LA QUEJA POR EL HAMBRE: EL MANÁ:
ÉXODO 16:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Este
capítulo debería leerse en conexión con Juan 6, porque el maná del cielo es un
tipo de Jesucristo, el pan de vida. También ilustra la Palabra escrita de Dios
en la cual el pueblo peregrino de Dios se alimenta día tras días (Mt. 4:4).
I.
El Maná Explica Quién Es Jesús.
(Éxodo 16):
La
palabra hebrea maná[1] significa «¿qué es esto?» (v. 15), la pregunta que hicieron los judíos al no poder explicar
este nuevo alimento que Dios les había enviado. «Grande es el misterio de la piedad»,
escribe Pablo en 1 Timoteo 3:16. «Dios fue manifestado en carne». Considérese
como el maná es un cuadro de Jesucristo:
NOTA: V.15:
¿Qué es esto? El Hebreo (manna) significa “¿qué?”,
como si se dijese: “el
cómo se llama”. Este alimento es descrito con más detalle en el
v. 31. Nm.11:7-9; Salm. 78:24-25 y 105:40.
Éx.11:7: Maná. Véase nota en
Éx.16:15, semilla de culantro, redondo y de color
gris, bedelio tiene parecido a una perla y es de color blanco grisáceo.
A. Su Humildad.
Era
pequeño (v. 14), lo cual habla de su
humildad; porque se hizo un bebé e incluso un siervo.
B. Su Naturaleza
Eterna.
Era
redondo (v. 14), lo cual nos
recuerda del círculo, símbolo de su eternidad; porque Jesucristo es el Dios
eterno (Jn. 8:53–59).
C. Su Santidad.
Era
blanco (v. 31), recordatorio de su
pureza y condición sin pecado; Él es el santo Hijo de Dios.
D. Su Dulzura.
Era
dulce (v. 31). «Gustad,
y ved que es bueno Jehová» (Salm. 34:8).
Nótese: en Números 11:4–8 que la
«gente
extranjera» que iba con los judíos no
apreciaron el sabor del maná y pidieron las «cebollas, puerros y ajos» de Egipto. No
quedaron satisfechos con el simple maná.
Lo
«molieron,
batieron, y hornearon», pero entonces tenía sabor a «aceite»
y no a miel. Hay una lección espiritual aquí para nosotros; no podemos mejorar
la sencilla Palabra de Dios (Salm. 119:103).
E. Él Nos Alimenta.
Era
satisfactorio y fortalecedor, porque la nación vivió casi cuarenta años de
maná. Todo lo que necesitamos para la nutrición espiritual es Jesucristo, el
Pan enviado por Dios. Debemos darnos un festín con el Pan que nunca nos dejará
con hambre.
II.
El Maná Ilustra Cómo Vino Jesús.
(Éxodo 16):
A. Vino Del Cielo.
No
fue importado de Egipto, ni fabricado en el desierto; fue dado del cielo, como
don de la gracia de Dios. Jesucristo vino del cielo (Jn. 6:33) como el don del
Padre para los pecadores hambrientos. Decir que Cristo es «apenas otro hombre» es negar la
enseñanza de toda la Biblia de que Él es el Hijo de Dios enviado del cielo.
B. Vino De Noche.
El
pueblo lo recogía temprano cada mañana, porque el maná caía por la noche. Esto
sugiere la oscuridad del pecado en este mundo cuando Jesús vino. Fue de noche
cuando Jesús nació, porque vino para ser la Luz del mundo (Jn. 8:12). Y es aún
de noche en los corazones de todos los que le han rechazado (2 Cor. 4:1–4).
C. Vino Con El Rocío (vv. 13–14).
El rocío preservaba al maná para que no se
contaminara con la tierra (véase Núm. 11:9). Esto es un tipo del Espíritu Santo
porque cuando Jesús vino a la tierra, fue mediante el ministerio milagroso del
Espíritu (Lc. 1:34–35). Si Jesús no hubiera nacido de una virgen, nunca se le
hubiera podido llamar «el Santo».
D. Cayó En El Desierto.
El mundo no es
un paraíso. Para
el inconverso es un lugar maravilloso, pero para el cristiano en su peregrinaje
a la gloria el mundo no es sino un desierto. Sin embargo, Cristo vino a este
mundo en amor para darles vida a los hombres. ¡Qué gracia!
E. Vino a Un Pueblo Rebelde (vv. 1–3).
¡Qué memoria tan mala tenía Israel! Hacía
apenas seis semanas que no eran esclavos de Egipto y ya se habían olvidado las
muchas misericordias de Dios. Murmuraron contra Moisés y contra Dios (véase 15:22–27), y añoraban la dieta
carnal de la vida vieja; sin embargo, Dios en su gracia y misericordia les
suplió de pan.
El
versículo 4 podría haber dicho: «¡Haré
llover fuego y azufre sobre los pecadores ingratos!» Pero no; Dios
demostró su amor al hacer llover pan sobre ellos. Véase Romanos 5:6–8.
Alguien
ha calculado que la provisión de cuatro litros (un gomer[2]) de maná para
cada persona de los dos millones, diariamente hubiera necesitado cuatro trenes
de carga cada uno con sesenta vagones. ¡Cuán generoso es Dios con nosotros!
NOTA: V.16:
Un Gomer. Quizás
cerca de 2,2 litros, si bien no se sabe con
certeza la medida exacta representada por un gomer en aquel tiempo.
F. Cayó Justo En
Donde Estaban.
¡Cuán fácilmente
accesible fue el maná para los judíos! No tenían que
subir a alguna montaña ni cruzar algún río profundo; el maná venía a donde
estaban (véase Rom. 10:6–8). Jesucristo no está lejos de los pecadores. Pueden
venir a Él en cualquier tiempo.
