Una Comunidad Salvada Por Gracia:
“… entre los
cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra
carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por
naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás… Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,
… aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida
juntamente con Cristo (por gracia sois
salvos) …”.
(Efesios
2:1-10)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Introducción:
Salvos Por Gracia. En este párrafo: Pablo da tres razones por las cuales Dios quería Salvar a
la gente:
1)
Para
mostrar su amor (vv. 1-6);
2)
Mostrar
su Gracia (vv. 7-9); y
3)
Mostrar su obra mediante nuestras
buenas obras (v. 10).
1.
Para Mostrar Su Amor
(Ef. 2:1-6).
Ø Pablo ahora dirige la atención a los
creyentes gentiles que forman las iglesias a las cuales escribe con la
expresión en cuanto a vosotros (v.1a).
Con lo que ha dicho en la primera parte de
esta epístola como base y trasfondo, procede a describir el proceso divino que
los ha traído hasta este punto admirable. En la manera típica de Pablo, los
primeros siete versículos del texto en consideración constituyen una sola
oración larga y compleja en el original.
La RVR (1960) la divide en dos oraciones y
la RVA lo hace con cuatro oraciones para ayudar al lector a comprender el
verdadero significado. Hay dos pensamientos clave en los vv. 1 al 7:
· Estabais muertos (v. 1) y
· Dios... nos dio vida (vv. 4, 5).
Ø Comienza señalando con una metáfora su
estado antes de creer en Cristo como estabais muertos en vuestros delitos y
pecados (v. 1b).
Estas palabras indican
una condición anterior y continua. Describen su condición como muertos, que
aquí significa no la muerte física, sino la muerte espiritual en cuanto a su
capacidad de responder a Dios.
Quiere decir, estar
separados o alienados de Dios. La muerte espiritual se refiere a un
estado de rebeldía en el cual el rebelde se ha separado de la única fuente de
vida y está bajo condenación.
v La causa de esta
muerte espiritual se describe como vuestros delitos y pecados. Delitos
(paráptoma G3900) significa
pasos equivocados o faltas cometidas como actos de la voluntad. Barclay dice:
· “El término significa
literalmente resbalón o caída. Se usa para describir al hombre que pierde el
camino o se extravía, o de aquel que no logra adquirir la verdad o se aleja de
ella”.
v La segunda palabra
que Pablo usa para definir la causa de la muerte espiritual es pecado (amartía G266) que significa “errar o perder el blanco” como en el
tiro al blanco. Pecar
significa no alcanzar la meta deseada:
· Incluye los errores intelectuales y
· Los fracasos morales.
Las dos palabras son prácticamente sinónimas y usadas juntamente enfatizan la condición triste y desesperante del pecador.
Los delitos y pecados representan las
malas obras del viejo
hombre en que los lectores antes se ocupaban. El autor usa
dos expresiones para describir cómo se ocupaban de ellas.
v En los cuales anduvisteis en otro tiempo
(v. 2a) es la primera y se refiere a la conducta moral habitual de ellos, o
como diríamos hoy en día, su estilo de vida.
“Es un hebraísmo originalmente
relacionado con la figura de la vida como una senda en que uno anda” (Vaughan).
Incluye las actitudes, relaciones, acciones y metas de uno.
v Este estilo de vida rebelde era conforme
a la corriente de este mundo y al príncipe de la potestad del aire (v. 2b).
Es decir, la vida
desobediente y pecaminosa de los gentiles seguía las normas pecaminosas de su
edad y las costumbres malas de este mundo. Además, estaba bajo la influencia de
Satanás, el gobernador del reino del error.
Según Bonnet y
Schroeder, la expresión “príncipe de la potestad del aire” se encuentra
sólo aquí y se usa para “designar el imperio del demonio”. Esta expresión
refleja el sentir de la época de Pablo que creía que el aire estaba tan plagado
de demonios malignos.
v
Pablo
describe a éste mismo príncipe como el espíritu que ahora actúa en los hijos de
desobediencia* (v.
2c).
