 13:11. La frase practicáis la usura1) es asunto de debate (5:7). Los manifestantes no mencionaron la usura (5:2–5). En el v. 10 Nehemías usa el mismo verbo de sí mismo (ver la exposición), pero es dudoso que él prestara con intereses, práctica prohibida en Éxodo 22:25; Levítico 25:35–37; Deuteronomio 23:19.

Muchos estudiosos hoy concluyen que la expresión en el v. 7 significa hacéis préstamos exigiendo garantías. Esta interpretación concuerda con la queja de 5:2–5, el uso de las mismas palabras hebreas en 5:10, 11, y el uso de la raíz hebrea en Deuteronomio 24:10 y Proverbios 22:26.

La Ley no prohibía exigir garantías, pero protegía a los pobres en tales casos (Deut. 24:6, 10–13). Si bien no trataba el tema de hipotecas, los acreedores violaban el espíritu de Deuteronomio 24:6; al tomar las tierras de los campesinos, les quitaban la vida misma.

La confrontación con los acreedores aparentemente no produjo los resultados deseados, pues Nehemías luego convocó una asamblea (5:7). Así trató el problema con transparencia ante todos los afectados y presionó a los acreedores (comp. Esd. 10:7–15). Mediante un paralelismo señaló una incongruencia (5:8):


Ø Nosotros rescatamos a nuestros hermanos vendidos a los gentiles.

Ø Vosotros vendéis a vuestros hermanos y son vendidos a nosotros.

El tiempo pasado hemos rescatado alude a lo que Nehemías había hecho en Susa, aun antes de recibir el informe de 1:2, 3. Los gentiles, entonces, eran los persas, los babilonios y otros pueblos de las tierras de exilio. Conforme a nuestras posibilidades implica sacrificio económico, en contraste con la avaricia de quienes vendían a los jóvenes que recibían por las deudas.

El paralelismo también contrasta a los amos. ¡Los judíos (el segundo nosotros) tomaban el lugar de los gentiles como propietarios de sus hermanos! En vez de para que vuelvan a ser vendidos, el heb. tiene sencillamente y son vendidos.

Ante el silencio de los acreedores (5:8b), Nehemías advirtió del castigo (5:9). El temor de Dios incluía miedo de su castigo, en este caso la continuada humillación por la condición de la muralla (ver 1:3; 2:17; 4:4). Si querían terminar la muralla, debían dejar de explotar a los deudores.

Sigue una revelación inesperada: ¡Nehemías y sus allegados también prestaban exigiendo garantías (5:10)! El verbo traducido hemos prestado significa más exactamente estamos prestando contra garantías (ver la exposición del v. 7). Sin embargo, Nehemías no había cobrado las hipotecas, pues en el v. 11 no dice restituyamos”, sino restituid. Probablemente ni siquiera había estado en Jerusalén suficiente tiempo como para que sus préstamos vencieran.

 

Siempre habrá críticas… ¿Cómo responderá usted?

Un renombrado pastor, que fue reconocido como un predicador ejemplar y un expositor fiel de las doctrinas bíblicas, en cierta ocasión realizó un viaje al interior de su país junto a otros líderes evangélicos, para predicar el evangelio. Algunos lo tildaron de ser un liberal, mientras otros lo criticaron por ser un conservador extremista. Habrá críticas… ¿Cómo responderá usted? No podemos escapar de ellas. Este pastor ejemplar, refiriéndose a la crítica decía: “No puedo controlar lo que otros dicen de mí, pero sí puedo controlar la forma en que yo les respondo”. A nosotros nos toca ser fieles al Señor, sin darle mayor importancia a las opiniones o a las críticas de otros.

Los hermanos de Nehemías eran sus familiares (comp. 1:2; 4:23; 7:2), y sus criados (lit. jóvenes, muchachos) eran sus subalternos de alto rango (comp. 4:16, 23). Tenían suficientes recursos para prestar dinero (para el tributo, ver v. 4) y granos (ver vv. 2, 3).

Luego Nehemías presentó su propuesta: que dejaran de exigir hipotecas y que devolvieran las propiedades e intereses (5:10b, 11). El hecho de que Nehemías mismo fue un acreedor ayudó a vender esta idea. En lugar de esta usura (5:10b), tradúzcase estos préstamos con garantías, así como en el v. 7. En este día (5:11) refleja la apremiante necesidad de los pobres (comp. Deut. 24:12, 13, 15). Renunciad a no está en el heb. y confunde al lector.

