sábado, 15 de mayo de 2021

NO DESPRECIEN A CRISTO: (Hebreos 10:19—39)

 

NO DESPRECIEN A CRISTO:

(Hebreos 10:19—39)

 

Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo… ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!”.

(Heb. 10:30-31)


Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:  

Nuestro autor ha interrumpido su argumento doctrinal varias veces para exhortar a sus lectores a aplicar esta doctrina a sus vidas (2:1–4; 4:14–16; 6:1). De aquí en adelante la aplicación es su enfoque principal.

En Hebreos, como en todo el NT., la doctrina no es especulación abstracta, sino la base para una vida cambiada. La verdad se vive.

1.      Acceso A Dios Por Jesucristo. Hebreos 10:19–25:

Esta sección es como una bisagra que une el argumento doctrinal y la aplicación ética de Hebreos.

·      Los vv. 19–21 resumen la superioridad de Jesucristo sobre toda otra religión, en base a dos privilegios del cristiano;

·      Los vv. 22–25 presentan la vida que debemos vivir a la luz de esa superioridad, empleando tres imperativos.

El autor vuelve a mostrar su sensibilidad pastoral en llamar a sus lectores hermanos y en presentar la condición y los deberes cristianos en primer personal del plural.

Vv. 19, 20. El primer privilegio que tenemos en Cristo es pleno acceso al trono de Dios. En el antiguo pacto el lugar santísimo fue el símbolo de la presencia de Dios, y el acceso a este símbolo se limitó de modo estricto. Casi todo el pueblo estaba excluido. Solamente el sumo sacerdote podía entrar, y aun su acceso fue limitado a un día en el año.

Ø En aquel día tuvo que observar con cuidado ciertas condiciones para entrar.

Ø En contraste absoluto, bajo el nuevo pacto en Cristo, todo su pueblo puede entrar, en todo momento.

Además, nuestra entrada no es simbólica, sino la entrada al verdadero trono en el cielo. Tenemos confianza para entrar en base a nuestra relación personal con Dios. Jesús estableció esta relación con el sacrificio de su sangre, borrando la rebelión y los pecados que cortaron nuestro camino hacia Dios.

Cristo tomó un cuerpo (v. 20; lit. “su carne”) con el propósito de hacer este sacrificio. De la misma manera en que fue necesario que se rasgara el velo del lugar santísimo (ver Mr. 15:38; Mt. 27:51) como un símbolo de que todos podemos entrar a la presencia de Dios, fue necesario que el cuerpo de Cristo fuera partido para darnos este acceso. Esta figura tan atrevida del velo ha causado mucha discusión.

Algunos intérpretes sugieren que es el camino, no el velo, el que se compara con la carne de Jesús, pero el orden de las palabras y la gramática no apoyan esta interpretación.

Otros intentan explicar lo que la carne de Jesús vela: su divinidad, el camino a Dios, etc. Unos sugieren que el velo es el punto de contacto entre Dios y el hombre, como la divinidad y la humanidad se unieron en la encarnación de Cristo.

Pero la comparación no se basa en la separación que el velo hace, sino en la necesidad de la destrucción en los dos casos, del velo y del cuerpo de Jesucristo. Nos sorprende el hecho de que Hebreos no hace una referencia más directa a la rasgadura del velo (Mr. 15:38), porque ésta ilustra el sacrificio corporal de Jesús tan claramente.

Algunos sugieren que el autor de Hebreos no conocía este detalle de la Pasión; como dice el comentarista F. F. Bruce, aun en este caso el lenguaje de Hebreos y el evento de los Evangelios enseñan la misma lección.

 

Semillero Homilético:

 

El Camino Nuevo y Vivo En Cristo. Heb. 10:19–39:

 

Introducción: En todo el mundo los caminos antiguos causaban muchas dificultades de tiempo, accidentes, etc.; generalmente, por estar descuidados y deteriorados. Fue así con la carretera antigua que unía tres ciudades importantes de cierta ciudad (cualquiera que usted conozca).

Hoy por hoy, el nuevo camino asfaltado que une estas tres importantes ciudades ha facilitado enormemente la comunicación y el tiempo de llegadas. Ahora no se ve un solo vehículo yendo por el camino antiguo, todos prefieren el camino nuevo. En el plano espiritual, estar en el camino nuevo y vivo significa reconocer a Cristo como la única puerta de entrada a Dios.

I. Por cuanto Jesucristo es el camino a la presencia de Dios (vv. 19–25).

1. Cristo nos abrió el camino plenamente hacia la presencia de Dios (vv. 19, 20).

2. Cristo es nuestro representante y mediador ante Dios, un sumo sacerdote que intercede por nosotros (v. 21).

3. Nuestra respuesta a los beneficios que tenemos en Cristo (vv. 22–25).

(1) Si tenemos el camino abierto hacia Dios ¡usémoslo!, entremos en una relación espiritual con Dios que sea sincera (v. 22).

