Parte III:
LA GLORIA DE DIOS REVELADA: POR CRISTO EN LA IGLESIA:
(Efesios 1:3-14)
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,… según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,… en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,… para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,… en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,… que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia…”.
(Efesios 1:3-14)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Esta idea traduce kleróo G2820, que
se halla solamente aquí en el NT. Significa ser escogido como (su) heredad o
porción y se deriva del concepto en el AT. (Deut.9:29; 32:9-10; Salmo 74:2) de
las tribus de Israel que fueron escogidas por Jehovah para ser su pueblo.
Algunos comentaristas lo interpretan en
el sentido pasivo como lo hacen Bonnet y Schroeder: “En el cual también fuimos hechos
herederos”:
· Como hijos adoptivos heredamos todo lo
que el Padre dispone.
· Esta herencia es una posesión presente y
recíproca.
Con
todo, si fuimos hechos herederos o si fuimos escogidos como herencia de Dios,
como hijos adoptivos somos igualmente herederos de las bendiciones divinas y
somos la porción escogida:
Ø Es una relación bienaventurada de cualquier modo.
Ø Esto ha sido hecho posible por medio
de aquel en quien todas las cosas son reunidas, Cristo.
Ø La iniciativa y la acción son
exclusivas de parte de Dios.
Esta idea está reforzada con el pensamiento que sigue, habiendo
sido predestinados. La herencia (porción) ha
sido definida y determinada de antemano y nosotros hemos sido demarcados como
sus recipientes:
· Los límites y las condiciones habían sido predeterminados en el
consejo celestial antes de la creación del mundo.
· Los que responden de acuerdo a lo que ya ha sido determinado son los
que se gozan de esta herencia y son ya la porción escogida de Dios, aunque en
parte, hasta que se realice plenamente este plan divino cuando venga Cristo en
el cumplimiento definitivo de los tiempos.
Aquel
que realiza se refiere a Dios, quien hace todo de acuerdo al propósito que
determinó en Cristo (v. 9). Dios propone y dispone; hizo planes y los lleva al
cabo. Nuestra condición como herencia y herederos depende del cumplimiento
último y absoluto de todo lo que Dios ya propuso y ahora se está llevando a
cabo en Cristo por medio de la iglesia. Todo esto Dios lo realiza conforme al consejo de su
voluntad.
Esta
expresión contiene dos palabras neotestamentarias básicas relacionadas con la
voluntad de Dios:
Ø consejo =
(boulé G1012), y
Ø voluntad = (thélema G2307).
“La primera lleva la idea de un plan; la segunda lleva la idea
de un deseo” (Summers).
En resumen, todo lo logrado en Cristo es la realización de un plan divino y la
satisfacción de un deseo santo. Podríamos llamar a esto el libre albedrío de
Dios.
Todo ha sido hecho por un ser autónomo
que hace todo de acuerdo con un plan que él propuso llevar a cabo y porque él
quiso hacerlo con un fin específico. A continuación veremos este fin.
Este
Fin Contempla a Dos Grupos De Personas.
· En primer lugar, Pablo habla de nosotros,
que primero hemos esperado en Cristo (v. 12). Se refiere a los de
extracción judía que habían oído el evangelio y creído en Jesús como el Mesías
prometido a quien había esperado tantos siglos el pueblo judío. Ellos vieron
cumplidas en Jesús sus esperanzas mesiánicas. Este grupo incluye a los que
fueron añadidos a la iglesia en el día de Pentecostés y durante la primera
etapa de la extensión de ella en toda Judea y Samaria.
· A ellos vino primero el evangelio y
Pablo reconoce que sobre ellos descansa la responsabilidad de transmitirlo
también a los gentiles para la gloria de Dios (Efesios
3:3-13).
Termina aquí la segunda estrofa del himno (vv. 7-12) que relata
la obra redentora de Jesús con el refrán para que nosotros... seamos para la alabanza de su gloria. Este refrán se
halla también en los vv. 6 y 14.
