Parte II
COMENTARIO
A SOFONÍAS: “El Juicio”:
(IX)
“Por tanto,
esperadme, dice Jehová, hasta el día que me levante para juzgaros; porque mi
determinación es reunir las naciones, juntar los reinos, para derramar sobre
ellos mi enojo, todo el ardor de mi ira; por el fuego de mi celo será consumida
toda la tierra”.
(Sofonías
3:8)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
El oráculo comienza con la palabra hebrea “Ay” que
es un llanto o grito de maldición. Las naciones se mencionan según su proximidad a Judá y
según los cuatro puntos cardinales:
· Primero, los filisteos que viven al
sudoeste; Moab y Amón al este, al otro lado del río Jordán a orillas del mar
Muerto;
· Luego Etiopía, muy al sur y finalmente Asiria, muy al norte. Las emociones del profeta son desde ira por los pecados de Judá, hasta tristeza por la destrucción que les espera.
1. Juicio Sobre Los Filisteos. Sof. 2:5-7.
El primer juicio en contra de una nación extranjera es contra los filisteos. Ellos eran un pueblo que vino de la isla de Creta o Caftor (Amo. 9:7) para ocupar la llanura de la costa de Canaán. Ellos y sus cinco ciudades (vv. 5, 6) principales serán totalmente destruidos y su tierra será convertida “en lugares de delicados pastos” para el remanente de Judá que sobrevivirá el día del Señor.
El v. 7 implica que serán los israelitas que vuelven de un cautiverio los que ocuparán la tierra. No se sabe si se tratará de una esclavitud impuesta por Asiria o por Babilonia que recién aparece sobre el escenario del Medio Oriente. Lo importante es que ningún cautiverio del pueblo de Dios será permanente. A este pueblo que dice que Dios no hace ni bien ni mal, la sobrevivencia del remanente será evidencia concluyente que Dios cuida de los suyos y va a “restaurar sus fortunas”.
2. La Destrucción De Moab y Amón. Sof. 2:8-11.
Esto será aún más terrible. Eran primos hermanos de los
hebreos. Se aprovecharon de las dificultades de Judá para ocupar el territorio
que Dios había dado a su pueblo (Ez. 25:3; 25:6; Abd. 12). En la época del
profeta cada israelita sabía de la destrucción total de Sodoma y Gomorra (Deut.
29:22-23; Is. 13:19).
Sus ruinas estaban debajo de las aguas del mar Muerto o quedaron como colinas de piedras ennegrecidas por el fuego. Lo único que se podría aprovechar del sitio era excavar huecos y dejarlos llenarse del agua del mar Muerto y esperar que se secaran para extraer la sal.
El v. 10 hace sobresalir una enseñanza céntrica en la Palabra. La Biblia habla
mucho del pecado del orgullo o la soberbia tanto en el AT., como en el NT. Nos
hace recordar que Dios creó al ser humano. ¡él no se creó a sí mismo! Dios es el Soberano de
todos.
La evidencia de la soberanía de Dios sobre las naciones se verá en la destrucción de sus dioses juntamente con sus ciudades (v.11). Es más, un día todos los habitantes de la tierra van a adorar al único y verdadero Dios (Is. 41:1; 49:1). Como Zc. 14:9 indicó, cien años más tarde, el conocimiento de Dios se extenderá desde Sion a toda la tierra y los habitantes lo van a adorar a él en lugar de a sus ídolos fabricados a mano.
3. El Juicio Sobre Etiopía y Asiria. Sof. 2:12-15.
Es difícil explicar el versículo 12. Hay un juicio sobre Etiopía Egipto, aunque Egipto era lugar de refugio para los hebreos (Gn. 37-50; 1 R. 11:26-40) y muchas veces era aliado de Israel contra un enemigo mutuo (2 R. 19:9). No obstante, los profetas no tuvieron confianza en la ayuda militar de Egipto (Ez. 29; Is. 36). También se debe tomar en cuenta que la dinastía de etíopes que gobernaban a Egipto en aquel entonces no eran verdaderos egipcios.
En estos versículos, 13-15, Sofonías da su
palabra más extensa y más fuerte sobre una nación extranjera. Asiria ya había
destruido el reino del norte, Israel, y era el opresor de Judá en el año 626 a.
J.C. Lo que más molestó a Sofonías era el orgullo y la arrogancia de los
asirios. Se creían invencibles; pensaban que Nínive era la capital del mundo,
una fortaleza que no podría ser destruida por ninguna otra potencia.