Es un espíritu
maligno que ejerce su influencia sobre los que viven en el
pecado y se caracterizan por una rebeldía contra Dios:
Ø Con esta expresión Pablo señala a Satanás como el que reina sobre los demonios y otros agentes de la maldad.
Ø Aun Jesús lo describe en Jn. 16:11 como
el príncipe de
este mundo.
Ø Este mismo espíritu es el que está actuando
en la vida de los hijos de desobediencia.
*al príncipe… el espíritu. Ambas palabras se refieren a Satanás. hijos de desobediencia. Es un hebraísmo que significa “personas desobedientes”.
De esta manera Pablo da a entender que la
influencia de Satanás se manifiesta en las
actividades pecaminosas y corruptas de la humanidad de hoy en día:
· Estos son los que no reconocen a Dios ni lo
obedecen.
· El que influye en el mundo para que
reine la maldad,
· El crimen,
· Las guerras,
· La corrupción moral,
· Las enfermedades sociales,
· La destrucción,
· La desintegración del hogar y todos los
demás males que pudiéramos mencionar es Satanás:
Ø Los sujetos de él son los ladrones,
Ø Los estafadores,
Ø Los mentirosos,
Ø Los homicidas,
Ø Los inmorales, y
Ø Así una lista sin fin.
El cuadro pintado no es nada agradable, pero no se detiene allí. Lo amplía a
continuación (v. 3) para hacerlo universal:
v En los vv. 1 y 2 habla de vosotros (los gentiles),
v Pero en el v. 3 habla de nosotros (los judíos).
La expresión en otro
tiempo todos nosotros vivimos entre ellos... incluye
a los judíos entre los muertos en ... delitos y pecados y, más específicamente, los hijos de
desobediencia.
La conducta de estos antes de conocer a Cristo no era nada bueno ni recomendable.
El autor emplea dos expresiones para describir este estado
pecaminoso y perdido.
· La primera de estas es vivimos... en
las pasiones de nuestra carne (v. 3a). Las pasiones (epithumía G1939) son los deseos malos o los
impulsos naturales del hombre carnal. Otra palabra que expresa la misma idea es
concupiscencias.
· La segunda expresión caracteriza
esta vida como haciendo la voluntad de la carne y de la mente (v. 3b).
Esta vida anterior
estaba sujeta a los impulsos y deseos naturales del cuerpo físico y gobernada
por los malos pensamientos. Fue una vida controlada en cuerpo y mente por los
impulsos bajos de la naturaleza. La vida habitual obedecía a los deseos de la
naturaleza pecaminosa y los pensamientos pecaminosos.
· La consecuencia de este estado moral
se describe con la expresión por naturaleza éramos hijos de ira
(v. 3c).
Según Vaughn “la ira de Dios
representa la hostilidad divina a todo lo que es malo”. Por
naturaleza implica que esta sentencia divina se debe más a lo que uno es y no
solamente a lo que uno hace como pecador. Las obras malas del pecado provienen
de una condición natural del ser humano sin Cristo.
Los pecados no hacen al pecador; el pecador hace pecados, malas obras. Con las palabras como los demás Pablo incluye a los judíos en esta acusación como sujetos a las influencias malignas de Satanás y por consecuencia los objetos de la ira de Dios.
V.3.
R530 El dativo φύσει
tiene la idea de manera: por naturaleza.
M174 El genitivo
adjetival semítico τέκνα φύσει ὀργῆς quizá signifique: abandonados a nuestra propia suerte (φύσει), estamos destinados a sufrir las consecuencias del pecado.
T28 Θελήματα es el plural poético de un sujeto abstracto que se usa de una manera clásica: lo que se desea.
Después de mencionar la situación triste y trágica de la humanidad, el autor cambia el tono de la misiva y habla de lo que Dios ha hecho a pesar del cuadro desolador del hombre. Parece que Pablo vuelve en el v. 4 al pensamiento que quiso iniciar al comienzo de este capítulo, una descripción de lo que Dios ha hecho para nosotros (vv. 4-10). Menciona la solución divina al dilema humano.
