domingo, 22 de octubre de 2017

Parte I Tres Lecciones: Apologética:

Parte I
Tres Lecciones: Apologética:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

"¿Qué Es La Apologética Cristiana?":


La palabra inglesa apology viene de una palabra griega que significa fundamentalmente dar una defensa”. La Apologética Cristiana, entonces, es la ciencia de dar una defensa de la fe cristiana. Hay muchos escépticos que dudan de la existencia de Dios y/o atacan una creencia en el Dios de la Biblia:
·      Hay muchos críticos que atacan la inspiración y la inerrancia de la Biblia.
·      Hay muchos falsos maestros que promueven doctrinas falsas y niegan las verdades claves de la fe cristiana.

La misión de los apologéticos cristianos es combatir estos movimientos, y en su lugar, promover al Dios cristiano y la verdad cristiana:
·      Probablemente el versículo clave en la Biblia para la apologética cristiana es 1 Pedro 3:15, sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa,…”. No hay excusa ninguna por qué un cristiano sea completamente incapaz de defender su fe.
Todo cristiano debe poder dar una presentación razonable de su fe en Cristo. No, no todo cristiano necesita ser experto en la apologética.
Todo cristiano, sin embargo, debe saber lo que cree, por qué lo cree, cómo compartirlo con otros, y cómo defenderlo contra mentiras y ataques.
·      El segundo aspecto de la apologética cristiana, la cual es evitada muchas veces, es la segunda mitad de 1 Pedro 3:15, con mansedumbre y reverencia”. El defender la fe cristiana con la apologética nunca debe involucrar el ser mal educado, enojado, o irrespetuoso.
Mientras practicamos la apologética cristiana, debemos esforzarnos a ser fuertes en nuestra defensa, y al mismo tiempo, como Cristo en nuestra presentación.
Si ganamos un debate, pero alejamos aún más a la persona de Cristo por nuestra actitud, hemos perdido el propósito verdadero de la apologética cristiana.

Hay Dos Aspectos Primarios / Métodos De La Apologética Cristiana:
·      El primero, comúnmente conocido como la apologética clásica:
Ø Involucra el compartir pruebas y evidencias que muestran que el mensaje cristiano es verdad.
·      El segundo, comúnmente conocido como la apologética presuposicional:
Ø Involucra el confrontar las presuposiciones (ideas preconcebidas, suposiciones) tras de las posiciones anticristianas.

Proponentes de los dos métodos de la apologética cristiana a menudo se debaten sobre cuál método sea el más eficaz. Parece ser más productivo usar ambos métodos, dependiendo de la persona y la situación.



Lección 1
CONOCIENDO EL TEMA DE LA APOLOGÉTICA (DEFENSA DE LA FE)

INTRODUCCIÓN:

El tema de apologética, es un tema muy amplio, porque abarca todo lo que es el ser humano, sus acciones y forma de pensar. Desde que el hombre existe está buscando una razón o justificación para todo lo que hace, dice o piensa.
Después de surgir la iglesia y propagarse el evangelio dentro del Imperio Romano fue necesario defender la fe, es decir, lo que los primeros cristianos creían y que se oponía a la religión imperial. Durante los siglos II y III d. C., los padres de la iglesia fueron llamados principalmente “padres apologistas” porque se dedicaron específicamente a defender el evangelio de Jesucristo.
Entre ellos se destacan:
Ø San Ireneo de Lyon,
Ø Clemente Alejandrino,
Ø Orígenes,
Ø San Gregorio,
Ø Minucio Félix,
Ø San Hipólito,
Ø Tertuliano,
Ø San Cipriano, y
Ø Lactancio.
La necesidad de la apologética no es algo sólo del pasado, sino de actualidad. Por todas partes, uno oye las quejas del secularismo y los relatos del gran éxito de sectas y nuevas creencias. Tales peligros hacen que la apologética siga siendo necesaria.
Cuando decides creer en Jesucristo, adquieres la responsabilidad de defender tu postura. Lo que sí ha variado con el tiempo son los temas de discusión y las metodologías para la defensa de la fe; pero la esencia se mantiene.

Por ejemplo, en el concilio de Nicea (año 325) se condenó la herejía de Arrio que negaba la divinidad de Jesucristo y que fuera de la misma sustancia con el Padre.

