INTERCESIÓN DEL HIJO DE DIOS:
JUAN 17:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Algunos
han llamado acertadamente a este capítulo «El Lugar Santísimo del Evangelio de Juan». Tenemos
el privilegio de oír al Hijo conversando con el Padre. Usted pudiera pasar
muchas semanas meditando en las verdades de este capítulo, pero aquí sólo
podemos destacar los puntos más sobresalientes.
I.
Cristo Ora Por Sí Mismo (Juan 17:1–5):
NOTA. V.1: En esta gran oración, llamada
“sumo-sacerdotal”, el Señor ora:
1) Por Su
propia glorificación (vv.1-5);
2) Por la protección de los creyentes (v.11);
3) Por la
santificación de los creyentes (v.17);
4) Por la unidad de los creyentes
(vv.21-23); y
5) Por la
glorificación final de los creyentes (v.24).
Es esencialmente una intercesión por los que formarán la
Iglesia (vv.6-26).
El gran
tema de estos versículos es que Jesús ha concluido la obra de la salvación.
Desde 2:4 Juan ha mencionado con
frecuencia «la hora».
Use su concordancia y trace el patrón de estos versículos. «He acabado la obra» [la obra de la
salvación] y, debido a esto, «te he glorificado en la tierra» (v. 4). Cristo
siempre miró a la cruz como un medio de glorificar a Dios (12:23). Pablo
también siempre vio gloria en la cruz (Gál. 6:14).
Cristo
le pide al Padre que le dé nuevamente la gloria que Él dejó cuando vino a la
tierra a morir (Filp. 2:1–12). La única vez en que su gloria se reveló en la
tierra fue en el monte de la transfiguración (Jn. 1:14; 2 P. 1:16–18). Nótese: el verbo «dar[1]» en el versículo 2:
(1) El Padre le
ha dado al Hijo autoridad sobre toda la humanidad;
(2) el Hijo da
vida eterna a;
(3) aquellos que el Padre le ha dado al Hijo.
“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a
Jesucristo, a quien has enviado”. (Juan 17:3)
Ayuda Hermenéutica:
V.3:
MT206 La oración: Y esta es la vida eterna: que te conozcan…,
exhibe una forma que en otras circunstancias sería una cláusula de propósito.
¿Debemos insistir en reconocer en este caso el fantasma de una cláusula de
propósito? Westcott (en el sitio correspondiente) dice que ἵνα expresa aquí una meta, un fin, y no sólo un hecho. La cláusula
introducida por ἵνα, entonces, al
compararla con (τὸ) γινώσκειν,
agrega la idea de esfuerzo o meta de adquirir el conocimiento de Dios (la
cláusula introducida por ἵνα sólo
está en aposición con αὕτη, y en consecuencia
no es una cláusula de propósito; comp. 6:40 y Lucas 1:4 -R992). [Editor. Juan
tiene la especial afición de usar ἵνα
en aposición con un pronombre demostrativo (comp. 6:29, 39; 1 Juan 3:11, 23 y
4:21). En vista a esta tendencia, ἵνα
aparentemente tiene un uso apositivo en 17:3].
Una de
las preciosas verdades en Juan 17 es que ¡cada creyente es un regalo de amor de Dios al Hijo!
(Jn. 6:37). Esto es un misterio que no podemos explicar, pero ¡agradecemos a Dios por eso! «Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de
Dios» (Rom. 11:29). Esto quiere decir que nuestra salvación es
segura, porque el Padre no nos quitará del Hijo.
«He
manifestado tu nombre» (v. 6), esta declaración
debe estar relacionada a las declaraciones «YO SOY» de Cristo en el Evangelio de Juan. El
nombre de Dios es YO SOY (Éx.
3:13, 14) y Cristo revela que Dios es para nosotros lo que quiera que necesite
ser.
Para el que tiene hambre Cristo dice: «Yo soy el Pan
de vida». Para el perdido le dice: «Yo soy el Camino». Para el
ciego dice: «Yo
soy la Luz del mundo».
II.
Cristo Ora Por Sus Discípulos (Juan 17:6–19):
La clave
aquí es la santificación, o sea, la relación de los discípulos al mundo. Jesús
dijo: «Yo
les he dado tu palabra» (v. 14), y en el versículo 17 afirma que somos santificados (separados para Dios)
por medio de la Palabra.
La
santificación no significa perfección sin pecado, de otra manera Cristo nunca
pudiera haber dicho: «Yo me santifico a mí mismo» (v. 19), por
cuanto nunca pecó. Un cristiano santificado es alguien que crece diariamente en
la Palabra y como resultado se aparta cada vez más del mundo y para el Padre.
Cristo le pidió al Padre que guardara a
los discípulos (v. 11). Esta petición no sugiere la posibilidad
de que los discípulos pudieran perder su salvación.
Nótese: la petición completa: «Guárdalos en tu nombre, para que sean uno».
El versículo 15 pide que sean guardados
del malo. Cristo
estaba físicamente con los discípulos y podía mantenerlos juntos, unidos en
corazón y propósito, separados del mundo. Ahora que se iba de regreso al cielo,
le pidió al Padre que los guardara.
Algunos
usan el versículo 12 como «prueba» de que un creyente puede perder su
salvación, pero una lectura cuidadosa del versículo ¡prueba precisamente lo opuesto! Jesús
dijo: «Ninguno
de ellos se perdió, sino el hijo de perdición».
