domingo, 30 de agosto de 2020

JESÚS EL MESÍAS: (Jn.1:41)

 JESÚS EL MESÍAS: 

Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo)”. (Jn.1:41)

 

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez: 

Ayuda Ministerial:

MESÍAS: Título dado a Jesús y transliteración del vocablo hebreo mashiakh (o sea, ungido) que en la LXX se traduce jristos (en griego, ungido, por ejemplo, Lv. 4:5; 1 Sam. 24:10; Is. 45:1).

En tiempos bíblicos se ungía

Ø Al Rey,

Ø Al Sacerdote, y

Ø Al Profeta.

De ahí el término "ungido" se llegó a usar para mostrar que Dios había designado a una persona para algún trabajo especial, por ejemplo:

·      Saúl, 1 Sam. 10:1;

·      David, 1 Sam. 16:13;

·      Eliseo, 1 R. 19:15s; y

·      Ciro, Is. 45:1.

La designación destacaba el hecho de que Dios actuaba a través del electo para la UNCIÓN.

Ayuda Hermenéutica:

4886. שׁח ַמ mashákj; raíz prim.; frotar con aceite, i.e. ungir; por impl. consagrar; también pintar: —elegir, pintar, unción, ungido, ungir, untar.

 mishkjáִ מ ְשָׁחה .4888 o;

הָשׁ ְמ ָ=moshkjá; de 4886; unción (el acto); por impl. regalo de consagración: —(ser) ungido, unción, ungir, ungüento.


5548. χρίω = jrío; prob. afín a 5530 mediante la idea de contacto; untar o frotar con aceite, i.e. (por impl.) consagrar a un oficio o servicio relig.: —ungir.

218. ἀλείφω = aleífo; de 1 (como partícula de unión) y la base de 3045; ungir (com perfume): —ungir. (Strong).

1.      El Mesías En El Antiguo Testamento:

Si bien al principio se solía ungir a los:

·      Sacerdotes,

·      Profetas, y

·      Reyes.

Pronto la palabra Mesías fue adquiriendo otras dimensiones que trascendían la misión de dichos personajes. Con base en 2 Sam. 7:12-16 y habiéndose visto el próspero reinado de David, y luego la decadencia bajo el gobierno de sus hijos, se esperaba la venida de un rey que tuviese su trono "para siempre", el cual volvería a traer paz y prosperidad al pueblo.

Durante la época inmediata después de David (900-700 a.C.), el pueblo hebreo esperaba que cada nuevo rey mostrara las características de un "ungido de Dios". Pero con el fracaso sucesivo de los distintos reyes, se comenzó a proyectar esa esperanza más hacia el futuro. Ante cada calamidad de Israel, se esperaba un pronto auxilio de Dios mediante su Mesías. La "esperanza mesiánica" consistía en esperar que Dios, con su Mesías como instrumento, estableciera para siempre a su pueblo. Se clamaba por un futuro glorioso donde el Mesías sería figura prominente.

Para los profetas escritores, desde Amós (siglo VIII), el Mesías esperado era un personaje con un poder sin límite que establecería definitivamente la paz y la justicia sobre el mundo (Is. 9:7; 11:4; Os. 14:2-9; Am. 9:11-15). Con base en la profecía de Natán (2 Sam. 7:12-16), y alentado por los profetas escritores, el pueblo hebreo esperaba durante cada crisis política a un hombre ("el ungido"); alguien que traería la liberación y ante quien cualquier resistencia, por parte de sus enemigos, sería anulada por ser el Mesías invencible.

La esperanza de que Dios levantara a un Mesías para liberar a Judá de sus enemigos, especialmente de los babilonios, mengua cuando las tropas de NABUCODONOSOR destruyen a Jerusalén en 586 a.C., y la esperanza se proyecta cada vez más al futuro. Se piensa en un futuro remoto cuando el Mesías vendrá al fin de los tiempos. Así, pues, se comienza a dar un matiz escatológico al significado del título Mesías, matiz que va en aumento hasta llegar a la época de Jesús.

