sábado, 10 de octubre de 2020

ENSEÑANZA AL RESPECTO AL DÍA DEL SEÑOR: 1 TESALONICENSES 5:

 

ENSEÑANZA AL RESPECTO AL DÍA DEL SEÑOR:

1 TESALONICENSES 5:

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

El capítulo final da una serie de amonestaciones para instruir a los cristianos a vivir a la luz de la venida de Cristo. Al leer esas muchas exhortaciones vemos que había algunos problemas definidos en la joven iglesia:

·      Había cristianos viviendo descuidadamente;

·      Algunos no respetaban a los líderes de su iglesia;

·      Otros abusaban de los servicios públicos; y

·      Había una necesidad general de unión y amor entre los santos.

Estas amonestaciones recalcan cómo la iglesia local puede vivir en armonía y pureza.

I.       Sean Vigilantes (1 Ts. 5:1–11):

Aquí Pablo presenta una serie de contrastes entre los cristianos y los perdidos:

 

A.     Luz/Tinieblas.

La venida de Cristo, en lo que respecta al mundo, será súbita e inesperada, como un ladrón en la noche; pero no así para el creyente. Nosotros esperamos que Él venga:

§  Los incrédulos están en tinieblas;

§  Su entendimiento está entenebrecido (Ef. 4:18; 5:8);

§  Aman la oscuridad (Jn. 3:19–21; Ef. 5:11);

§  Están bajo el control del poder de las tinieblas (Ef. 6:12); y

§  Se encaminan hacia las tinieblas eternas (Mt. 8:12).

Pero el cristiano se asocia con la luz, porque Dios es luz y Cristo es la luz del mundo (Jn. 8:12). El cristiano es un hijo de la luz (Ef. 5:8–14), aunque en un tiempo fue también tinieblas. El cambio que se produjo está descrito en 2 Corintios 4:1–6; Colosenses 1:13 y 1 Pedro 2:9.

Puesto que los cristianos pertenecen al día, deben vivir en la luz y estar preparados para la venida de Cristo.

 

B.      Conocimiento/Ignorancia.

A Satanás le agrada tener a las personas en oscuridad (Hch. 26:18). Judas estaba en tinieblas (Jn. 13:27–30) y también Ananías y Safira (Hch. 5). El mundo ignora los planes de Dios porque ha rechazado a Cristo y a la Biblia. Léase en Isaías 8:20 por qué incluso los líderes inteligentes del mundo andan en tinieblas cuando se trata de comprender lo que están pasando en el mundo.

Se dejan llevar por las apariencias y dicen: «¿Dónde está la promesa de su venida (Véase 2 P. 3). Pero el cristiano que lee la Biblia y mantiene sus ojos abiertos sabe la manera en que Dios obra en este mundo y no anda en ignorancia.

 

C.     Expectación/Sorpresa.

El mundo no salvo vive en falsa seguridad, como la gente antes del diluvio (Gn. 6) o como los habitantes de Sodoma y Gomorra (Gn. 18–19). Pablo hace dos comparaciones respecto a la venida de Cristo:

(1) El ladrón, que habla de la sorpresa y de cómo están desapercibidos los afectados;

(2) La mujer dando a luz, que habla de lo repentino y el sufrimiento que está involucrado. Cuando Cristo saque a la Iglesia del mundo, empezará el Día del Señor, un período de siete años de tribulación y sufrimiento para el mundo. Así, el Día del Señor vendrá al mundo como ladrón en la noche, pero no así para el creyente.

 

D.     Sobriedad/Embriaguez.

Los cristianos que esperan la venida de Cristo están despiertos y alertas; no se embriagan como los del mundo. «Velemos» y «durmamos» aquí no significa «estar vivos» o «estar muertos» como en 4:13–18; sino que significan respectivamente «estar alerta» y «estar descuidados». Cuando Cristo venga los cristianos deben estar viviendo en limpieza y consagración.