Semillero homilético:

¿Qué es más importante, las personas o las cosas? 5:1–19.

Introducción: Hoy en día, hay mucha gente que usa a las personas para obtener cosas. Quieren acumular bienes materiales a costa de quien sea y cueste lo que cueste; y aun así nunca están satisfechos con lo que tienen.

A veces las personas tienen problemas financieros. Puede ser porque son familias grandes que tienen ingresos limitados (v. 2). Puede ser por sequías, literales o figuradas (v. 3). Puede ser por impuestos altos (v. 4).

Puede ser por préstamos con intereses exagerados (v. 5):

Ø Las personas que tienen problemas desesperantes buscan respuestas desesperadas. Pueden aprovecharse de los hijos para ganar más dinero (v. 5).

Ø Pueden pedir prestado dinero para pagar las deudas (v. 5).

Ø Pueden renunciar a su único medio de obtener ingresos, en este caso, sus tierras y viñas (v. 5). Siempre hay personas voraces que toman ventaja de los necesitados.

El único motivo de su vida es ganar dinero y bienes materiales.

La manera de lograr su propósito es por medio de usar a las personas para obtener las cosas.

Aun este tipo de personas pueden ser transformadas (v. 12). Siempre hay maneras para rescatar a los oprimidos y a los opresores.

Hay que enseñarles a sentir la actitud apropiada: rechazo a la opresión (v. 6).

Hay que señalar con exactitud cuál es el problema: estaban cargando intereses ilegales a sus hermanos (v. 7).

Hay que sacudir la conciencia apelando al honor divino (vv. 8, 9).

Debemos ejemplificar el comportamiento deseado (v. 10).

Conclusión: Siempre habrá personas dispuestas a aprovecharse de las personas necesitadas. Sin embargo, es nuestro deber como cristianos defenderlas y ayudarlas.

La nota señala que en lugar de la usura en el v. 11 el hebreo tiene la centésima de(realmente el cien de). Debe referirse a los intereses, tal vez una tasa de 1% por mes, 12% por año. Entre los judíos de Elefantina en Egipto en la misma época había tasas anuales de hasta el 60% y el 75%. En otras partes del antiguo Oriente, los intereses solían ascender al 20% por préstamos de plata y 33 1/3% por préstamos de granos.

Posiblemente en Judá se exigía menos debido a las prohibiciones de cobrar intereses a los israelitas pobres en Éxodo 22:25; Levítico 25:35–37; Deuteronomio 23:19, 20. O quizás la palabra centésima fuera un modismo que significaba simplemente porcentaje” [%, %, %].

·      Las deudas incluían no sólo el dinero y el grano (ver vv. 2–4, 10),

·      Sino también el vino y el aceite (5:11b).


Os ruego que les devolváis hoy sus tierras, sus viñas, sus olivares y sus casas, y la centésima parte del dinero, del grano, del vino y del aceite, que demandáis de ellos como interés. Neh. 5:11. 


Ø Los tres comestibles corresponden, en el mismo orden, a los tres tipos de terrenos hipotecados en el v. 11a. La palabra traducida demandáis es de nuevo el verbo prestar contra garantía (ver el comentario sobre el v. 7).

Ø En fin, una traducción del v. 11b podría ser y la centésima parte del dinero, el grano, el vino el aceite que les prestáis contra garantías”.

 

NOTA: VV. 10-11: Nehemías exhorta a sus compatriotas a devolver las propiedades que habían sido retenidas en garantía y que cancelasen el cobro de interés para que los que tenían deudas comenzasen a pagar el principal. La centésima parte del dinero. El interés era del:

·      1% mensual o

·      12% anual.

Verdades Prácticas:

Nehemías comprendió la seriedad de su situación.

Varios hombres importantes: políticos influyentes y militares poderosos se juntaron contra él y la ciudad. Seguramente, era Dios mismo quien le dio la perspicacia de la situación real. Sin embargo, este hombre de Dios discernió que la victoria, le pertenecía al Señor. Pero Dios también le mostró que los adversarios eran solamente hombres. Nehemías se acordó de que su primer recurso siempre ha sido el Señor.

Gracias al recurso de la oración los enemigos no podrán desviar a la familia de Dios del plan divino, nunca podrán vencerla (v. 9a).

¿Cómo oró Nehemías? Anteriormente él había intercedido por justicia divina contra los enemigos.