Más tarde en el siglo XVI, Martín Lutero, levantó la voz para proclamar Sola Escritura, Sola Gracia, Sola Fe. Defendió la salvación por gracia, en medio de una generación que atribuía el medio de salvación a las obras o indulgencias principalmente. Lo cual hizo que hubiera una separación en la iglesia de acuerdo a las creencias en cuanto a la justificación.

Esto provocó reacción en la ICR y convocó al concilio de Trento (año 1545-1563). Se había provocado un cisma en la iglesia. Surgió la rama de los protestantes, siguiendo la línea de Lutero. Surgió entonces el Decreto sobre la justificación, el de los sacramentos, el de la eucaristía, el canon de la Sagradas Escrituras, etc.
Ya en el siglo XX, como reacción al liberalismo teológico en Europa, se comienza a defender la fe volviendo a los fundamentos teológicos de ella.
Nació así el movimiento llamado fundamentalismo, del cual somos resultados muchos de nosotros. Por la década de los ’20 y los ’30 surgieron escuelas teológicas y misiones de fe para volver a lo fundamental en el cristianismo. Al llegar a finales del siglo pasado e inicio este, la tónica ha cambiado bastante.
Los desafíos a la fe no son tan localizados, sino que se han globalizado. Las creencias opuestas al evangelio no son precisamente otra religión, sino, más bien, filosofías de vida que pasan de mente en mente y que transforman los estilos de vida de las personas.
Al respecto, William Dyrness, opina que muchos de los desafíos que enfrenta el cristianismo son claramente de carácter filosófico, y no hay manera de responderlos adecuadamente sino en estos términos”. 1

Hoy los retos para el cristiano sobrepasan la cuestión de sí Dios existe. El asunto ahora, es a cuál Dios prefieres adorar. Ya no se habla de un Dios morando en el interior del hombre, sino de una energía global divina de la cual todos somos parte. Este modo de pensar da por resultado que el ser humano también se considera Dios.
Ahora, el enfoque está más en demostrar la verdad absoluta de Dios (que está en la Biblia) en medio de un mundo que tiene una filosofía relativista donde todo puede ser verdad y en que cada cual puede creer su propia verdad, definida por el ser humano.
Por lo tanto, un estilo de vida consecuente con la fe es una de las opciones para la defensa de la fe hoy:
Ø En esta primera clase, estaremos introduciendo el tema de la apologética destacándose la importancia y las formas de ejercerla.
Ø En segundo lugar, expondremos un acercamiento a pasajes bíblicos que nos pueden aportar ideas, recomendaciones y metodología de cómo ejercer la apologética.

1.1.    IMPORTANCIA:
Antes de plasmar la importancia del tema, sería bueno definirlo. Apología es un discurso de palabra o por escrito, en defensa o alabanza de alguien o algo. En esta serie no sólo consideraremos este aspecto de la definición, sino que añadiremos algo más. Me refiero a la defensa por medio del estilo de vida. Por lo tanto, estamos asumiendo que apologética es sinónimo de defender la fe.
Pero, ¿cuál fe? Para ser prácticos entiéndase por fe todo aquello que los cristianos creen y de lo cual están convencidos. Es la verdad o conjunto de doctrinas contenidas en la Biblia y además el mensaje del evangelio que ha transformado sus vidas. Esta aplicación no es nueva porque el apóstol Pablo usaba la palabra fe para expresar el conjunto de doctrina o creencias.
Por ejemplo: Col. 2:7; 1 Timoteo 1:19; 2:7; 4:6. En realidad, la defensa no es algo exclusivo del cristianismo.

manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos (1 Tim. 1:19).

Ayuda Hermenéutica:

ManteniendoTeniendo asida la fe y la buena conciencia (v. 5); no echando de ti ésta como “algunos”. La fe es como un licor muy precioso; la buena conciencia es el vaso limpio, puro, que lo contiene. [Bengel]. La pérdida de la buena conciencia ocasiona el naufragio de la fe. La conciencia del pecado (no arrepentido y no perdonado) mata el germen de la fe en el hombre. [Wiesinger]. La cual—Número singular en el griego, tiene por antecedente buena concienciay no la fetambién; sin embargo, el resultado de echar de sí la buena conciencia es que uno pierde la fe también. Echando de sí—como acto voluntario. La rechazan como monitor molesto. Ella se retira de mala gana, excluida por la fuerza, cuando su dueño se cansa de su importunidad, y está resuelto a retener sus pecados al costo de perderla a ella. Uno no puede estar en relaciones amigables con ella y con el pecado al mismo tiempo. Naufragio—“respecto de la fe”. La fe es el buque en el cual ellos profesadamente se habían embarcado. Del cual la buena conciencia es el ancla. Los antiguos cristianos frecuentemente usaban esta imagen, comparando el curso de la fe con la navegación. El griego no da a entender que uno que ha tenido la fe, haga naufragio de ella, sino que los que echan de sí la buena conciencia, hacen naufragio respecto de la fe”.

Etimología:
G4102 πίστις = pístis: de G3982; persuasión, i.e. credibilidad; moralmente convicción (de verdad religión, o la veracidad de Dios o de un maestro religioso), específicamente confianza en Cristo para salvación; abstractamente constancia en tal profesión; por extensión, el sistema de verdad religiosa (evangelio) en sí mismo:- fe, fidelidad, fiel, gracia. (Strong). 

A todos los que sostienen una serie de creencias acerca de la vida y del mundo, se les puede pedir legítimamente que se defiendan y de hecho lo hacen.
Por ejemplo, el científico que alega la existencia de vida en algún lugar del universo, el entrenador que plantea una estrategia distinta para ganar el partido de fútbol, el periodista que selecciona las noticias y reportajes que él entiende que son más impactantes para la audiencia. Si todos defienden con buenas intenciones lo que creen, ¿por qué, entonces, los cristianos tienen tanto miedo de defender su fe?
Hagamos una pausa para aclarar un asunto. Dios no necesita que lo defendamos a él, sino la fe en que creemos. Por lo general (obedeciendo a la definición de apología), la defensa de la fe es a través de discursos o discusiones. La cuestión es a ver quién habla más alto o quién presenta más argumentos en un asunto determinado.
Pero en realidad esto no funciona del todo en el día de hoy. Un apologeta moderno, Cornelius van Til, insiste en que la predicación es la mejor apologética. Tiene mucha razón y él se apoya en 1 Corintios 1:21. Lo cierto es que la predicación[1] es efectiva para alcanzar a los que no creen en Cristo, pero se ha debilitado mucho por el poco respaldo que tiene en la vida de sus exponentes.

Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación”.

Ayuda Hermenéutica:
En El v. 21 Se Encuentra Una Doble Antítesis:
·      La primera, está entre la sabiduría de Dios y la del mundo.
·      La segunda, está entre la sabiduría y la necedad. Esta doble antítesis se profundiza al declarar el Apóstol que la sabiduría de Dios (revelada en la cruz) impide que él sea conocido por medio de la sabiduría humana.
Esto significa que únicamente por la obediencia a la revelación divina en la cruz pueden los hombres llegar al conocimiento de Dios, o sea, la salvación. El hombre jamás puede conocer a Dios por la sabiduría del hombre pecador. Toda la sabiduría humana está distorsionada por el pecado. Los hombres en su sabiduría sólo crean un dios propio; jamás llegan a conocer al Dios de la revelación por su propio conocimiento.
El plan de Dios es muy diferente al plan de los hombres. Sólo el acatamiento de la revelación divina en la “locura” de la predicación del evangelio resulta en la salvación. Una de las palabras clave de este texto es “creyente”.
El creer cristiano nunca es una creencia cualquiera; se centra en las buenas nuevas del evangelio. Juntamente con su carta a los romanos, ésta es una declaración de Pablo de la salvación por la fe solamente. Resulta que los dos contextos son diferentes. En Romanos la fe se contrapone con la ley. Aquí la fe se contrapone con la sabiduría humana.

Etimología:
kerugma = (κήρυγμα, G2782), proclamación hecha por un heraldo (relacionado con A, Nº 2). Denota un mensaje, una predicación, la sustancia de lo predicado en contraste al acto de la predicación (Mateo 12:41; Lucas 11:32; Romanos 16:25; 1 Corintios 1:21; 2:4; 15:14; 2 Timoteo 4:17; Tito 1:3). En la LXX, 2 Cron.30:5; Prov.9:3; Jonas 3:2. (VINE).