(2) Debemos aferrarnos a la esperanza de las promesas de Dios, sin vacilar en la lealtad al Salvador que esperamos (v. 23).

(3) Busquemos a través de acciones concretas, la manera de ayudarnos unos a otros a tener más amor y a hacer el bien (v. 24).

(4) Lejos de alejarse de la congregación, los cristianos deben asistir. Esto es urgente pues vivimos en los últimos tiempos del fin (v. 25).

II. Por cuanto debemos cuidarnos del peligro de rechazar el camino nuevo y vivo abierto por Cristo (10:26–31).

1. Ya que es perderse el único sacrificio que le puede purificar y presentar ante Dios (v. 26).

2. Ya que es entrar a una condición que merece el castigo eterno de Dios (vv. 27–31).

3. Por cuanto debemos perseverar en el camino nuevo y vivo abierto por Cristo (vv. 32–39).

(1) Se debe recordar la perseverancia demostrada y seguir adelante (vv. 32–34).

(2) Se debe mantener la perseverancia hasta llegar a la meta (vv. 35–39).

Conclusión: Hay muchas religiones, sectas e ideologías y filosofías humanas que son los caminos que siguen muchos hombres, son los caminos viejos y equivocados, uno solo es el camino nuevo, vivo y verdadero. Ese camino nuevo, vivo y verdadero es Jesucristo, y Cristo invita a todos a entrar en ese camino.

El camino que nos conduce a través del velo a la presencia de Dios es nuevo, porque no es el camino anterior de la matanza de animales. El anterior llevó en realidad, no a la presencia de Dios, sino a una conciencia más clara de la separación entre los adoradores y Dios (10:4).

La perfecta obediencia y el perfecto sacrificio de Jesús otorgan una nueva base para el acercamiento a Dios. El camino que Jesús nos abrió es siempre nuevo, porque nunca envejece ni caduca (8:13).

También es un camino vivo. No es una cosa, ni una doctrina, sino una persona, Jesucristo mismo (ver Juan 14:6). Para acercarnos a Dios no seguimos ciertas reglas, sino a una persona que va adelante. Esta persona no es una figura del pasado, sino una que resucitó y vive en el presente; tiene una vida indestructible (7:16) y la comparte con sus seguidores.

Como el pueblo de Israel entró en el lugar santísimo simbólicamente por el sumo sacerdote que les representaba, así nosotros entramos a la verdadera presencia de Dios por nuestra participación en Jesucristo, nuestro gran sumo sacerdote.

Nuestro segundo privilegio es que Cristo es este gran sumo sacerdote que nos representa. Además del acceso libre y total a la presencia celestial de Dios, tenemos un sacerdote que nos representa siempre en intercesión ante Dios. El cap. 7 en especial ha descrito a nuestro gran sumo sacerdote.

Gran sacerdote es la traducción literal de un título hebreo que se aplicaba al sumo sacerdote. Esta es la única mención en Hebreos de este título, aunque 4:14 dice gran sumo sacerdote. Si el sumo sacerdote en el tiempo del antiguo pacto era elgran sacerdoteen relación con los otros sacerdotes de su tiempo, Cristo es el gran sacerdote en sentido absoluto:

·      Incomparablemente superior a todos los demás sacerdotes y sumos sacerdotes.

Ø La casa de Dios es su pueblo.

·    El autor ya utilizó esta expresión cuando describió la superioridad de Jesús a Moisés (3:2–6);

·  Aquí recuerda nuestra responsabilidad de aferrarnos al acceso y a la confianza que tenemos (3:6).

El primero de los tres imperativos que describen nuestra respuesta a la superioridad de Cristo es:

Ø acerquémonos (v. 22).

Si tenemos acceso libre a Dios, ¡usémoslo! Nuestro gran sumo sacerdote ha entrado en la presencia de Dios, y nos dejó la puerta abierta. En Hebreos acercarse a Dios es la esencia de la religión y el propósito del Creador para el ser humano (ver 4:16; 7:25; 10:1; 11:6; 12:22). Acercarse” es una metáfora de compañerismo estrecho y de unión espiritual.

 

Joya Bíblica:

 

Retengamos firme la confesión de la esperanza sin vacilación, porque fiel es el que lo ha prometido (10:23).

Nuestro autor describe cuatro aspectos de nuestro acercamiento a Dios.

Primero, solamente podemos acercarnos a Dios con corazón sincero. Es necesario que en el centro del ser tengamos un deseo sincero de relacionarnos con Dios; no podemos fingir lealtad a él. La misma palabra traducida sincero aquí aparece en 8:2 y 9:24, donde se traduce verdadero y se refiere al santuario celestial. El corazón sincero es el corazón cuyo fundamento y contenido son las cosas celestiales, eternas. Es constante y sincero porque está centrado en lo eterno.