La segunda parte de Isaías hace hincapié en una figura que recibe el nombre de "SIERVO DE JEHOVÁ", que en lugar de dominar es oprimido y angustiado, y en vez de vengarse de sus enemigos humildemente acepta el injusto castigo que estos le dan (Is. 53:1-9). Por otra parte, para Jeremías el Mesías tiene más bien una función sacerdotal; es un personaje que representa a Dios dentro del pueblo escogido, y que también representa al pueblo ante Dios. Tiene el derecho de perdonar pecados y su misión es ayudar al pueblo (Jr. 23:5, 6; 33:8, 15-18). Zacarías muestra al Mesías como "justo, salvador y humilde" (Zc. 9:9).

El Mesías esperado en el Antiguo Testamento es, de una forma u otra, una figura de SALVACIÓN para el pueblo, ya sea de sus enemigos políticos o de sus pecados contra Dios.

2.      El Mesías En La Época Intertestamentaria:

La literatura intertestamentaria (APÓCRIFA1)) demuestra una difusa expectación en cuanto al Mesías. Se habla:

·      Del Mesías de David,

·      Del Mesías de Leví,

·      Del Mesías de José, y

·      Del Mesías de Efraín.

Los ROLLOS DEL MAR MUERTO añaden un poco de confusión al difícil problema cuando hablan:

v Del Mesías de Aarón, y

v Del Mesías de Israel.

Se puede decir que la esperanza sobre el Mesías en aquel entonces estaba dividida en dos conceptos principales:

Ø El primero, mostraba un Mesías político, idea que se difundió mucho por los Salmos de Salomón (17:12ss). Estos hablan de un rey que viene a aniquilar a los tiranos, a destruir los imperios y a castigar a los paganos. Este rey fundará un reino que será el prototipo del Reino que Dios establecerá al fin de los tiempos.

En los Apocalipsis de Esdras y de Baruc (4 Esdras 7.26ss; Baruc 29, 30 y 40) el rey destruye a sus enemigos y establece un reino perfecto.

Ø El segundo concepto, presentaba un Mesías en parte humano y en parte divino que podría por lo tanto establecer el Reino de Dios sobre la tierra (Enoc 48.10 y 52.4).

La tendencia en el tiempo de Jesús fue de esperar un Mesías político que vendría a liberar a su pueblo. De tal modo que la persona del Mesías y su obra habían adquirido para ese entonces en la mentalidad judía, oscurecida por prejuicios racionales y religiosos, un carácter totalmente erróneo. (Nota: hemos incluido este artículo para referencia del estudio, y conocimiento de nuestros alumnos).

Ayuda Hermenéutica:

4899. יח ַשׁ ִמ mashíakj; de 4886; ungido; usualmente persona consagrada (como un rey, sacerdote, o santo); espec. Mesías: —ungido, Mesías.

4886. שׁח ַמ =ָmashákj; raíz prim.; frotar con aceite, i.e. ungir; por impl. consagrar; también pintar: —elegir, pintar, unción, ungido, ungir, untar.

 

3323. Μεσσίας = Messías; de orig. heb. [4899]; el Mesías, o Cristo: —Mesías.

5547. Χριστός = Jristós; de 5548; ungido, i.e. el Mesías, epíteto de Jesús:Cristo, Jesucristo, Mesías. (Strong).

3.      El Mesías En El Nuevo Testamento:

Los diversos conceptos en cuanto al Mesías estuvieron en continua interacción; cuando Jesús aparece y comienzan a llamarlo Mesías, tiene ante sí el resultado de una mezcla de conceptos en la que predomina el del Mesías político.