Comienza con una descripción de la naturaleza de Dios: Pero Dios, quien es rico en misericordia, a causa de su gran amor con que nos amó... (v. 4). Así Pablo introduce a Dios en el v. 4, quien es el sujeto del verbo principal dio vida en el v. 5. Menciona dos características de Dios, su misericordia y su amor. En contraste con lo que ofrece el hombre pecador, el autor presenta a Dios como rico en misericordia a causa de su gran amor. Rico en misericordia sugiere la circunstancia o razón por la que Dios nos dio vida.
Ayuda Hermenéutica:
V.4.
R833 El aoristo ἠγάπησεν se usa para describir una acción que en realidad tal vez no se haya terminado en un momento definido: con el cual él nos amó.
El Diccionario General Ilustrado de la
Lengua Española VOX dice que misericordia es la “virtud que inclina el ánimo a compadecer las
miserias ajenas y a tratar de aliviarlas debidamente”.
Un segundo sentido dado es: “Atributo divino en cuya virtud Dios perdona y remedia los
pecados de sus criaturas”.
Los dos sentidos caben aquí. Dios se compadece de la situación miserable del pecador y toma la iniciativa en perdonar los pecados causantes y los pecadores resultantes. Esta misericordia es grande, abundante y generosa.
Esta misericordia es el resultado de su gran amor con que nos amó. El amor es la esencia del carácter divino y Pablo lo repite de dos maneras para énfasis: amor como sustantivo y amor en forma verbal. Este gran amor es el amor compasivo que se da de sí mismo en Cristo (ver 1:5*) con que él nos ha amado, en contraste con la ira de Dios mencionada en el v. 3. Este amor es para las mismas personas que éramos los objetos de esa ira divina.
NOTA: *1:5: predestinado.
Dios ha determinado de antemano que los que creen en Cristo serán adoptados en
su familia y hechos conformes a su Hijo (comp. Rom. 8:29). Esto comporta una
elección por parte de Dios (v. 4), la cual se hace por amor
(v. 4); está basada en la benevolencia de su perfecta voluntad (vv. 5, 9, 11);
su objetivo es glorificar a Dios (v. 14); pero esto no releva al hombre de su
responsabilidad en creer el evangelio a fin de que se lleve a cabo en él
personalmente la predestinación de Dios (v. 13). adoptados
hijos. Véase Rom. 8:15. (Fuente: Biblia de Estudio RYRIE. Pág.
1195).
G25 ἀγαπάω = agapao: tal vez de ἄγαν = ágan (mucho) [o compare H5689]; amar (en sentido social o moral): - amado, amada, amar, amor. Compare G5368. (Strong).
El nosotros del v. 3 se convierte en nos en el v. 4 como el objeto del amor y la misericordia de Dios. Este amor no se ciega al pecado, sino que responde a la altura que demanda la gravedad de la causa de la ira. ¡Qué glorioso es ser amado con un amor tan compasivo que a pesar del estado anterior que merecía la indignación de Dios nos dio otra oportunidad!
Este es el sentido del conjunto de palabras que componen los vv. 4* y 5**. El resultado de esta misericordia y amor se da en el v. 5, donde también se menciona la condición del pecador, estando nosotros muertos en delitos ante la operación de estas cualidades de Dios.
Ayuda Hermenéutica:
V.
4.*
R833 El aoristo ἠγάπησεν se usa para describir una acción que en realidad tal vez no se haya terminado en un momento definido: con el cual él nos amó.
V.
5.**
M44 Χάριτι se usa como un
dativo instrumental, y significa: porque por gracia ustedes son salvos.
T176 Los traductores
no se preocupan por distinguir τῇ χάριτι en Ef. 2:8 de χάριτι
en 2:5 (algunos han traducido las dos
veces: por su
gracia); tal vez τῇ sea
sólo repetitivo y se refiera al v. 5. Pero hay otro punto de vista: la omisión del artículo tiende a destacar las
cualidades inherentes de los sustantivos abstractos, mientras que los artículos
hacen que sean más concretos, unificados e individuales. En el
v. 8, entonces, se refiere al acto histórico de la gracia salvadora de Dios; en
el v. 5 a la gracia como tal, en contraste con los otros medios de redención.
