LA HUIDA DE JACOB A MESOPOTAMIA,
Y SUEÑO:
GÉNESIS 28:
I.
La Aventura (Gn.28:1–9):
Podemos
decir con precisión que el resto de Génesis presenta la vida de Jacob,
incluyendo sus pruebas con Labán (28–31), con Esaú (32–33) y con sus hijos
(34ss). La historia de José es, en realidad, una parte de la de Jacob. La
verdadera razón por la que Rebeca tramó la partida de Jacob de su hogar fue
para evitar el peligro de la ira de Esaú (27:41–46), pero su excusa era que
quería que Jacob hallará una esposa piadosa (véase 24:1–9).
Las
mujeres mundanas de Esaú estaban causando problemas en el hogar, como siempre
sucede cuando el pueblo de Dios se casa fuera de la voluntad de Dios. Rebeca en
realidad planeaba enviar a Jacob cuando el tiempo fuera apropiado (27:45), pero
este plan falló. Jacob nunca volvió a ver a su madre. De nuevo «fe es vivir sin
intrigas». Todos necesitamos prestar atención a la advertencia de
Santiago 4:13–17.
¡Es maravilloso cuando un hijo puede dejar el hogar con la
bendición de su padre! Pero Jacob no podía depender de la fe
de su padre. Tenía que encontrarse con Dios y tomar decisiones por sí mismo.
Desafortunadamente,
Jacob necesitó más de veinte años para llegar al lugar de rendición real, ¡y cuán caro
pagó por su incredulidad y rebelión! Los versículos 6–9 ilustran el
conflicto entre la carne y el Espíritu:
Ø Esaú (la carne) de
manera intencional desobedeció al Señor y trajo una tristeza aún mayor al hogar.
Nótese: que Jacob no era ningún joven cuando salió en esta
aventura. Tenía por lo menos setenta y siete años. Génesis 47:9 afirma que Jacob tenía 130 años cuando fue a Egipto.
José
tenía diecisiete años cuando lo vendieron a Egipto y tenía treinta cuando lo
presentaron a Faraón (41:46). Añádase, entonces, los trece de José como siervo
a los siete años de abundancia y dos años de hambruna, y usted tiene a José
como de treinta y nueve años cuando Jacob vino a Egipto.
Esto
significa que José nació cuando Jacob tenía noventa y un años, y Génesis 30:25
indica que cuando José nació Jacob ya había cumplido sus catorce años de
servicio por sus esposas. Esto indica que Jacob tenía alrededor de setenta y
siete años cuando empezó a andar «por sí mismo».
II.
La Visión (Gn.28:10–12):
Jacob
viajó alrededor de cien kilómetros de Beerseba hasta Bet-el, tres días de camino. Esa noche «tomó de las piedras» para ponerla
como almohada mientras dormía, y Dios le dio una visión de una escalera (o
gradas como algunos lo traducen) que iba del cielo a la tierra.
Juan 1:43–51 es
la explicación del NT., de este versículo. La
escalera simboliza a Jesucristo. Jacob es el cuadro perfecto del alma perdida, en
tinieblas, huyendo por su vida, lejos de la casa de su padre, con el peso del
pecado e ignorando que Dios está cerca y quiere salvarle:
· La escalera es un cuadro de
Cristo como el único camino de la tierra al cielo.
· Él nos abre el cielo y
trae a nuestra vida las bendiciones del cielo.
Y sólo Él puede
llevarnos al cielo. Jacob pensó que era un desierto
solitario, ¡y se despertó para descubrir
que había estado en la misma puerta del cielo! Relacionando
esto junto a Juan 1:43–51[1],
notamos:
Ø que Jacob era un israelita
lleno de engaño,
Ø mientras que el
versículo 47 describe a Natanael como un
israelita sin engaño.
Esta es la
primera de por lo menos siete revelaciones
de Dios a Jacob véanse:
· 31:3, 11–13;
· 32:1–2, 24–30;
· 35:1;
· 35:9–13;
· 46:1–4.
Los
ángeles en la escalera eran una señal del cuidado de Dios. Aparecieron
para proteger a Jacob cuando estaba a punto de encontrarse con Esaú (32:1–2).
III. La Voz (Gn.28:13–15):
Las
visiones sin la Palabra de Dios pueden ser engañosas, de modo que Dios le habló
a Jacob para asegurarle. Una persona no se salva por ángeles ni visiones; se
salva por fe en la Palabra de Dios.
Nótese: las promesas que
Dios le dio a Jacob:
A. La Tierra (v. 13).
Esta promesa se le dio primero a
Abraham (13:14ss) y se le confirmó a Isaac (26:1–5). La Tierra Santa les pertenece
a los judíos, aunque no la posean toda. Un día Israel «recuperará sus posesiones» (Abdías
17).