Repetidas veces se ha afirmado que Jesús no tenía conciencia de que Él fuese el Mesías y que este título se lo adjudicaron sus discípulos después de su muerte. Esta afirmación se debe a la reserva con que Jesús recibe el título de Mesías. A través de los Evangelios Sinópticos solo hay tres ocasiones en las que conscientemente se le da el título de Mesías (Mr. 8:29; 14:61; 15:2), y en los tres pasajes se ve que, si bien no lo rechaza, tampoco lo adopta para su uso común.

Entonces él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo”. (Mr.8:29)

 

Mas él callaba, y nada respondía. El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?”. (Mr.14:61)

 

Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Respondiendo él, le dijo: Tú lo dices”. (Mr.15:2)

No lo hace, sin embargo, por no tener el derecho de usarlo, sino debido a la connotación política y vengativa que encerraba dicha distinción. Jesús prefiere llamarse el HIJO DEL HOMBRE, que es también un título mesiánico, ya que Él es el SIERVO sufriente (Mr. 8:31; y 10:43-45). Tenía plena conciencia de su mesianismo, y por ello toma el nombre de una de las figuras esperadas por los judíos que se adaptaba más al papel que representaría en la pasión.

Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días”. (Mr.8:31).

 

Nota: v.31: le era necesario al Hijo del Hombre padecer. Cristo amplió, para los discípulos, el concepto de Hijo del Hombre que, en la visión de Daniel (Dn.7:13-14) y en el libro apócrifo de Enoc, no se describe como sufriendo y muriendo. La idea era impensable, como Pedro expresaba (v.32). Esta fue la primera predicción de Jesús acerca de su muerte (compare 9:31; 10:33-34).

 

Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”. (Mr.10:45).

 

Nota: v.45: El Ejemplo Supremo es el Hijo del Hombre mismo. Él no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos. ¡Pensemos en esto! Vino con Su nacimiento milagroso. Sirvió a lo largo de Su vida.

Y con Su muerte vicaria dio Su vida. Como ya se ha mencionado antes, el versículo 45 es el versículo clave de todo el Evangelio. Es una teología en miniatura, una viñeta de la más grande Vida que el mundo haya jamás conocido.

Lo paradójico fue que Jesús, quien durante su ministerio manifiesta bastante reserva para usar el título de Mesías, legalmente es condenado por ser el Mesías (Jn. 19:19).

Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS”. (Jn.19:19)

 

Nota. V.19: Era costumbre poner un título sobre la cabeza del crucificado, e indicar el crimen. Pilato ordenó que pusiesen el título JESÚS NAZARENO, EL REY DE LOS JUDÍOS, en la cruz central.

 

Veamos OTRAS CITAS Bíblicas:

 

Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo)”. (Jn.1:41)

 

Nota: v.41: Cuando alguien encuentra a Jesús, generalmente quiere que sus parientes también lo lleguen a conocer. De modo que Andrés fue rápidamente a su hermano Simón con las emocionantes noticias: Hemos hallado al Mesías. ¡Qué anuncio más asombroso! Durante al menos cuatro mil años, los hombres habían esperado al prometido Cristo, el Ungido de Dios. Ahora, Simón oye de boca de su propio hermano las asombrosas nuevas de que el Mesías estaba cerca. Ciertamente, estaban viviendo acontecimientos históricos. ¡Qué sencillo era el mensaje de Andrés! Sólo cuatro palabras:

·      Hemos hallado al Mesías,

·      Pero Dios lo empleó para ganar a Pedro—.

Esto nos enseña que no hemos de ser ni grandes predicadores ni elocuentes oradores. Sólo hemos de hablar a los hombres acerca del Señor Jesús, y Dios se cuidará del resto.

 

Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas”. (Jn.4:25).

 

Nota: v.25: Al escuchar la mujer de Samaria al Señor, esto le hizo pensar en el Mesías que había de venir. El Espíritu Santo de Dios había agitado dentro de ella un deseo de que viniese el Mesías. Ella expresó la confianza de que cuando Él viniese, declararía todas las cosas.