Así que la dificultad no consiste en explicar la presencia del artículo, tal
como se hace con los nombres concretos. El problema consiste más bien en
explicar su ausencia. [Editor. Turner cita a Zerwick como apoyo, pero Zerwick
realmente declara que la presencia del artículo requiere atención especial y no
se refiere a la omisión del mismo. Parece que la explicación más sencilla es
que el artículo se refiere a una declaración previa (la del v. 5).]
BD258(2) A menudo se omite
el artículo con sustantivos abstractos. Cuanto más abstracto sea el sentido en
que se usa el sustantivo, tanto menos probable es que tome cualquier artículo
que no sea el que se refiere a una característica general: de
ahí que en algunos casos el problema consiste más bien en explicar la presencia
del artículo y no su ausencia. En el v.
5 es: la
gracia que los ha salvado a ustedes; pero en el v. 8 significa: la gracia antes mencionada (¿bien conocida?) los ha entregado al camino de la fe.
MT127 Ἐστε σεσῳσμένοι se refiere a una
obra que ha terminado desde el punto del autor, pero que la realizan
progresivamente los que son objetos de ella.
Esta condición o estado moral se describe
con la palabra muertos dando énfasis a la total incapacidad del hombre y la
separación de éste de Dios por causa de sus delitos. A la vez, enfatiza el gran
poder de Dios que operó cuando nos dio vida juntamente con Cristo.
Es el mismo poder de la resurrección de Cristo que resulta en nuestra salvación. Pablo une nuestra salvación con la resurrección de Jesús. Motivado por la misericordia y el amor, Dios obró nuestra salvación por medio de y junto con la resurrección de Jesús. El mismo poder que operó para levantar a Jesús de la muerte ha operado en nosotros para vivificarnos juntamente con él.
Las palabras nos dieron vida juntamente
con Cristo interpretan una expresión griega compuesta por Pablo que significa “nos vivificó
juntamente con Cristo”.
Según Taylor este verbo compuesto fue
acuñado por Pablo para dar “más énfasis a que la salvación es el resultado de la unión
con Cristo. La resurrección de Cristo no es nada más la seguridad de la
regeneración espiritual; también es el medio de la regeneración”.
Esta fue la obra de Dios en el Espíritu Santo, la regeneración espiritual de
los pecadores muertos. La muerte espiritual responde positivamente al Espíritu
de Dios quien obró en la resurrección de Cristo, dándonos vida espiritual.
Pablo inserta aquí una exclamación: ¡Por gracia sois salvos!, anticipando el
pensamiento que trata más extensamente más adelante. Recalca que la salvación
viene de una fuente fuera del hombre y no corresponde a ningún mérito ni valor
que tuviese. Tanto la resurrección de Jesús como la regeneración de nuestras
almas es obra de la gracia de Dios, la que se manifiesta por medio de su
misericordia y amor.
Uno de los temas favoritos del apóstol Pablo es la gracia y no se cansa de mencionarla (ver 1:2, 7, 8). Todo lo que Dios hace y el creyente recibe es por gracia.
Complementando la idea de la vivificación, o sea la regeneración
espiritual, Pablo continúa diciendo: Y juntamente
con Cristo Jesús, nos resucitó y nos hizo sentar en los lugares celestiales (v.
6).
Como en el versículo anterior encontramos aquí dos verbos
compuestos que lit. quieren decir: Nos resucitó con él y nos sentó con él. La regeneración
espiritual sigue con dos acciones divinas más:
Ø La resurrección espiritual y
Ø La unificación espiritual juntamente con
Cristo Jesús.
Acto seguido de ser resucitado, Jesús salió de la tumba. Así, al recibir
nueva vida el creyente se levanta de su lecho entre los muertos, sale de ellos
y entra en una nueva relación y una nueva comunión con Cristo Jesús.
Esta referencia nos recuerda lo que Pablo escribe en 1:20, donde menciona la resurrección poderosa y victoriosa de Jesús. Todo esto confirma la obra completa de la salvación por fe en Jesucristo. Tenemos una salvación totalmente terminada y segura. Esto describe el nuevo estado en el cual se halla el creyente en contraste con el estado pasado descrito en los vv. 1-3.