La alabanza de Dios es el primer deber
del ser humano, y fue el propósito principal del pueblo de Israel. La gloria de
Dios es el motivo y el objeto de esta adoración. Relacionando esta doxología
con la obra redentora de Cristo, Pablo la eleva al mismo nivel de la obra
soberana de Dios (vv. 3-6).
Algunos piensan que este estribillo
formaba parte de algún himno cantado entre las congregaciones de Asia y Roma.
Otros escritores sugieren que debe haber formado parte de la liturgia u orden
del culto de la iglesia del primer siglo.
Sea así o no, nadie dudará que da
expresión elocuente y profunda al sentimiento del autor y provee al lector de
Efeso, Asia y aun de hoy mismo un vehículo bello para rendir su alabanza a
Dios.
A
continuación el Apóstol elogia la obra del Espíritu Santo y señala su papel
salvífico como tercera persona de la Trinidad. Aunque el término Trinidad no se
halla mencionada como tal, es el consenso de los estudiosos de la Biblia que
este pasaje nos presenta uno de los enfoques más claros de la Trinidad:
Ø su composición, su relación mutua y su
obra complementaria.
Ø La obra de Jesús depende de la del
Espíritu Santo y viceversa.
Ø Esto se ilustra en el v. 13: ...habiendo
creído en él [Jesús], fuisteis sellados con
el Espíritu Santo...
Algunos
comentaristas dicen que una característica distintiva de Efesios es la
estructura trinitaria de su pensamiento. Esta incluye la participación de las personas de la
Trinidad en la obra de la redención:
Ø La determinación de parte del Padre de
reconciliar a los hombres consigo (vv.
3-6),
Ø la redención lograda por medio de lo
que hizo el Hijo (vv. 7-12), y
Ø la aplicación de esta obra por el
Espíritu Santo (vv. 13, 14).
Lane dice que el pensamiento clave de
Efesios es “que
Dios ha reconciliado a ambos los judíos y los gentiles por medio de la cruz de
Cristo”. Este es el sentido del v.
11.
1.3. La Tercera Estrofa
Del Canto De Alabanza Comienza Con La Expresión En Él También Vosotros...
En
él ubica al creyente en Cristo, designa su estado espiritual y una
nueva relación estrecha y vital de fe. Hasta aquí hemos encontrado esta
expresión por lo menos diez veces en una forma u otra (vv. 1, 3, 4, 6, 7, 9, 10, 11, 12 y 13).
Habla de la condición esencial y el
requisito indispensable para la vida cristiana, esto es, estar en Cristo Jesús.
Fuera de él no hay vida. Pero ahora observamos que esta relación se extiende al
segundo grupo mencionado arriba, más allá de los judíos.
También
vosotros se refieren a los recipientes de esta carta. Estos son los
creyentes que vivían en Laodicea, Efeso y otras ciudades del valle del río Lico:
· Los gentiles. Esta frase implica el
alcance universal e inclusivo del evangelio.
· Además de los judíos, los gentiles
pueden ser salvos también.
Pablo
indica la manera en que éstos habían sido salvos. Habían oído la palabra de
verdad, el evangelio de vuestra salvación y habían creído en él. La palabra de
verdad es el evangelio:
Ø Jesús dijo: Conoceréis
la verdad, y la verdad os hará libres (Juan 8:32).
Ø También dijo: Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad (Juan
17:17).
Los gentiles habían recibido el
evangelio de la salvación al oír la palabra libertadora de Cristo. Habían
creído esta buena noticia. Tal como
Pablo escribió a los cristianos en Roma: La fe es por el oír, y el oír por
la palabra de Cristo (Romanos 10:17); así fue con aquellos a quienes Pablo
escribe ahora. El evangelio había sido proclamado en esa zona y muchos
habitantes creyeron y fueron libertados por esta palabra de verdad.
