EL CRISTIANISMO EVANGÉLICO EXALTADO:
COLOSENSES 2:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
En este capítulo
Pablo llega al corazón del problema y denuncia a los falsos maestros. Asevera
claramente la suficiencia de Cristo para toda necesidad. Da tres advertencias y
estas son tan necesarias hoy como lo fueron en su día.
I. Cuídense De Las Filosofías Huecas (Col.2:1–10):
La
preocupación de Pablo era tan grande que sostenía gran conflicto espiritual,
luchando en oración contra Satanás, el cual trataba de descarriar a estos
creyentes. Pablo
sabía cómo vencer a Satanás:
Ø La oración, y
Ø La Palabra de Dios (Ef. 6:17, 18).
Anhelaba
ver a estos santos unidos en Cristo, disfrutando de las riquezas de bendiciones
en Él.
Los
falsos maestros tenían sus filosofías fascinantes, pero en Cristo tenemos «todos los tesoros
de la sabiduría y del conocimiento» (v. 3). Cualquier filosofía de
cosecha humana que no tiene lugar para Cristo, no es digna de nuestra
consideración. Somos ricos en Él; ¿por qué rebajarnos
a seguir doctrinas inventadas por los hombres? Que vengan esos
maestros religiosos con sus «doctrinas escondidas»; nosotros tenemos toda la
sabiduría escondida en Cristo y estamos escondidos «con Cristo en Dios» (3:3).
Las
filosofías humanas son atractivas. Alardean de sabiduría e inteligencia y
demasiado a menudo los cristianos jóvenes se dejan «seducir» por estas «palabras
persuasivas» (v. 4). Qué trágico es cuando los jóvenes acuden a
escuelas seculares y caen presa de las filosofías de cosecha humana que niegan
a Jesucristo y la Biblia. «Miren que nadie los atrape» («os engañe», v. 8), advierte el apóstol. ¿Cómo ha de vencer el
creyente estas filosofías?
A.
Anden en
Cristo (v. 6).
Así
como son salvos por la fe, deben andar por la fe. Así como son salvos por la
Palabra, deben andar de acuerdo a la Palabra. Así como son salvos por medio de
la obra del Espíritu, deben andar en el Espíritu. La vida cristiana continúa
como empezó, por la fe en Dios.
B.
Crezcan
en Cristo (v. 7).
Tengan
raíces que se adentren bien en las riquezas de la Palabra. Tengan cimientos que
sean fuertes, colocados sobre Jesucristo. ¡Cuán importante es que la Palabra de Dios nos enseñe! Los
creyentes caen presa de las filosofías religiosas a menos que estén arraigados
en Cristo, cimentados en la Palabra y edificados en la verdad bíblica.
C.
Hagan la
prueba con Cristo (v. 8).
Prueben
todo sistema que suene altamente religioso preguntando: «¿Le da a Cristo el
lugar de preeminencia?». Casi todo sistema religioso actual le da a
Cristo un lugar de eminencia, pero sólo el verdadero cristianismo bíblico le da
el lugar de preeminencia.
D.
Acójanse
a su plenitud (vv. 9–10).
Dense
cuenta de que no hay sustituto para Cristo y que en Él tenemos todo lo que
necesitamos. Cuando los creyentes se alejan para vivir mundanamente, o caen
presa de sistemas inventados por los hombres, por lo general se debe a que
sienten que les falta algo que Jesucristo no puede suplir:
Ø «Vosotros estáis completos en Él».
Ø ¡Qué
maravillosa posición tenemos en Cristo!
II. Cuídense Del Legalismo Religioso (Col.2:11–17):
Estos
falsos maestros habían mezclado el misticismo oriental con la filosofía griega
y el legalismo judío... ¡vaya mezcla! Pero a la carne le encanta ser
religiosa, siempre y cuando esa religión no tenga una cruz para crucificar a la
carne. Los
creyentes colosenses estaban involucrados en el legalismo judío:
· Rituales,
· Dietas,
· Días de guardar y otras
cosas por el estilo.
«¡Ustedes están saliendo de la luz del sol y entrando en las sombras!»,
exclama
Pablo
(v. 17). «¡Se
están olvidando de la realidad (el cuerpo de Cristo) por el símbolo!».
Como
el niño que admira la fotografía de su padre mientras que ignora su presencia,
así estos cristianos se habían vuelto de la plenitud de Cristo al ABC («rudimentos»,
2:8, 20) del mundo.