Ahora pediría, probablemente, sabiduría para saber cómo proceder. Es evidente que Nehemías percibió a Dios:

Ø Primero como el dueño y jefe absoluto del universo, y

Ø Segundo como el guía que le mostró los recursos humanos que había en cada individuo.

De esta forma, Dios guio a Nehemías a usar lo que él ya tenía.

Por supuesto, Dios espera que el hombre participe en su plan divino. Aun, el Señor Jesús dijo que se debe vigilar y orar.

Entonces, Nehemías usó algunas estrategias defensivas humanas contra sus adversarios humanos (v. 9b).

Nehemías podía haber pensado que con la oración ya era suficiente, y no haber considerado la necesidad de vigilar. Si él hubiera actuado de esta manera, hubiera probado a Dios, pero no lo hizo.

Pero tampoco puso la guardia humana sin primero pedir la intervención de Dios. Si sólo hubiera montado guardia sin haber orado, hubiera sido una manifestación de puro orgullo humano. Si hubiera actuado de esta manera, hubiera perdido la protección e intervención divinas.

Nehemías no propuso librar a los jóvenes esclavizados ni condonar las deudas. Habría sido difícil librar a los muchachos, pues los acreedores los habían vendido (ver v. 8). Sin embargo, dejar de exigir garantías por los préstamos (5:10b) pondría un alto a la práctica de esclavizar a los hijos de los deudores. Si la política es el arte de lo posible, la propuesta de Nehemías es un ejemplo de ese arte en su máxima expresión.

El discurso de Nehemías ante la asamblea tiene varios paralelos con las leyes del año de jubileo:

·      El rescate de judíos vendidos a extranjeros (v. 8; Lv. 25:47–53),

·      La crítica de la práctica de esclavizar a hermanos israelitas (v. 8; v. 25:39, 46),

·      El temor de Dios como motivación (v. 9; Lev. 25:17, 36, 43),

·      La restitución de propiedades (v. 11; Lv. 25:27, 28, 41) y

·      La prohibición de cobrar intereses por préstamos a los pobres (v. 11; Lv. 25:36).

Habló como los profetas en 5:7–9, pero como gobernante en 5:10, 11.

Los profetas denunciaron la injusticia, pero raras veces hicieron propuestas concretas. Nehemías, en cambio, tenía el conocimiento, el poder y el deber (comp. v. 14) de formular e implementar políticas. La iglesia como institución y sus ministros deben imitar a los profetas. A la vez, debe haber cristianos como Nehemías que sirvan a Dios y al pueblo en la política y en el gobierno.

Los acreedores accedieron a las propuestas (5:12a). Aceptaron restituir las hipotecas e intereses (la petición del v. 11) y no demandarlos más (la propuesta del v. 10b). Los pobres seguían endeudados, pero sin la presión de las hipotecas y los intereses. Ya que entre lo dicho y lo hecho hay un gran trecho”, Nehemías comprometió a los acreedores mediante un juramento (5:12b) y una maldición (5:13a; ver 10:29).

Los sacerdotes jugaron algún papel en el juramento (5:12b), pero el contexto aclara que a quienes Nehemías hizo jurar fue a los acreedores. Inició la maldición con una acción simbólica (5:13a; comp. Jr. 19:10, 11). El vocablo traducido ropa se refiere a la ropa que cubre el pecho. Nehemías la sacudió a fin de quitarle aun el poco polvo que tenía (comp. Hech. 18:6).

Otros opinan que la palabra se refiere a las bolsas en los pliegues de la ropa (comp. el uso del sinónimo seno en Prov. 6:27; 17:23; Jr. 32:18). Al expresar la maldición verbalmente (5:13), Nehemías pidió a Dios quitar toda posesión a aquel que incumpliera el juramento. Fue una maldición justa: pobreza para los que explotaran a los pobres. Mediante el amén la asamblea se sometió a la maldición, como en Deuteronomio 27:15–26.

Verdades Prácticas:

Existen dos tipos de adversarios:

Ø Los de afuera y

Ø Los de adentro.

Los enemigos de afuera de su familia pueden ser aquellas personas que desean romper las relaciones entre esposo y esposa, entre padres e hijos, etc. Los enemigos de afuera de su iglesia pueden ser las personas que quieren “robar” miembros del seno de la congregación para llevarlos a otra.

En el día de hoy, nuestros adversarios de afuera son los del mundo corrompido, los malignos y satánicos.

Nuestro enemigo interno es nuestra propia carne, nuestra naturaleza humana pecaminosa.

