EN TIEMPO DE PASCUA EN GALILEA:
JUAN 6:
I.
Las Señales (Juan 6:1–21):
Las
primeras tres señales ilustran cómo el hombre se salva por medio de la Palabra,
por fe y por gracia.
La
cuarta señal (la alimentación de los cinco mil) nos muestra que la salvación
satisface las necesidades internas del corazón. Jesús es el pan de vida.
Este
milagro también nos recuerda que mientras que la salvación es del Señor y
concedida solamente por gracia, Dios todavía usa instrumentos humanos para llevar
el evangelio a los hombres.
Jesús
les dio del pan y de los pescados a los discípulos, y ellos lo repartieron a la
gente. «¿Y cómo
oirán sin haber quien les predique?», pregunta Pablo en Romanos 10:14.
Si como el muchachito en Juan 6:9 le damos todo lo que tenemos, Él lo tomará,
lo partió y lo usará para bendecir a otros. Las cuatro últimas señales en el
Evangelio de Juan ilustran los resultados de la salvación:
• Alimentación
de los cinco mil (6:1–14): La salvación trae
satisfacción.
•
La tormenta se calma (6:15–21): La salvación
trae paz.
•
Sanidad del ciego (9:1–7): La salvación trae luz.
•
Resurrección de Lázaro (11:34–46): La salvación
trae vida Jesús no iba a ser Rey de un grupo de personas interesadas sólo en
llenar sus estómagos (véase v. 26).
Despidió
a la multitud y envió a los discípulos al otro lado del mar, sabiendo
plenamente de antemano que la tormenta se avecinaba. Cuán similar a la iglesia de hoy: estamos bregando
contra las tormentas de Satanás, pero nuestro Señor está orando por nosotros en
el monte y un día vendrá para traernos paz.
Nótese: también que la
barca de manera milagrosa llegó a su destino cuando Cristo subió a bordo. La
salvación trae paz al corazón, paz con Dios (Rom. 5:1) y la paz de
Dios (Filp. 4:4–7).
II.
El Sermón (Juan 6:22–65):
En los versículos 22–31 tenemos el
escenario del sermón. La gente interesada en la comida siguió
a Cristo al otro lado del mar hasta Capernaúm y le halló en la sinagoga (v.
59). Él reveló los motivos superficiales, carnales, de ellos (vv. 26–27) y cómo
ignoraban lo que quiere decir ser salvos por fe (vv. 28–29).
Así como
Él, por gracia, les alimentó con pan y todo lo que tuvieron que hacer fue
recibirlo, de la misma forma Él quería darles vida eterna, pero ellos pensaron
que debían ganársela. En el versículo 30 los judíos lanzaron un reto a Jesús:
«¡Muéstranos una
señal!» Le recordaron la manera en que Moisés les dio pan
(maná) del cielo para alimentarlos (véase Éx. 16); y Jesús lo usó como base
para su sermón. Hay tres divisiones del sermón, cada una seguida por una
reacción de la multitud.
A. Revela Su Persona: El Pan Ve Vida (vv.
32–40).
¡Esta afirmación
de que Él era el mismo Hijo de Dios fue audaz! El Pan de Dios
es una Persona del cielo (v. 33) y da vida, no sólo a los judíos (como Moisés
hizo), ¡sino a
todo el mundo! La manera en que se recibe este Pan es viniendo y
tomándolo; y este Pan dará vida no sólo para hoy, sino también vida en el
futuro en la resurrección.
Nótese: la reacción de
los judíos (vv. 41–42) que negaron su
deidad. Jesús dijo que Dios era su Padre (v. 32), pero ellos dijeron que era José (v. 42).
Es Interesante Comparar El Maná Con
Jesucristo:
(1) Vino del cielo por la noche; Cristo vino del cielo cuando el hombre estaba en tinieblas.
(2) Caía como el rocío; Cristo vino nacido del Espíritu de Dios.
(3) La
tierra no lo contaminaba; Cristo fue sin pecado, separado de los pecadores.
(4) Era pequeño, redondo y blanco, sugiriendo la
humildad, la eternidad y la pureza de Cristo.
(5) Era de sabor dulce; Cristo es dulce para los que confían en Él.
(6) Debía recogerse y comerse; Cristo debe
recibirse y la persona se apropia de Él por fe (1:12–13).
(7) Vino como un regalo; Cristo es el regalo de Dios al mundo.
