lunes, 4 de diciembre de 2017

INSTRUCCIÓN DADA POR EL HIJO DE DIOS: JUAN 15:

INSTRUCCIÓN DADA POR EL HIJO DE DIOS:
JUAN 15:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Juan 14 cierra con: «Levantaos, vamos de aquí», lo cual sugiere que los próximos dos capítulos tal vez se pronunciaron en camino al jardín. Es probable que Cristo y sus discípulos estuvieran atravesando algunos viñedos, o tal vez el templo con sus vides grabadas y enchapadas en oro, cuando Él hizo la analogía de la vid y los sarmientos. Este capítulo se divide en tres secciones: una parábola (vv. 1–11), un mandamiento (vv. 12–17) y una advertencia (vv. 18–27).

I.       Una Parábola (Juan 15:1–11):
Es importante recordar que todo en una parábola no debe significar algo. Una parábola enseña una verdad principal e intentar hacer que una parábola «se pare sobre sus cuatro patas» es a menudo el primer paso para interpretarla mal. La principal verdad que Cristo enseña en esta parábola es la importancia de permanecer en Él para poder llevar fruto. La palabra «fruto» se usa seis veces y «permanecer» por lo menos quince (pero no siempre se traduce «permanecer»). El principal punto aquí es la comunión, el compañerismo; no la condición de hijos.
Usar el versículo 6 para enseñar que el cristiano pierde su salvación y va a quemarse en el infierno si no lleva fruto es torcer el significado de la parábola. En primer lugar tal cosa contradice la clara enseñanza de otros versículos: Juan 6:27; 10:27–29; etc. Todavía más, nótese:
Ø que la rama de la cual Cristo habla en el versículo 6 se seca ¡después que es arrojada fuera!

Si esta rama describe al cristiano que resbala y cae y pierde su salvación, debería «secarse»:
·      primero, y entonces fallar en cuanto a llevar fruto, y
·      luego, ser echado fuera.
Permanecer en Cristo no significa mantenernos nosotros mismos salvos.

Significa vivir en su Palabra y orar (v. 7), obedecer sus mandamientos (v. 10) y mantener nuestras vidas limpias mediante su Palabra (vv. 3–4). El cristiano que no permanece en Cristo se vuelve como un sarmiento inútil, como la sal que pierde su sabor y no sirve para nada. Primera Corintios 3:15 enseña que nuestras obras serán probadas por fuego. El cristiano que no usa sus dones y oportunidades que Dios le da las perderá (Lc. 8:18; 2 Jn. 8).

Ser un sarmiento en la Vid[1] significa que estamos unidos a Cristo y tenemos su vida. Al permanecer en Él, su Vida fluye a través de nosotros y da fruto. Es posible que el cristiano carnal produzca «obras», pero sólo el cristiano espiritual puede llevar fruto que permanece.
Nótese: que los sarmientos fructíferos son «limpiados» (vv. 2–3) para que lleven más fruto. Dios nos limpia por medio de la Palabra, purificándonos para que seamos más fructíferos, lo cual ayuda a explicar por qué un cristiano dedicado a menudo tiene que atravesar sufrimiento.

A medida que los creyentes avanzan de producir «fruto[2]» a «más fruto» (v. 2) y a «mucho fruto» (v. 8), glorifican al Padre. Las evidencias de la vida que permanece son:
·      un sentido del amor del Salvador (v. 9),
·      obediencia a su Palabra (v. 10),
·      oración contestada (v. 7), y
·      gozo (v. 11).

II.    Un Mandamiento (Juan 15:12–17):
Este es el «undécimo mandamiento», que nos amemos unos a otros. Ciertamente el cristiano que permanece en Cristo ¡debe llevarse bien con otros creyentes! El amor por los hermanos es una marca del discípulo. Ahora Jesús llama «amigos» a sus discípulos.
Su propia muerte en la cruz demostraría su amor por ellos; ahora ellos deben demostrar su amor por Él amando a sus hijos. Los amigos se quieren y ayudan los unos a los otros.
La obediencia que Cristo nos pide no es la del esclavo, sino la del amigo. Debido a que somos sus amigos y permanecemos en Él, conocemos su voluntad y tenemos sus secretos. Se nos recuerda que Abraham fue amigo de Dios y Él le comunicó sus planes para Sodoma.

