INSTRUCCIÓN DADA POR EL HIJO DE DIOS:
JUAN 15:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Juan 14 cierra con: «Levantaos, vamos
de aquí», lo cual sugiere que los próximos dos capítulos tal vez se
pronunciaron en camino al jardín. Es probable que Cristo y sus discípulos estuvieran
atravesando algunos viñedos, o tal vez el templo con sus vides grabadas y
enchapadas en oro, cuando Él hizo la analogía de la vid y los sarmientos. Este
capítulo se divide en tres secciones: una
parábola (vv. 1–11), un mandamiento (vv. 12–17) y una advertencia (vv. 18–27).
I.
Una Parábola (Juan 15:1–11):
Es
importante recordar que todo en una parábola no debe significar algo. Una
parábola enseña una verdad principal e intentar hacer que una parábola «se pare sobre sus
cuatro patas» es a menudo el primer paso para interpretarla mal. La
principal verdad que Cristo enseña en esta parábola es la importancia de permanecer
en Él para poder llevar fruto. La palabra «fruto» se usa seis veces y «permanecer» por lo menos quince
(pero no siempre se traduce «permanecer»). El principal punto aquí es la
comunión, el compañerismo; no la condición de hijos.
Usar el versículo 6 para enseñar que el
cristiano pierde su salvación y va a quemarse en el infierno si no lleva fruto
es torcer el significado de la parábola. En primer lugar tal cosa contradice la
clara enseñanza de otros versículos:
Juan 6:27; 10:27–29; etc. Todavía
más, nótese:
Ø que la rama de la cual Cristo habla en
el versículo 6 se seca ¡después que es arrojada fuera!
Si esta
rama describe al cristiano que resbala y cae y pierde su salvación, debería «secarse»:
· primero, y
entonces fallar en cuanto a llevar fruto, y
· luego, ser
echado fuera.
Permanecer en Cristo no significa
mantenernos nosotros mismos salvos.
Significa
vivir en su Palabra y orar (v. 7),
obedecer sus mandamientos (v. 10) y
mantener nuestras vidas limpias mediante su Palabra (vv. 3–4). El cristiano que no permanece en Cristo se vuelve como
un sarmiento inútil, como la sal que pierde su sabor y no sirve para nada.
Primera Corintios 3:15 enseña que nuestras obras serán probadas por fuego. El
cristiano que no usa sus dones y oportunidades que Dios le da las perderá (Lc.
8:18; 2 Jn. 8).
Ser un
sarmiento en la Vid[1] significa que
estamos unidos a Cristo y tenemos su vida. Al permanecer en Él, su Vida fluye a
través de nosotros y da fruto. Es posible que el cristiano carnal produzca «obras»,
pero sólo el cristiano espiritual puede llevar fruto que permanece.
Nótese: que los
sarmientos fructíferos son «limpiados»
(vv. 2–3) para que lleven más fruto. Dios nos
limpia por medio de la Palabra, purificándonos para que seamos más fructíferos,
lo cual ayuda a explicar por qué un cristiano dedicado a menudo tiene que
atravesar sufrimiento.
A medida
que los creyentes avanzan de producir «fruto[2]» a «más fruto» (v. 2) y a «mucho fruto» (v. 8), glorifican al Padre. Las evidencias de la vida que permanece
son:
· un sentido del amor del
Salvador (v. 9),
· obediencia a su Palabra (v. 10),
· oración contestada (v. 7), y
· gozo (v.
11).
II.
Un Mandamiento (Juan 15:12–17):
Este es
el «undécimo
mandamiento», que nos amemos unos a otros. Ciertamente el cristiano
que permanece en Cristo ¡debe llevarse bien con otros creyentes! El
amor por los hermanos es una marca del discípulo. Ahora Jesús llama «amigos»
a sus discípulos.
Su
propia muerte en la cruz demostraría su amor por ellos; ahora ellos deben
demostrar su amor por Él amando a sus hijos. Los amigos se quieren y ayudan los
unos a los otros.
