sábado, 29 de agosto de 2020

ELISEO Y NAAMÁN EL LEPROSO: 2 REYES 5:

 

ELISEO Y NAAMÁN EL LEPROSO:

2 REYES 5:

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

 

I.       La Curación De Naamán (2 R.5:1–19):

Tenemos en este milagro un hermoso cuadro de la salvación mediante la fe en la Palabra de Dios:

·      Cada pecador perdido puede verse en Naamán;

·      También puede ver el poder sanador de la fe.

 

A.     Estaba Condenado.

Era leproso. Su hermoso uniforme y poderosas victorias no podían disfrazar el hecho de que Naamán era un hombre muerto, porque tenía una enfermedad que nadie podía curar. Lea las notas sobre Levítico 13 y vea cómo la lepra es una ilustración del pecado.

 

B.      Era Enemigo.

Tenía una sirvienta judía en su casa, una muchacha raptada durante una redada. Como gentil, Naamán estaba fuera de las bendiciones de Israel; véase Efesios 2:11–22. Dios entregó a su Hijo por nosotros, aun cuando éramos pecadores (Rom. 5:6–10).

 

C.     Oyó a Un Testigo.

La pequeña sirvienta judía quería a su patrón. Aun cuando estaba lejos de su hogar, no se olvidó de su Dios y estuvo lista para testificar de su gran poder. Si ella no hubiera sido una fiel trabajadora en la casa, no hubiera sido una testigo eficaz; pero debido a su fidelidad, su testimonio fue recompensado. ¡Cuánto necesita Cristo testigos hoy!

 

D.      Trató De Salvarse a Sí Mismo.

Naamán cometió toda equivocación posible tratando de curarse de su lepra:

·      Primero, fue al rey de Siria, el cual, por supuesto, no pudo hacer nada.

·      Luego fue al rey de Israel, quien también fue incapaz de hacer algo.

Cuántos pecadores perdidos corren de una persona a otra, buscando salvación, mientras Cristo está siempre esperando para satisfacer su necesidad.

 

Nótese: que Naamán también ignoraba la gracia, porque trajo consigo gran cantidad de riqueza (v. 5). El pecador perdido trata de comprar la salvación o ganársela, pero esto es imposible.

 

E.      Dios Lo Llamó.

Eliseo oyó de la aflicción de Naamán y envió a buscarlo. Ningún pecador merece ser salvo; es sólo mediante el llamamiento de la gracia del Espíritu que la persona viene a Cristo; véase Juan 6:37. En Lucas 4:27 Jesús nos dice que Naamán fue uno de muchos leprosos, pero el Señor lo escogió y lo curó. Esto es gracia.

 

F.      Resistió El Sencillo Plan De Dios Para Salvación.

Eliseo no salió a ver a Naamán; el general era leproso y hubiera contaminado ceremonialmente al profeta. Eliseo quería que Naamán supiera que era un hombre rechazado, condenado. Trató al orgulloso general como un pecador y Naamán se puso furioso por tal tratamiento. «¿No sabe quién soy?», preguntó:

Ø Como los pecadores de hoy Naamán pensó que el profeta le haría realizar cierto ritual (v. 11) para sanarle.

Ø No quería humillarse sumergiéndose en el Jordán, el río de la muerte.

Ø Pensó que sus preciosos ríos allá en su país eran muy superiores.

 

G.     Sanó Por Su Obediencia a La Fe.

El humilde siervo del versículo 13 tenía más sentido que el gran general. Cuán irrazonable es resistir el sencillo plan de Dios para la salvación. Cuando Naamán obedeció por fe, «nació de nuevo» y salió de las aguas con su carne como la de un niño.

Las siete veces que se sumergió en el Jordán no son un cuadro del bautismo, porque jamás nadie se salvó al bautizarse ni una ni siete veces:

·      La fe de Naamán se demostró por sus obras;

·      Confió en la Palabra, y

·      Luego actuó de acuerdo a ella.

 

H.     Recibió Seguridad.

v Naamán dijo: «He aquí, yo decía para mí» (v. 11);

v Pero ahora dice: «He aquí ahora conozco» (v. 15).

Dio testimonio público de la realidad del poder de Dios y del hecho de que sólo Jehová era el Dios verdadero. Tan agradecido estuvo que le ofreció riqueza a Eliseo, quien, por supuesto, rehusó aceptar el regalo. Si lo hubiera aceptado, hubiera arruinado la lección de salvación por gracia y le hubiera robado la gloria a Dios.

 

I.       Regresó a Su Casa En Paz (v. 19).

Naamán sabía que enfrentaría problemas al regresar a Siria, puesto que su rey era un adorador de ídolos, pero Naamán procuró obedecer al Señor y honrarle plenamente. Todo creyente tiene «paz con Dios» (Rom. 5:1).