En este v.13 tenemos los ingredientes esenciales para la
evangelización mundial: La proclamación del evangelio, la
recepción del mismo por el oír, la afirmación de él por fe (creer) y
la confirmación del hecho por la obra selladora del Espíritu Santo.
Dos
verdades se destacan en el pensamiento siguiente: Fuisteis
sellados con el Espíritu Santo que había sido prometido:
· La primera, es que al
ser salvos por creer en Cristo recibieron al Espíritu Santo.
· La segunda, es que esto
había sido conforme a lo prometido por Cristo.
Jesús
dijo a sus apóstoles: He aquí yo enviaré el
cumplimiento de la promesa de mi Padre sobre vosotros (Lucas 24:49a).
Esta
promesa se reitera en Hechos 1:8 cuando dice: Pero
recibiréis poder cuando el Espíritu Santo haya venido sobre vosotros y se
cumple en los acontecimientos en el día de Pentecostés (Hech. 2).
Pablo reconoce que los creyentes que
recibieran esta carta daban evidencia de la presencia del Espíritu Santo en sus
vidas, de acuerdo con la promesa de Cristo.
F. B. Meyer opina que “el Espíritu
Santo es la promesa especial del Padre a aquellos que pertenecen al Hijo por
medio de una fe viva”. Dios cumple sus promesas. La promesa del
Espíritu Santo imprime en el creyente en Cristo la imagen de Cristo en quien
cree, marcándolo, identificándolo como suyo, apartándolo del mundo y
separándolo para el cielo.
Ser
sellado con el Espíritu Santo es ser declarado como uno que pertenece a Dios.
Con razón dice Pablo: Si alguno no tiene el Espíritu
de Cristo, no es de él (Rom. 8:9b).
El sello usado en el tiempo del Apóstol significa
una marca de identidad, de autenticación, de propiedad. Fue la costumbre de un
monarca o una persona de autoridad fijar su sello sobre documentos y artículos
de valor.
Mateo nos da un ejemplo de esta práctica
cuando menciona que Pilato mandó sellar la tumba de Cristo (Mateo 27:66). En
círculos legales y diplomáticos de hoy en día el sello oficial se usa de la
misma manera.
Pensar en ser sellados con el Espíritu
Santo significa que hemos sido identificados y autenticados como pertenecientes
a Dios por fe en Cristo. La presencia del Espíritu en los creyentes es la garantía
de este hecho.
No debemos pensar que ser sellados con
el Espíritu Santo es algo aparte de y en adición a la experiencia de la
redención. Al contrario, debemos considerarlo como una prima o un depósito en
anticipación de todo que ha de ser cumplido en nosotros por la gracia de Dios.
El ser sellados con el Espíritu Santo
es el mero comienzo en nosotros de aquella obra buena que siendo la obra de
Dios ha de ser perfeccionada en Cristo Jesús en su debido tiempo (Rom. 8:23).
Coincide con el hecho de creer y es las primicias de la presencia divina en
nosotros en la persona del Espíritu Santo.
El hecho de ser sellados con el Espíritu
Santo al creer en Cristo cumple la promesa hecha por Jesús en Juan 14 y Hechos 1:8
y es el anticipo de lo que ha de ser en el futuro.
Esta idea se amplía con las palabras
quien es la garantía de nuestra herencia para la redención de lo adquirido (v. 14a). La
persona del Espíritu en nosotros es el depósito divino como anticipo de aquella
plena herencia que hemos de recibir en su debido orden y tiempo. El hecho
de ser sellados con el Espíritu Santo por ser creyentes es como el primer pago
o el anticipo que se deposita para asegurar la compra de algo.
Este asegura la intención del comprador
de pagar por completo lo que así ha separado. La palabra garantía = (arrabón G728)
se traduce en otras versiones con la palabra arras que es un término legal y
comercial que representa un depósito o pago inicial. Es como un anticipo de
nuestra herencia para la redención de lo adquirido.