Por esta razón, necesitamos seguir el ejemplo de Nehemías. Él pidió la ayuda divina y puso vigilantes contra los enemigos.

Los acreedores sí cumplieron (5:13b). El pueblo (5:1, 13) enmarca toda la historia, pero en el v. 1 el pueblo son los deudores, mientras que en el v. 13 son los acreedores. La división se ha zanjado, y los dos bandos son, de nuevo, un pueblo. La alabanza reconoció que esto era obra de Jehovah, el Dios del pacto (Nehemías usa el nombre Jehovah sólo aquí y en 1:5).

Nehemías empleó su poder político para auxiliar a los pobres. Habría sido difícil que otro hiciera frente a los acreedores, también poderosos (ver v. 7).

III.    Nehemías Hace Sacrificios Económicos a Favor Del Pueblo. Neh. 5:14–19.

En 5:14 Nehemías revela que fue gobernador de la provincia de Judá, desde el año que Artajerjes autorizó la reconstrucción (comp. 2:1). A la luz de la autoridad que despliega desde 2:16 en adelante, fue nombrado antes de salir para Jerusalén (comp. 6:2; 8:9; 10:1; 12:26). El relato de 5:14–19 rebasa el contexto cronológico de caps. 4–6 para hablar de los 12 años del gobierno de Nehemías (ver la misma técnica narrativa en 7:5–73 y Esd. 4:5–23); 13:6, 7 revelará que él también tuvo una segunda gestión.

A diferencia de sus predecesores, Nehemías no cobró el impuesto para su presupuesto de alimentos (5:14b, 15). El vocablo traducido compañeros (5:14) es hermanos”; se refiere a los familiares de Nehemías (ver v. 10; 1:2; 4:23; 7:2). Los gobernadores persas anteriores fueron, primero, Sesbasar y Zorobabel (ver la exposición de 7:7), y para las siguientes décadas los arqueólogos han suplido los nombres de Elnatán, Jehoezer y Ahzai, aunque la fecha de los últimos dos es incierta.

Algunos han aducido que antes de la llegada de Nehemías Judá pertenecía a la provincia de Samaria y, por lo tanto, los gobernadores aquí mencionados eran los de Samaria. Sin embargo, la evidencia cada vez más indica que durante este período Judá fue una provincia con su propio gobernador.

Mi papá:

Mi papá era un hombre saludable y fuerte. En los años de mi niñez y juventud, siempre fue mucho más grande y fuerte que yo. ¡Qué seguridad! Frecuentemente, yo pensaba: “¡Nadie se atreverá a pelear conmigo! ¡Mi papá es grande y fuerte! ¡Él les ganará a todos!”. Pero, ¡qué tristeza! Mi papá no podía estar conmigo todo el tiempo. A veces, tuve que enfrentarme solo contra mis adversarios. Salí con vida, ¡apenas!

Pero con Nehemías no ocurrió así. Su Padre celestial estuvo a su lado todo el tiempo; especialmente cuando tuvo que enfrentarse contra los adversarios. Nehemías dependía de su Padre. Le pidió socorro. Dios era su defensor fuerte y victorioso.

 

También desde el día que me mandó el rey que fuese gobernador de ellos en la tierra de Judá, desde el año veinte del rey Artajerjes hasta el año treinta y dos, doce años, ni yo ni mis hermanos comimos el pan del gobernador”. Neh. 5:14.

 

NOTA: V. 14: Durante la totalidad de los 12 años de su primer período como gobernador, Nehemías no acepto ningún sueldo o ayuda del pueblo, contrario a lo hecho por los anteriores gobernadores persas. 

La expresión hebrea traducida además del pan y del vino (5:15) no es clara. Posiblemente hay un error del copista, y el original decía: “tomaron 40 siclos de plata cada día por el pan”. El texto de la Vulgata apoya esta teoría.

Los criados de los gobernadores (5:15) eran sus subalternos de alto rango (ver v. 10). Se enseñoreaban indica que obligaban al pueblo a sostener su estilo de vida lujoso (comp. 9:37). Sobre el temor de Dios, ver la exposición del v. 19.

Verdades prácticas:

Nuestra vida espiritual tiene que ser más que una profesión de labios hacia afuera. Nuestra fe tiene que mostrarse en la manera de ser y de andar. Por eso, nuestra manera de vivir debe ser conforme a la naturaleza de nuestro Dios. Nuestro comportamiento debe dar gloria a Dios entre los adversarios. Nunca debemos decir o hacer nada que traiga como consecuencia que los impíos desprecien a Dios.