Con esta declaración, mostró una comprensión muy clara de uno de los grandes propósitos de la venida de Cristo. La expresión el Mesías, llamado el Cristo, es simplemente una explicación de que las dos palabras significan lo mismo. Mesías es la palabra hebrea para el Ungido de Dios; Cristo es el equivalente griego.

 

Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos, por cuanto los judíos ya habían acordado que, si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagoga”. (Jn.9:22)

 

Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo”. (Jn.4:26)

 

Nota: v.26: Jesús le dijo: Yo soy, el que te está hablando. Hay un profundo significado en las palabras empleadas por el Señor Jesús.

Al emplear las palabras Yo soy, empleó uno de los nombres con los que Dios se había designado a Sí mismo en el AT. Dice, en efecto: «YO SOY te está hablando», o, en otras palabras, «Jehová es quien te está hablando». Le estaba anunciando la portentosa realidad de que Aquel que estaba hablando con ella era el Mesías que tanto había ella esperado y que era también el mismo Dios.

Ø El Jehová del AT.,

Ø Es el Jesús del NT.

Los apóstoles comenzaron a dar el título de Mesías a Jesús para mostrar a los judíos que el Mesías esperado ya había venido. En Hch. 2:36, por ejemplo, no se menciona la resurrección, sino más bien se acepta que el hombre de Nazaret fue declarado Mesías por sus obras y por la profecía cumplida por Él en su ministerio.

Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo”. (Hech.2:36)

Nota: v.36: Ahora, una vez más, cae el anuncio de manera chocante sobre el pueblo judío: DIOS HA HECHO SEÑOR Y CRISTO A ESTE JESÚS A QUIEN VOSOTROS CRUCIFICASTEIS (orden de las palabras en Gr.).

Como dijo Bengel: «El aguijón del discurso queda al final» —A ESTE JESÚS, a quien vosotros crucificasteis—. Ellos habían crucificado al Ungido de Dios, y la venida del Espíritu Santo era evidencia de que Jesús había sido exaltado a los cielos (véase Jn. 7:39).

Para los cristianos primitivos lo que más destacaba a Jesús como el Mesías no era su actuación como rey (Mt. 21:1-11), sino su actuación como persona poseída por el Espíritu Santo (Lc. 4:18). Entre el Espíritu Santo y el Mesías hay una íntima comunión.

Después de la resurrección, los discípulos entendieron la verdadera dimensión de la obra de Jesús, y solo entonces todas las palabras divinas les resultaron comprensibles (Lc. 24:25-31).

Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!... ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?... Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decíanLlegaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más lejosMas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellosY aconteció que, estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio… Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; más él se desapareció de su vista”. (Lc.24:25-31).

 

Nota: vv.25–27: Entonces, Jesús les reprendió afectuosamente por no darse cuenta de que éste era justo el camino que los profetas del AT., habían predicho acerca del Mesías.

Ø Primero, había de sufrir;

Ø Luego, sería glorificado.

Comenzando en Génesis y pasando por todos los libros de los profetas, el Señor repasó todas las Escrituras en lo referente a él, el Mesías. Fue un maravilloso estudio bíblico, ¡y cuánto hubiésemos querido estar entonces con Él! Pero tenemos el mismo AT., y tenemos al Espíritu Santo para enseñarnos, así que también nosotros podemos descubrir en todas las Escrituras lo referente a él.

vv.28–29: Por ahora, los discípulos estaban acercándose a su casa. Invitaron a su compañero de viaje a que pasase la noche con ellos. Al principio, Él actuó cortésmente como si fuese a proseguir Su viaje; no quería forzar Su entrada. Pero le constriñeron para que se quedase con ellos, ¡y cuán ricamente fueron recompensados!

vv.30–31: Cuando se sentaron para la comida de la sobretarde, el Huésped tomó el puesto del Anfitrión. Aquella frugal comida se tornó en un sacramento, y el hogar devino una Casa de Dios. Esto es lo que hace Cristo allí donde va. Los que le agasajan serán bien agasajados. Los dos le habían abierto su hogar, y ahora Él les abre los ojos (Notas: Diarias de la Unión Bíblica). Al partir él el pan y darlo a ellos, le reconocieron por primera vez. ¿Acaso habrían visto las marcas de los clavos en Sus manos? Sólo sabemos que sus ojos habían sido milagrosamente abiertos para ello. En el momento en que esto tuvo lugar, él desapareció de su vista.