(8) Había suficiente para todos; Cristo es
suficiente para todos.
(9) Si usted no lo recogía, lo pisaba; si usted no
recibe a Cristo, lo rechaza y lo pisotea (véase Heb. 10:26–31).
(10) Era el alimento en el
desierto; Cristo es nuestro alimento en este
peregrinaje al cielo.
B.
Revela El Proceso De La Salvación
(vv. 43–52).
El
pecador perdido no busca a Dios (Rom. 3:11), de modo que la salvación tiene que
empezar con Dios. ¿Cómo Dios atrae a las personas a Cristo? Él usa la Palabra (v.
45). Lea 2 Tesalonicenses 2:13–14 con cuidado y verá una clara descripción de
lo que Cristo quiere decir por «atraer a los hombres».
Comer el
pan terrenal sostiene la vida por un tiempo, pero la persona al fin de cuentas
morirá. Recibir el Pan espiritual (Cristo) le da a uno vida eterna. Cristo sin
ambages afirma en el versículo 51 que Él dará su carne por la vida del mundo.
Los judíos se rebelaron contra esto (v. 52) debido a que comer carne humana era
contrario a la ley judía. Como Nicodemo, confunden lo físico con lo espiritual.
C. Revela El Poder De La Salvación (vv.
53–65).
¿Qué
quiso decir Jesús al declarar que debemos «comer» su carne y «beber» su sangre? No estaba
hablando en términos literales. En el versículo 63 claramente dice: «La carne para nada aprovecha». ¿Qué da vida? «El espíritu es el
que da vida» (v. 63).
«Las palabras
que yo os he hablado son espíritu y son vida». En otras
palabras, una persona come la carne de Cristo y bebe su sangre, o sea,
participa de Cristo y le recibe al recibir la Palabra según el Espíritu la
enseña.
Cristo
no está hablando del pan y la copa de la Cena del Señor, ni de ningún otro
rito religioso. La Cena del Señor todavía ni siquiera se había instituido y
cuando lo fue, Jesús afirmó que era un recordatorio. No imparte vida.
Decir
que alguien recibe vida eterna al comer el pan o beber de la copa es negar la gracia de Dios
en la salvación (Ef. 2:8, 9). Jesús es la Palabra de Vida (Jn. 1:1–4) y fue «hecho carne»
por nosotros (1:14). La Biblia es la Palabra de Dios escrita.
Cualquier cosa que la Biblia dice
respecto a Jesús, también lo dice en cuanto a sí misma:
· Ambos son santos
(Lc. 1:35; 2 Tim. 3:15);
· ambos son verdad
(Jn. 14:6; 17:17);
· ambos son luz
(Jn. 8:12; Salm. 119:105);
· ambos dan vida
(Jn. 5:21; Salm. 119:93);
· ambos producen el nuevo nacimiento (1 Jn. 5:18; 1 P. 1:23);
· ambos son eternos
(Ap. 4:10; 1 P. 1:23);
· ambos son poder
de Dios (1 Cor. 1:24; Rom. 1:16).
La conclusión es obvia: cuando usted
recibe la Palabra en su corazón, recibe a Cristo. «Comemos de su carne» al participar
de la Palabra de Dios:
Ø «Yo soy el pan vivo»,
dijo Jesús en el versículo 51; y
Ø en Mateo
4:4 dijo que: «No
sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios».
Pedro
captó el significado del sermón, porque en Juan 6:68 dijo: «¿A
quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna».
La gente
se ofendió con la doctrina (v. 61) y ya no quería andar con Cristo. Esta es la
Crisis # 1 en el Evangelio de Juan (véase el bosquejo sugerido del Evangelio de
Juan).
III.
El Cedazo (Juan 6:66–71):
Es la
Palabra de Dios revelando a la Persona de Cristo lo que separa lo verdadero de
lo falso. La multitud, deseando pan para el cuerpo rechazó al Pan de vida para
el alma. Pedro y diez de los discípulos afirmaron su fe en Cristo. Su fe vino
por el oír la Palabra (Rom. 10:17).
Judas,
sin embargo, era un impostor y al fin traicionó a Cristo. (Nótese: la palabra «discípulos» en el v. 66 no se refiere a los doce
apóstoles, sino a los «seguidores» en la multitud).
Clases Par Los Días Miércoles:
Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia:
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