Segundo, nos acercamos en plena certidumbre de fe. El cap. 11 cita ejemplos de esta fe en Dios que da la seguridad de que Dios nos recibe cuando nos acercamos.

Los dos últimos modos de nuestro acercamiento describen la purificación que Cristo nos consiguió con su sacrificio. Purificados es lit. rociados”. Como los sacerdotes levíticos fueron rociados con sangre (Éx. 29:21) y lavados con agua (Éx. 29:4) en su dedicación, así los cristianos somos purificados por la sangre de Jesús cuando iniciamos nuestro acercamiento a Dios. Su sangre nos purifica en el corazón o conciencia, donde está arraigada la maldad. El lavamiento de los cuerpos con agua es un símbolo exterior de la purificación interior.

Este simbolismo viene de los lavamientos ceremoniales de los judíos, pero el autor también piensa en el bautismo cristiano. El agua es pura en su simbolismo, porque representa al Espíritu Santo que purifica (Ez. 36:25, 26; Tito 3:5). No se puede dudar que el autor de Hebreos ve el bautismo como un símbolo de la salvación, y no como un requisito. Esto es así porque él ha insistido en que nuestro problema y su solución son espirituales (10:1–4).

El segundo imperativo:

Ø es retengamos firme (v. 23).

El cristiano necesita un equilibrio entre el progreso, acercándose a Dios, y la estabilidad de una esperanza firme. El autor inició su exposición del ministerio sacerdotal de Jesucristo mencionando el mismo equilibro; exhorta a sus lectores a retener su confesión y a acercarse con confianza (4:14, 16).

Nuestra fe en Cristo otorga una esperanza firme en cuanto al futuro; una esperanza tan espléndida no nos permite quedar callados. Por tanto, el autor de Hebreos habla de la confesión de la esperanza. Confesamos esta esperanza públicamente al aceptar a Cristo. El autor exhorta a sus lectores a continuar aferrados a esta esperanza, sin vacilación en su lealtad al Salvador que esperan.

Podemos tener confianza absoluta en Dios, el único que es absolutamente fiel a todo lo que ha prometido. Dios siempre cumple; siempre es fiel a los que confían en él y en sus promesas. Los cristianos caminamos hacia el futuro con optimismo porque conocemos el Señor del futuro y confiamos en él.

Vv. 24, 25. El tercer imperativo1):

Ø considerémonos los unos a los otros,

Nos recuerda que el peregrinaje cristiano se realiza en comunidad.

Mientras nos acercamos a Dios y retenemos firme la esperanza, debemos recordar que otros nos acompañan. Consideramos a Jesucristo (3:1) para motivarnos a la fidelidad y al progreso; considerémonos los unos a los otros, para aprender de su ejemplo y para ofrecerles el nuestro.

El compañerismo cristiano nos ayuda a mantenernos firmes y a crecer en nuestra relación con Dios. Nuestra relación con Dios no se puede separar de la relación con nuestros semejantes.

·   Repetidas veces, desde la creación (Gn. 2:15–18) hasta las enseñanzas de Jesús (Mr. 12:28–31) y

·      En las cartas de los apóstoles (Stg. 1:27; 1 Jn. 4:20), la Biblia insiste en esta verdad.

Por tanto, parte del acercarnos a Dios es considerar a los otros para fomentar en ellos el amor y las buenas obras. El amor fraternal que es el objetivo de esta consideración mutua se manifiesta en buenas obras. No es una actitud teórica, sino un camino de acciones serviciales.

 

Sobre Una Religión Superficial y Ritual:


Los indígenas de América Latina no entendieron ni entienden hasta ahora la religión cristiana traída por los españoles, ya que éstos les mostraban con sus vidas una religión, una relación con Dios, que se reducía a los ritos, las prácticas y ceremonias, veían una cruz y lloraban; pero sus vidas se caracterizaban por una actitud de despotismo, de mentira, explotación, genocidio, violaciones, corrupción, injusticia y otras, sus vidas no mostraban ninguna relación con el Dios de amor a quien predicaban con sus bocas.

Los indígenas se encontraron confundidos porque ellos entendían que la relación con Dios es una cuestión de vida y no sólo de ritos y ceremonias, por eso el cronista indígena Guamán Poma de Ayala, dice —comentando sobre la religión de los españoles:

Ø Estos dichos animales, que no tienen a Dios, desuellan a los pobres de los indios en este reino y no hay remedio. ¡Pobre de Jesucristo!”.

Ø ¿Qué clase de religión llevamos y, por ende, mostramos?

Ø ¿La religión superficial o la que trajo nuestro Señor Jesucristo, el de la vida, que nos lleva a una verdadera relación con Dios, un compromiso con su carácter y su causa?