La afirmación de que Jesús es el Mesías llega a ser una fórmula de declaración de fe (1 Jn. 5:1).

Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él”. (1 Jn. 5:1).

 

I.  Nota. V.1. La sana doctrina (5:1a).

Juan concluye ahora las pruebas de la vida. Aquí reanuda la prueba de la doctrina, o podríamos también llamarla la prueba de la fe. En los primeros tres versículos se nos dan los resultados de la fe. Estos son:

Ø Primero, el nacimiento divino, luego el amor para con Dios,

Ø Luego, el amor para con los hermanos creyentes, y

Ø Finalmente, la obediencia a los mandamientos de Dios.

Así, en primer lugar, tenemos el nacimiento divino:

·      Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo,

·      Es nacido de Dios.

Aquí la creencia no es un mero asentimiento intelectual del hecho, sino la encomendación de la propia vida a Jesús como el Cristo.

II. El amor y la obediencia que produce (5:1b–3) 5:1b.

Si verdaderamente hemos nacido de Dios, entonces le amaremos. Y no sólo esto, sino que amaremos también a Sus hijos. Es bueno observar que debemos amar a todos los creyentes, y no sólo a aquellos de un cierto círculo de comunión.

VV.2–3: El cuarto resultado de la fe es la obediencia a los mandamientos de Dios. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Los verdaderamente salvados estarán caracterizados por un deseo de hacer la voluntad de Dios. Nuestro amor para con Dios se expresa en una bien dispuesta obediencia a Sus mandamientos. El Señor Jesús dijo:

·      «Si me amáis, guardad mis mandamientos».

Cuando Juan dice que sus mandamientos no son gravosos, no significa con ello que no sean difíciles, sino más bien que son precisamente aquellas cosas que los nacidos de nuevo gozan de hacer. Cuando le dices a una madre que cuide bien a su bebé, sólo le estás diciendo que haga lo que a ella le encanta hacer. Los mandamientos del Señor son aquellas cosas que mejores son para nosotros, y aquellas cosas en las que nuestra naturaleza se deleita de corazón.

Resumen:

Cuando el título Mesías se saca del ambiente judío, pierde en parte su significado específico de Ungido de Dios y llega a ser un nombre propio de Jesús de Nazaret. Este nombre trasciende los siglos, y hoy el mundo entero conoce a su iglesia como la Iglesia de Cristo.

___________

1)   apócrifo, fa. (Del lat. apocry̆phus, y este del gr. πκρυφος, oculto). adj. Fabuloso, supuesto o fingido. || 2. Dicho de un libro atribuido a autor sagrado: Que no está, sin embargo, incluido en el canon de la Biblia. (Microsoft® Encarta® 2008).

-    e-Sword-the. LEDD.

-    Biblia de Estudio RYRIE.