II.     La Codicia De Giezi (2 R.5:20–27):

Ø Giezi no estuvo de acuerdo con la Palabra de Dios;

Ø Este fue el principio de sus problemas y pecados.

Si se hubiera sometido a la Palabra de Dios y juzgado la codicia de su corazón, nunca se hubiera convertido en un leproso. Es importante que el pueblo de Dios juzgue con sinceridad sus pecados en sus corazones:

·      «Yo quiero», fue la actitud de Giezi;

·      No «tu voluntad».

 

Nótese: cuán rápidas y eficientes pueden ser las personas cuando desobedecen la Palabra de Dios. Giezi no corrió en 4:29–31 para resucitar al muchacho muerto, pero aquí corre a Naamán para conseguir riqueza material.

Si al menos los cristianos estuvieran tan interesados en cuanto a las cosas espirituales como lo están en los materiales. Ahora tenemos dos mentiras:

 

A.     Le Mintió a Naamán (vv. 21–23).

«Mi señor me envía», le dijo al general. «Eliseo necesita el dinero, no para él, sino para uno de los estudiantes de la escuela». Como Judas, Giezi parecía interesado en los pobres, cuando todo lo que le interesaba era él mismo (Jn. 12:1–7):

·      Por supuesto, al tomar el dinero, Giezi le robó a Dios la gloria, contradijo la palabra del profeta y dio la impresión de que la salvación involucraba dinero y buenas obras.

·      Esta obra suya única y egoísta arruinó el cuadro completo.

·      Giezi recibió tanta riqueza que dos de los siervos de Naamán tuvieron que llevársela.

 

B.      Le Mintió a Eliseo (vv. 25–27).

Entró y actuó como si nada hubiera pasado. Pero el profeta sabía la verdad y le preguntó dónde había estado. «Tu siervo no ha ido a ninguna parte»:

Ø Otra mentira.

Ø El versículo 26 sugiere que Giezi había planeado usar el dinero para conseguir para sí una propiedad.

Ø Es probable que la codicia de Giezi estuviera en su corazón mucho antes de este suceso, porque en el capítulo 4 vemos cuán impotente fue el criado para levantar al muchacho muerto.

Dios juzgó a Giezi porque no quiso juzgarse y la lepra de Naamán se le pegó a él y a sus descendientes.

Hallamos a Giezi de nuevo en 8:1–6, esta vez en la presencia del rey. Algunos han sugerido que se arrepintió y fue sanado, pero esto no tiene respaldo de las Escrituras. Es más, la enfermedad pasaría también a sus hijos. La respuesta es sencilla:

· Los acontecimientos narrados en 2 Reyes no necesariamente aparecen en orden cronológico.

·   Esta conversación entre Giezi y el rey quizás ocurrió a la puerta de la ciudad cuando el rey estaba atendiendo las quejas del pueblo.

Qué triste ver a un devoto siervo del Señor en vergüenza y rechazo debido a la codicia:

Ø No fue blasfemia (como con Pedro), ni incluso adulterio (como con David), sino el oculto pecado de la codicia.

Ø Por supuesto, la codicia puede ser la causa de toda clase de pecados.

Si la gente codicia algo (o a alguien), no hay pecado que no esté dispuesta a cometer para conseguir lo que quiere.

Eliseo, el siervo del Señor, no vivía para la ganancia material; vivía completamente para la gloria de Dios. Giezi no podía servir a dos señores:

·      Al dinero, y

·      A Jehová.

Reflexión:

Ø Colosenses 3:5 iguala la codicia a los terribles pecados de la carne (Mr. 7:22), y

Ø Pablo incluye la codicia en su lista de los pecados de los gentiles, según Romanos 1:29.

Jesús Advierte:

·      En Lucas 12:13ss el Señor es claro al advertir contra los peligros de la codicia; y

·      En Lucas 16:13ss muestra que este pecado llevará a la gente al infierno.

·      Véase también Efesios 5:3.

 

Concluyo:

 

Es interesante contrastar la criada de los versículos 2–3 (2 R.5) con Giezi:


El Contraste de la bendición y la maldición; en todas las épocas: [Giezi: esclavo, maldición], La muchacha [Esclava: esclava: Bendición]:

Ø Era un esclavo [muchacha], sin embargo, con gozo testificó del Señor;

Ø Él era un hombre libre en su tierra y, no obstante, se interesaba sólo en sí mismo.

Ø Ella [muchacha] trajo a Naamán al lugar de la salvación;

Ø Él con su pecado arruinó el mensaje de la gracia.

Ø Ella [muchacha] no tuvo ninguna ganancia material, pero sí la bendición del Señor;

Ø Él se fue a su casa con riqueza y sin embargo lo perdió todo.

 

Hoy la historia de estos contrastes se repite a diario, Dios nos libre de tal acción.

Estudios para el Domingo.

Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.




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