jueves, 7 de diciembre de 2017

DIOS ENVIÓ A MOISÉS, LAS DIEZ PLAGAS: ÉXODO 5–10:

DIOS ENVIÓ A MOISÉS, LAS DIEZ PLAGAS:
ÉXODO 5–10:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

I.       El Mandamiento: Éxodo 5-6:
Siete veces en estos capítulos Dios le dice a Faraón: «Deja ir a mi pueblo». (Véanse 5:1; 7:16; 8:1, 20; 9:1, 13; 10:3.) Este mandamiento revela que Israel estaba en esclavitud, pero que Dios quería su libertad para que pudieran servirle. Esta es la condición de todo pecador perdido: esclavo del mundo, de la carne y del diablo (Ef. 2:1–3).
 «¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz?», fue la respuesta de Faraón a la orden de Dios (5:2). El mundo no respeta la Palabra de Dios; para la gente son «palabras mentirosas» (5:9). Moisés y Aarón presentaron a Faraón el mandamiento de Dios, ¡y el resultado fue más esclavitud para Israel! El pecador o bien se somete a la Palabra de Dios, o la resiste y se endurece (véanse 3:18–22 y 4:21–23).
En cierto sentido Dios endureció el corazón de Faraón al presentarle sus demandas, pero él mismo endureció su corazón al resistirse a las exigencias de Dios. El mismo sol que derrite el hielo también endurece el barro.
Desafortunadamente, el pueblo de Israel miró a Faraón por ayuda antes que al Señor que prometió librarlos (5:15–19). No asombra que los judíos no pudieron estar de acuerdo con Moisés (5:20–23) y le acusaron en lugar de estimularlo. Los creyentes que están fuera de la comunión con Dios traerán dolor a sus líderes en vez de ayuda.
Sin duda Moisés se desanimó, pero hizo lo que siempre es lo mejor: llevó su problema al Señor. Dios lo estimuló en el capítulo 6:
·      al recordarle su nombre (6:1–3),
·      su pacto (6:4),
·      su interés personal (6:5), y
·      sus promesas fieles (6:6–8).
Los «YO SOY» y «HARÉ» de Dios son suficientes para vencer al enemigo. Los propósitos de Dios al permitir que Faraón oprimiera a Israel eran que el mundo conociera su poder y su gloria (6:7; 7:5, 17; 8:10, 22; véase Rom. 9:17).
El Escenario Está Listo:
·      Faraón rehusó la orden de Dios y ahora Dios enviaría sus juicios sobre Egipto.
·      Cumpliría su promesa de Génesis 12:3 de juzgar a las naciones que persiguieran a los judíos.
·      Revelaría su poder (9:16), su ira (Salm. 78:43–51), y su grandeza,
·      mostrando que los dioses de Egipto eran falsos y que sólo Jehová es el verdadero Dios (12:12; Núm. 33:4).

II.      El Conflicto: Éxodo 7:
Las diez plagas de Egipto lograron varias cosas:
(1)   fueron señales para Israel, asegurándoles del poder y cuidado de Dios, 7:3;
(2)  fueron plagas de juicio sobre Egipto, castigando al pueblo por perseguir a Israel y revelando la vanidad de sus dioses, 9:14; y
(3)    fueron profecías de los juicios venideros, según se revela en el libro de Apocalipsis.

Nótese: la secuencia de las plagas. Caen en tres grupos de tres cada una, con la décima plaga (la muerte del primogénito) al final:
1. Agua en sangre, 7:14–25 (se advierte, 7:16).
2. Ranas, 8:1–15 (se advierte, 8:1).
3. Piojos, 8:16–19 (no se advierte y los magos no pueden hacerla, 8:18–19).
4. Moscas, 8:20–24 (se advierte, 8:20).
5. Plaga en el ganado, 9:1–7 (se advierte, 9:1).
6. Úlceras en la gente, 9:8–12 (no se advierte, afecta también a los magos, 9:11).
7. Granizo, fuego, 9:13–35 (se advierte, 9:13).
8. Langostas, 10:1–20 (se advierte, 10:3).
9. Densas tinieblas, 10:21–23 (no se advierte, Faraón rehúsa volver a ver a Moisés, 10:27–29).
10. La muerte de los primogénitos, 11–12 (el juicio final).

