miércoles, 11 de octubre de 2017

ENCUENTRO, HIJOS, REGRESÓ A CANAÁN: GÉNESIS 29–31:

ENCUENTRO, HIJOS, REGRESÓ A CANAÁN:
GÉNESIS 29–31:

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Desde la cima espiritual de Bet-el (cap. 28) Jacob descendió a la vida cotidiana de Harán y aquí «encontró la horma de su zapato» en el tramposo Labán, su tío. Jacob pasó alrededor de veinte años con Labán. Durante este tiempo cosechó las tristes consecuencias de sus pecados, pero al mismo tiempo, Dios le disciplinó y le preparó para el servicio futuro.

I.       Jacob Sirve Por Las Hijas De Labán (Gn.29:1–30:24):

A.      Decisión (29:1–20).
Dios providencialmente dirigió a Jacob a la casa de Labán, pero nótese que este no se detuvo a orar, como lo hizo el criado de Abraham cuando fue a cumplir su importante encargo (24:12). Jacob animó a los otros pastores a regresar a los potreros (v. 7) porque quería saludar a Raquel en privado. Todavía es el engañador.

Nótese: cómo Raquel y Labán corrieron cuando descubrieron quién era Jacob (vv. 12–13).

Jacob tomó su decisión: quería a la hermosa Raquel por esposa. Raquel significa «oveja» en tanto que Lea significa «vaca traviesa». Los ojos de Lea carecían de aquel profundo brillo que, en las culturas del Medio Oriente, es una marca de belleza. Jacob acordó servir a Labán siete años, y como siempre, cuando hay amor el tiempo y el trabajo pasó rápidamente.

Nótese: que en el versículo 15 tenemos la primera «cuota» de la disciplina de Jacob: se convirtió en sirviente. En 25:23 se prometió que «el mayor servirá al menor»; pero ahora el menor era siervo él mismo.

B.      Engaño (Gn.29:21–30).
Aquí está la «cuota» de disciplina número dos:
Ø El engañador es,
Ø a su vez engañado.
Labán no tenía ningún deseo de pasar por alto la oportunidad de casar a su hija mayor, de modo que obligó a Jacob que se casara con ella.
Jacob mintió respeto al primogénito (27:19); ahora le mienten respecto a la mayor (29:26). «El camino de los transgresores es duro» (Prov. 13:15):
·      Cumplió la semana de celebración matrimonial con Lea, y
·      luego se casó con Raquel y empezó su segundo período de servicio de otros siete años.
Labán tuvo la precaución de que todos los hombres del área presenciaran el matrimonio de Lea (v. 22). Después de consumado el matrimonio Jacob no podía echarse para atrás. Sin duda se dio cuenta de que Dios lo disciplinaba por sus ardides.

C.      División (Gn. 29:31–30:24).
Por lo general, cuando el matrimonio empieza con el pecado, hay división y desdicha en el hogar. Al principio ninguna de las dos esposas le daba hijos, pero era obvio que Jacob quería más a Raquel y que «menospreciaba» (detestaba, v. 31) a Lea. De modo que Dios honró a Lea dándole cuatro hijos:
·      Rubén («¡vean, un hijo!»),
·      Simeón oír»),
·      Leví unido»), y
·      Judá alabanza»).
Esto fue en respuesta a las oraciones de Lea (véanse 29:33; 30:6, 17, 22). Raquel no pudo evitar sentir envidia por su hermana y su envidia creó ira y discordia entre ella y Jacob.
En lugar de perder los estribos, Jacob debía haber orado respecto al problema, como lo hicieron sus padres años antes (25:19–23).

La solución humana fue que Jacob se uniera a Bilha[1], la cual procreó:
·      A Dan juicio»), y
·      A Neftalí luchar»).

Lea siguió al darle a Zilpa[2], quien procreó a:
·      Gad tropa»), y
·      Aser buena fortuna»).

Es obvio que Jacob no tenía un hogar espiritual:
·      Sus esposas andaban en discordia y lo usaban como instrumento de sus planes (30:14–16).
·      Raquel hasta le interesaba los ídolos (31:19).

No leemos que haya habido un altar en su casa y los tristes resultados no son difíciles de verse.

Lea tuvo dos hijos más:
·      Isacar recompensa, paga»), y
·      Zabulón morar»); y

Raquel le dio a Jacob su querido:
·      José que Él añada»).
·      Más adelante daría a luz a Benjamín hijo de mi mano derecha»), y entonces moriría (35:16– 20).

Jacob también tuvo varias hijas (30:21; 37:35; 46:7, 15).
Este recuento abarca catorce años de la vida de Jacob; años de sudor, prueba y aflicción. Dios usó a Labán y las circunstancias difíciles de la vida para disciplinar a Jacob y prepararlo para las tareas que se avecinaban.