En el griego original los verbos dejemos y exhortémonos en el v. 25 no son imperativos, sino participios que describen dos aspectos importantes del mandato del v. 24. Experimentamos el amor y el compañerismo cristiano en las reuniones de la congregación. El que considera a sus hermanos cristianos es fiel en su asistencia a las reuniones.

·     Algunos [hermanos] habían perdido la costumbre de asistir a los cultos y a las reuniones de la iglesia;

·      Tal vez se habían fastidiado de la presión constante de sus parientes o amigos incrédulos.

El autor tiene una advertencia severa para los que están tentados a retirarse de la congregación para evitar las burlas del mundo:

Ø Cuando uno [yo o usted] abandona a la iglesia, que es el cuerpo de Cristo, está muy cerca de abandonar a Cristo y todos los beneficios de su sacrificio (vv. 26–31).

 

Joya Bíblica:

 

Porque si pecamos voluntariamente, después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por el pecado (10:26).

Lejos de alejarse de la congregación, los cristianos deben asistir con el propósito de animar (exhortar) a los demás. En lugar de seguir el ejemplo de los que se alejan o de olvidarlos, deben buscarlos y alentarles a regresar. El egoísmo es uno de nuestros problemas principales, y produce una religión individual que no se preocupa por los semejantes.

Hacen falta cristianos que presten atención a otros para animarlos y estimularles en sus propios ministerios. Tales animadores oran por sus hermanos, observan su desarrollo y los escuchan cuando están desanimados. Sugieren oportunidades para servicio, y felicitan a sus hermanos por sus esfuerzos.

El autor de Hebreos recuerda a sus lectores que el ministerio de animar a otros es urgente, porque se acerca el regreso de Cristo y el juicio. Ellos podían ver señales de la crisis que se acercaba en Judea, una crisis que resultaría en la destrucción de Jerusalén. Aparentemente, algunos cristianos asociaban esta destrucción con la segunda venida de Cristo (Mt. 24:1–3; Mr. 13:1–4, 24–26; Lc. 21:5–7, 25–27); las escaramuzas en Palestina podían ser el principio del fin de la historia.

Hoy, aunque hemos vivido por muchos siglos sin llegar al día del regreso de Cristo, es importante que la iglesia no pierda la tensión escatológica.

Todavía vivimos en los últimos tiempos (1:1) y disfrutamos las primicias del nuevo siglo que Cristo traerá. La sombra del fin debe ser otro estímulo al amor y apoyo mutuos.

2.      El Peligro De Despreciar La Revelación. Hebreos 10:26–31:

La costumbre de ausentarse de las reuniones de la iglesia indica cierta indiferencia peligrosa hacia las responsabilidades y las bendiciones de la relación con Cristo. El autor advierte que el que rechaza el sacrificio de Cristo no encontrará otro medio de purificarse y acercarse a Dios. Hay que acercarse a Dios por medio de Jesucristo, o enfrentar la ira y el juicio de Dios. Esta advertencia es semejante a la de 6:4–6.

Es importante interpretar el v. 26 a la luz del v. 29. No se trata aquí de cualquier pecado, sino del rechazo consciente y deliberado de Cristo y su sacrificio. El tiempo presente del verbo pecamos indica que se trata de un hábito, como en el v. 25, y no de una caída momentánea. Hebreos describe aquí a uno que ha aprendido en la comunidad de la fe la verdad de su impureza y de la provisión de Cristo para limpiarla.

Si decide a ciencia y conciencia abandonar la confesión de la esperanza (v. 23) y la iglesia (v. 25) para regresar al camino del pecado, debe entender que ha abandonado el único sacrificio que le puede purificar y presentar ante Dios. Lo que Hebreos ha dicho de la insuficiencia del sistema del AT., se aplica a toda religión fuera de la verdad de Jesucristo. No hay varias religiones verdaderas o varios caminos hacia Dios:

·      En ningún otro [María, José, Pastor, Papa, etc...] hay salvación (Hech. 4:12).

 

Y en ningún otro = [heteros] hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. (Hech. 4:12) 

Ayuda Hermenéutica:


Hech. 4:12: otro = heteros  Strong G2087: Diferente, distinción genérica, otra clase, no de la misma naturaleza, forma o clase. Aquí heteros denota una distinción y una exclusividad, sin otras:

Ø Alternativas,

Ø Opiniones, y

Ø Opciones.

«Jesús, tú eres el único. Sí, el único. No hay heteros, ¡no hay otro

 

V. 12:   

R749 Lo que quiere decir ἕτερον en este contexto es que ningún otro nombre en absoluto, aparte del de Jesús; no se refiere a la diferencia de clase.

 

M66 Ὑπό con el acusativo presenta la idea de lo que está bajo: porque tampoco hay ningún otro nombre bajo el cielo.