Clave en esta nueva relación y estado del
creyente es la expresión juntamente con Cristo Jesús. Para dar más énfasis a esta relación La
Biblia de las Américas interpreta estas acciones de la siguiente manera:
“Con él nos resucitó y con él nos sentó”.
Donde está Jesús, allí está el creyente gozándose de la victoria y los beneficios logrados por él. En los lugares celestiales sugiere que espiritualmente ya disfrutamos del cielo. En un sentido podemos decir que el cielo ha venido a nosotros en Cristo quien mora en nosotros. Y esto a pesar de las limitaciones temporales y terrenales que aún experimentamos en este cuerpo físico.
2. Mostrar Su Gracia (Ef. 2:7-9):
Las palabras que siguen (v. 7) son una
explicación de la razón divina y del propósito eterno de Dios en la obra
salvadora que hizo en Cristo Jesús.
Resume lo que Pablo ha descrito tan
elocuentemente en la primera división de esta carta (1:3-14). Para mostrar
señala propósito y podría ser interpretado
como:
·
“Con el fin de demostrar” o
·
“Como evidencia de”.
Se refiere a las tres acciones mencionadas en vv. 5 y 6, las cuales darán evidencia de o demostrarán en las edades venideras las superabundantes riquezas de su gracia, por su bondad hacia nosotros en Cristo Jesús (v. 7).
En las edades venideras, lit. por los siglos, habla del futuro y
podría entenderse con “por todo el tiempo venidero”. Lo que Dios ha hecho
(vv. 4-6), lo ha hecho para poder continuar demostrando su gracia abundante a
través de las edades venideras.
Vaughan sugiere que “los creyentes son trofeos de la gracia de Dios, y su designio es exhibir en ellos la incomparable riqueza de esa gracia”. Esta frase contiene un mensaje misionero y señala el propósito misionero que Dios tiene para su iglesia.
No pudiendo contenerse, Pablo prorrumpe en
palabras superlativas para describir las superabundantes riquezas de su gracia.
Superabundante
(uperbállo G5235) significa una
abundancia que sobrepasa, y usado con riquezas implica una riqueza que no tiene
medida ni
límites:
· Pablo ya había mencionado las riquezas de Dios respecto a su gracia en 1:7*,
· La gloria de su herencia en 1:18 y
· De su misericordia en 2:4.
Esta gracia tan abundante es una
manifestación de su bondad hacia nosotros en Cristo Jesús. Podríamos entender
la bondad de Dios como su benevolencia o su buena voluntad para con nosotros en
Cristo Jesús.
NOTA: *Ef. 1:7: redención.
Tres ideas están implicadas en la doctrina de la
Redención:
1)
El pago
del rescate con la sangre de Cristo (1
Cor. 6:20; 1 P. 1:18-19; Ap. 5:9);
2)
La
retirada de la maldición de la ley (Gál.
3:13; 4:5); y
3)
Liberación
de la esclavitud del pecado para entrar en la libertad de la gracia (1 P. 1:18).
La Redención es siempre por su sangre; i, es., mediante la Muerte de Cristo (Col. 1:14).
La voluntad de Dios siempre ha sido hacernos el bien. Esto lo ha hecho en Jesús. Cada nuevo creyente es un trofeo glorioso que exhibe esta bondad divina que nos vivifica (da vida), nos resucita y nos sienta en victoria y gloria juntamente con Cristo. El avance misionero del evangelio aumenta la perspectiva de esta exposición maravillosa.
Uno de los pasajes bíblicos más queridos y que a la vez sirve
como base para la evangelización es el que sigue:
Ø Porque por gracia sois salvos por medio de
la fe; y
Ø Esto no de vosotros, pues es don de Dios.
No es por obras, para que nadie se gloríe
(vv. 8, 9). Con estas palabras Pablo resume todo lo que ha dicho hasta este
punto, señalando que la salvación es la obra soberana de Dios y sólo depende de
la fe del pecador para hacerla suya. No depende de nada más que el ser humano
pueda hacer.