Todo
lo que necesitamos lo ha logrado Cristo en la cruz. La circuncisión mencionada
en el versículo 11 no es la física del niño (Lc. 2:21), sino más bien la muerte
de Jesús en la cruz. Así como el agua del bautismo de Cristo fue un símbolo de
su bautismo de sufrimiento en la cruz (Lc. 12:50), su circuncisión como niño
prefiguraba su acción de «echar fuera el cuerpo» cuando llevó nuestros
pecados en el
Calvario.
«Su circuncisión espiritual en Cristo es mucho más maravillosa
que los ritos físicos», afirma Pablo. «¿Por qué reemplazar a Cristo con Moisés? ¿Por
qué tener un corte físico en lugar de una operación espiritual en el corazón?
La circuncisión quita un fragmento de carne del
cuerpo, pero nuestra identificación con Cristo echa fuera toda la naturaleza
carnal».
Todo
esto es posible mediante nuestra unión con Cristo, cuando el Espíritu nos
bautizó en su cuerpo. Morimos con Él y resucitamos con Él. Las leyes del
antiguo pacto ahora son puestas a un lado; Satanás ha sido derrotado
completamente (v. 15); por consiguiente, disfruten de la libertad que tienen en
Cristo. «Que nadie les juzgue», urge Pablo (v. 16).
III. Cuídense De Las Disciplinas Inventadas Por Los
Hombres (Col.2:18–23):
Cuánto
le encanta a la carne el legalismo:
· Ayunos,
· Regulaciones en cuanto a
alimentos,
· Disciplinas corporales.
Las
celebraciones religiosas especiales con sus regulaciones hacen que la gente «se sienta
espiritual». «Que nadie asuma el papel de
árbitro en su vida» («privar», v. 18).
Cuidado con la humildad afectada, una falsificación que trata de imitar
humildad espiritual genuina. No es malo ejercer disciplina en el Espíritu de
Dios, para la gloria de Dios; pero cuando se la hace en la carne y para nuestra
alabanza, se convierte en pecado.
Mientras
que de todo corazón creemos que los creyentes no deben abusar de su libertad y
convertirse en piedras de tropiezo (1 Cor. 8:9, 10), ni por un minuto creemos
que el simple hecho de abandonar ciertos hábitos o placeres automáticamente
hace espiritual al creyente.
Nuestra
relación con Cristo es una unión viva:
§ Él es la Cabeza,
§ Nosotros somos miembros del
cuerpo.
Un
cuerpo funciona mediante la nutrición, no por la legislación.
¿Quién puede decirle al estómago:
Ø «¡empieza a digerir!,
Ø ¡deja de doler!»?
¡Qué necedad!
Sin
embargo, la gente piensa que la vida del cristiano, tanto en lo personal como
colectivamente en la iglesia, puede ser espiritual mediante regulaciones y
disciplinas carnales. Creemos en normas («no améis el mundo»), pero rechazamos la idea de
que la obediencia externa a las normas necesariamente produce espiritualidad
interna.
Estamos
muertos a los elementos del mundo; estamos vivos en Cristo y Él es todo lo que
necesitamos. Obedecer regulaciones hechas por los hombres (vv. 21–23) puede dar
a algunas personas la impresión de espiritualidad, pero Pablo afirma sin rodeos
que estas prácticas no pueden controlar o vencer a la carne. Sí, estas
regulaciones nos resultan atractivas y pueden parecer que nos ayudan a
desarrollar piedad y espiritualidad superior, pero son inútiles en lo que
respecta a Dios.
Este,
entonces, es el tema principal de Colosenses: todo lo
que el creyente necesita es Cristo. Los sistemas y regulaciones que los hombres
hacen parecen muy espirituales, pero son sólo principios elementales mundanos («rudimentos»,
v. 20). Esto es vivir en el «jardín de infantes»;
debemos graduarnos a un nivel más alto de cristianismo. Las disciplinas que los
hombres imponen (ascetismo) son atractivas, pero a la carne le es imposible:
Ø Autocontrolarse,
Ø Auto mejorarse, ni
Ø Autoperfeccionarse.
«¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por
la carne?», pregunta Gálatas 3:3.
Nuestra
unión con Cristo es viva. Esta vida no la puede controlar las leyes humanas,
sino únicamente los principios que Dios ha puesto en el cuerpo. Sólo otra vida
puede controlar la vida y tenemos su vida en nosotros.
Clase Para El Miércoles:
Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea
Su Biblia.
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