Sofonías se une con su contemporáneo Nahum en gozarse pensando sobre la próxima caída y destrucción de la ciudad orgullosa. El lema de ellos: “Sólo yo y nadie más” era un reto al profeta de Dios. Seguramente los oyentes de Sofonías sentían una satisfacción enorme al saber que ese “yo” iba a desaparecer de la faz de la tierra.
Este oráculo nos enseña que Dios considera
a toda nación y pueblo responsable por sus hechos. Hay una justicia elemental
que todo ser humano debe entender. Si el creyente actual no se enoja por las
injusticias en nuestro mundo, le falta algo muy importante en cuanto a entender
la santidad y la justicia de Dios. Sofonías vivió en una época de cambios
enormes.
El equilibrio de poder iba pasando de un
imperio a otro; su misión era advertir a los hebreos de la importancia de eso y
enseñarles que no debían esperar la utopía de ningún sistema de gobierno o
poder militar. No iban a continuar bajo la administración de Asiria; una
potencia muy inteligente con costumbres y metas muy distintas de los de Asiria
se asomará sobre el horizonte de la historia. Nadie, ni rey ni profeta, ni
comerciante rico sabía qué futuro esperaba a las naciones del Medio Oriente.
Nínive, la gran ciudad que era el símbolo de lo permanente en un mundo sujeto a grandes cambios, iba a desaparecer. Las grandes ciudades siempre prometen seguridad eterna a sus habitantes. Ser dueño de propiedad en una ciudad grande es una garantía de patrimonio para sus descendientes. ¡Falso! El sitio de la gran ciudad de Nínive es apenas un lugar para turistas y arqueólogos en la actualidad. Como Abraham, debemos buscar “la ciudad que tiene cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios” (Heb. 11:10).
Juicio De Jerusalén y Juicio De Las Naciones. Sof. 3:1-20.
IV. JERUSALÉN: LA CIUDAD PODRIDA.
Sofonías 3:1-7:
El último de los oráculos contra las
naciones es como una acusación legal dada a los jueces de la ciudad contra la
conducta de la capital, la “ciudad Santa”, la ciudad de David. Lamentablemente
sus pecados son iguales o peores que los de las naciones y las ciudades
paganas. Los profetas del siglo VIII, Amós y Miqueas, condenaron las ciudades
de Israel y Judá como centros de vicio, opresión social e injusticia (Amós 3:9-15;
Miq. 1:1-16).
Lo que más asombra a Sofonías es el fracaso total del liderazgo de Jerusalén. Jueces, profetas y sacerdotes no han cumplido en lo más mínimo sus responsabilidades. El mensaje de Sofonías sigue en la tradición de Is. 1:21-26 y Miq. 3:1-11. Es más, parece que Ezequiel había leído este oráculo antes de proclamar su mensaje dado en Ez. 22:23-30.
1. Una Ciudad Rebelde. Sof. 3:1-4.
En los vv. 1 y 2, Sofonías emplea
adjetivos muy fuertes para describir la ciudad que oprime a sus pobres e
indefensos. Ella es “sucia” según Nah. 3:6 y está “contaminada”
por la sangre inocente derramada (Is. 59:3; Lam. 4:14). Aún peor, no se ha
escuchado la voz de Dios dada por sus profetas. No se prestó atención a estas
advertencias, ni aprendió nada de los juicios de Dios sobre las naciones
vecinas. No se ha confiado en Dios sino en alianzas políticas y militares con
otras naciones hasta el extremo de sustituir al Dios verdadero por sus ídolos.
El profeta insinúa que lo que hacen puede ser “legal” pero no es “legítimo” ante los ojos de Dios y su Ley. Los líderes tenían que ser los guardianes de los derechos del pueblo, pero en lugar de cumplir con sus deberes se habían convertido en “opresores” del pueblo que tenían que defender. Los líderes de una comunidad no son solamente las autoridades religiosas y políticas sino también los jefes del comercio, las finanzas y la industria (Sof. 1:10-13). La Ley debe ser administrada de forma imparcial a todos los ciudadanos del país.
Vv.
3, 4.
Las Funciones
Del Aparato Civil y Eclesial:
Ø Sus príncipes son como leones rugientes que han agarrado a
su presa, tan enorme es su avaricia y su codicia. No se menciona al
rey, tal vez porque Josías era demasiado joven en aquel entonces para tomar
parte en la administración.