II.      Las Tretas De Jacob Respecto Al Ganado De Labán (Gn. 30:25–43):
Jacob había servido catorce años y se dio cuenta de que debía emprenderlas por sí mismo y proveer para su numerosa familia:
·      Le pidió a Labán que le permitiera irse;
·      sin embargo, el astuto arameo no estaba dispuesto a perder a su valioso yerno.
Jacob había trabajado catorce años por sus dos esposas; ahora podía trabajar por el ganado que necesitaría para establecerse por su cuenta.
Por supuesto, Labán escondió el perverso motivo de su plan usando el nombre del Señor (v. 27) y al pedirle a Jacob que escogiera los términos:
·      «Señálame tu salario, y
·      yo te lo daré».
Labán preguntó, pero Jacob rehusó recibir regalo, porque la última vez que aceptó un «regalo» de Labán fue engañado (29:19).

Jacob le ofreció a Labán trabajar como pastor, si este le daba los «rechazos» de los rebaños y del ganado. Las ovejas orientales son blancas y las cabras castañas o negras. Al aceptar las rayadas, las salpicadas de color y con manchas, Jacob al parecer le daba a Labán el mejor negocio.
Sin duda era un acto de fe de Jacob. Pero el tramposo se puso a trabajar. En lugar de confiar en que Dios supliera su necesidad (véanse 31:9 y 28:15, 20), Jacob usó su propio plan.
Es probable que las varas en los abrevaderos no influyeran en las ovejas; fue Dios el que determinó qué clase de animal haría concebir a las ovejas y las cabras.
No obstante, Jacob usó «la crianza selectiva» (vv. 40–43), de modo que sólo el ganado más fuerte concibiera. Por 31:7–8 nos enteramos de que Labán cambió los términos del contrato varias veces al ver que los ganados de Jacob aumentaban, pero Dios pudo más que Labán y enriqueció a Jacob.

III.    Jacob Huye De La Casa De Labán (Gn. 31):

A.      La Conferencia (vv. 1–16).
Tres Factores Entraron En La Decisión De Jacob Para Irse:
Ø La actitud diferente de Labán;
Ø la necesidad de establecer su hogar; y
Ø sobre todo, la dirección directa del Señor.
Dios le recordó a Jacob su voto hecho en Bet-el. El descarriado ahora tenía que regresar y cumplir sus promesas al Señor que le había bendecido.
Raquel y Lea estuvieron de acuerdo con irse, pero su decisión se basaba en consideraciones materiales, no en la voluntad del Señor. Nos preguntamos si las esposas sabían algo respecto a la experiencia de Jacob en Bet-el hasta ahora.

B.      La Persecución (vv. 17–35).
En lugar de confiar en Dios para protegerle, Jacob salió huyendo de prisa mientras Labán trasquilaba sus ovejas. Qué pobre testimonio cuando los creyentes deciden actuar en secreto. Labán ya estaba a tres días de camino de Jacob (30:36), de modo que lo alcanzó a los siete días.
Dios le advirtió a Labán antes de que siquiera se enfrentara a Jacob, de modo que no había razón para que Jacob temiera (v. 31; véase también Prov. 16:7).
Labán[3] «fingió» para parecer ofendido, cuando quizás se alegraba de librarse del que demostraba ser más sagaz que él enriqueciéndose.
Su verdadera preocupación aparece en el versículo 30: ¡alguien se había robado sus ídolos! El pecado oculto llevó a más pecado, puesto que Raquel, la ladrona, le mintió a su padre y a su esposo, mientras que el furibundo Labán registraba todo en la caravana.

C.      El Conflicto (vv. 36–42).
Ahora se revela la ira reprimida durante veinte años y Jacob «le canta las cuarenta» a su suegro. Labán era un idólatra y Jacob un descarriado, ¿cómo podía haber algún acuerdo entre ellos?
Lo único que redime el colérico discurso de Jacob es que le dio a Dios la gloria por su éxito (v. 42).

D.      El Pacto (vv. 43–55).
La llamada «bendición de Mizpa» que se halla en muchos himnarios [en inglés] no es totalmente bíblica. Estos dos hombres no confiaban el uno del otro, de modo que levantaron un monumento para recordarles que Dios estaba vigilando.
En lugar de atestiguar de su amistad (como afirma la «bendición de Mizpa»), estas piedras testificaban de su mutua desconfianza.

¡Nótese: en el versículo 47 que los dos hombres ni siquiera hablaban el mismo idioma! (Ambos nombres significan «majano del testimonio» o «majano de testigo»). Es muy triste cuando los miembros de una familia no pueden confiar los unos en los otros.
Cuánto mejor hubiera sido que se perdonaran entre sí y entregaran todo el asunto a Dios. El versículo 52 indica que el majano que Labán erigió marcaba también la frontera que Jacob no debía atreverse a pasar.

Los veinte años de servidumbre de Jacob habían concluido, pero todavía necesitaba volver a Bet-el y arreglar cuentas con Dios.
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Notas:
[1] H1090 בִּלְהָה = Biljá: de H1089; timido; Biljá, nombre de una de las concubinas de Jacob; también lugar en Palestina:- Bilha.
[2] H2153 זִלְפָּה = Zilpá: de una raíz que no se usa aparentemente significa gotear, como mirra; goteo fragrante; Zilpa, criada de Lea:- Zilpa.
[3] H3837 לָבָן = Labán: lo mismo que H3836; Labán, un mesopotamio; también lugar en el desierto:- Labán. (Strong).

Para Domingo.


Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.

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