III.    Una Advertencia (Juan 15:18–27):
Del amor a los hermanos Cristo se vuelve al odio del mundo. ¿Por qué el mundo aborrece a los cristianos?:
(1)    Porque primero aborreció a Cristo y nosotros le pertenecemos a Él (1 Jn. 3:13);
(2)     debido a que ya no pertenecemos al mundo (1 Jn. 4:5; Jn. 17:14);
(3)     porque el mundo ha rechazado su Palabra (v. 20);
(4)     porque el mundo no conoce al Padre (véase 16:1–3); y
(5)     debido a que Cristo ha expuesto el pecado del mundo.

Por supuesto, por «el mundo» Jesús quiere decir el sistema entero de la sociedad que se opone a Cristo y al Padre. Está compuesto de gente y organizaciones, filosofías y propósitos, que son anticristianos. «El mundo» tiene un príncipe en Satanás (Jn. 14:30), el archienemigo de Cristo.

Mientras que los cristianos están físicamente en el mundo, no son espiritualmente del mundo. La vieja ilustración del barco y el agua todavía se aplica: no es malo que el barco esté en el agua; pero cuando el agua se mete en el barco, ¡cuidado!
Los cristianos pueden volverse mundanos y lo hacen (como Lot) por grados:
Ø Primero está la amistad con el mundo (Stg. 4:4);
Ø luego el amor por el mundo (1 Jn. 2:15–17); y
Ø finalmente la conformidad con el mundo (Rom. 12:2).
Cualquier cosa en nuestras vidas que nos impida disfrutar del amor de Dios y de hacer su voluntad, es mundana y se debe desechar. Vivir para el mundo es negar la cruz de Cristo (Gál. 6:14).

El mundo aborrece a Cristo; ¿cómo puede el cristiano amar al mundo?
En los versículos 22–24 Cristo asienta el principio básico de que la revelación trae responsabilidad. Sus palabras y obras revelaban la voluntad de Dios y la pecaminosidad de los hombres. La humanidad no tiene excusa. Debido a que judíos y gentiles por igual se unieron para aborrecer y crucificar a Cristo es prueba de que todos son pecadores y culpables delante de Dios.

Para animar a los discípulos Cristo citó el Salmo 69:4 (v. 25). La Palabra es la que nos fortalece y nos anima. Él también les promete el ministerio del Espíritu Santo. La obra del Espíritu es testificar de Cristo y señalar hacia Él. Lo hace por medio de la Palabra y por medio de las buenas obras que el cristiano realiza en el poder del Espíritu (Mt. 5:16). El Espíritu testifica al cristiano, quien a su vez testifica a otros (vv. 26–27). Véase Hechos 1:8.
En resumen, usted notará:
·      que en la primera sección de este capítulo (vv. 1–11) el Señor se refiere a la relación del creyente con Cristo.
·      En los versículos 12–17 el enfoque está en la relación del creyente con otros cristianos;
·      en tanto que en los versículos 18–27 Cristo habla de la relación del cristiano con el mundo.
Nótese: también que primero se presenta nuestra relación con el Salvador; porque si permanecemos en Cristo, amaremos al hermano y obtendremos la victoria sobre el odio del mundo.

Clases Para Los Días Miércoles:

Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia:

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Notas:
[1] G288 ἄμπελος = ámpelos: probablemente de la base de G297 y la de G257; vid (como enrrollándose en un soporte):- uva, vid, viña. (Strong).

[2] G2590 καρπός = karpós: probablemente de la base de G726; fruto (como arrancado), literalmente o figurativamente:- resultar en beneficio, descendencia, fruto. (Strong).

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