Ø Los jueces son como lobos rapaces con apetito insaciable
que no dejan ni un solo hueso de la presa que capturaron durante la noche.
Ø Los profetas son vanagloriosos
o inestables en todo sentido (Gn. 49:4; Jr.
23:32). Son prevaricadores en el sentido que proclamaron profecías falsas que
tergiversaron la gravedad del juicio venidero de Dios.
Ø Los sacerdotes eligieron enseñar únicamente las secciones de la Ley que exigen poco de los creyentes. No cumplieron con su obligación de trazar el camino de la conducta correcta y la práctica noble en asuntos religiosos. Así han profanado el recinto del templo que era el lugar destinado a la enseñanza.
La progresión de la destrucción en la vida del ser humano. Sof. 3:1, 2.
I.
La destrucción empieza con una actitud de obstinación
y rebelión contra Dios.
II.
Luego, viene una mancha y suciedad de la vida por medio del vicio.
III. Eventualmente, la conciencia se endurece de
tal manera que se hace difícil distinguir entre lo bueno y lo malo.
IV. Finalmente, esta condición conduce a la persona
a tener actitudes y hechos concretos de pecado, llegando muchas veces hasta la
violencia y al crimen.
2. La Justicia De Dios Con Jerusalén. Sof. 3:5-7.
Es una norma no escrita del AT., que cuando los oficiales de la sociedad se corrompen y no cumplen con sus deberes Dios envía a un profeta para amonestar al rey y/o al pueblo. Cuando los hebreos ya no tenían un gobierno propio, sino que estaban sujetos a una potencia extranjera y la voz de profecía desaparecía poco a poco. Piense en la época de Hageo a Malaquías; ¡por más de 120 años no hubo voz profética en Judá!
Sofonías no tiene duda sobre la presencia de Dios en Jerusalén (v. 5). Dios sabe todo; cada día su justicia es evidente en la naturaleza y en las copias de la Ley que se hallaron en los recintos del templo. Lo horrible era que el perverso no tenía vergüenza de sus acciones y no vio la necesidad de consultar ni la Ley ni al profeta verdadero.
El v. 6 es una cita directa de la voz de Dios que Sofonías da al pueblo. La historia del mundo hasta aquel entonces da muchos ejemplos de naciones que alcanzaron la cima de poder y gloria, pero debido a su orgullo e injusticia sufrieron la derrota total. No fue obra de hombres sino la obra de Dios en su mundo.
El ser humano tiene una capacidad enorme
para ignorar las lecciones de la historia y no ver la mano de Dios obrando en
los acontecimientos de la actualidad. Esos tercos de Jerusalén rehusaron
aprender que lo que les pasaba a otras ciudades también le podía pasar a
Jerusalén. Pensaban que solamente las ciudades gentiles podrían caer bajo el
juicio de Dios, no Jerusalén, ¡la Ciudad Santa!
Pensaban que a esa ciudad por ser consagrada a Dios nunca le
pasaría nada.
Parece que Sofonías era el único en comprender que el juicio es el resultado
natural e inevitable de corrupción. Los judíos que se dedicaban a la práctica
de la maldad estaban cavando su propia tumba. Pablo siglos más tarde lo dijo mejor que
nadie:
· “…todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gál. 6:8).
El v. 7 demuestra la compasión y el amor
de Dios, quien está convencido de que algunos habitantes de la Ciudad Santa
tienen temor de Dios y aceptarán la corrección de la mano de Dios. No quiere
destruir la hermosa ciudad que David, Salomón y otros habían construido hacía
más de 400 años. ¡La última frase de la actuación del pueblo es un clásico!
El hebreo dice “se levantaron temprano y luego corrompieron
todas sus acciones”. Jr.7:13 y 25 nos hace recordar que es Dios
quien se levanta temprano para dar sus órdenes del día a su pueblo a través de
los profetas. Esta gente, al contrario, se apresuraron cada día para hacer
obras de maldad.
V. PROFECÍAS DE LA CONVERSIÓN UNIVERSAL Y DE
LA SALVACIÓN DE JERUSALÉN. Sofonías 3:8-20:
Algunos eruditos dicen que esta porción
del libro no es obra de Sofonías, sino que procede de la época después del
cautiverio en Babilonia, tal vez tan tarde como el 300 a. de J.C. Sus
argumentos son tan frágiles y sin sustancia que no merecen mayor atención. El
profeta amaba a “Jerusalén la Dorada”; seguramente pasó horas caminando por sus
calles angostas y visitando a sus parientes que vivían cerca del magnífico
palacio que Salomón construyó.