El uso de la palabra nuestra es inclusivo
tanto de los judíos como de los gentiles, todos reunidos en Cristo por una fe
común y salvadora. El propósito divino
siempre había sido que todos se gozaran de la salvación.
Ø Compare el v. 11, donde dice: En él también recibimos herencia,
Ø con el v. 13 donde dice: En
él también vosotros...
Ambos
se incluyen en la herencia de Dios. Herencia es un concepto que nos hace
recordar de la tierra prometida al pueblo de Israel, que aquí representa lo que
Dios tiene preparado para dar a los que creen en él.
Ayuda
Hermenéutica:
V.13:
M175 Τῷ πνεύματι τῆς ἐπαγγελίας significa: el Espíritu
prometido.
MT67n.2. El segundo ἐν
ᾧ es asimilado por el primero, y su sentido se determina por medio del
verbo ἐσφραγίσθητε (comp. R453): en quien
también ustedes… fueron sellados.
V.14:
T215 Aquí el genitivo en εἰς… περιποιήσεως es apositivo y significa: hasta nuestra redención que es nuestra
posesión; o de complemento directo y en este caso significa: hasta la redención de aquellos a quienes Dios ha
adquirido (se interpreta el sustantivo abstracto como si fuera un
sustantivo concreto). [Editor. Es raro que περιποίησις tenga este sentido concreto. En consecuencia, la sugerencia
anterior parece preferible].
Para la redención se trata del
cumplimiento eventual de la redención de la posesión propia de Dios (de lo adquirido). Pertenecemos a él
por derecho de creación y también porque nos ha redimido comprándonos por la
sangre de Jesús. Por esto hemos sido redimidos, pero aún hemos de ser
redimidos.
Como
dice Vaughan: “En el presente nuestra redención es
incompleta” (Vaughan,
p. 34). Continúa con la siguiente explicación: “No se completará hasta que cada uno de
nosotros tenga un cuerpo resucitado y glorioso, y esté delante de Dios sin
mancha alguna. Es precisamente en este punto donde el pasaje en consideración
da una gran seguridad. La presencia del Espíritu en nuestra vida es una
garantía de que lo que Dios ha comenzado, lo cumplirá a su debido tiempo”.
El haber sido sellado con el Espíritu es la garantía que el
creyente tiene de que algún día recibirá plena y completamente la herencia que
Dios le ha preparado.
Lo que ahora tenemos es sólo un anticipo de lo que hemos de tener y conocer
eventualmente, pero es un anticipo seguro.
El Apóstol termina con la frase que ya
ha usado dos veces y que parece ser un refrán que canta la alabanza de la
gloria de Dios por la obra complementaria del Espíritu Santo. El pensamiento
grande respecto a la obra maravillosa de Dios en Cristo es un motivo de
alabanza. Así termina este pasaje majestuoso dando la gloria debida a Dios
quien nos eligió en su amor, nos redimió por su gracia y nos identificó con su
Espíritu.
Lo que no logró hacer el pueblo de
Israel se está realizando por medio de la iglesia que advierte su misión (v. 10). El propósito de Dios para
Israel fue que publicara sus alabanzas (Isaías
43:21). Para la alabanza de su gloria (v.
14) expresa este propósito divino para el pueblo de Dios. Para esto existe
la iglesia. Alabarle es dar la gloria debida a su persona y su nombre.
Stott
lo expresa elocuentemente: “La gloria de Dios es la
revelación de Dios, y la gloria de su gracia es su autorrevelación como Dios de
gracia. Vivir para alabanza de la gloria de su gracia es adorarlo con nuestras
palabras y obras como el Dios de gracia. También significa hacer que otros lo
vean y lo alaben”.
Concluyó:
Arras[5] Significa Literalmente:
· «depósito»,
· «pago inicial», o
· «pago de entrada».
La
inversión hecha en nosotros por el Espíritu Santo es el título que da garantía
a Dios de ser nuestro dueño completamente y para siempre.