-   Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 30//8//2020. MISIÓN BAUTISTA EMANUEL”. Ciudadela de Noé.  Los Cardos Mz.E-Lt.18. III Etapa. Cerca del Hospital Regional II.  Cel. 942-562691-Tumbes.  (CLAVE: 1067).

charlyibsh@hotmail.com

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sábado, 29 de agosto de 2020

ALABANZA QUE PABLO HACE DE LOS TESALONICENSES: 1 TESALONICENSES 1:

 

ALABANZA QUE PABLO HACE DE LOS TESALONICENSES:

1 TESALONICENSES 1:

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Es maravilloso cuando un pastor puede pensar de su iglesia y decir: «¡Damos gracias siempre por todos ustedes!». Pablo amaba a la iglesia de Tesalónica; estas personas estaban en su corazón y él se preocupaba por su bienestar espiritual. En este capítulo Pablo nos dice qué clase de iglesia dejó en esa perversa ciudad. Cuando vemos las características de esta iglesia, debemos examinar nuestras vidas y preguntarnos: «¿Estoy contribuyendo para que mi iglesia sea modelo en el Señor

I.       Era Un Pueblo Elegido (1 Ts.1:1–5):

La palabra «iglesia» en el griego es ekklesía, que significa «un grupo llamado fuera». La iglesia no es un club social; es un organismo espiritual, una organización compuesta de gente a quien Dios ha llamado «de las tinieblas a su luz admirable» (1 P. 2:9). Este llamamiento es por pura gracia (Ef. 1:3ss). Aunque estamos en el mundo, espiritualmente no somos del mundo (Jn. 15:19). Estos santos vivían en Tesalónica, pero moraban en Cristo.

En 2 Tesalonicenses 2:13, 14 Pablo explica el milagro de este llamamiento. Dios envió a Pablo y a Silas a Tesalónica con la Palabra de Dios. La gente oyó la Palabra, creyó y fueron salvos. Después de recibir a Cristo descubrieron que Dios los había escogido en Él mediante la gracia. Lea también 1 Pedro 1:1–4.

El misterio de la elección de Dios y de la decisión del hombre nunca será completamente explicado de este lado del cielo. Simplemente tenga en cuenta que la Biblia enseña ambas cosas:

Ø «¿Cómo se reconcilian estas dos verdades?», le preguntó una vez un hombre a Spurgeon. El predicador replicó:

Ø «Nunca trato de reconciliar amigos».

Estas dos verdades gemelas de la elección y la decisión no son contradictorias; son complementarias:

·     En lo que respecta a Dios el Padre, fuimos salvos cuando Él nos escogió en Cristo antes de la fundación del mundo (Ef. 1:4);

·    En lo que respecta al Espíritu fuimos salvos cuando respondimos a su llamado y recibimos a Cristo; y

·     En lo que respecta al Hijo fuimos salvos cuando Él murió por nosotros en la cruz.

¿Cómo sabía Pablo que estas personas eran salvas? Debido a la evidencia en sus vidas:

 

A.     Obra De Fe.

Cuando la persona genuinamente confía en Cristo, esa fe se mostrará por las obras. Las obras no salvan, pero la fe sin obras no es una fe que salva. La verdadera fe cristiana trae como resultado una vida cambiada. Véase Santiago 2:14–26.

 

B.      Trabajo De Amor.

Las personas no salvas viven para sí mismas (Ef. 2:1, 2), pero el verdadero creyente está dispuesto a trabajar por amor. Tiene un nuevo motivo para vivir; ama a Cristo y ama a otros. Véase Hebreos 10:24, 25; también Romanos 8:35–39.

 

C.      Paciencia De Esperanza.

Los perdidos están sin esperanza. Los creyentes están firmes en medio de las tribulaciones de la vida porque saben que Cristo viene otra vez. Los creyentes no tienen por qué darse por vencido en tiempos de tribulación, porque saben que el Salvador viene para librarlos (1 P. 1:1–9; 4:12–16).

Se ha hecho notar que los versículos 9–10 hacen un paralelo con estas tres evidencias de la salvación:

v La obra de la fe (se convirtieron de los ídolos a Dios);

v El trabajo de amor (servían al Dios vivo);

v La paciencia de la esperanza (esperaban el regreso de Cristo).

La fe, la esperanza y el amor son las evidencias de la verdadera salvación (Col. 1:4, 5; Rom. 5:1–4).