Era la gente de la alta sociedad que se había corrompido. El futuro de la Ciudad Santa a corto plazo lo vio muy sombrío, pero a largo plazo sabía que sería la morada de los fieles para siempre. No vio nunca la ruina total y permanente de la ciudad sino su purificación por medio de los fuegos de guerra, y luego su reconstrucción por parte del fiel remanente de los judíos. Pero antes de todo esto se acuerda del Pacto con Noé (Gn. 9:1-11). ¡No será por agua sino por fuego que el juicio vendrá!
1. Palabras De Ánimo Para El Remanente Fiel. Sof. 3:8-13.
Parece que el profeta había leído el Salmo
27. Su mensaje es “Espera en Jehová. Esfuérzate, y aliéntese tu corazón. Sí,
espera en Jehová”. Tal como Dios esparció a los pueblos sobre la faz
de la tierra (Gn. 11), ahora va a reunirlos para volcar sobre ellos la copa de
su furor. Después de escuchar dos capítulos de su predicación los fieles de
Judá y Jerusalén estaban confundidos.
Parece que cada día los malignos cobraban más fuerza. Había maldad en el comercio, en los tribunales en las puertas de la ciudad y aun los profetas no traían una palabra verdadera de Dios. Sofonías les dice, “Paciencia”. Dentro de poco verán a los malos de todas las naciones consumidos por el fuego de Dios. No dice que la misma tierra será destruida sino purificada por el Dios celoso.
El versículo 9 es muy importante. Después
de la destrucción de la maldad y los malos, Dios dará a los habitantes de toda
la tierra una pureza de labios (Is. 6:5-7) para que puedan invocar a Dios. No
los va a obligar a orar o a creer, sino que les dará la posibilidad de hacerlo,
si desean.
Es más, el resultado de invocar al nombre de Jehová será la capacidad de vivir en “consentimiento” o “con un acuerdo” con otras personas y naciones. El plan de Dios es de no abarcar la unidad política o comercial, sino la unidad espiritual con cada pueblo conservando sus costumbres y tradiciones.
El versículo 10 nos sorprende. Desde los comienzos del río Nilo, o sea desde Etiopía, los conversos van a viajar a Jerusalén. Dios los llama sus “suplicantes”, sus “esparcidos” quienes van a traerle una ofrenda. Aquí no se hace referencia a los hebreos esparcidos por la tierra sino a grupos étnicos y lingüísticos que viven en los extremos de la tierra. Toda la humanidad se va a unir para traer una ofrenda a Dios. Claro, al mismo tiempo van a devolver cualquier cautivo israelita que permanezca en su poder al momento de su conversión.
Sofonías, hijo de Cusi, tal vez está pensando en su linaje africano al dar esta profecía. Cus era otro nombre para Etiopía y en el Salm. 87:4 se espera que la gente de Etiopía esté entre los pueblos salvos por Dios. Los hebreos normalmente pensaban que en realidad Etiopía y Egipto constituían un solo gran territorio.
Tantos judíos emigraron a Egipto Etiopía
que en el año 250 a. de J.C. se hizo la primera traducción del AT., del hebreo
al griego en la ciudad de Alejandría: la Septuaginta. Es más, los primeros
cristianos vieron que la conversión del oficial etíope (Hech. 8) que precedió a
la conversión del oficial romano (Hech. 10) era un símbolo del comienzo de la
expansión del cristianismo a otras nacionalidades.
La Biblia siempre reconoce a Egipto y Etiopía como naciones muy importantes en la escena internacional, y su política y cultura afectaron en gran manera la vida de Israel. (Compare Salm. 78:51; Is. 18 y 20; Jr. 13:23; Amo. 9:7; Nah. 3:8-9 con Sof. 1:1; 2:12 y 3:10.)
Los vv. 11-13 describen el futuro inmediato de Judá y Jerusalén. Dios va a
eliminar las causas principales de la degeneración moral y espiritual de su
pueblo. Va a quitar a los que se alegran en su “soberbia”, los arrogantes que
piensan muy alto de sí mismos, los que viven motivados por la “avaricia”
que corrompe, que son una vergüenza para los ciudadanos fieles a Dios. Dios va
a “eliminarlos” y a dejar
que los pobres que han sido oprimidos por esos orgullosos sean los dirigentes
encargados de los asuntos morales y espirituales.