Moule llama a este pasaje “esa gran formula
de bendición”. La gracia es la
provisión que Dios ha hecho para la salvación del pecador, pues la situación de
éste es tan grave. La fe, y nada sino la fe, es lo que corresponde al
pecador como respuesta a la gracia de Dios, pues es la única condición que Dios acepta:
v La gracia es la fuente divina de la salvación y
v La fe es el medio por el cual se efectúa.
Cuatro Palabras Se Destacan En El v. 8*:
· Gracia,
· Salvos,
· Fe, y
· Don.
Veamos las siguientes
citas: Romanos 10:14;
Juan 1:12; v.9*; v.10*; Stg. 2:17.
Por gracia (cáris G5485)
entendemos la merced, el favor y bondad amorosa de Dios; mientras fe (pístis G4102) es aquella confianza que
cree en esta gracia. La salvación es el resultado de estas dos, gracia y fe, y viene como un don gratuito de
parte de Dios y no por ningún mérito o esfuerzo del pecador.
Las palabras traducidas sois salvos también pueden ser traducidas habéis sido salvados, porque la estructura verbal en el griego da a entender un hecho consumado, pero en que el beneficiario continúa y continuará gozando de sus beneficios.
Ayuda Hermenéutica:
V. 8:
R704 En este versículo,
el pronombre τοῦτο no se refiere a πίστεως, sino más bien a la idea de salvación que aparece en la
cláusula anterior.
M18 y sig. No
siempre es fácil ver la fuerza de la distinción entre el perfecto simple y el
perifrástico. Por ejemplo, ¿se alteraría
el sentido si por la oración χάριτί ἐστε σεσῳσμένοι, se hubiera escrito χάριτί
σέσῳσθε? Quizá la respuesta
sea que éste es también un ejemplo en que el participio tiene poco o ningún
significado temporal y prácticamente es adjetival: como resultado de un favor gratuito ustedes
son salvos. Sin embargo, tiene
buen sentido la traducción: ustedes
han sido salvos, por tanto, disfruten su presente condición (comp. el comentario sobre el v. 5).
T45 Καὶ τοῦτο significa: y en verdad (καί con el pronombre demostrativo es enfático -BD442[9]).
Esto no de vosotros a primera vista
sugiere la fe, como parece lógico y correcto pensar que aun la fe proviene de
Dios. La mayoría de los comentarios concluyen sugiriendo que “esto”
se refiere a toda la obra salvadora, “salvos por gracia por medio de la fe”, como don de
Dios. Pablo añade no es por obras, para que nadie se gloríe.
La obra salvadora de Dios, dada la condición desesperada del pecador, no deja lugar para la jactancia ni el orgullo. Enfáticamente el Apóstol ha repetido y esto no de vosotros y no es por obras para demostrar que la salvación no viene como resultado de los esfuerzos ni méritos humanos. Sólo hay que creer, tener fe, confiar en Dios.
Filosofía bíblica de la historia: En Efesios, Pablo entrega el corazón
de la filosofía bíblica de la historia, enraizada en el AT., y sistematizada en
Jesucristo.
Para medir el sentido de la historia del
evangelio en Jesús, y para aplicarlo a nuestra América Latina, conozcamos algo
de los sentidos de la historia y el lugar del hombre en ella, del mundo de Pablo y del
nuestro:
1.
El
mundo helenístico de la época de Pablo pensaba en la historia de modo fatalista. Todo ocurría como moviéndose en un sentido circular;
todo era recurrente; no ocurría nada nuevo debajo del sol. La calidad moral y
el destino al nacer, son como una pieza con candado cuya llave no está en el
mundo del hombre. Ni la persona ni el destino de ella admite cambios. Había sí
religiones de "esperanza"
(las llamadas "religiones
de misterio"), pero una esperanza apenas rasguñada por una
elite de iniciados. El optimismo de la época paulina lo brindaba el mundo
romano con su éxito político y técnico.