 

M76 Tal vez ἐν con el dativo ἀνθρώποις tenga el sentido de εἰς con el acusativo (D omite ἐν; la preposición y el caso dativo se usan de un modo pleonástico en lugar del simple dativo; en este caso se destaca la esfera de actividad -T264). [Editor. En estas dos explicaciones, εἰς con el acusativo es similar al simple dativo. Pero cuando se alude al destinatario con el verbo δίδωμι, generalmente se usa el dativo simple, en vez de incluir también la preposición ἐν: a los hombres.]

 

M77 Las preposiciones que se usan en ἐν ἄλλῳ … ἐν tienen una idea instrumental: por.

 

M103 Τὸ δεδομένον es un uso raro, y no sin razón se ha sospechado que tiene un fondo semítico. (Posiblemente un mal entendimiento de un participio semítico; equivale a ἐδόθη: que fue dado -T153).

El que abandona la única esperanza en Cristo no puede esperar santificación o salvación, pero el v. 27 dice que todavía le espera algo. Ha abandonado la salvación y le espera el juicio. El autor de Hebreos describe esta expectativa como horrenda (este versículo nos recuerda Is. 26:11 en la Septuaginta).

El que abandona a Cristo se identifica con sus adversarios, y el resultado del juicio para estos se puede describir con la figura del fuego ardiente. La alternativa a una fe seria y permanente en el Señor Jesucristo es una condenación espantosa.

Vv. 28, 29. Nuestro autor refuerza su advertencia con otro argumento a fortiori. La ley de Moisés requería la pena de muerte por ofensas serias. La alusión aquí a Deuteronomio 17:6 indica que el autor piensa en la ofensa de abandonar al Señor para servir a otros dioses, descrita en Deuteronomio 17:2–5. No había posibilidad de compasión y perdón si dos o tres testigos confirmaban esta ofensa. Si la muerte física fue la pena de rechazar la sombra (10:1), el castigo del que abandona la realidad en Cristo tiene que ser mayor:

Ø La muerte eterna.

Uno “pisotea*)” lo que considera sin valor.

·      El que da la espalda a Cristo y a su iglesia declara con su acción que el Hijo de Dios no tiene valor, que no merece respeto.

·      El abandonar la fe también es una acción que indica que la sangre de Cristo, que simboliza su muerte, fue de poca importancia, una muerte común sin valor para la salvación.

·      Este abandono es una negación de la confesión cristiana de que la sangre de Cristo inauguró el nuevo pacto y purifica a su pueblo para acercarse a Dios.

 

Ayuda Hermenéutica:

 

*)katapateo = (καταπατέω, G2662), pisotear, hollar bajo el pie. Se usa:

(a) Literalmente (Mt. 5:13; 7:6; Lc. 8:5; 12:1);

(b) Metafóricamente, de «el que pisoteare» al Hijo de Dios (Heb. 10:29), esto es:

·         Dándole la espalda, y

·         Entregándose al pecado en rebelión abierta. (VINE).

 

Joya Bíblica:

 

¡Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo! (10:31).

El regreso al mundo es un insulto grave al Espíritu que ofrece la gracia de Dios (o el Espíritu que Dios nos ofrece por su gracia). El que no continúa fiel a Jesucristo, lo insulta a él y menosprecia toda la obra salvífica de Dios. Los que han dejado de reunirse con el pueblo de Dios están en gran peligro, porque están en un camino que los lleva a cometer este insulto.

Tal vez el autor de Hebreos vea en el Hijo de Dios:

·      Su Sangre y

·      El Espíritu de gracia.

 Los dos o tres testigos que condenarán al desertor a la muerte eterna.

Para comprobar que esta amonestación severa no es invención suya el autor cita la palabra de Dios (vv. 30, 31). El autor utiliza la primera persona del plural:

Ø Conocemos a Dios, sus lectores, al igual que él mismo.

Ø Los que contemplan el abandono no pueden esgrimir la ignorancia como excusa.

Las citas son del Cántico de Moisésen Deuteronomio 32. (La segunda cita se encuentra en Salm. 135:14a).

En su contexto original:

·      La primera cita habla de la venganza de Dios contra su pueblo que le ha abandonado (Dt. 32),

·    Pero la segunda afirma que Dios juzgará a su pueblo en el sentido de otorgarle protección de sus enemigos (Salm.  135:14ª).

Ø Parece que Hebreos aplica esta segunda cita también a la retribución que Dios administrará a los suyos si le abandonan.

Aunque la aplicación en Hebreos no es exactamente la misma que la del cántico en el AT., la idea es clara. Dios no pasa por alto la infidelidad de los que se han declarado suyos, y protegerá a su pueblo tanto de los enemigos de afuera como de los infieles de adentro.

Nuestro autor resume esta sección de advertencia solemne con la imagen de caer en las manos de Dios.