Estos no van a poner su confianza en tratados comerciales o alianzas militares con otras naciones, sino que van a hallar su refugio y su seguridad en Dios. Para ellos el día de juicio será el umbral de una época nueva. El éxito será una vindicación de la obra de Sofonías y otros, quienes se hayan esforzado para efectuar cambios en la sociedad de Judá y Jerusalén durante los últimos años del siglo VII a. de J.C.
El versículo 13 contiene una frase idéntica a una en el
versículo 5.
Dios es justo y no hará iniquidad, y va a dejar en la tierra un remanente que
tampoco hará iniquidad. Sofonías destaca la suma importancia de no decir
mentiras ni tener una “lengua engañosa”.
Es triste para el creyente tener que trabajar en un ambiente donde el negocio se hace a base de la mentira y el engaño a terceros. Si se eliminan estas dos inmoralidades o pecados, la sociedad mejorará rápidamente. Si se elimina a los criminales de “guante blanco” todos podrán dormir mejor. El versículo concluye con un texto paralelo al Salmo 23.
Joya Bíblica:
Entonces daré a los pueblos un lenguaje puro para que todos invoquen el nombre de Jehová y le sirvan de común acuerdo (3:9).
2. La Canción De Gozo. Sof. 3:14-20.
Como anticipo de la nueva edad el profeta anima a sus compatriotas a cantar alegres al Señor. La ciudad que él ama tanto va a funcionar bajo una nueva administración. Dios mismo, Jehová, va a ser el verdadero Rey de todo Israel. Bajo su administración nadie tendrá que temer que la maldad le quite sus ahorros, lo eche de su empleo, condenarle por crímenes que no ha cometido o envíe a sus hijos como soldados a batallas injustificadas.
No obstante, el versículo 16 les advierte que no deben debilitar sus manos. Hay que trabajar arduamente y constantemente para conservar las libertades y los privilegios que Dios les dará.
La segunda parte del versículo 17 se puede traducir así: “él (Dios) se gozará sobre ti
con alegría, te renovará en su amor, se regocijará sobre ti con cánticos”. No solamente la
comunidad redimida tendrá motivos para regocijarse, sino que también los
redimidos darán mucho gozo a Dios.
Lo ideal para los pensadores hebreos era que Dios fuese el verdadero Rey utilizando hombres de carácter impecable para ser sus virreyes para la administración diaria de Israel.
Las últimas palabras del libro tratan de
los temas de la restauración de la infraestructura de la nación y del regreso
de los últimos refugiados o cautivos a su patria. Como Romanos 12, enseña que
la venganza corresponde a Dios y él va a llevarla a cabo.
Los que han afligido a los humildes no se
escaparán de la pena que merecen. Los que no gozaban ni fortuna ni prestigio tendrán
renombre en toda la tierra:
Ø Han experimentado la vergüenza de ser
esclavos y cautivos;
Ø Ahora serán puestos “para renombre y para alabanza
entre todos los pueblos de la tierra”.
·
Se
ve en este versículo el concepto de misiones que tuvieron los judíos.
· No
pensaban que tenían que ir a otros países y predicar las buenas nuevas a los
pueblos de la tierra.
Pensaban que su éxito económico, su alta
moralidad y la pureza de su religión servirán como imán para atraer a la gente
de otras naciones a seguir su religión y su conducta.
Unos pocos
extranjeros lo hicieron, pero nunca en gran número. Es importante
notar que el profeta no tiene la última palabra del libro. El sello de autoridad de su profecía es
sencillamente: “dice Jehová”.
___________
Nota y
Bibliografía:
1) H6846
צְפַנְיָה = TSefanyá:
o צְפַנְיָהוּ = TSefanyáju;
de H6845 y H3050; Jah ha
encubierto; Tsefanya; nombre de cuatro israelitas:- Sofonías.
(Strong).
- e-Sword-the. LEDD. Mundo Hispano.
- Biblia de Estudio RYRIE.
-
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 20//04//2021.
MISIÓN BAUTISTA “Emanuel”. Ciudadela de Noé.
Los Cardos Mz.E - Lt.18. III Etapa. Cerca del Hospital Regional II. Cel. 942-562691-Tumbes.
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