EL MAR ROJO, EL CANTO DE LIBERACIÓN:
ÉXODO 14–15:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
La
Pascua ilustra la salvación del cristiano mediante la sangre del Cordero, pero
hay más en la vida cristiana que ser salvo del juicio. Las experiencias de
Israel en su viaje desde Egipto a Canaán son cuadros de las batallas y
bendiciones de la vida cristiana.
Dios
quería a Israel en Canaán y esta es un cuadro de la vida cristiana victoriosa,
la vida de pedir nuestra herencia en Cristo (Ef. 1:3). Es triste, pero
demasiados cristianos (como los judíos
de antaño) son librados de Egipto, ¡pero se pierden en el desierto de la incredulidad! Sí,
son salvos por la sangre, pero no demandan su rica herencia espiritual por fe
(Heb. 3–5). Vemos en estos dos capítulos cuatro experiencias diferentes del
pueblo de Dios en su peregrinaje.
I.
Israel Clama En Temor (Éxodo 14:1–12):
Dios
específicamente dirigió a Israel al lugar donde acamparon cerca del Mar Rojo y
le dijo a Moisés que los egipcios los perseguirán. Asimismo, Dios nos explicó
la vida cristiana en su Palabra, de modo que sepamos qué esperar. A Satanás no
le agrada que los pecadores sean libres de sus garras y persigue al cristiano
tratando de traerlo de nuevo a su esclavitud. ¡Los
nuevos cristianos deben ser advertidos en particular que su adversario vendrá!
Triste
como suena, los judíos andaban por vista, no por fe; porque cuando vieron al
ejército egipcio que se acercaba, desmayaron en desesperación y clamaron en
temor. El temor y la fe no pueden morar en el mismo corazón; si confiamos en
Dios no tenemos por qué temer.
Como
ocurre a menudo, los hijos de Israel critican a su líder espiritual en vez de
orar y procurar animarse mutuamente. En realidad se quejaban de Dios, porque
Moisés los había guiado al lugar que Dios había designado. En lugar de mirar a
Dios por fe, miraron de vuelta a Egipto y dijeron:
«¡Nos iba mejor siendo esclavos de Faraón!»
¡Que memoria tan pobre tenían!
Dios
azotó a Egipto con juicios y libró a Israel con gran poder, sin embargo, no
creyeron que podía librarlos ahora. Sin duda la «grande multitud» que subió con
ellos (12:38) dirigió este coro de quejas, así como lo harían años más tarde
(Núm. 11:4). Esta «grande multitud» representa a las personas sin
convertirse y mundanas entre los hijos de Dios.
II. Israel Anda En Fe (Éxodo 14:13–31):
Moisés
sabía que el camino a la victoria era la confianza en el Señor (Heb. 11:29).
Nótese: sus tres órdenes:
Ø «No temáis», porque Dios está de vuestro
lado;
Ø «estad firmes», porque no podéis ganar esta
batalla por vuestra fuerza;
Ø «ved la salvación de Jehová», porque Él luchará por
vosotros.
Es importante que estemos firmes antes de «marchar»
(v. 15), porque a menos que estemos firmes por fe, nunca podremos andar por
fe. Moisés levantó su vara y Dios empezó a obrar.
Dios
protegió a su pueblo al colocarse entre Israel y el ejército egipcio (vv. 19–20). Las obras del
Señor son tinieblas para el mundo, pero luz para su pueblo. Dios mantuvo a los
ejércitos separados toda esa noche.
Entonces Dios
abrió el camino hacia adelante al enviar un fuerte viento. Sin
duda que los judíos temieron al oír el viento soplar, pero el mismo viento que
los atemorizó era el medio de su salvación.
¡La nación entera atravesó el Mar Rojo por tierra seca! Sin embargo, el mismo mar que fue la salvación para
Israel fue condenación para Egipto, porque Dios usó las aguas para ahogar a los
egipcios y para separar a Israel de Egipto de manera permanente. Faraón cosechó lo
que sembró, porque ahogó a los niños judíos y ahora su propio ejército se ahogó.
Debemos
captar el significado espiritual de este suceso (1 Cor. 10:1–2). El cruce del
Mar Rojo es un tipo de la unión del creyente con Cristo en la muerte a la vieja
vida y la resurrección a una vida nueva por completo. Israel fue «bautizado con
Moisés» (identificado con Moisés) al marchar por entre las aguas, y
nosotros nos identificamos con Cristo y por consiguiente somos apartados del
mundo (Egipto).