Y además con la filosofía estoica. Pero tal
optimismo incubaba el fatalismo por medio del despotismo de los señores del
poder público, la desigualdad social, la deslealtad creciente al genio y culto
romanos, y por la franca debilidad de la mayoría de los ciudadanos para "hacer"
los ideales morales dictados por la conciencia natural y enseñados por los
grandes maestros de la época (ver Rom. 1:18-2:15).
2.
En
Hispanoamérica, desde los días de la conquista, ha cristalizado un sentido
mestizo de la historia: Un sentido optimista dominado por el fatalismo.
Como prueba nos referiremos al sentido de la historia de una de nuestras altas
culturas, la maya-mexicana, mezclada con el sentido histórico-religioso del
cristianismo hispanoamericano católico, apostólico y romano. En la cultura
maya-mexicana hay dos símbolos centrales: La serpiente enroscada en espiral
con la cabeza en el centro y la pirámide escalonada. La espiral maya-mexicana
sugiere una concepción más avanzada que el círculo repetidor de los griegos.
Los círculos de la espiral, siendo semejantes entre sí, son también diferentes;
se desenvuelven de modo indefinido, pero en círculos ascendentes de diferente
nivel.
Aquí hay cambio en el movimiento de la
historia, y el hombre participa en cierta medida de los cambios. Incluso el
destino del hombre, según algunos pensadores mayas, puede aspirar a encontrarse
con el dios tenido como principal. La pirámide escalonada con su templo en la cumbre,
sugiere el modo en que ocurre la historia del mundo:
· El hombre, que vive sometido a la
naturaleza, guiado por sus tradiciones y por el calendario de buen nivel
astronómico, va ascendiendo con el ritmo de la historia, escalón por escalón,
hacia el ideal divino.
Lo divino es distinto de lo humano, así
como el templo de la cumbre lo es de la pirámide.
Hay
una jerarquía rectora en la estructura espiritual del mundo:
Ø Muy arriba, lo divino casi indefinido y misterioso;
Ø Hacia abajo siguen los señores, los
sacerdotes, los potentados, hasta llegar al hombre común.
Este, de todos
modos, es semejante al hombre de más arriba, pues son solidarios en la caminata
hacia el templo celestial.
La esperanza de cambio, mayúscula para el
orden elitista sacerdotal, estuvo amarrada a la conducta moral. En verdad, como
nos lo ha revelado el traductor de la literatura náhuatl, don Miguel León
Portilla, la moral de esa gente compite, como la moral de Séneca con la de
Pablo, de modo notable con la moral representada por la mayoría de los
cristianos de Hernán Cortés.
Con emocionante tesón religioso, los maya-mexicanos
vivían de sortilegios, sacrificios hasta humanos, oraciones, buenas obras y
heroicas, etc. Se proponían ayudar con sus buenas obras no sólo al ascenso
personal, sino más bien comunitario. También buscaban ayudar al cambio histórico universal,
cuyos modelos eran sus dioses, personificadores de los valores morales:
Ø Cualquier obra, mérito, esfuerzo humano, o
aun cualquier jactancia anula la gracia y niega la fe;
Ø Deja la obra salvadora completa y
adecuada de Dios en Cristo expuesta a dudas y abusos;
Ø Da lugar a muchas doctrinas y prácticas equivocadas que sugieren que el
hombre tiene que hacer su parte.
Tenemos el caso clásico de los gálatas que
cayeron víctimas de los judaizantes que insistían que era necesario
circuncidarse para ser salvo, además de creer.
Este peligro se extiende en nuestro tiempo
hasta aquellos que insisten en que hay que tener otra experiencia posterior a
convertirse a Cristo, como “una segunda obra de gracia” para ser
verdaderamente salvo.
Insisten en que hay que tener tal o cual
experiencia (hablar
en lenguas, por ejemp.) para dar evidencia de haber recibido al Espíritu Santo.
Los que insisten en esto se escudan detrás de una interpretación equivocada de la obra del Espíritu Santo en la salvación. El gloriarse de lo que uno hace o podría hacer para salvarse disminuye la importancia de la gracia de Dios, rebaja el sacrificio de Cristo y pone al hombre en un plano similar al de Satanás quien quiso imponerse en el lugar de Cristo y abolir la obra de Dios.