Lejos de enseñorearse del pueblo Nehemías y sus subalternos trabajaron con ellos hombro a hombro en la muralla (comp. 4:16, 21, 23), y no se aprovecharon de sus préstamos a los judíos pobres para adquirir terrenos (5:16). El plural compramos (ver la nota), mejor traducido aquí adquirimos”, incluye a los familiares (ver v. 10). El verbo traducido participé es lit. restauré”, y hace eco de 3:4–32.

El presupuesto alimenticio de Nehemías era inmenso (5:17, 18a). Los 150 judíos y magistrados vivían en Judá, si no en Jerusalén (5:17; sobre los magistrados, ver la exposición de 2:16). Los que venían de los pueblos serían funcionarios que llegaban para tratar con el gobierno de Nehemías, o que pasaban por Jerusalén rumbo a otro lugar.

Un comentarista calcula que un toro (o “buey”) y seis ovejas (5:18) darían carne para 600 a 800 personas. Las aves eran producto de la caza o de la avicultura (comp. 1 R. 4:23). Los pollos se conocían en Palestina por lo menos desde finales del siglo VII a. de J.C., pues fue hallado un sello de esa época con la figura de un gallo. La diferencia entre odres de vino y con todo vino (ver la nota) no afecta el sentido de la oración.

La carga impositiva que el pueblo aguantaba (5:18b) detenía a Nehemías de cobrar el pan del gobernador (la repetición de esta frase enmarca 5:14–18 como una unidad). Temía a Dios (v. 15) y amaba a sus hermanos (v. 18), encarnando los dos grandes mandamientos (Mt. 22:36–40). La servidumbre (5:18) aquí eran los impuestos persas (ver v. 4; 9:36, 37), los cuales Nehemías mismo, como gobernador, estaba obligado a recaudar.

Seis veces en el libro Nehemías pide a Dios acordarse:

· Ya sea de sus buenas obras (5:19; 13:14, 22, 31),

· Ya sea de la maldad de los enemigos (6:14; 13:29).

Ambos ruegos manifiestan temor de Dios, la fe de que él bendecirá a los justos y castigará a los malos (ver vv. 9, 15). Cada una de las seis súplicas marca el final de un relato, en este caso de todo el cap. 5. Algunos tildan de egoísta este tipo de oración.

Sin embargo, la recompensa divina es una de las principales motivaciones bíblicas para obedecer a Dios y aun para hacer más que lo que él exige. Sacrificarse por el pueblo de Dios, motivado en parte por la recompensa (Nehemías también fue motivado por la compasión, ver v. 18), es la esencia de la fe y el temor a Jehovah. El apóstol Pablo se presenta como un paralelo neotestamentario (ver 1 Cor. 9).

Concluyó:

Nehemías era un hombre que predicaba con el ejemplo. El sacrificio personal es una premisa del liderazgo moral, como muestra Nehemías. Los gobernadores que le precedieron vivían espléndidamente a costa del pueblo, pero Nehemías rehusó hacer tal cosa. Creía firmemente en que el mal recibiría castigo y su oración aquí y en otros lugares lo demuestra.

Este tipo de líder como Nehemías hace 445-425 a.C., podría cambiar hoy la situación actual del Mundo y Perú, creemos que si solo ellos con la dirección y el temor a Dios, se podría cambiar el rumbo actual que estamos pasando con la pobreza y extrema pobreza social dejada por las pandemias y el mal gobierno de nuestra autoridad corruptas, es el clamor del pueblo en su crisis total, es nuestra oración.

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Nota y Bibliografía:

1) usura. (Del lat. usūra). f. Interés que se lleva por el dinero o el género en el contrato de mutuo o préstamo. 2. Este mismo contrato. 3. Interés excesivo en un préstamo. 4. Ganancia, fruto, utilidad o aumento que se saca de algo, especialmente cuando es excesivo. pagar alguien con ~ algo. fr. Corresponder a un beneficio o buena obra con otra mayor o con sumo agradecimiento. Microsoft® Encarta® 2009.

-  e-Sword-the. LEDD.

-  Biblia de Estudio RYRIE.

-  Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 11//05//2021. MISIÓN BAUTISTA Emanuel”. Ciudadela de Noé.  Los Cardos Mz.E - Lt.18. III Etapa. Cerca del Hospital Regional II.  Cel. 942-562691-Tumbes.


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