II.     Respeten a Sus Líderes (1 Ts. 5:12, 13):

La familia de la iglesia debe tener liderazgo espiritual, y este liderazgo recae en el pastor o pastores y en los diáconos. La iglesia puede establecer cuantas organizaciones le plazca (siempre que estos grupos se organicen de acuerdo a las pautas bíblicas).

El pastor, sin embargo, debe guiar y dirigir al rebaño conforme Dios dirige. Es cierto que necesita y quiere las oraciones y el consejo del pueblo, en especial de los líderes elegidos; pero todos en la iglesia deben respetar el liderazgo que Dios provee. Los cristianos deben:

(1) Aceptar a sus líderes (Ef. 4:7– 11; 1 P. 5:1–5);

(2) Honrarlos, reconociendo el trabajo que hacen;

(3) Amándolos; y

(4) Siguiéndolos (Heb. 13:7–9, 17, 24).

Dondequiera que hay una iglesia desunida con frecuencia es porque el pastor no asume la responsabilidad de liderazgo, o porque los miembros le impiden que dirija. Téngase presente que el liderazgo no es dictadura. El líder da ejemplo, paga el precio y procura ayudar a otros en amor cristiano.

El dictador usa la ley, no el amor; no guía, arrea; y sus motivos son egoístas, incluso aunque piensen que lo hace por el bien de la iglesia.

III.    Sean Considerados Los Unos Con Los Otros (1 Ts.5:14, 15):

No es suficiente tener liderazgo en la iglesia; también debe haber compañerismo, donde cada miembro haga su parte del trabajo. Primera de Pedro 4:7–11 nos recuerda que cada cristiano es un administrador de un don espiritual y que debemos usarlo para el bien de otros y la gloria del Señor. Pablo especifica ciertas clases de cristianos que necesitan ayuda especial:

(1) A los ociosos: a los descuidados que no se dejan gobernar, los que se salen de los límites, se les debe amonestar.

(2) A los de poco ánimo: a los desalentados se les debe animar.

(3) A los débiles: los que no han madurado en el Señor (Rom. 14:1–5), se les debe apoyar hasta que puedan caminar en el Señor.

Nuestra actitud hacia todas las personas debe ser de paciencia y amor, nunca devolviendo mal por mal (Rom. 12:17–21). Véase el dibujo abajo.

IV.    Sean Agradecidos (1 Ts. 5:16–18):

«Alégrense, oren, den gracias» suenan como amonestaciones ordinarias; pero cuando se les añade los adverbios se tiene un desafío real: «Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo». El cristiano que anda con el Señor y mantiene comunión constante con Él verá muchas razones para regocijarse y dar gracias todo el día.

«Orad sin cesar» no quiere decir un constante repetir de oraciones (véase Mt. 6:7). La verdadera oración es la actitud del corazón, el deseo del corazón (Salm. 10:17; 21:2; 37:4; 145:19). Cuando nuestros corazones desean lo que Dios desea, estamos orando siempre conforme el Espíritu intercede por nosotros y en nosotros (Rom. 8:26, 27).

V.     Tengan Cuidado En La Adoración (1 Ts. 5:19–21):

En la iglesia primitiva «profetizar» era la obra inmediata del Espíritu; el profeta daba el mensaje de Dios. Pero Satanás es el falsificador, de modo que es necesario probar los mensajes (véanse 1 Cor. 12:10; 14:29–33).

El peligro era que los creyentes «podían excederse» en abusos emocionales o ir al otro extremo, apagar el Espíritu al rechazar sus revelaciones. «Examinadlo todo, retened lo bueno» (v. 21) es la admonición que debemos seguir siempre que oigamos o leamos un mensaje de la Palabra.

VI.    Sean Fieles En Su Conducta Diaria (1 Ts. 5:22–28):

«Especie de mal» quiere decir «toda forma de mal». Por supuesto, ningún santo debería permitir en su vida ninguna cosa que otros podrían entender mal o criticar. Si nos rendimos a Dios, Él es fiel para edificarnos en santidad. La oración, el amor fraternal y la atención a la Palabra de Dios nos santificarán y nos mantendrá preparados para el regreso de Cristo.

Clase Para El Miércoles:

Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.





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