3. Mostrar Su Obra Mediante Nuestras Buenas
Obras (Ef. 2:10):
El autor inspirado concluye explicando el propósito de todo esto
en el v. 10.
Este versículo “es para corroborar la gran verdad de los vv. 8
y 9, y para dar razón de ella” (Vaughan). No es por obras que uno se
salva, sino para hacer buenas obras que uno es salvo.
En primer lugar, señala que somos hechura
de Dios, creados en Cristo Jesús. Hechura* (póiema G4161)
significa “cosa
que es hecha” o sea obra de las manos, en este caso de Dios.
NOTA: *hechura = poiema Strong G4161: Del verbo poleo = «hacer». (Compare «poema» y «poesía»). La palabra designa un producto manufacturado, un diseño producido por un artesano. Poiema hace énfasis en Dios como Diseñador Maestro, en el universo como su creación (Rom. 1:20), y en el creyente redimido, como su nueva creación (Ef. 2:10).
Como tal, hemos sido creados en Cristo
Jesús o sea hechos en él. El alma salva es de creación divina. Pablo describe
esta idea en otra epístola más ampliamente cuando dice:
· De modo que, si alguno está en Cristo, nueva
criatura es;
· Las cosas viejas pasaron;
· He aquí todas son hechas nuevas (2 Cor. 5:17**).
NOTA: **V. 17: nueva criatura. Lit., una nueva creación. Las cosas viejas pasaron (en tiempo aoristo para indicar el cambio decisivo que la Salvación produce). he aquí todas son hechas nuevas (el tiempo perfecto indica los resultados permanentes de la nueva vida en Cristo). La gracia de Dios no solo justifica, sino que también hace una “nueva creación”, lo que da como resultado un estilo de vida transformado (v.15).
El propósito divino es hacer del hombre
pecador una nueva criatura completamente de su agrado y que hace las obras que
a él le agradan. Que Dios nos ha hecho lo que somos depende de una nueva
relación en Cristo con un propósito más elevado. Este propósito se define como
las buenas obras que Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas en
lugar de las malas obras de Satanás mencionadas en los vv. 1-3.
Ø El hombre viejo bajo la influencia de Satanás y sujeto al estilo de vida de esta edad no podría hacer las buenas obras
que agradarán a Dios.
Ø Nada menos que una nueva creación hecha
al estilo de Jesús podría satisfacer este propósito eterno y lograr la voluntad de
Dios.
Dios ha hecho (preparó de antemano) las provisiones
necesarias para un nuevo estilo de vida (para que anduviésemos en ellas).
La palabra “andar” en el v. 10 es la misma que se usa en el v. 2 al referirse al andar en los delitos y pecados en otro tiempo, antes de creer en Cristo. Las buenas obras “no son meros accesorios de la vida cristiana, sino parte del plan eterno de Dios para su pueblo” (Vaughan).
Ayuda Hermenéutica:
V. 10:
R505
Ἐπί tiene la idea de meta o propósito: para buenas obras.
R681 La posición de αὐτοῦ indica que el pronombre es enfático: nosotros somos su hechura (no nuestra).
Como las obras malas formaron parte de la vida anterior del pecador, las buenas obras forman parte íntegra de la vida nueva del creyente. Como antes anduvo el pecador conforme a la corriente de este mundo ahora el creyente anda en una nueva manera de vida.
Concluyó:
Así termina Pablo el ciclo de la
transformación de la muerte a la vida, de las obras malas a las obras buenas.
Vemos el cuadro completo de lo que era uno antes de Cristo, lo que hizo Dios en
él, el resultado de esto en aquel que cree, y el porqué de todo esto.
De esta manera Pablo acaba de describir la
obra de Dios al convertir a una humanidad pecadora en una nueva comunidad
salvada por su gracia.
___________
Nota y
Bibliografía:
- e-Sword-the. LEDD.
- Biblia de Estudio RYRIE.
-
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 20//04//2021.
MISIÓN BAUTISTA “Emanuel”. Ciudadela de Noé.
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