II.      Era Un Pueblo Ejemplar (1 Ts.1:6, 7):

¡Es maravilloso cuando los «oidores» se convierten en «seguidores»! Estas personas oyeron la Palabra, la recibieron con entusiasmo, la creyeron y sufrieron por recibirla. La Palabra imparte fe (Rom. 10:17) y trae gozo (Hch. 8:8, 39; Jr. 15:16).

Después que creyeron, estos nuevos cristianos siguieron a Pablo, se unieron al compañerismo local y se convirtieron en ejemplo para todos los que les rodeaban. No fueron sólo seguidores de Pablo, sino también de las iglesias (2:14); porque en el NT., se espera que los cristianos sean parte vital de una congregación local. Su testimonio se extendió por toda el área y ayudó a llevar a otros a Cristo.

III.    Era Un Pueblo Entusiasta (1:8):

Hacía unos pocos meses que estas personas se habían salvado. No tenían la instrucción que la mayoría de los santos tienen hoy y sin embargo, eran entusiastas al testificar de Cristo. Testificaban mediante su andar ejemplo», en el v. 7) y su hablar (v. 8).

El verbo «divulgar» da la idea de tocar la trompeta. Mientras estos santos esperaban que sonara la trompeta para llamarlos al hogar (4:16), «tocaban la trompeta del evangelio» fuerte y claramente ante todos sus amigos perdidos. Demasiado a menudo somos como los fariseos, tocando la trompeta por nosotros mismos en lugar de hacerlo por Cristo y el evangelio (Mt. 6:1–4).

IV.    Era Un Pueblo Expectante (1 Ts.1:9, 10):

La Segunda Venida de Cristo es el tema básico de este libro. Cada capítulo relaciona su regreso con una verdad básica (véase el bosquejo sugerido). En este capítulo vemos que la venida de Cristo es la bendita esperanza del salvo. En tanto que los perdidos adoran y sirven ciegamente a sus ídolos, los salvos sirven al Dios vivo y se regocijan en la esperanza viva de que Cristo vendrá otra vez.

¿Cómo se supone que los cristianos deben esperar el regreso de Cristo? Trabajando mientras que Él viene (véase Mt. 24:44–51). En 5:1–11 Pablo advierte a los santos a estar vigilantes y alertas, y a que no duerman ni se embriaguen como la gente del mundo. La bendita esperanza de la venida de Cristo debe ser más que una doctrina en nuestro credo:

Ø Debe ser una dinámica de nuestras vidas.

¿Cómo sabemos que Cristo viene otra vez? Dios demostró que Cristo es su Hijo al levantarlo de entre los muertos.

Léase cuidadosamente en Hechos 17:22–34 el argumento que Pablo presenta. Cristo no podría venir otra vez si estuviera muerto y si su cuerpo se hubiera descompuesto en una tumba judía. No podemos separar la esperanza viva del Cristo vivo (1 P. 1:1–5).

Pablo les había instruido respecto a la venida de Cristo y el tiempo de tribulación que Dios había prometido que vendría sobre un mundo que rechaza a Cristo. Pero se cuida de destacar que la Iglesia no participará en esa tribulación:

Ø El verbo «librar» en el versículo 10 está en tiempo presente: «quien nos libra»; o

Ø Podría reformularse como un título: «Jesús, el Libertador».

La Iglesia no atravesará la tribulación.

Léase 1:10 y 5:1–9, así como 2 Tesalonicenses 1 y 2. El próximo acontecimiento en el calendario de Dios es la venida de Cristo en el aire, en cuyo tiempo será el Arrebatamiento de la Iglesia para recibirle.

Luego vendrán siete años de tribulación sobre la tierra. Cuando la copa de la iniquidad empiece a desbordarse en la tierra, Cristo y la Iglesia regresarán para derrotar a Satanás y sus huestes, e implantar el reinado de Cristo por mil años (véase Ap. 19:11–20:5).

Clase Para El Miércoles:

Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.