La
obediencia que Cristo nos pide no es la del esclavo, sino la del amigo. Debido
a que somos sus amigos y permanecemos en Él, conocemos su voluntad y tenemos
sus secretos. Se nos recuerda que Abraham fue amigo de Dios y Él le comunicó
sus planes para Sodoma.
III.
Una Advertencia (Juan 15:18–27):
Del amor
a los hermanos Cristo se vuelve al odio del mundo. ¿Por qué el mundo aborrece a
los cristianos?:
(1) Porque primero
aborreció a Cristo y nosotros le pertenecemos a Él (1 Jn. 3:13);
(2) debido a que ya
no pertenecemos al mundo (1 Jn. 4:5; Jn. 17:14);
(3) porque el mundo ha rechazado su Palabra (v.
20);
(4) porque el mundo
no conoce al Padre (véase 16:1–3); y
(5) debido a que
Cristo ha expuesto el pecado del mundo.
Por
supuesto, por «el
mundo» Jesús quiere decir el sistema entero de la sociedad que se
opone a Cristo y al Padre. Está compuesto de gente y organizaciones, filosofías
y propósitos, que son anticristianos. «El mundo» tiene un príncipe en Satanás (Jn.
14:30), el archienemigo de Cristo.
Mientras
que los cristianos están físicamente en el mundo, no son espiritualmente del
mundo. La vieja ilustración del barco y
el agua todavía se aplica: no es malo que el barco
esté en el agua; pero cuando el agua se mete en el barco, ¡cuidado!
Los cristianos pueden volverse mundanos
y lo hacen (como Lot) por grados:
Ø Primero está la amistad
con el mundo (Stg. 4:4);
Ø luego el amor por el mundo
(1 Jn. 2:15–17); y
Ø finalmente la conformidad
con el mundo (Rom. 12:2).
Cualquier
cosa en nuestras vidas que nos impida disfrutar del amor de Dios y de hacer su
voluntad, es mundana y se debe desechar. Vivir para el mundo es negar la cruz
de Cristo (Gál. 6:14).
El mundo aborrece a Cristo; ¿cómo puede
el cristiano amar al mundo?
En los versículos 22–24 Cristo asienta el
principio básico de que la revelación trae responsabilidad. Sus palabras y
obras revelaban la voluntad de Dios y la pecaminosidad de los hombres. La
humanidad no tiene excusa. Debido a que judíos y gentiles por igual se unieron para
aborrecer y crucificar a Cristo es prueba de que todos son pecadores y
culpables delante de Dios.
Para animar a los discípulos Cristo citó
el Salmo 69:4 (v. 25). La Palabra es la que nos fortalece y
nos anima. Él también les promete el ministerio del Espíritu Santo. La obra del
Espíritu es testificar de Cristo y señalar hacia Él. Lo hace por medio de la
Palabra y por medio de las buenas obras que el cristiano realiza en el poder
del Espíritu (Mt. 5:16). El Espíritu testifica al cristiano, quien a su vez
testifica a otros (vv. 26–27). Véase
Hechos 1:8.
En resumen, usted notará:
· que en la primera sección de este
capítulo (vv. 1–11) el Señor se refiere a la
relación del creyente con Cristo.
· En los versículos 12–17 el enfoque está en la relación del creyente con otros cristianos;
· en tanto que en los versículos 18–27 Cristo habla de la relación del cristiano con el mundo.
Nótese: también que
primero se presenta nuestra relación con el Salvador; porque si permanecemos en
Cristo, amaremos al hermano y obtendremos la victoria sobre el odio del mundo.
Clases Para Los Días Miércoles:
Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia:
__________
Notas:
[1] G288
ἄμπελος = ámpelos: probablemente de
la base de G297 y la de G257; vid (como enrrollándose en
un soporte):- uva,
vid, viña. (Strong).
[2] G2590 καρπός = karpós: probablemente de la
base de G726; fruto (como arrancado), literalmente o
figurativamente:- resultar en beneficio, descendencia, fruto. (Strong).
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