B. La Descendencia Multiplicada (v. 14).
Esto
aseguró a Jacob que Dios le daría una esposa; de otra manera no hubiera tenido
descendientes (véanse también 13:16 y 22:17). En la actualidad, hay judíos en
todo punto geográfico.
A.
La
Presencia Personal De Dios (v. 15).
Este
versículo sugiere que Jacob andaría errante, pero Dios le promete estar con él.
¿Por qué? Porque Dios tenía un plan
para la vida de Jacob y haría que su plan se cumpla (Filp. 1:6; Rom. 8:28–29).
Aun
cuando en los arduos años que le esperaban a Jacob tendría que cosechar las
consecuencias de sus pecados, Dios aún estaba con él para protegerle y
bendecirle.
IV.
El Voto (Gn. 28:16–22):
«No es otra cosa que casa de Dios», exclamó
Jacob, porque el nombre Bet-el significa
«casa de Dios».
Su experiencia esa noche no sólo lo cambiaría a él, sino que cambió el nombre
del lugar donde durmió.
Para
conmemorar el hecho Jacob erigió una señal y la hizo un altar, derramando sobre
él una ofrenda al Señor.
Años
más tarde, cuando regresó a Bet-el,
Jacob repitió este acto de consagración (35:9–15). Este acto de fe (aunque
motivado por el temor) fue la manera de Jacob de consagrarse a Dios. (Véase
Filp. 2:17, donde «ofrecido» es literalmente «derramado»). ¡Es maravilloso que por fe
un creyente pueda convertir una «almohada» en una «señal»!
Se
han sugerido dos interpretaciones respecto al voto de Jacob:
(1) que regateaba con Dios al decir: «Si…si…»;
(2) que mostraba fe en Dios, puesto que la palabra hebrea
puede traducirse: «puesto que… puesto que…
».
Este es en
realidad el primer voto que aparece en la Biblia. Es probable que
ambas interpretaciones sean ciertas:
Jacob creyó en la Palabra de Dios, pero todavía tenía bastante del «viejo hombre»
como para tratar de regatear con Dios como lo hizo con Esaú e Isaac. Estaba tan
acostumbrado a las «tretas» que trató de urdir su camino para la
bendición de Dios.
Al
final, esto se mostró y resolvió en Jaboc (Gn. 32). Jacob regresó a su casa en
paz (Gn. 35:27–29) y practicó el diezmo (v. 22). Se dio cuenta de que su
dedicación a Dios no significaba nada a menos que sus bienes materiales
estuvieran también bajo su control.
Abraham
practicó el diezmo (14:20) y en
ambos casos la ley todavía no se había dado. Los que dicen
que el diezmo no es para esta edad de gracia yerran el hecho de que los
primeros santos practicaron el diezmo[2]. Fue su
expresión de fe y obediencia al Señor lo que les guiaba, guardaba y sustentaba.
Jacob
no siempre vivió de acuerdo a este voto en los años subsiguientes. «Encontró su igual»
en Labán, que también era un tramposo. Durante veinte años los dos trataron
entre sí de ganarle al otro la partida, pero al final, se disciplinó a Jacob y
Dios cumplió sus promesas.
Es
bueno que nosotros los creyentes tengamos un «Bet-el» en nuestras vidas, un lugar
donde nos encontremos con Dios de una manera seria y hagamos algunos
compromisos definitivos con Él:
· Si nos alejamos del Señor, siempre
podemos
«regresar a
Bet-el» (Gn. 35:9–15), y
· renovar nuestros votos.
Jacob
es una ilustración del conflicto entre las dos naturalezas, porque siempre
batallaba con la carne y trataba de depender de sus capacidades y planes. ¡Qué bueno es saber que Dios vigila a sus
hijos descarriados!
___________
Nota:
[1] ¿Porque
te dije, etc.—“¡Cómo!
¿Tan fácilmente convencido y por este testimonio sólo?”—una
expresión de admiración. De aquí adelante, etc.—La clave de este gran dicho
es la visión de Jacob (Génesis 28:12, etc.), a la cual se hace alusión
evidente. Para mostrar al patriarca que, aunque él estaba solo y sin amigos en
la tierra, los intereses de él estaban ocupando a todo el cielo, le fue hecho
ver “los cielos abiertos y los ángeles de
Dios que subían y bajaban por una escalera mística que alcanzaba desde la
tierra hasta el cielo”. “Algún día”, dice Jesús aquí, “veréis esta comunicación entre el cielo
y la tierra abierta ampliamente, y al Hijo del hombre la Escalera real de este
intercambio”.
[2] H4643 מַעֲשֵׂר = maasér: o מַעֲשַׂר
maasár; y (en plural) femenino מַעַשְׂרָה maasrá; de H6240; décimo;
espec. Diezmo:- décima (parte), diezmar, diezmo. (Strong).
Para Domingo.
Lea Su
Biblia, Lea Su
Biblia, Lea Su Biblia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario