lunes, 2 de julio de 2018

CON RELACIÓN A LA LEPRA: LEVÍTICO 13–14:


CON RELACIÓN A LA LEPRA:
LEVÍTICO 13–14:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Cuando nuestro Señor ministraba en la tierra, curó leprosos (Mt. 10:8; 11:5; Mr. 1:40–45; Lc. 17:11–19). A esto se le decía limpiamiento, puesto que se miraba a la lepra como una contaminación además de una enfermedad.
Al leproso se le excluía de la sociedad normal y se le prohibía que entrara al templo. Estos dos capítulos de Levítico se refieren a la lepra como un cuadro del pecado, e ilustran lo que Cristo ha hecho para limpiar a los pecadores.

(Nótese: que la palabra hebrea que se traduce «lepra[1]» se podría aplicar a varias enfermedades de la piel[2]).

I.       Las Características Del Pecado (Levíticos 13):

Si una persona pensaba que tenía lepra, debía ir al sacerdote para que le examinara.
Nótense: las características de la lepra y cómo es un cuadro del pecado:

A.      Es Más Profundo Que La Piel (v. 3).
La lepra no era sólo una erupción superficial; era mucho más profunda que la piel. ¡Cuán parecido al pecado! El problema no está en la superficie. Mucho más profundo que la piel, el problema yace en la naturaleza pecadora humana.
La Biblia no tiene nada bueno que decir respecto a la carne (la vieja naturaleza), porque nuestra naturaleza pecadora es la fuente de muchos de nuestros problemas:
·      Los pecadores no pueden cambiar con remedios superficiales;
·      necesitan el cambio de sus corazones.  
·      Véanse Jeremías 17:9; Romanos 7:18; Salmo 51:5 y Job 14:4.

B.      Se Esparce (v. 7).
La lepra no era una llaga aislada en alguna parte del cuerpo; tenía una manera de esparcirse y contagiar a todo el cuerpo. El pecado también se esparce: empieza con un pensamiento, luego sigue un deseo, después un acto, luego los terribles resultados (Stg. 1:13–15).
Lea 2 Samuel 11 y vea cómo el pecado se diseminó en la vida de David:
Ø dejó su ejército cuando debería haber estado luchando;
Ø permitió que sus ojos se fijaran en la mujer de su prójimo;
Ø codició;
Ø cometió adulterio;
Ø mintió;
Ø emborrachó a Urías, su prójimo; y
Ø por último asesinó al hombre.

C.     Contamina (vv. 44–46).
Esto significa, por supuesto, impureza ceremonial; a los leprosos no se les permitía participar en los servicios religiosos. Se les obligaba a marcarse como leprosos y a gritar:
·      «¡Inmundo! ¡Inmundo!», para advertir a los que le rodeaban.
Cualquiera que tocaba a un leproso también quedaba contaminado. Esta es la tragedia del pecado: ensucia la mente, el corazón, el cuerpo y todo lo que toca.
Un pecador puede contaminar a toda la casa; piense en Acán (Jos. 7). Jamás ninguno fue más limpio por el pecado, porque el pecado es el gran contaminador de la humanidad.

D.     Aísla (v. 46).
«Habitará solo». Qué palabras tan tristes. «Fuera del campamento», en el lugar de rechazo era el único sitio para el leproso. El pecado siempre aísla a las personas.
Les separa de su familia, amigos, y finalmente, de Dios. Cuando Cristo fue hecho pecado por nosotros clamó: «¿Por qué me has abandonado?»:
Ø El pecado separa a las personas de Dios; y
Ø en esto consiste el infierno.

E.      Destina a Las Cosas Para El Fuego (v. 52).
Cualquier prenda de vestir que se hallaba contaminada con lepra debía quemarse. Hay un solo lugar para el pecado y ese es en el fuego del juicio. Jesús describe el infierno como un lugar donde el fuego nunca se extingue (Mt. 9:43–48).
Es triste pensar en millones de «leprosos espirituales» que se consignan al fuego eterno del juicio debido a que nunca han confiado en Cristo como su Salvador.  ¡Cuán importante es que le digamos al mundo las buenas nuevas del evangelio! La gente puede reírse del pecado, excusarlo, o tratar de disculparlo, más para Dios el pecado es serio.

Nótese: en Isaías 1:4ss el uso que el profeta hace de la lepra como un cuadro del pecado.

II.      La Limpieza Del Pecador (Levíticos 14):

Este capítulo explica el rito del limpiamiento ceremonial de los leprosos para que pudieran incorporarse de nuevo a la sociedad.

A.     El Leproso Acude Al Sacerdote (v. 3).
Por supuesto, al leproso se le impedía entrar en el campamento, de modo que el sacerdote tenía que «salir del campamento».
¡Qué cuadro de Cristo que vino a nosotros y murió! «Fuera del campamento» para que podamos ser salvos (Heb. 13:10–13).
Nosotros no lo buscamos, sino que Él vino a buscar y a salvar lo que se había perdido (Lc. 19:10).

B.      El Sacerdote Ofrece Los Sacrificios (vv. 4–7).
Esta ceremonia es un hermoso cuadro de la obra de Cristo. El sacerdote tomaba una de las aves, la colocaba en una vasija de barro y entonces la mataba. Por supuesto, las aves no se crearon para vivir en vasijas, sino para volar en los cielos. Cristo voluntariamente dejó el cielo y se hizo de un cuerpo, poniéndose a sí mismo, por así decirlo, en una vasija de barro para morir por nosotros.

Nótese: que se mataba al ave sobre agua corriente, un cuadro del Espíritu Santo. El sacerdote entonces tomaba el ave viva, la sumergía en la sangre del ave muerta y la dejaba en libertad. Aquí tenemos una vívida ilustración de la resurrección de Cristo. Jesús murió por nuestros pecados y resucitó, y tomó la sangre (hablando espiritualmente) al regresar al cielo para que nosotros pudiéramos ser limpios del pecado. Por último, el sacerdote rociaba un poco de sangre sobre el leproso, porque «sin derramamiento de sangre no hay remisión» (Heb. 9:22).

C.     El Leproso Se Lava y Espera (vv. 8–9).
El sacerdote ya le había pronunciado limpio, de modo que era aceptado en lo que a Dios concernía, pero ahora tenía que hacerse ritualmente aceptable. Este lavamiento es un cuadro del creyente limpiándose de las inmundicias de la carne y del espíritu (2 Cor. 7:1).
Después que somos salvos, es nuestra responsabilidad mantener nuestras vidas sin mancha y santas por amor a Él.
Nótese: que la espera del leproso era hasta el octavo día, porque ocho es el número de la resurrección, el nuevo comienzo.
D.     El Leproso Ofrece Sacrificios (vv. 10–13).
Ahora está de nuevo en el campamento a la puerta del tabernáculo. Ofrece una ofrenda por la transgresión, una por el pecado y un holocausto. La ofrenda por el pecado resolvía su contaminación; el holocausto representaba su renovada dedicación a Dios.
¿Por qué se ofrecía la ofrenda por la transgresión? Debido a que mientras estuvo inmundo, el hombre no pudo servir a Dios como debía y tenía con Dios una gran deuda. La ofrenda por la transgresión era su única manera de resarcir el daño hecho por esa etapa de su vida desperdiciada. Todo pecador perdido le roba a Dios el honor debido a su nombre y cada día la deuda aumenta.

E.      El Sacerdote Aplica La Sangre y El Aceite (vv. 14–20).
Esta es una parte conmovedora del ritual. El sacerdote tomaba de la sangre y la aplicaba a la oreja y los pulgares de la mano y el pie derechos del hombre, simbolizando que su cuerpo entero había sido ahora comprado y que le pertenecía a Dios. Tenía que escuchar la Palabra de Dios, trabajar para la gloria de Él y andar en sus caminos.
Entonces el sacerdote ponía aceite en la sangre, simbolizando el poder del Espíritu de Dios para hacer la voluntad de Dios. La sangre no podía ponerse en el aceite; el aceite debía ponerse en la sangre. Porque donde se ha aplicado la sangre el Espíritu puede obrar. El resto del aceite se derramaba sobre la cabeza del hombre y así era ungido para su nueva vida.
Si lee Levítico 8:22–24 verá que una ceremonia similar se realizaba para la consagración de los sacerdotes. En otras palabras, Dios trataba al leproso como lo haría con un sacerdote.

Por supuesto, todo esto se logra hoy mediante la fe en Jesucristo. Él salió «fuera del campamento» para hallarnos. ¡Murió y resucitó para salvarnos! Cuando confiamos en Jesucristo,
Él aplica la sangre y aceite a nuestras vidas, y nos restaura a la comunión con Dios. Un día un leproso le dijo a Cristo: «Si quieres, puedes limpiarme».
Él contestó: «Quiero. Sé limpio». Véase Marcos 1:40–45. Cristo quiere y puede salvar.
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Notas:
[1] H6883 צָרַעַת = tsaraát: de H6879; lepra:- lepra. (Strong).
[2] H5785 עוֹר = or: de H5783; piel (como desnuda); por impl. cuero, piel:- cuero, piel. (Strong).


Clase Para Domingo.

Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.

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