Ø Pablo había comenzado bendiciendo a Dios, y
Ø termina alabándolo.
Lo que se halla entre estas dos acciones
encierra la verdad asombrosa de que pertenecemos a Dios por su amor, que
figuramos en su propósito eterno por su gracia y que tenemos la seguridad de
una herencia gloriosa.
Así termina un pasaje que incluye en su
pensamiento una estructura
trinitaria, o sea la participación de las personas de la Trinidad en la
obra de la redención.
Lane habla de la cooperación mutua en la
reconciliación de los hombres de parte de las tres personas de la Trinidad:
· La determinación de parte del Padre de
reconciliar a los hombres consigo
(vv 3-6),
· la redención lograda por medio de lo
que hizo el Hijo (vv. 7-12), y
· la aplicación de esta obra a nosotros por el Espíritu (vv. 13-14).
___________
Nota y
Bibliografía:
[1] ekklesia = (ἐκκλησία,
G1577), (de ek = fuera de, y klesis = llamamiento.
de kaleo = llamar). Se usaba entre los griegos de un cuerpo de ciudadanos
reunido para considerar asuntos de estado (Hechos 19:39). En la lxx se usa para
designar a la congregación de Israel, convocada para cualquier propósito
determinado, o una reunión considerada como representativa de la nación toda.
En Hechos 7:38 se usa de Israel; en 19:32,41, de una turba amotinada. Tiene dos
aplicaciones a compañías de cristianos:
(a) de toda la compañía
de los redimidos a través de la era presente, la compañía de la que Cristo dijo: «edificaré mi
iglesia» (Mateo 16:18), y que es descrita adicionalmente como «la iglesia, la
cual es su cuerpo» (Efesios 1:22; 5:22),
(b) en número
singular (por ejem., Mateo 18:17), a una compañía formada por creyentes
profesos (p.ej., Hech.20:28; 1 Cor.1:2; Gal.1:13; 1 Ts.1:1; 1 Tim.3:5), y en
plural, refiriéndose a las iglesias en un distrito.
Hay una aparente
excepción en Hechos 9:31, donde, en tanto que la rvr vierte «iglesias»,
el singular en el original (correctamente vertido por la vm) parece sin embargo
señalar a un distrito; pero la referencia es claramente a la iglesia tal como
estaba en Jerusalén, de donde había justo sido dispersada (Hech.8:1). También,
en Rom.16:23, que Gayo fuera «hospedador… de toda la iglesia» sugiere que la
asamblea en Corinto se reunía generalmente en su casa, donde también Pablo
moraba. Véanse CONCURRENCIA, IGLESIA. (VINE).
[2] proorizo = (προορίζω, G4309),
(pro = antemano, y Nº 3), denota
determinar de antemano, predeterminar, predestinar; en Hechos 4:28 se traduce «habían antes
determinado».
proorizo = (προορίζω, G4309)
, (pro , por anticipado; orizo = determinar; cf. DETERMINAR, Nº 3), denota
determinar por anticipado, ordenar por adelantado, «habían antes determinado»
(Hech.4:28); «predestinó» (Rom.8:29-30; 1 Cor.2:7); Efesios 1:5: «habiéndonos
predestinado»; v. 11: «habiendo sido predestinados».
Notas:
(1) Este verbo debe
ser distinguido de proginosko = conocer con antelación. Este último se refiere
especialmente a las personas conocidas por Dios con antelación; proorizo se
refiere especialmente a aquello a lo que son predestinados los objetos de su
conocimiento anticipado.
(2) Para «ha
predestinado» en Hechos 22:14 (rv), véanse ESCOGER, Nº 5, ANTES, B, Nº 14,
ANUNCIAR, Nº 13. (VINE).