Nuestro Dios tiene la capacidad de castigar, porque es el único Dios vivo. El que deja de acercarse a Dios (v. 22) no se escapa de su presencia, sino que cae en sus manos:

·      Estar en las manos de Dios es la esperanza de los que sirven al Dios vivo;

·      Es la horrenda verdad para los que lo rechazan.

A algunos intérpretes les parece que 10:26–31, como 6:4–6 (un pasaje semejante en estructura y en contenido):

v Enseñan la posibilidad de que un cristiano puede caer de la graciay perder su salvación.

v Sin embargo, otras partes de la Biblia enseñan que una persona que ha recibido al Espíritu de Cristo en una experiencia genuina de conversión no cometerá el pecado que Hebreos describe (ver 1 Cor. 12:3*).

Ø Cuando Dios nos hace suyos, nos da una nueva voluntad (v. 16);

v El que voluntariamente (v. 26) sigue en el camino del pecado o regresa a él, muestra que no es parte del pueblo de Dios.


*Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo”. (1 Cor. 12:3) 

 

NOTA: *1 Cor. 12:2-3: Pablo infiere que en sus días paganos ellos eran extraviados para adorar ídolos mediante poderes externos, i, es., demonios. Un creyente guiado por el Espíritu de Dios nunca maldeciría a Jesús, antes bien reconocería su Señorío Supremo, es decir, su plena Deidad como Yahveh.

En realidad, Hebreos no trata la verdad bíblica de la seguridad de la salvación. Su tema en estos pasajes es más bien el peligro real que acecha a los que contemplan la posibilidad de abandonar a Cristo públicamente. La única manera de salvarse de este peligro es la dependencia obediente de Dios, el mismo Dios quien constituye la seguridad del creyente.

3.      La Necesidad De Perseverancia. Hebreos 10:32–39:

Como hizo en 6:4–12, aquí también el autor de Hebreos añade palabras de aliento a la advertencia severa.

Recuerda a sus lectores los primeros días de su peregrinaje con Cristo (en cuanto a iluminados, ver comentario sobre 6:4), y los sufrimientos que enfrentaron con valor, fe y gozo.

Vv. 32–34. Varios comentaristas han buscado en esta sección y en 12:4 evidencias acerca del lugar en que vivían estos lectores. Hay ciertos detalles en Hebreos que corresponden notablemente con las circunstancias de la expulsión de los judíos (incluyendo cristianos judíos) de Roma en 49 d. de J.C., y otros que pueden parecer alusiones a los sufrimientos de la iglesia en Jerusalén, narrados en los primeros capítulos de Hechos.

Algunos comentaristas ven aquí la persecución bajo Nerón. Pero la gran diversidad en estas interpretaciones indica la dificultad de una identificación específica del lugar. Podemos afirmar solamente que estos cristianos, como muchos en el primer siglo, enfrentaron oposición severa cuando aceptaron a Cristo.

Las aflicciones de los lectores incluyeron tanto insultos como verdaderas amenazas a sus personas y sus bienes. Aun cuando los reproches y tribulaciones iban dirigidos a sus hermanos, los lectores se hicieron solidarios de ellos:

Ø Por lo que sufrieron, demostraron lo genuino de su amor a Cristo, quien les había iluminado.

Ø Por su identificación con el sufrimiento de sus hermanos, mostraron que el amor fraternal también fue una realidad en ellos.

Los lectores mostraron este amor fraternal aun a los cristianos encarcelados (v. 34). Fue difícil sobrevivir en una cárcel romana del primer siglo sin amigos que trajeran comida, abrigo y otras necesidades, porque lo que las autoridades daban no era suficiente.

Los lectores visitaban a sus hermanos para suplir estas necesidades a pesar del riesgo que corrían en su propia libertad. Fue un riesgo porque el delito de los encarcelados fue su confesión cristiana. La sospecha inmediata de las autoridades sería que los amigos que los visitaban también eran cristianos, y un poco de investigación lo comprobaría.

De manera que estas visitas a los encarcelados fueron actos de gran valor, y evidencia de una fe genuina. El autor indica que también fue imitación de Cristo, porque para describir esta identificación costosa con el sufrimiento de otros, emplea el mismo verbo que usó en 4:15 para describir la identificación de Cristo con nuestra necesidad.

Finalmente, el autor menciona que habían sufrido la pérdida de sus bienes materiales. No dice si estos fueron confiscados oficialmente, o si algunos vecinos aprovecharon la persecución para robarles. Lo importante es la actitud con la cual estos nuevos creyentes aceptaron la pérdida:

Ø Con gozo.

Entendieron que su verdadero tesoro no estaba en este mundo, sujeto a percances y a la maldad de sus adversarios.