Nota: En Hechos 18:5 se traduce logos = palabra, como «predicación»; esto es, la comunicación del depósito que le habla sido encomendado para su divulgación, todo aquello que Dios ha dado a conocer para que sea proclamado.

Bartolomé Gregorio Lavastida 2 decía: “Sí tu vida no es un mensaje, tu mensaje no tiene vida”. Esta es la dolencia en:
·      Muchos predicadores, y
·      expositores bíblicos actuales.
No son pocos los escándalos de corrupción y pecado que se descubren cada año relacionado con personas dedicadas a predicar la palabra de Dios.
Mi propuesta en este estudio es que la defensa de la fe puede ser también a través de nuestro testimonio (la forma en que vivimos). La defensa de la fe por medio de palabras se puede y debe mantenerse, pero debe tener un mayor peso mi estilo de vida como cristiano. Sólo así serán escuchadas nuestras palabras y serán de impacto.

Debe existir una relación estrecha entre lo que se cree y cómo se vive. Como dice un proverbio, Algunos hablan de las virtudes del agua pero toman vino. Existe una dicotomía en la vida del cristiano.
Una parte es la que muestra el domingo o algún otro día en que se reúne con los hermanos o visita la iglesia. La otra parte cuando está en la vida cotidiana:
Ø en la casa,
Ø los negocios,
Ø el colegio,
Ø el mercado

Por ejemplo, tengo referencias de un pastor que tiene un negocio. Conversando con uno de los cristianos que asiste a su iglesia y que conoce a sus trabajadores (muchos cristianos y miembros de la iglesia) dice que el trato no es muy bueno, pero que en la iglesia levanta sus manos y exhorta a todos a obedecer la Biblia.
Queridos hermanos si seguimos así, nunca habrá una verdadera defensa de la fe.

Una Pregunta Para Reflexionar:
·      ¿Quién necesita la apologética,
Ø los cristianos,
Ø los no cristianos, o
Ø ambos?
La respuesta a esta pregunta —ambos—, te demuestra que los cristianos tienen que demostrar convincentemente lo que creen y los no cristianos necesitan enfrentarse con la verdad de Dios.
Por lo tanto, dice Dyrness, debemos ser capaces de defender nuestros compromisos. Los cristianos creen que Dios se ha revelado a sí mismo en la historia de la humanidad y ha comenzado un programa al que la gente debe responder. Pero esta creencia no exime a los cristianos de defenderse a sí mismos igual como todos los demás. 3 Como cristianos:
·      Si lo que estamos diciendo es verdad, la mejor apologética no es una mentalidad defensiva que se sienta cómodamente y espera ataques, sino una expresión positiva de lo que creemos que es verdad acerca de Dios, la persona y el mundo”. 4
La apologética que necesitamos hoy, no es la de hacerle frente a cada desafío que llegue, sino una en que el cristiano tomará tiempo para preparar un criterio apologético (con sus palabras y su vida) para hacerle frente a todos los retos.
Dadle a un hombre un pescado, dice el proverbio, y tendrá alimento para un día; enseñadle a pescar, y tendrá alimento para el resto de su vida. De ese modo en la apologética es mucho más importante construir una estructura en relación con las objeciones con que podemos hacer frente en vez de tener las respuestas a un gran número de preguntas. 5
El cristianismo, en comparación con otras religiones, hace una afirmación fuerte de ser histórico. Es así, porque no se apoya solamente en una persona histórica, Jesús de Nazaret, sino también en ciertos acontecimientos históricos que se relacionan con él, especialmente su nacimiento, su muerte y su resurrección. 6

Los orígenes históricos del cristianismo constituyen una gran bendición. Nos proporcionan un fundamento sólido. Nuestra fe no está edificada sobre leyendas, cuentos de hadas, o aun mitos, sino sobre acontecimientos reales. Al propio tiempo, no obstante, estos acontecimientos constituyen un problema, porque ocurrieron hace tanto tiempo. La gran brecha entre el entonces y el ahora, el pasado y el presente, lo histórico y lo contemporáneo, resulta desconcertante en alguna medida”. 7

Véase Parte II:



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