Las plagas fueron en realidad una «declaración de guerra» contra los dioses de Egipto (véase 12:12).
v  Al río Nilo se le adoraba como dios puesto que era su fuente de vida (Dt. 11:10–12), y cuando Moisés convirtió el agua en sangre Dios mostró su poder sobre el río. A la diosa Hect se la pintaba como una rana, el símbolo egipcio de la resurrección. ¡La plaga de las ranas sin duda volvió a la gente en contra de Hect! 
v  Los piojos y las moscas contaminaron a la gente, un terrible golpe, porque los egipcios no podían adorar a sus dioses a menos que estuvieran inmaculadamente limpios. La plaga atacó al ganado que era sagrado para los egipcios; Jator  era la «diosa-vaca» y Apis era el buey sagrado. Los dioses que controlaban la salud y la seguridad fueron atacados en las plagas de las úlceras, el granizo y la langosta.
v  La plaga de la oscuridad fue la más seria, puesto que Egipto adoraba a Ra el dios del sol, el principal de los dioses. Cuando el sol no desapareció tres días, quería decir que Jehová había conquistado a Ra.
v  La plaga final (la muerte de los primogénitos) conquistó a Mesquemit, la diosa del nacimiento y a Jator, su compañera, se suponía que ambas debían vigilar al primogénito.

¡Todas estas plagas dejaron en claro que Jehová era el verdadero Dios!

Podemos trazar estas mismas plagas en el libro de Apocalipsis, cuando Dios describe su conflicto final con el dios de este mundo, Satanás:
Ø agua en sangre (Ap. 8:8; 16:4–6);
Ø ranas (16:13);
Ø enfermedad y aflicciones (16:2);
Ø granizo y fuego (8:7);
Ø langostas (9:1ss); y
Ø tinieblas (16:10).

Los magos egipcios pudieron imitar algunos de los milagros de Moisés:
·      Convertir la vara en serpiente (Éx.7:8–13),
·      El agua en sangre (Éx.7:19–25), y
·      producir ranas (Éx.8:5–7).
·      Pero no pudieron convertir el polvo en piojos (Éx.8:16–19).
En 2 Timoteo 3:8–9 se nos advierte que en los postreros días maestros se opondrán a Dios al imitar sus milagros.
Véase 2 Tesalonicenses 2:9–10. Satanás es un falsificador que engaña al mundo perdido al imitar lo que Dios hace (2 Cor. 11:1–4, 13–15).

III.    Los Compromisos: Éxodo 8-10:
Faraón es un tipo de Satanás:
Ø era el dios de Egipto;
Ø tenía poder supremo (excepto en donde Dios lo limitó);
Ø era un mentiroso;
Ø homicida;
Ø tenía a la gente esclavizada;
Ø aborrecía la Palabra y al pueblo de Dios.
Ø Faraón no quiso dejar en libertad a los judíos, de modo que ofreció sutiles componendas:

A.      Adoren a Dios En La Tierra (Éx.8:25–27).
Dios exige completa separación del mundo; la amistad con el mundo es enemistad con Dios (Stg. 4:4). Puesto que los egipcios adoraban vacas, podían ofenderse si veían a los judíos sacrificando su ganado a Jehová. El creyente debe «salir y separarse» (2 Cor. 6:17).

B.      No Vayan Muy Lejos (Éx.8:28).
«¡No sean fanáticos!», dice el mundo. «Está bien tener religión, pero no lo tome tan en serio». Aquí tenemos la tentación de ser «creyentes fronterizos», tratando de estar cerca del mundo y de Dios al mismo tiempo.

C.      Sólo Los Hombres Deben Ir (Éx.10:7–11).
Esto quería decir dejar a las esposas y a los hijos en el mundo. La fe involucra a toda la familia, no sólo a los hombres. Es el privilegio del esposo y padre guiar a la familia a las bendiciones del Señor.

D.      Dejen Sus Posesiones En Egipto (Éx.10:24–26).
A Satanás le encanta apoderarse de nuestra riqueza material para que no podamos usarla para el Señor. Todo lo que tenemos le pertenece a Cristo. Y Jesús nos dice: «Donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Mt. 6:21). Qué tragedia es robarle a Dios al dejar los «rebaños y ganado» para que Satanás los use (Malq. 3:8–10).
Moisés rehusó cada una de estas componendas porque no podía hacer compromisos con Satanás en el mundo y a la vez agradar a Dios. Podemos pensar que hemos ganado una victoria al apaciguar al mundo, pero nos equivocamos.
Dios exige obediencia total, completa separación. Esto se efectuaría mediante la sangre del cordero y al cruzar el Mar Rojo, cuadros de la muerte de Cristo en la cruz y nuestra resurrección con Él, librándonos de «esté presente mundo malo» (Gál. 1:4).




Clase Para Domingo.

Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.


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