Por tanto, no se acongojaron al perder lo que algún día dejarían de todas formas. La perspectiva de la fe y de la esperanza incluye la evaluación correcta de los bienes terrenales. El creyente entiende que estas posesiones son temporales, y que aun cuando las tenemos son lo más valioso:

v Sin duda nos duele perderlas,

v Pero la posesión mejor está resguardada en el cielo, y

v Nunca la perderemos.

 

La Disciplina De Dios. Heb. 10:36.

 

Debemos someternos y perseverar en la disciplina de nuestro Dios, por las siguientes razones:

1. La disciplina que él permite para nosotros si bien es cierto que como toda disciplina es penosa, no obstante, es para dirigir nuestra atención a la lección que Dios quiere enseñarnos. Las dificultades que nos sobrevienen sin que nosotros las hayamos provocado nos ayudan a entender que este mundo no es nuestro hogar, y si el sufrimiento es por pecado, nos enseña la malignidad y el peligro del pecado.

2. La disciplina que él nos aplica como a sus hijos es para bien, una vez que se ajusta a nuestro verdadero desarrollo y bienestar, nos prepara para una vida feliz en esta tierra y para la vida eterna.

3. No debemos caer en el extremo de huir a toda disciplina expresada en sufrimiento, pero tampoco debemos caer en el otro extremo de buscarla.

La visión de Hebreos sobre este punto puede servir de correctivo en el mundo actual, que piensa demasiado en lo material. Aun entre cristianos, hay una tendencia hoy a dar demasiada importancia a lo material, y olvidarse de la liberación espiritual. El camino de Cristo no es simplemente una fórmula para el éxito material. Aun en la legítima lucha para liberar a nuestros prójimos de la pobreza terrenal, no nos olvidemos de la riqueza mejor y perdurable que también les debemos ofrecer.

A la luz del precio que ya pagaron por su fidelidad a Cristo, y de la recompensa que les espera, ¿Cómo pueden pensar ahora en arrojar por la borda su relación con él? (vv. 35, 36). Esto sería abandonar tanto su pasado (vuestra confianza) como su futuro (gran recompensa). Dios recompensará la confianza de los que se acercan a él por medio de Cristo, y aun ahora por la fe podemos disfrutar los bienes que él promete. La palabra recompensa puede sugerir que el creyente gane los beneficios de Dios por su fidelidad, pero nuestra obediencia y perseverancia no ameritan el premio. Más bien, son el camino hacia Dios y los beneficios que él ofrece por gracia.

El autor está seguro de que sus lectores están en este camino, pero les hace falta la perseverancia en el camino que comenzaron, hasta que lleguen a la meta (ver 6:11, en un contexto semejante). Es llamativo que estos cristianos habían hecho grandes hazañas por su fe (vv. 32–34), pero encontraron aún más difícil el perseverar. Verdaderamente, en cada generación la perseverancia es una prueba más exigente que las acciones heroicas espontáneas y momentáneas.

 

Verdades Prácticas:

 

1. Jesucristo es el único camino abierto a la presencia de Dios para salvación. Los lectores del autor de "hebreos" estaban en un flagrante peligro de:

1. Poner otras mediaciones para llegar a Dios,

2. De caer en el peligro de rechazar el camino de salvación, Jesucristo,

3. De abandonar a Jesucristo y, por ende, el camino de salvación.

2. En nuestro tiempo, de igual modo, cuántos estamos corriendo los mismos peligros:

1. Estamos poniendo en nuestro aparente seguimiento a Dios otras mediaciones, como:

a. El cumplimiento frío y mecánico de ceremonias y ritos o cultos extremadamente sugestivos y emocionales;

b. Sectas o denominaciones que presumen tener la única verdad; personas que se creen en los verdaderos y únicos canales a una verdadera experiencia religiosa.

2. Arrastrados por los placeres y afanes de este mundo presente estamos manifestando actitudes de apatía, de indiferencia y abandono, expresados en una fría religiosidad y costumbrista de asistencia dominical o de alejamiento de la iglesia.

3. Es necesario entender y aplicar a nuestras vidas una fe entendida en términos de obediencia expresada en acciones concretas que agradan a Dios a pesar de las prueba y situaciones difíciles. Esto lo encontramos en los ejemplos de fe de los fieles del AT., y el mayor ejemplo de fe de nuestro Señor Jesucristo. Puesto que como a los lectores de "hebreos" las pruebas muchas veces nos tientan a dejar la fe expresada en la obediencia a Dios:

1. Debemos renovar las fuerzas para seguir adelante en la carrera de fe viviendo una vida digna, sin dejarnos sofocar con la fatiga espiritual, el pecado y las pruebas.

2. Debemos mantenernos y apreciar el nuevo pacto realizado en la sangre de Jesucristo para el perdón de nuestros pecados y la salvación de nuestras almas. Este pacto es la garantía de nuestra salvación, por eso requiere que le demos la importancia y seriedad que amerita.