[3] apolutrosis =
(ἀπολύτρωσις, G629), forma intensificada del Nº 1, lit. Liberación,
a cambio de (esto es, contra el pago de) un rescate. Se utiliza:
(a) de liberación de un tormento físico
(Heb.11:35: «rescate», véase RESCATE);
(b) de la
liberación del pueblo de Dios en la venida de Cristo con sus santos
glorificados, «en una nube con poder y gran gloria» (Lucas 21:28), redención
que se consumará en el «resplandor de su parusía» (2 Ts.2:8), esto es, en su
Segunda Venida;
(c) perdón y
justificación, redención como resultado de la expiación, liberación de la culpa
de los pecados (Rom.3:24: «mediante la redención que es en Cristo Jesús»);
Ef.1:7, definida como «el perdón de pecados», indicándose con ello tanto la
liberación de la culpa y de la condenación contra el pecado como la entrada en
una vida de libertad, «novedad de vida» (Rom.6:4 , rv ); Heb.9:15: «para la
remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto», donde «remisión
de» es equivalente a «redención de», usándose el caso genitivo del objeto del
cual se consigue ser liberado, no de la consecuencia de las transgresiones,
sino de las transgresiones mismas;
(d) la liberación
del creyente de la presencia y poder del pecado, y de su cuerpo de la
esclavitud de corrupción, a la venida (la parusia en su fase inicial) del Señor
Jesús (Rom.8:23: «la redención de nuestro cuerpo»; 1 Cor.1:30: «Cristo Jesús,
el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y
redención»; Ef.1:14 : «hasta la redención de la posesión adquirida»; Ef.4:30:
«sellados para el día de la redención»). Véase también PROPICIACIÓN. (VINE).
[4] musterion = (μυστήριον, G3466),
primariamente aquello que es conocido de los mustes, los iniciados (de mueo = iniciar en los misterios); comp.
Filp.4:12, mueomai: «he aprendido el secreto» (rvr77). En el NT., denota no lo
que es misterioso, como sucede con el término castellano, sino aquello que,
estando más allá de la posibilidad de ser conocido por medios naturales, solo
puede llegarse a saber por revelación divina, y se hace saber de una manera y
en un tiempo señalados por Dios, y Solo a aquellos que están iluminados por su
Espíritu. En su sentido ordinario, un misterio significa conocimiento retenido;
su significado bíblico es verdad revelada. De ahí que los términos
especialmente asociados con este tema sean «dado a conocer», «revelado», «declarado»,
«dispensación», etc. La definición dada arriba puede tener su mejor
ilustración con el siguiente pasaje: «el misterio que había estado oculto desde
los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos» (Col.1:26).
«Se usa de:
(a) verdad
espiritual en general, como se revela en el evangelio (1 Cor.13:2; 14:2; comp.
1 Tim.3:9). Entre los antiguos griegos «los misterios» eran ritos religiosos y
ceremonias que se practicaban en el seno de sociedades secretas en las que
podía ser recibido aquel que lo deseaba. Los que eran iniciados en estos
«misterios» venían a ser poseedores de un cierto conocimiento que no se
impartía a los no iniciados, y por esto recibían el nombre de «los
perfeccionados» (comp. 1 Cor.2:6-16 donde el apóstol tiene en mente estos
«misterios» y presenta el evangelio en contraste a ellos; aquí, los
«perfeccionados», esto es, «los que han alcanzado madurez», son, naturalmente,
los creyentes, los únicos que pueden percibir las cosas reveladas);
(b) Cristo, que es
el mismo Dios revelado bajo las condiciones de vida humana (Col.2:2; 4:3), y
llegando a someterse a la misma muerte (1 Cor.2:1; en algunos mss. aparece musterion
en lugar de marturion = testimonio. (VINE).
[5] G728
ἀῤῥαβών = arrabón: de
origen hebreo [H6162]; promesa, i.e. parte del dinero de compra o
propiedad que se daba por adelantado como garantía:- arras. (Strong).
- e-Sword-the. LEDD.
- Biblia de Estudio RYRIE.
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez.
09//12//2017.
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