Los
egipcios no pudieron pasar el mar porque nunca tuvieron la protección de la
sangre. La
Pascua ilustra la muerte de Cristo por nosotros, en tanto que el cruce del Mar
Rojo es un cuadro de su resurrección. La sangre nos ha librado de la pena del
pecado y la resurrección del poder del pecado:
· La primera experiencia, es sustitución, porque el cordero murió en
lugar del primogénito. Esto es Romanos 4–5.
· La segunda experiencia, es
identificación, porque nos identificamos con Cristo en su muerte, sepultura y
resurrección; y esto se explica en Romanos 6–8.
· En
Josué 3–4, el cruce de Israel por el Jordán a
Canaán es un tipo de la entrada del creyente en su herencia espiritual por fe y
pedirla como suya.
En cada caso, es por fe que el cristiano pide la
victoria.
III. Israel Alaba En Triunfo (Éxodo 15:1–21):
Este
es el primer canto que aparece en la Biblia, es significativo que venga después
de la redención de la esclavitud. Sólo el cristiano tiene el derecho de cantar cantos de
redención (Salmo 40:1–3). Éxodo empieza con suspiros (2:23), pero debido a la redención
vemos ahora a la nación cantando.
Nótese:
Ø que este canto exalta a
Dios, porque al menos se hace referencia al Señor cuarenta y cinco veces en
estos dieciocho versículos.
Ø Demasiados cantos exaltan
a los hombres en lugar de la persona y el carácter santo de Dios, y sus
maravillosas obras poderosas.
Nótese: el estribillo clave en el versículo
2. Se repite en el Salmo 118:14, cuando los judíos regresaron de la cautividad y
reconstruyeron el templo bajo Esdras, tanto como en Isaías 12:2, refiriéndose al día futuro cuando Dios restaurará a la
nación a su tierra.
Véase
Isaías 11:15–16. Israel cantó esta canción cuando fue librado de Egipto, guiado por Moisés
el profeta y cuando fue librado de Babilonia, guiado por Esdras, un sacerdote.
Lo cantarán cuando sean librados de las naciones gentiles, cuando se vuelvan a
Cristo, su Rey.
No
nos detendremos en los detalles de este canto.
Nótese:
·
que alaban a Dios por su redención (vv. 1–10),
·
dirección
(vv. 11–13), y
·
victoria
(vv. 14–17).
Y el canto termina con una nota de
gloria, mirando hacia su reinado eterno (v. 18). María dirigió a las mujeres (véanse 1 Cor. 14:34;
1 Tim. 2:11–12) en un coro aislado, porque sin duda las mujeres tienen razón para alabar
al Señor por la redención que les ha dado
en Cristo.
IV.
Israel
Se Queja En Incredulidad (Éxodo 15:22–27):
Sería
maravilloso detenerse a la orilla del mar y alabar al Señor, pero el creyente
es un peregrino y debe seguir la dirección de Dios. Qué extraño que Dios les
llevara a un lugar sin agua. Sin
embargo, Él debe disciplinar a sus hijos para que puedan descubrir sus
corazones.
Cuando
los judíos vieron el agua, notaron que era amarga y de inmediato se quejaron a
Moisés y a Dios. ¡Qué perverso es el corazón humano! Alabamos a
Dios un día por su gloriosa salvación y nos quejamos de Él tan pronto como
hayamos aguas amargas. Esta experiencia le enseñó al pueblo de Israel algunas
lecciones valiosas:
A. Acerca De La Vida.
La vida es una
combinación de amargura y dulzor, triunfos y pruebas. Si seguimos a
Dios, sin embargo, nunca debemos temer lo que nos salga al paso. A veces,
después de la prueba, hay un «Elim» espiritual
(v. 27) donde Dios nos refresca. Debemos aceptar las aguas amargas con las
dulces, sabiendo que Dios sabe lo que es mejor para nosotros.
B. Acerca De Sí Mismos.
La
vida es un gran laboratorio y cada experiencia es una radiografía de nuestro
corazón para revelar lo que en realidad somos. Las aguas de Mara revelaron que los
judíos eran mundanos, pensando sólo en la satisfacción corporal; andaban por
vista, en espera de recibir satisfacción del mundo; eran malagradecidos, se
quejaban a Dios cuando las pruebas les salían al paso.
C. Acerca del
Señor.
Dios sabe la
necesidad debido a que Él planea el camino. Usó el árbol (sugiriendo la cruz, 1 P. 2:24) para
endulzar las aguas amargas. Él es Jehová-rafa:
«El Señor que sana».
Clase Para Domingo.
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