3. Debemos abandonar la actitud de rebeldía, de rechazo a la voluntad de Dios, ya que esto trae como consecuencia la condenación eterna. La única actitud que nos puede salvar de este peligro fatal es adorar a Dios con gratitud y temor.

Esto es una dura advertencia a los muchos creyentes de este tiempo que toman el camino de la fe con tanta liviandad y poca seriedad manifestando una apatía a lo que realmente Dios quiere de sus vidas y siguiendo una religiosidad adecuada a su capricho humano.

El peregrinaje cristiano consiste en hacer la voluntad de Dios, y cuando el cristiano ha cumplido la voluntad de Dios para su vida recibirá lo prometido. El que quiere escapar de los reproches y tribulaciones y por tanto deja de luchar, no cumple con la voluntad de Dios para su vida y no alcanza la recompensa:

v Obedecer la voluntad de Dios no es fácil;

v Le costó la vida a nuestro sumo sacerdote (vv. 9, 10).

Pero es el único camino al premio.

Vv. 37–39. Como es su costumbre, el autor refuerza su exhortación con una cita de las Escrituras. La cita es básicamente de Habacuc 2:3, 4, aunque el primer renglón se ha modificado de una manera que recuerda Isaías 26:20. (Ya hay alusión a Is. 26:11 en 10:27). Tanto Isaías como Habacuc escribieron en medio de crisis semejantes a la que pasaban los destinatarios de Hebreos.

En la situación de Habacuc, Dios le prometió que el cumplimiento de su promesa de salvación vendría pronto. El que ha de venir era un título mesiánico del primer siglo (ver Mt. 11:3; Lc 7:19), y Hebreos lo aplica a Jesús.

Él es el Mesías que ha venido, y también vendrá en una segunda etapa del cumplimiento de la salvación prometida. A Habacuc le parecía que el cumplimiento tardaba mucho; hubo también momentos en que los cristianos del primer siglo pensaban que la segunda venida de Cristo tardaba. Sin embargo, la palabra de Dios afirma que vendrá seguramente, y no tarde.

Ø Nosotros también debemos escuchar la firme promesa de Dios, y

Ø No desanimarnos por el tiempo que está pasando antes de su cumplimiento.

El autor invierte el orden de las cláusulas que cita en el v. 38, para que volver atrás sea una posibilidad aplicada al justo, y no al que ha da venir. Mientras espera al que viene, el justo de Dios vive por fe:

Ø Abandona la autosuficiencia para basar toda su vida en la promesa de Dios.

La fe no es solamente una experiencia inicial en la vida del cristiano, sino que caracteriza todo su camino. La vida eterna incluye una fe permanente.

Si uno se acobarda ante la prueba, y vuelve atrás, no agradará a Dios. Ha abandonado la voluntad de Dios, y así muestra que no tiene el carácter fiel y justo que se muestra en la obediencia y en la perseverancia. Hebreos presenta una alternativa clara al lector:

v La fe y

v La cobardía.

Ø Una produce vida;

Ø La otra, perdición.

Concluye:

El autor de Hebreos termina esta sección con una expresión de su confianza en que la fe de sus amados lectores es genuina. Les ha advertido en forma severa, pero está seguro de que responderán positivamente, con fidelidad y perseverancia. Como dice la Biblia de Jerusalén, no somos cobardes…sino creyentes”. No se aplica a ellos la segunda descripción de v. 38:

·      No tienen perseverancia y

·      Por tanto, no agradan a Dios.

Los tales caminan hacia la destrucción. Los lectores son más bien de los justos que vivirán por fe:

Ø Tienen la fe genuina y permanente que es necesaria para agradar a Dios y

Ø Así obtener la vida eterna.

La palabra traducida aquí alma se traduce vida en Juan 15:13 y Hechos 20:24, y tiene el mismo sentido aquí. Estos versículos han presentado de manera clara el camino que agrada a Dios y preserva la vida:

·      La fe perseverante y

·      Obediente.

El creyente genuino se afianza en la promesa de Dios, a pesar de los obstáculos, y camina en obediencia a su voluntad.

___________

Nota y Bibliografía:

1) imperativo, va. (Del lat. imperatīvus). adj. Que impera (ǁ manda). || 2. m. Deber o exigencias inexcusables. || 3. Gram. modo imperativo. □ V. mandato ~. Microsoft® Encarta® 2009.

-  e-Sword-the. LEDD. Mundo Hispano.

-  Biblia de Estudio RYRIE.

-  Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 11//05//2021. MISIÓN BAUTISTA Emanuel”. Ciudadela de Noé.  Los Cardos Mz.E - Lt.18. III Etapa. Cerca del Hospital Regional II.  Cel. 942-562691-Tumbes.


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