III.
El Maná Muestra Lo Que Debemos Hacer
Con Jesucristo. (Éxodo 16):
A. Debemos Sentir
La Necesidad.
Hay
una hambre espiritual interna que sólo Jesucristo puede saciar (Jn. 6:35). Fue
cuando el hijo pródigo dijo: «Perezco de hambre», que decidió regresar al
padre y buscar perdón (Lc. 15:17–18).
Mucha
de la intranquilidad y pecado en el mundo de hoy es el resultado de hambre
espiritual insatisfecha. La gente vive con sustitutos y rechaza el alimento que
Dios provee con liberalidad (Is. 55:1–3).
B. Debemos Agacharnos.
El
maná no cayó en las mesas ni en los árboles, sino en el suelo, y la gente tenía
que agacharse para recogerlo. Muchos pecadores no quieren humillarse. ¡No se
agacharán! ¡No se arrepentirán ni volverán al Salvador!
C. Cada Uno Debe Recoger.
Los
judíos no se llenaban sólo con ver el maná, ni admirarlo ni ver a otros
comerlo; tenían ellos mismos que recogerlo y comerlo. Cristo debe recibirse
internamente por fe si el pecador ha de ser salvo. Esto es lo que Cristo quiso
expresar en Juan 6:51–58 al decir «comer su carne y beber su sangre».
Juan
6:63 aclara que Cristo no hablaba de su carne ni de sangre literal y Juan 6:68
nos dice que se refería a su Palabra. Cuando recibimos en nuestro ser su
Palabra, nos alimentamos de Cristo, la Palabra viva.
D. Debemos
Hacerlo Temprano (v. 21).
«Buscad a Jehová mientras puede ser hallado» es la
advertencia de Isaías 55:6. El maná desaparecía cuando el sol calentaba y esto
sugiere que el día del juicio llegará cuando será demasiado tarde para volverse
a Cristo (Malq. 4).
También
sugiere que, como creyentes, debemos conseguir nuestro alimento espiritual de
la Palabra temprano en el día al meditar en ella y orar.
E. Debemos
Continuar Alimentándonos En Él.
Una
vez que recibimos a Cristo como Salvador, somos salvos para siempre (Jn. 10:27–29).
Es importante, sin embargo, que nos alimentemos de Cristo para tener fuerza en
nuestro peregrinaje, así como los judíos se alimentaron del cordero pascual (Éx.
12:11ss). ¿Cómo se alimentan los creyentes de
Cristo? Al leer:
· Estudiar, y
· Meditar en su Palabra.
Dios
nos invita a cada uno a levantarnos temprano en el día y recoger de la Palabra
el precioso maná para nutrir nuestras almas. No podemos acumular la verdad de
Dios para otro día (vv. 16–21);
debemos recoger alimento fresco para cada nuevo día. Demasiados cristianos
marcan sus Biblias y llenan sus cuadernos con bosquejos, sin embargo, nunca se
alimentan de Cristo.
Nótese: que
el maná espiritual (Cristo) logra más que
el maná físico que Dios les envío a los judíos. El maná del AT., sustentaba la
vida física, pero Cristo da vida espiritual a todo el que le recibe. El maná
del AT., era sólo para los judíos, pero Cristo se ofrece a sí mismo a todo el
mundo (Jn. 6:51). No le costó nada a Moisés conseguir el maná para Israel,
pero para ponerse a la disposición del mundo Cristo tuvo que morir en la cruz.
Qué triste que la mayoría de la gente del mundo pisotea a Cristo como si fuera
maná dejado en el suelo, antes que agacharse a recibirle para poder vivir.
La
recogida diaria del maná fue la prueba de Dios en cuanto a la obediencia de
Israel (v. 4), y todavía es la
prueba de Dios para su pueblo.
Los
cristianos que empiezan su día con la Biblia, recogiendo alimento espiritual,
son los que Dios puede usar y en los cuales confiar. Es triste, ¡pero muchos cristianos aún suspiran por la
dieta carnal del mundo! (v. 3).
Y
muchos esperan que el pastor o el maestro de la Escuela Dominical recojan el
maná para ellos y luego les «alimenta con cuchara». La prueba de nuestro
andar espiritual es esta: ¿Pienso en
Cristo y en su Palabra lo suficiente como para empezar mi día recogiendo maná?
Josué 5:10–12 nos
dice que el maná
cesó cuando los judíos entraron en Canaán por Gilgal y comieron «del fruto de
la tierra». El maná descendía del cielo, hablando de Cristo en su
encarnación y crucifixión. El fruto de la tierra crecía en un lugar de
sepultura y muerte, y habla de Cristo en su resurrección y ministerio
celestial.
Entrar
en Canaán significa entrar en nuestra herencia celestial en Cristo (Ef. 1:3) y esto significa aferrarnos a
la bendición que tenemos en su resurrección, ascensión y sacerdocio celestial.
Demasiados
santos conocen «a
Cristo según la carne» (2 Cor. 5:16) en su vida y ministerio
terrenal, y nunca se han graduado en su ministerio sacerdotal celestial. Cuando
dan ese paso, están «comiendo del fruto de la tierra»,
alimentándose en el poder de su resurrección.
___________
Nota:
[1] H4478
מָן = man: de H4100; lit. Qué es eso (por así decirlo), i.e. maná
(llamado así por la pregunta al respecto):- maná. (Strong).
[2] H6016
עֹמֶר =
ómer: de H6014;
propiamente montón, i.e. gavilla; también un homer, como medida para áridos:- gavilla, gomer.
Clase Para Domingo.
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