Esto
muestra que Judas nunca fue parte del grupo de creyentes discípulos. «Sino»
es una palabra de contraste, que muestra que Judas era de una clase diferente a
la de los otros.
En el versículo 11 Jesús afirma con claridad
que Él guardó a todos los que el Padre le dio; puesto que Judas estaba perdido,
no podía haber tenido nada entre los que se les dio.
Mucha
gente que hoy en día enseña que Judas «perdió su salvación» cometen la misma
equivocación que Pedro hizo (6:66–71) al
pensar que Judas tenía la salvación, ¡cuando no la tenía!
Los
cristianos no son del mundo, pero están en el mundo para testificar de Cristo.
Guardamos limpias nuestras vidas mediante su Palabra. Cristo en realidad nos ha
enviado al mundo a tomar su lugar (v.
18). ¡Qué responsabilidad tenemos!
III.
Cristo Ora Por Su Iglesia (Juan 17:20–26):
El tema principal aquí es la
glorificación: «La gloria que me diste, yo les he dado» (v. 22).
No dice: «les daré», por cuando en el
plan de Dios el creyente ya ha sido glorificado (Rom. 8:30). Esta es otra
prueba de la seguridad eterna del creyente:
ya somos glorificados en tanto y en cuanto a Dios
concierne.
Cristo ora que podamos estar con Él y ver
su gloria = [Shekinah]:
· Colosenses 3:4 afirma
que participaremos de su gloria;
· Romanos 8:18 promete
¡que manifestaremos su gloria!
“Mas
no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer[2] en
mí por la palabra de ellos”. (Juan 17:20)
Ayuda Hermenéutica:
V.20:
T87 El participio de presente tiene aquí un sentido
futurista (que describe una característica común -BD339[2b]): los que creerán.
Cristo también ora por la unidad de su
Iglesia (v. 21). Hay una vasta diferencia entre unidad (de corazón y espíritu) y uniformidad (todo el mundo es exactamente igual). Cristo
nunca oró que todos los cristianos pertenecieran a una iglesia mundial.
Las
fusiones denominacionales pueden producir uniformidad organizacional, más la
unidad no la pueden garantizar. La unidad procede de la vida interna, no de la
presión externa.
Si bien
los verdaderos cristianos pertenecen a diferentes denominaciones, todos son
parte de la verdadera Iglesia, el cuerpo de Cristo; es esta unidad espiritual
en amor la que convence al mundo de la verdad del evangelio. Para los
cristianos es posible diferir en cuestiones menores y todavía amarse unos a
otros en Cristo.
Todo
cristiano que muere va al cielo porque Cristo oró para que esto fuera así (v. 24) y el Padre siempre responde a
sus oraciones (11:41, 42). En el versículo 26 Cristo promete más
revelaciones del Padre, las cuales Él dio a los apóstoles por el Espíritu. Pide
que podamos disfrutar del amor del Padre en nuestra experiencia diaria (véase 14:21–24).
Podemos Resumir Las Partes Principales De
Su Oración Como Sigue:
Ø En los versículos 1–5 Jesús enfatizó la salvación y el don de la vida eterna
(v. 2).
Ø En 6–19 se
concentra en la santificación: «Yo les he dado
tu palabra» (v. 14).
Ø Los versículos 20–26 enfocan la glorificación: «La gloria que me diste, yo les he dado» (v. 22).
Ø Estos dones abarcan:
· el pasado,
· el presente,
y
· el futuro
del creyente.
Nótese: también en esta
oración las maravillosas aseveraciones de la seguridad eterna del creyente:
(1) Los creyentes
son el don del Padre al Hijo (v. 2), y Dios
no pide que se le devuelva lo que Él regala por amor.
(2) Cristo concluyó su trabajo. Debido a que Cristo hizo su trabajo
por completo, los creyentes no pueden perder su salvación.
(3) Cristo pudo
cuidar a los suyos mientras estaba en la tierra y es capaz de seguir
cuidándolos hoy, porque es el mismo Salvador.
(4) Cristo sabe que finalmente estaremos en el cielo
porque Él ya nos ha dado su gloria.
(5) Cristo oró que
podamos estar en el cielo y el Padre siempre responde a las oraciones de su
Hijo (11:41–42).
Clases Para Los Días Miércoles:
Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia:
__________
Notas:
[1] didomi = (δίδωμι, G1325),
dar.
Se traduce poner en Lucas 15:22, del anillo en el dedo del pródigo vuelto al
hogar; en 2 Cor.8:16 (rv: «dio») y Ap.17:17, de poner en el corazón por
parte de Dios; Heb.8:10, de leyes, en la mente: «pondré» (rv: «daré»); Heb.10:16, de leyes,
en el corazón: «pondré»
(rv: «daré»).
Véase DAR, Nº 1. (VINE).
[2] pisteuo = (πιστεύω, G4100), confiar;
o, en la voz pasiva, serle encomendado. Se traduce así en Lucas 16:11; en 1 Tim.1:11
y en Tito 1:3 se traduce con el verbo «encomendar». Véanse CREER, CREYENTE, ENCOMENDAR,
FIAR.
Nota: El nombre
pepoithesis se traduce en Filp.3:4 como verbo, «de qué confiar» (vha: «yo tenía
confianza»). Véase B, Nº 1. (VINE).
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